Artista: Arturo Meza
Año: 1991
Género: Rock rupestre / Rock progresivo
Duración: 31:11
Nacionalidad: México
En un principio, presentamos este disco en el blog cabeza gracias a nuestro amigo Juan Bautista. Ahora es Carlos quien se hace cargo de recordar esta obra.
Sobre el disco:
En el monte de los Equinoccios es el último disco de Arturo Meza que conocería edición en formato de vinilo (acetato), además este álbum no conocería reedición alguna sino hasta 25 años después, en 2016 cuando se reeditó en formato de CD en conjunto con otros cuatro discos de Arturo, de manera remasterizada para el 40 aniversario del artista. Sin embargo el arte de estos discos cambiaría completamente, omitiendo por ejemplo de entrada, para este disco, la portada tomada de una obra de Remedios Varo, "Tránsito en espiral".
Estilísticamente el sonido del disco cambia considerablemente en comparación a su antecesor, el disco Para un compa (1990), que tenía un estilo más sencillo de arreglos con sólo la guitarra acústica y la voz, más algunos leves acompañamientos. En este disco tienen gran presencia los teclados, desde el tema instrumental de apertura "En la tierra de Klom", el cual ayuda a sumergirnos en el ambiente que tendrán esta serie de temas, como transportándonos a una tierra fantástica ubicada en el pasado medieval del viejo mundo. El tema que da título al álbum, "En el monte de los Equinoccios", se siente como si fuera el canto de un juglar; nos describe una serie de escenas fantásticas de seres mitológicos que transitan por dicha tierra. Los arreglos e instrumentación es precisa para transportarnos a lo que se relata, la profunda reverberación en la voz de Arturo, los instrumentos que entran y salen, los cambios de tonalidades que dan giros dramáticos a la pieza, todo en su lugar para llevarnos en este viaje épico y fantástico.
Este canto posteriormente decanta en "Plegaria del juglar", una balada con la guitarra arpegiada, la cual tiene un tono preciso, nuevamente con el vaivén de instrumentos que se acercan y se alejan. Un tema bastante breve que da paso a un poema adaptado de William Blake, poeta, pintor y grabador británico, titulado "A Tirzah". Sobre el poema: "a menudo se describe como el más difícil de los poemas porque se refiere a un personaje oblicuo llamado Tirzah, cuya identidad no se declara directamente. Dicho poema fue publicado originalmente en 1794".
Continuando con la adaptación de grandes poetas, sigue uno de los puntos cumbres del disco, "Adam Cast Fort" del escritor y poeta argentino Jorge Luis Borges. En su disco posterior (A la siniestra del Padre) Arturo Meza volvería a musicalizar a Borges, con un resultado nuevamente excelso. En "Adam Cast Fort" el desarrollo de la canción es paulatino, conforme avanza esta va subiendo en su intensidad dramática, mientras se van sumando los teclados con tonos orquestales, sonidos de campanas y acentos de timbales.
Para finalizar el disco con éstos acentos orquestales, con los que cierra el tema pasado, inicia "Gensania", donde destacan los sonidos de coros épicos, mientras se desarrolla la pieza, alternando entre pasajes suaves y otros de mayor intensidad. La letra nuevamente parece hablarnos de una época de tiempos medievales, entre reinos, en busca de una tierra perdida.
En el monte de los Equinoccios es un disco único, como sólo los podría gestar Arturo Meza en esta época, con un estilo que ya se encontraba gestando en algunas canciones de sus discos pasados, como "Exiliado celeste", "Al amor fraterno", "Canto germán", es decir con estos tonos entre renacentistas y medievales, tanto en su música como en su temática. Un sonido que sería preámbulo de lo que se convertiría en una de sus discos más destacados, su álbum posterior A la siniestra del Padre (1992), en el cual (a diferencia de este disco donde Arturo grabó todos los instrumentos) se hace acompañar de grandes músicos que le ayudan a construir una de sus obras maestras.
Con
sus canciones haciendo metafóricas referencias hacia temas medievales y
fantásticos. Dos de sus canciones son musicalizaciones de poemas, "A
Tirzah" es "To Tirzah" de William Blake y "Adam Castforth" es de Jorge
Luis Borges. Este disco jamás puso ser reeditado ya que el master quedó
dañado en el estudio donde se grabó y por ello hoy por hoy es
inconseguible. Así que tenemos una joyita que vuelve a vivir en el blog
cabezón.
Parado en el monte de los equinoccios puedo mirar a lo lejos venir
Una caravana del norte y otra caravana del este, van al sur.
Van madregalgos y poneys con sus respectivos jinetes enanos,
Dos elfos al frente con vistosos colores entonan extrañas
Y viejas canciones de amor.
Hay guerreros entre los viajeros,
Algunos se conocen, otros se ven a los ojos,
Y se descubren como hermanos en el correr de los siglos;
Van en busca del rastro de la Gran Señal,
Hacia la copa que emana la luz que apaga la sed de los pueblos
Van hacia el misterio.
En algunas aldeas muchos viajeros quedan hechizados
En el corazón de una doncella.
Otros son huéspedes a la vera del camino del corazón de la tierra.
Los elfos y Ridrish el mago con otros enanos tomaron veredas oscuras,
Van hacia la linea de encuentro con otros crepúsculos
Que ningún viajero ha podido soñar.
Nuestros guerreros avanzan pero el sendero se hace más estrecho.
¿Quién cruzara el laberinto de piedra?
¿Quién morirá enloquecido de miedo?
¿quién por visiones de furias y lobos rabiosos llegará sudoroso
al recinto de la mariposa de piedra o Gorgona de fuego
y quedará reducido a cenizas?
¿quién hablará de Saturno a los magos malignos
Que tejen cadenas secretas a Orión?
¿quién le pondrá una corona de olivos al Minotauro poeta
y deshojará madreselvas por la llanura estelar
y por la ruta de Plata para poder regresar?
¿Quién se hundirá en el espejo sanguíneo sin miedo?
Y caerá en los desiertos, desiertos severos que esconden
Serpientes de fuego para la prueba final, y al final sin prisa,
Un dorado lago espera, albergando en alguna de sus orillas
La barca de los misterios,
El vehículo que transita en la bruma hacia lo desconocido,
Hacia la copa de luz sin sombras, hacia el origen.
El ave del Rey cruzará los cielos dibujando Runas.
Quién descifre los signos no beberá de las aguas
Para vagar por la orilla, ciego sin el canto del Rey
Y sin la Barca Dorada.
¿pero cuál sed será mayor; la de los altos vuelos o la de las bajas aguas?
Parado en el Monte de los Equinoccios puedo mirar a lo lejos partir,
Una caravana hacia el este, otra caravana se pierde más allá De la noche.
Cantando a la luz de la luna puedo sentir otro siglo morir,
Cargando en lo profundo del vientre una cascada de estrellas hacia el alba, hacia el alba.
El ave del rey cruzara los cielos dibujando runas
El mismo Meza ha dicho que tiene influencias populares en la música, que comenzó su carrera musical cuando era un niño, cuando tocaba con un grupo local afuera de las cantinas de su pueblo; como infancia es destino, en sus años de músico, de recorrido en recorrido, ha visitado Guanajuato, Guadalajara, Toluca, México, Monterrey, Oaxaca y Puebla, así como Chicago, en donde existe harta euforia por las presentaciones que hace de tanto en tanto, siempre de underground, de ajeno a los monopolios musicales (no obstante, ahora pueden conseguirse algunos de sus discos en cadenas disqueras a nivel nacional) y editor de sus propios discos, Arturo Meza ha conquistado público con su austera pero efectiva publicidad, usando la más clásica, darse a conocer de boca en boca, de tal suerte que ha logrado convertirse en uno de los nombres más sonados de la producción subterranea musical mexicana.
Con Arturo Meza se originan 2 vertientes críticas: en aquellos que no entra su música conceptual y en otros que caen en la idolatría por el músico. Existen varias razones para hacer lo uno o lo otro, pero lo que se puede decir al respecto es acerca del aura mágico espitirual que quienes lo aman ven en él, y esto es alimentado disco tras disco por el propio Arturo. Puede ser amable, dulce y grosero a la vez, darse el lujo de llegar 2 horas tarde (o no llegar de plano) a algún concierto; siempre hay gente que lo espera. Borrachos redimidos y santos urbanos pueden llenar los conciertos de hoy en día, pero igual llega la quinceañera adormilada, la pareja que lleva años de seguirle la pista y ahora lleva a su hijo, la enamorada del Meza (nunca falta), y los sinceros escuchas que tratan de abrir su corazón a la música.
Sus letras, reflejan su universo interior, mezcla de misticismo, leyendas medievales, creencias ancestrales de su tierra, experiencias mundanas y crítica social. Meza nació en Michoacán, estado donde la música, la religiosidad y el pensamiento mágico indígena, son el pan de cada día, y eso se nota aún en sus canciones.
1. En La Tierra De Klom
2. En El Monte De Los Equinoccios
3. Plegaria Del Juglar
4. A Tirzha
5. Adam Cast Fort
6. Gensania
Alineación:
- Arturo Meza / Todos los instrumentos
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