Y Rockarte nos anima otro gran disco, agregando arte al arte, y esta vez se mete con algo que casi casi vendría a ser un trabajo para amar o para odiar sin términos medios, y no es que su estilo sea tan desenfrenado, ni desvergonzado, ni provocador, pero sin embargo la gente no se pone de acuerdo y para algunos es genial y para otros un mal disco (con algunas canciones realmente sorprendentes, eso sí, y junto a una orquesta sinfónica de cámara: la London Symphony Orchestra) que salió luego de obras maestras de esta misma banda. Y no vamos a entrar en la discusión, ya que las opiniones son como el culo y cada cual tiene el suyo y hace con él lo que se le antoje, pero sí vamos a decir que es uno de esos discos que te conviene escuchar y conocer porque si le enganchás la onda vas a quedar prendado a él, y en el peor de los casos, si no te gusta, lo dejás de lado y ya. Y para ayudarte a conocer la obra... ¿quién mejor que Rockarte? No podemos abarcar la totalidad de opiniones sobre esta