Dada la extraordinaria calidad de la obra musical de Eduardo Mateo, puede decirse que casi 30 años después de su muerte persiste una injusta falta de reconocimiento. La onda expansiva de su obra no cesó nunca de extenderse, siempre demasiado lentamente. A medida que pasan los años cada vez es más sólido el prestigio del que goza entre una minoría intensa de discípulos directos e indirectos y nacen nuevas generaciones de admiradores. Pero hay algo en la propia música de Mateo que parece resistirse a la consagración masiva. ¿Alguna vez dejará de ser el gran desconocido popular?. Copio una nota aparecida en La Otra sobre este controvertido artista uruguayo. Músicos talentosos, influyentes, que sí gozaron de un reconocimiento en la contemporaneidad que los recibió, como Hugo Fattorusso, Litto Nebbia, Rubén Rada, Fernando Cabrera, Juana Molina o Jaime Ross, no dudan de que el arte de Mateo es una flor que brotó sin que fuera esperada un día antes de aparecer y abrió posibilidades