Leía el otro día que la discográfica de Roger Waters, el líder de la legendaria banda Pink Floyd, se había desvinculado del mismo por su posicionamiento claramente a favor de Palestina sin ningún tipo de equidistancia. Fue entonces cuando me dije, hay que escribir algo a propósito de esta maldita equidistancia "queda bien" tan engañosa, que tanto daño nos hace y tanto nos empuja hacia sociedades cada vez más fascistas y totalitarias. Una equidistancia que bueno sea aclarar, no se circunscribe sólo al asunto de Palestina, ya que en realidad es parte de la tendencia natural de muchos seres humanos a no querer complicarse, ni mucho menos a destacar por rebelde, reivindicativo o de alguna manera contrario o discrepante con el poder, no vaya a ser que nos cause algún problema. Es entonces cuando aparece en la psique de este ser humano, llamémosle prudente, la figura del autoengaño. Un autoengaño que pasa por adoptar una postura aparentemente intermedia, al amparo, por ejemplo,