¡Qué buen disco éste!. Ya habíamos presentado a Anima Morte, unos suecos que en el año pasado arremetieron con su mejor trabajo y la verdad les salió un disco redondo, llevando su sinfonismo cinemático a las últimas consecuencias, y para ello el power trío se une a un montón de músicos invitados, y entre ellos está parte de la cremme de la cremme del progresivo sueco, basta mencionar a Gustaf Hielm (Meshuggah), Mattias Olsson (Änglagård, White Willow), los reconocidos sesionistas Hanna Ekström al violín, Erik Palmberg en trompeta y Anna Dager al chelo, Lars Åhlund (Soen), Roger Öjersson (Katatonia) y más nenes de pecho, para dar vida a un trabajo memorable, completando una amplia gama de instrumentos de mellotron, glockenspiel, vibráfono, violín, viola, violonchelo, saxo, clarinete, trompeta y trombón para crear un alcance orquestal extremadamente rico. Si crees que la oscuridad no puede darte la más brillante de las felicidades, es porque no escuchaste a este disco. Una genialidad