Del espiritual de ayer, género surgido entre los esclavos africanos, al día en que la Ley de Abolición de la Esclavitud fue aprobada, en 1833, por la Corona inglesa.
Conocí a Juan García de Zéspedes, compositor, cantor, viola y docente de música mexicano, gracias al notable musicólogo español Jordi Savall.
En uno de sus muchos proyectos musicales, Savall estudia la historia del tráfico de esclavos en Europa desde 1444, año de la primera expedición esclavista de los portugueses, hasta 1888, en que se abolió la esclavitud en Brasil.
Según Savall, la esclavitud fue «la institución humana más monstruosa de toda la historia». Para su ambicioso proyecto contó no solo con sus habituales grupos europeos, sino también con músicos africanos y latinoamericanos directamente conectados con esta herencia musical. Este elemento añade un factor de carácter a las ejecuciones y hace que la audición sea intensa, estimulante y a veces electrizante.
Zéspedes compuso música sacra y profana, inspirada en el folclore. La obra de hoy es una guaracha al viejo estilo, antigua música campesina que era popular en las colonias caribeñas. Tiene mucha arrogancia y gracia. Me encanta.
Clemency Burton-Hill
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