Las revueltas estudiantiles de finales de los sesenta, la convulsa situación de la Alemania de postguerra y una creatividad musical sin precedentes dieron como resultado la mejor y más prolífica generación de músicos alemanes de todos los tiempos. Hablamos del krautrock, etiqueta detestada por casi todos sus componentes y acuñada en Gran Bretaña para definir lo que, a partir de 1968, comenzó a gestarse entre los jóvenes urbanos de las principales ciudades germanas. En Múnich, uno de los principales exponentes del movimiento fue una comuna marxista de la que surgirían dos grupos: Amon Düül y Amon Düül II. Lo que va de uno a otro es la creación más libre que puedan escuchar nunca y la sublimación de la psicodelia y el krautrock. He aquí dos pequeñas muestras, basadas ambas en una de mis obsesiones musicales: las canciones de larga duración. Por Hipersónica Ein wunderhubsches Madchen traumt von Sandosa El París del 68 regaló al mundo un icono, pero el movimiento juvenil y estudian