Muy buenos días desde La Barra Beatles, hoy vamos con una anécdota de corte spinetteano. En 1974, mi amigo, el turco Ismael, organizó varios recitales con Invisible, la banda de Spinetta, Pomo y Machi de esos años. Algunos amigos le dimos una mano repartiendo volantes, pegando afiches o cargando cosas en el teatro, nuestro fanatismo por el trío todo lo podía. Yo, además, me encargaba de cortar entradas en la puerta de las salas. Llegaba temprano, presenciaba la prueba de sonido, incluso veía algunos ensayos. Un privilegio total que incluía ir a tomarse un cortado a la pizzería de Dorrego y Corrientes con el propio Luis Alberto. Por Jorge Garacotche En abril de ese año Invisible graba su primer álbum, que en el interior traía un disco simple. El famoso disco en cuya portada está la obra del holandés Escher : “El charco”. Para mí, uno de los mejores discos de Spinetta, en particular, y del rock argentino en general. Con los años me fui dando cuenta que lo que más me gustó de tod