Como ya vimos hace unos días, Beethoven allanó el camino para el progreso del trío para piano, aumentando sus posibilidades como emocionante lienzo creativo que, aunque dentro de un clima intimista, podía contar una amena y variada historia con música.
Mendelssohn fue uno de los compositores de la siguiente generación que recogieron el testigo de Beethoven y avanzaron con él. Llevó el género más allá, sobre todo porque trata las tres voces como socios con los mismos derechos y no sigue el viejo modelo en el que las cuerdas estaban siempre al servicio del teclado.
Sus revoluciones no pasaron inadvertidas en su época: Robert Schumann, que llamó a Mendelssohn «el Mozart del siglo XIX», escribió acerca de esta pieza:
Es el trío más grande de nuestra época […] Es una composición soberbiamente elegante con la que disfrutarán nuestros nietos y nuestros bisnietos en los años venideros.
Ajá.
Clemency Burton-Hill
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