Comenzamos la semana con un bombazo. Desde tierras gallegas nos llega Moura, sonidos con profundas raíces de la tierra natal proyectados sobre una arqueología musical diversa y rica: rock progresivo muy a lo King Crimson, algo de la escena de Canterbury, progresivo español tipo Triana, Máquina o Iceberg, folklore y música autóctona, psicodelia y krautrock (Amon Düül II, Tangerine Dream, Can) con un resultado asombroso, oscuro e intenso, que rinde culto a la lisergia pangalaica en un ritual sonoro donde danzan leyendas mitológicas del folclore gallego, cantos pastorales y ritmos tribales envueltos en un rock progresivo muy personal lleno de ecos de tiempos pasados, lleno de emociones intensas y con un nivel compositivo muy rico, donde desfilan muchísimos instrumentos tanto eléctricos como tradicionales. Moura es una experiencia única, un singular viaje a través de la mitología galaica y el folk psicodélico empleando su lengua materna como la voz ritual de un aquelarre que persigue