Solo en el caso de que ustedes hayan caído en el estupor posnavideño en que caigo yo todos los años, recomiendo para despejarse esta vigorizante y efervescente pieza para teclado de Haydn.
Como ya vimos hace unas semanas, Haydn fue, como su contemporáneo Mozart, uno de los grandes pioneros del repertorio del piano primitivo (véase el 11 de diciembre). Escribió alrededor de sesenta sonatas para el nuevo instrumento, que no son muy conocidas pero que ofrecen magníficas oportunidades para que el intérprete luzca toda su capacidad, desde la técnica virtuosa y exacta hasta una sensibilidad más lírica.
Es imposible pensar en la evolución posterior de la sonata para piano en manos de compositores como Beethoven y Liszt sin entender la deuda que tienen con Haydn. Esta en do mayor me parece el antídoto musical perfecto para compensar las sobras de los emparedados de pavo y las migas de la lata de bombones Quality Street.
Clemency Burton-Hill
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