Hoy cambiamos de humor gracias a este animado movimiento protagonizado por un rey de los instrumentos de viento de madera. El compositor alemán Carl Maria von Weber había sido un poco rebelde en su juventud —fue detenido, fue miembro de una sociedad secreta, esas cosas—, pero cuando escribió esta obra, en 1811, era ya uno de los fundadores del romanticismo alemán.
Su instrumento favorito era el clarinete y en menos de un mes escribió este gracioso y delicado concierto para el principal clarinetista del momento, que casualmente era también un gran amigo suyo. El rondó de este movimiento es un juguete pirotécnico que muestra el tremendo registro del instrumento y da fe del magnífico desarrollo de la música para clarinete que se había conseguido en veinte años, desde, por ejemplo, los tiempos de Mozart (véase el 5 de septiembre).
Clemency Burton-Hill
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