3
de Marzo
Suite
de Carmen n.º 1 III: Intermezzo
Georges Bizet (1838-1875)
Me parece terrible que Georges Bizet muriera creyendo que su ópera Carmen había sido un fracaso. El estreno tuvo lugar este día del año 1875 y fue machacada por los críticos, que no supieron apreciar el valor de su tema supuestamente «vulgar». Tres meses más tarde el compositor moría de un ataque al corazón. Tenía solo treinta y seis años; aquel día se conmemoraba su sexto aniversario de boda.
Poco después, sin embargo, Carmen empezó a ser reconocida como la excepcional obra lírica que es. Saint-Saëns y Tchaikovski la admiraron, e incluso
Wagner, que no era precisamente dado a elogiar
a sus colegas, la elogió a regañadientes. Brahms fue a verla más de veinte veces y parece que dijo que era lo mejor que había visto en un escenario
y quizá lo mejor que vería
nunca.
Estoy de acuerdo
con todos ellos. Bizet mezcla una música
delicada y atractiva
con un certero
instinto dramático. En comparación con la calidad media de las óperas,
los personajes de esta están dibujados
con sutileza; la gitana Carmen se presenta
con toda su temeraria
vulnerabilidad; don José (volveremos a verlo más adelante)
pasa de ser un joven soldado enamorado a ser un maltratador misógino; ninguno cae en la vaciedad caricaturesca en que habría podido incidir fácilmente.
Carmen acabó siendo una de las óperas más aclamadas de todos los tiempos. Este delicioso intermezzo, que refleja el enamoramiento de don José, procede del raro momento de calma que percibimos en el preludio del Acto III. (Aunque no nos engañemos: es ópera y todo va a salir fatal…)
Clemency Burton-Hill
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