Hoy un cambio de humor con este compositor polaco que falleció este día. Kilar fue un respetadísimo compositor que escribió la música de más de cien películas y colaboró con muchos grandes cineastas de su país, entre ellos Roman Polanski (El pianista, 2002), y con directores de otros países, como Francis Ford Coppola (Drácula de Bram Stoker, 1993).
Junto con compositores como Henryk Górecki (4 de abril), Kilar fue además uno de los pilares de la vanguardia polaca en el campo de la música clásica, que recibió el nombre de Nueva Escuela Polaca. En este campo escribió música sinfónica, obras de cámara, piezas instrumentales y obras para grandes coros. Su música causó un profundo impacto en la siguiente generación de compositores polacos, como ya sabemos (véase el 19 de septiembre).
Kilar dijo en cierta ocasión algo muy extraño y es que afirmó haber «descubierto la piedra filosofal», y alegó que «no había nada más hermoso que el sonido solitario o concordancia que duraba eternamente, que esta era la sabiduría más profunda, nada como esos efectos que conseguimos con los allegri de las sonatas, las fugas y las armonías».
Creo que podemos percibir la búsqueda de algo parecido a la concordancia eterna en esta inquietante musicalización del Agnus Dei, que parece conseguir los curiosos efectos musicales de la resonancia y la anticipación.
Algo en que pensar mientras se acaba otro año…
Clemency Burton-Hill
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