Existe Auschwitz, existe Vietnam, existe la ESMA, existe Gaza, no existe Dios.
EXISTE GAZA, NO EXISTE DIOS.
La historia en la franja de Gaza camina por su lado oscuro y a los que aún somos creyentes, el silencio de Dios nos resulta agobiante.Para exorcizar este vacío existencial tomamos la palabra y denunciamos la masacre, pero siempre resulta insuficiente ante el poderío comunicacional (y bélico) que impone una sola verdad: la del poder económico.
Y no es que se intente evidenciar una guerra irracional. Más bien, todo lo contrario. Lo monstruoso de esto es que es la propia razón la que comete las atrocidades. No en vano se denomina operativos de inteligencia a los avances militares sobre poblaciones civiles.
El mundo regresó casi un siglo para volver a experimentar en Gaza la banalidad del mal.
Según Alex Ron, escritor y catedrático universitario, “entre 1940 y 1945 el nazismo asesinó a 200.000 niños. Adorno, dijo que el genocidio nazi había destruido la posibilidad de pensar la idea misma de humanidad.
Los niños de Auschwitz y los niños de Gaza. La historia continúa caminando por el lado oscuro |
Hoy, en Gaza, están siendo asesinados diariamente 180 criaturas a manos del sionismo. Si algún país podía detener al fascismo, desde una visión humanista, demostrando que el ser humano tenía sentimientos de nobleza espiritual tan altos como los que tuvo Jesucristo era precisamente Israel.
Lo siniestro es que un nuevo holocausto se realiza en Gaza, la víctima ya no es el pueblo judío, ahora el sionismo crucifica niños palestinos en nombre de Dios. No existe Dios, existe Gaza”.
FRANJA DE GAZA: CEMENTERIO DE NIÑOS
Alrededor de 30 mil niños estarían desaparecidos en Gaza, incluidos menores perdidos o separados de sus familias, detenidos, atrapados entre los escombros de los edificios bombardeados por Israel o enterrados en fosas comunes no identificadas, según denunció este lunes la ONG Save the Children.
La organización reconoció que «es casi imposible recopilar y verificar la información debido a la ofensiva militar israelí desde hace más de ocho meses”.
Unos 26 mil menores estarían separados de sus familias y otros cuatro mil estarían atrapados bajo los escombros, con una cifra desconocida de enterrados en fosas comunes.
Las personas ya han comenzado a morir de inanición en la franja de Gaza y 3.500 niños están actualmente al borde de morir de hambre, indican fuentes médicas. Esto sucede al tiempo que Israel «ha desmantelado deliberadamente más del 75% de las tierras agrícolas en la región», explicó el Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos.
El 96% de la población del enclave —unos 2,15 millones de personas— se enfrenta a una grave inseguridad alimentaria de nivel «crisis» o superior, según muestra el último informe de la Clasificación Integrada de Fases (CIF) del Hambre, elaborado con la participación de la ONU. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés), uno de cada tres niños del norte de Gaza sufre desnutrición aguda o malnutrición.
PROHIBIDO MIRAR A DIOS
Los médicos le han fallado. El mundo entero, con su ayuda humanitaria que nunca llegó le ha fallado.
Pero todos sabemos que ni los médicos, ni la humanidad ni Dios son los culpables de este plan genocida sobre Gaza.
La culpa la tiene la voluntad de poder.
Simplemente porque para una potencia bélica como Israel, que tiene el PIB per cápita más alto en el mundo respecto a gasto militar, la guerra es un buen negocio y que un grupo de fanáticos islamistas se inmolaran asesinando judíos le daba una justificación perfecta a Netanyahu para cumplir el sueño más preciado del sionismo: el exterminio palestino.
A la impactante frase de Ernest Hemingway que reza “Los ojos que han contemplado Auschwitz e Hiroshima nunca podrán contemplar a Dios”, le deberíamos agregar, para vergüenza de la humanidad, un párrafo más: la Franja de Gaza.
Alejandro Lamaisón
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