Desde Austria llega otra joyita del 2022, un disco inclasificable de una tremenda banda muy especial, un jazz prog liderado por el compositor, director musical, guitarrista, pianista y vocalista Abel Marton Nagy, quien se pone al frente de una pequeña (no tan pequeña) orquesta de rock y desata imaginación y talento musical por doquier. Si pusieses mezclar a Zawinul con el tío Franky Zappa, Romantic Warrior y Steve Vai, el resultado sería algo así como esto, acá tenés un viaje de más de una hora donde estos tipos te van a pasear por toda la música que escuchaste alguna vez y ahora la vas a revivir de manera adrenalítica y con un tumulto de emociones quizás incomprensibles como la sensación de cuando te subís a la montaña rusa, donde todo te da vuelta y no querés que nunca termine. Una explosión donde no se inventa nada pero se disfruta como si fuese la primera vez que lo escuchás, y de algún modo es así, porque nunca escuchaste esta música con tanta vibrazión, tanta energía y tanto