"A Steven Wilson le gusta decir que cuando él y Mikael Åkerfeldt se juntaron para grabar ‘Storm Corrosion’, dedicaron gran parte del tiempo a beber vino, hablar de música y escuchar viejos discos. Se olvidaron de las expectativas, el metal progresivo y demás historias de supergrupos, y dejó de importarles crear controversia. La división de opiniones llegará, todo a su tiempo. Pero en una cosa, sólo en una cosa, estaremos todos de acuerdo: el vino corre, y mucho. Algunos pensarán que les sirvió para derruir las pocas barreras que les quedaban hacia la experimentación más absoluta -entiéndase el vino como catalizador, no como brebaje mágico-. Mientras que otros pensarán que sólo les sirvió para acabar con su genialidad, ésa que tantas veces han demostrado, que esta vez naufragaba en los posos de sus copas vacías. Sea una, sea la otra, hay que reconocer su riesgo". Así que entre malbecs y merlots volvemos a presentar un disco controversial, que ha tenido sus seguidores y sus de