Artista: Between the Buried and Me
Álbum: Colors
Año: 2007
Género: Metal progresivo / Metalcore
Duración: 64:09
Referencia: Discogs
Nacionalidad: EEUU
Convengamos en que esta formación tiene una fórmula poco asequible, necesita una predisposición del oyente para ser inundado por sonidos pertenecientes a espectros opuestos, aparentemente difíciles de conjugar entre sí. Los temas son muy largos, impredecibles, retorcidos y muy técnicos, con una identidad forjada en los contrastes. Between the Buried and Me es un grupo difícil, pero lográs pasar esa primer barrera y haces un esfuerzo por comprender lo que tienen que decirte, te verás increíblemente recompensado. Pero vamos con un poco de su historia como primera medida, que corresponde para comenzar a hablar sobre este disco.
Fundada a principios de 2000 en Raleigh, Carolina del Norte después de la desaparición de la banda de Metalcore "Prayer for Cleansing". (...) Between the Buried And Me incorporó en el metal y hardcore, tecnicismo progresivo y melodías de rock conmovedoras para crear opuses vertiginosos que redefinirán nociones preexistentes en el "metalcore". Between The Buried And Me encontró la manera de hacer música pesada refinada y potente, sin embargo, de inventiva diferente, a veces caótica, a veces calmada. Con progresiones de acordes extraños y guiones bajos rítmicos incesantes, Between the Buried And Me aglutinan estilos musicales comparables a Dillinger Escape Plan, Opeth, Pink Floyd y Rush. Su inventiva, originalidad vanguardista dándole una bocanada de aire a una escena metalcore estancada, catapultándolo al siguiente nivel. "The Silent Circus" es único, inspirado, ambicioso, dinámico, y marca la tendencia de muchas bandas en el género de la música pesada a seguir.
Ahora presentamos el disco con el que el mundo puso sus ojos sobre ellos hace apróximadamente 5 años debido a su tremenda conceptualidad y enorme calidad técnica.
Hace cinco años que descubrí a Between the Buried and Me y me convertí en fan desde la primera escucha. Por entonces me encontraba en un punto en el que Opeth representaban lo máximo a lo que se podía aspirar musicalmente -y esto, aunque se ha flexibilizado con toda la música que he escuchado desde entonces, continúa vigente-, siendo su juego de contrastes algo que me apasionaba. No me esperaba por entonces que cinco jóvenes músicos norteamericanos, con una visión única, iban a demostrarme que todavía se podía tensar más la cuerda. Que en la música las reglas están para romperlas, que de la fusión de extremos opuestos podía surgir algo realmente grandioso. Y que las líneas que separan unos estilos de otros, con la perspectiva adecuada, son realmente finas y ambiguas.
La formación de Between the Buried and Me seguía -y se mantiene en la actualidad- estable desde «Alaska», primer trabajo en el que participaron todos. Había distintos frentes en la banda: Tommy y Paul, fundadores del grupo y encargados de la composición de sus primeros trabajos de estudio; Dustie y Blake, originalmente de la banda Glass Casket en la que eran los líderes creativos; y por último Dan Briggs, principal escritor de su anterior banda. «Colors» es el resultado de cinco mentes llenas de potencial que se juntan con la pretensión de dar un salto de gigante, de separarse de todo aquello que no les define y caminar en la dirección que su filosofía individual y colectiva les guía: la de coger los muros en blanco y plasmar algo por lo que puedan ser recordados.
¿Cuáles son los ingredientes de este cóctel revolucionario? Metalcore y progresivo clásico, death metal y blues, black y una sensibilidad indie. Un enfoque vanguardista y moderno pero con una producción ligeramente cruda -y digan lo que digan algunos, excelente-, todo con un espíritu y actitud heredados del hardcore. Brutalidad y salvajismo abrazados a unas melodías de ensueño, constantes cambios de compás y tempo de la mano de partes llenas de groove que te invitarán a moverte. «Colors» hace justicia a su nombre, porque es un disco enormemente colorido y rico en matices y contrastes, todo hilvanado con una sorprendente coherencia compositiva.
«Colors» requiere ante todo paciencia y una actitud activa por parte del oyente. Es un álbum que necesita tiempo, que de ecléctico se hace denso y barroco, con partes tan diferentes que resulta difícil de asimilar en las primeras escuchas. Pero con cada vuelta que le déis encontraréis detalles que se os habían escapado, iréis encajando las piezas del puzzle, hasta poco a poco componer la visión global del disco. Y con el tiempo, sin prisas, iréis saboreando cada uno de los matices que componen esta obra tan grande.
Unas dulces notas al piano. «I will just keep waiting» nos canta Tommy en «Foam Born Pt. A: The Backtrack«, con esa voz fina y melódica que esconde otra monstruosa faceta como vocalista, la cual no tarda en desvelar, con esa letra de fuerte base política y social, temática que progresivamente fueron perdiendo peso a favor de temas de tendencia más onírica y de ciencia ficción. «You will just keep waiting«, las cadenas que los contenían se rompen y en «Foam Born Pt. B: The Decade of Statues» nos revelan su faceta más death pero permitiéndose algún cambio medio bluesero y melodías en compases y armonías atípicas. Me encanta como en el momento en que los guturales desaparecen para dejar respirar la canción es justo cuando entra en acción los teclados con un colchón envolvente. Composiciones brillantes y además diseñadas para poder ser interpretadas en directo a la perfección.
Ritmos tribales, bajo sinuoso, melodías de guitarra con tintes arabescos, riffs de groove solido y un estribillo que representa uno de los momentos más memorables del álbum. «Feed me fear«. Entre ambos estribillos de «Informal Gluttony» nos regalan una sucesión de riff tras riff que, sorprendentemente para su frenetismo, no se hacen cargantes. Un corte redondo que termina como comienza, volviendo la percusión a recuperar ese carácter que te hace sentirte en una jungla junto a los sonidos casi rituales y de animales.
Redoble frenético y casi sin darnos cuenta estamos en «Sun of Nothing«. Si veis la interpretación de este tema en el DVD en directo -u otras grabaciones en vivo que encontréis en Youtube- destaca el momento en el que canta la melodía más emblemática de la canción, situación en la que el público se suma todos a una de forma casi catártica. Porque hasta un disco tan enrevesado como el «Colors» tiene sus momentos coreables. «I’m floating towards the sun… the sun of nothing«. También tiene una parte con Paul y Tommy cantando a la vez con un piano y bajo de fondo digamos… ¿circenses? Nunca sé muy bien como describir esos momentos casi cómicos que nos regalan de vez en cuando Between the Buried and Me. Es una canción que evidencia uno de los logros de los contrastes que plasma la banda en el disco: las partes más agresivas logran que las más melódicas suenen realmente celestiales.
«Ants of the Sky» es el primer tema que compusieron, y en torno a la cual poco a poco fue desarrollándose toda la idea de componer un disco musicalmente -que no líricamente- conceptual, lo que terminó creciendo al disco de 64 minutos que tenemos en nuestras manos. De hecho la melodía de sweep picking que le da comienzo fue compuesta con la intención de que estuviera conectada con un riff del tema interior… idea en torno a la cual se concibió «Sun of Nothing», lo cual se percible al escucharlas seguidas. Me parece uno de los cortes más ricos de los que integran el disco, y del cual destacaría los tres solos de guitarra – el dialogo entre Paul y Dustie del minuto 3:44 y el momento Akerfeldt que se marca Waggoner en la recta final-, los unísonos con el teclado en las secciones instrumentales, el momento bluegrass/country con el sonido de bar de fondo, la sección ensoñadora que se marca Tommy al micrófono… vamos, el tema entero. «In your mind, you can fly».
«Prequel to the Sequel» fue el primer tema del álbum que escuché, y actualmente es la que menos me convence… que para nada quiere decir que me parezca un corte flojo. El punteo inicial resulta realmente memorable, siendo uno de los momentos más identitarios de la canción, junto a la colaboración al micrófono de Adam Fisher de Fear Before the March of Flames, con los cuales giraron durante la etapa de «Alaska». Como curiosidad la idea de trabajar con Brandon Proof para la portada del disco vino por el artwork que hizo para el tercer disco de Fear Before the March of Flames, «The Always Open Mouth».
«Viridian» por si sola explica el hecho de que Dan Briggs sea uno de mis bajistas favoritos, un interludio que representa la técnica y buen gusto que desprende en su máximo esplendor. De «White Walls» no sé que decir que no dijera ya en su momento en el espacio que le dediqué como canción de la semana o en el artículo que escribí el año pasado sobre la discografía de la banda… me parece lo mejor que han hecho hasta el momento. Una canción en la que plasman sus preocupaciones artísticas y por el legado que dejaran para ser recordados, y que precisamente encarna esas ideas que pretendía representar, pues es una de las dos canciones por la que mayoría de fans los recordaremos. La parte final de la canción es uno de mis momentos favoritos de la música en general. Cuando estoy en el mood adecuado, «White Walls» me parece una de las mejores canciones jamás escritas.
Esto es «Colors«, un disco denso, que no es para todos los públicos, y que sin duda para muchos no resultará accesible a la primera escucha. Pero no hay término medio, si sus composiciones terminan por hacer click en vuestro interior, no habrá vuelta atrás. Acabaréis de descubrir uno de esos discos que os acompañarán por el resto de vuestra vida.
Así que acá van 64 minutos donde se verán transportados a dimensiones nunca antes escuchadas, en una verdadera obra maestra.
Recuerdo escuchar hablar de este grupo por primera vez hace un año aproximadamente y posponer su escucha porque el nombre me sonaba a “típica banda de metalcore”. Qué equivocado que estaba. Quiero decir, metalcore sí que eran en sus inicios, pero me sorprendió ver de qué manera han podido evolucionar hacia terrenos mucho más complejos e interesantes musicalmente hablando a lo largo de los años. Su carrera se ha basado en la experimentación y en la renovación constante y, aunque parezca extraño, han logrado mantener la calidad en todos y cada uno de sus trabajos: tendrán discos mejores o peores según las inclinaciones musicales de cada persona, pero eso no quita que no hayan soltado un mojón como muchos grupos que han gritado a los cuatro vientos su intención de “hacer algo distinto y revolucionario”. Es por esta misma razón que quería estrenarme en el portal con el que es para la gran mayoría de los fans y para mí, su mejor trabajo.
Foam Born (A) The Backtrack nos da la bienvenida con una introducción de piano melancólica y contenida a la que sumará la tenue y melodiosa voz de Tommy Giles Rogers. La tranquilidad con la que inicia desemboca en una brutalidad que no se verá mostrada en todo su esplendor hasta la segunda parte de la canción, "(B) The Decade of Statues".
Los blast beats por parte del talentoso Blake Richardson y los armónicos de la guitarra que crean esa agresividad se ven interrumpidos por momentos calmados de influencia blues y jazz, cosa que acabaría por caracterizar a Between the Buried and Me (aparte de su mezcla de voces guturales y limpias). Además les ayudó a quitarse la etiqueta de “metalcore”.
Informal Gluttony abre con una introducción de batería tribal a la que poco a poco se le van sumando los demás instrumentos: el bajo es el primero en incorporarse para darnos una vibra oriental que acabará por rematar la melodía de guitarra.
Sun of Nothing por su parte se establece como uno de los cortes más largos de este trabajo (solo en cuanto a su duración) y también como uno de los más variados (aún más si cabe). Esto lo podemos ver cuando el tempo se ralentiza en ciertos momentos para mostrarnos una influencia groove que contrastará brutalmente con el primer pasaje acústico del disco. Durante el resto de la canción nos podemos encontrar momentos cercanos al black metal y a bandas de progresivo del calibre de Dream Theater. Mención especial al momento de locura y desconcierto que empieza en el minuto 3:28 y a las claves de madera utilizadas hacia el séptimo minuto de la pieza, que me parecen curiosas cuanto menos en una canción de metal.
Ants of the Sky desde la introducción nos maravilla con un diestro sweep picking: corto, pero intenso. Melodía, tras riff, tras fill de batería, nos muestran el talento que explotaron al máximo estos señores en 2007. Por si alguien se lo estaba preguntando, no voy a ignorar la habilidad que hay detrás de un teclado que hace que este tema se posicione como uno de los más memorables y mejor elaborados de la banda: todos los instrumentos se funden hasta parecer una única entidad cobrando vida; desde la psicodelia al heavy metal más extremo. No puedo pasar a hablar de la siguiente canción hasta no haber comentado el solo al estilo Petrucci que da comienzo en el minuto 3:45 , el momento country que nos desplaza a las zonas rurales de EEUU en un santiamén hacia el decimosegundo minuto o la felicidad que transmite la melodía de guitarra para cerrar la canción.
A continuación, Prequel to the Sequel comienza con una de mis intros de guitarra favoritas de todos los tiempos. Una muy buena carta de entrada a un fragmento del disco de poco más de ocho minutos y medio que se posiciona como uno de los picos de calidad de la obra (sin desmerecer ni mucho menos a ningún otro tema del álbum que nos concierne). No es de extrañar que se añadiese como parte del juego “Rock Band 2”, aunque la pena es que se convirtiese en una versión “de radio” en la que se elimina la parte estilo polca. Aquí es donde se deja ver más el pasado metalcore del grupo, con un resultado excelente.
Casi finalizando, Viridian sirve como un puente para acabar con otro de los temas más emblemáticos de Between the Buried and Me, pero no por ello debemos ignorarlo: en sus apenas tres minutos de duración, nos deja ver el buen gusto de Dan Briggs a la hora de escoger las notas que va a tocar en el bajo.
Ahora sí, para terminar con este trabajo, White Walls sirve como un perfecto cierre para la amalgama de estilos e influencias que ha supuesto este viaje. Uno podría pensar inicialmente que 14 minutos es una duración excesiva, pero es totalmente necesaria para que estos genios puedan desarrollar todas sus ideas de forma coherente y cohesiva. Además de los elementos que ya han aparecido a lo largo de todo el disco y que aquí se repiten, quiero hacer especial hincapié en los ritmos entrecortados del minuto 9:34 que resultan para un servidor totalmente espectaculares. Desde el minuto 10:48 podemos notar como nos estamos acercando a la despedida final, pero las guitarras entran rápidamente para dejarnos ver que no es un momento triste, sino algo que tenemos que recordar. Es así como el disco decide terminar con un despliegue técnico por parte de los señores Paul Waggoner y Dustie Waring, dejándonos ver el amor con el que han logrado dominar su instrumento. El piano vuelve aparecer como ya lo hizo al principio para despedirnos con una cadencia perfecta.
Para ser sincero, este álbum no me entró a la primera. No me enteré de qué había pasado en los 64 minutos que dura, pero una vez decidí darle otra oportunidad y una escucha más profunda, me enamoró completamente. No es de extrañar que el mismísimo Mike Portnoy lo calificara como su álbum favorito de 2007. La banda misma ha descrito el disco como “death metal progresivo contemporáneo para adultos”, y suene o no de flipados, pueden permitirse hacer una afirmación así. Con mucho más que añadir, (como el tema de la producción, que me parece impecable) pero evitándolo para no hacer todavía más larga esta reseña, considero que este discazo es merecedor de 5 manitas, pero con los cuernos bien altos.
Lo podés escuchar completo acá: https://music.apple.com/ar/album/colors/1440938825
Lista de Temas:
1. Foam Born (A): The Backtrack (2:13)
2. Foam Born (B): The Decade of Statues (5:20)
3. Informal Gluttony (6:47)
4. Sun of Nothing (10:59)
5. Ants of the Sky (13:10)
6. Prequel to the Sequel (8:36)
7. Viridian (2:51)
8. White Walls (14:13)
Alineación:
- Tommy Rogers / vocals, keyboards
- Paul Waggoner / guitar
- Dustie Waring / guitar
- Dan Briggs / bass
- Blake Richardson / drums & percussion
With:
Adam Fisher (Fear Before) / vocals (6)
Grahm Bennett / didgeridoo (3)
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