El Estado de Sitio es una facultad de limitación, que se puede poner en práctica cuando se producen ataques internos, externos, o que afecten al país y ponen en peligro las aplicaciones de la Constitución o de las autoridades que ella crea, es una herramienta excepcional que, para ser aplicada, suspende algunas aplicaciones de la Constitución por un tiempo limitado. En 1989 Raúl Alfonsín dispuso el estado de sitio en todo el país por 30 días, debido a los graves desórdenes que se habían producido por activistas que incitaban a saquear almacenes y supermercados en el interior. Carlos Menem también declaró esa medida en 1990 como consecuencia de la rebelión carapintada que avaló Mohamed Alí Seineldín. De a Rúa la declaró en el comeinzo de la crisis del 2001. Hacer memoria nunca viene mal.
Hoy, la torpeza bestial pero ecuménica de los tarifazos, la provocación, el boludeo, el desprecio y la ofensa constante de párte de los CEOs de Corporación Cambiemos S.A., más los escándalos por corrupción o las cuentas en el exterior de los miembros del gobierno; más su ineptitud para bajar el nivel de inflación, sumado al coro lamentos de la pequeña y mediana empresa y la cantidad asombrosa de despidos; son todos elementos de una realidad altamente inflamable por el aumento de la conflictividad social promovido por un des-gobierno irresponsable que se está tirando nafta encima con un fósforo en la mano. Recesión, caída del consumo, endeudamiento acelerado, falta de inversiones productivas, cortes de luz, persecución de opositores y periodistas críticos: 8 meses de régimen macrista.
Las derechas del mundo –oligarquías terratenientes, aristocracias financieras, corporaciones imperiales- resisten, avanzan y retroceden, ceden y recuperan, van y vienen, suben y bajan. El gobierno de Marioneta Macri no escapa a la gravedad de esa ley y sabe perfectamente que amasa entre impericias y codicias un estallido social inexorable. Todo lo avisa. Más cuando nos enteramos que el mejor equipo de los últimos 50 años prepara un tarifazo récord del 2.000% con revalúo inmobiliario en la Provincia de Buenos Aires, una locura a todas luces para el primer tramo donde María Eugenia Vidal comenzará a tejer sus sueños presidenciales. Muchacha con ambiciones y muy HDP había resultado la cara de boluda.
Rápidos y furiosos en tan pocos meses destruyeron el estado de bienestar que hasta ayer nomás les permitía a los argentinos quejarse por el abuso de la cadena nacional y marchar y parar contra el impuesto a las ganancias. Aumentaron la pobreza, el déficit fiscal y la desocupación, y duplicaron la inflación y la deuda externa mientras cayeron la inversión extranjera, el consumo y por lo tanto el comercio y por lo tanto la industria, pero sobre todo la construcción, porque además se paralizó la obra pública, y de paso se abrieron las importaciones que se mastican lo que resta. A sólo ocho meses todos los números dan mal y nada indica ninguna mejoría por venir. Al contrario.
El Frankestein ya está suelto y anda solo, y no va a tener ganas de que el populacho le limite sus tropelías, el tema está en qué estará dispuesto a hacer el régimen macrista para evitar retroceder en su posición de privilegio.
Hoy, la torpeza bestial pero ecuménica de los tarifazos, la provocación, el boludeo, el desprecio y la ofensa constante de párte de los CEOs de Corporación Cambiemos S.A., más los escándalos por corrupción o las cuentas en el exterior de los miembros del gobierno; más su ineptitud para bajar el nivel de inflación, sumado al coro lamentos de la pequeña y mediana empresa y la cantidad asombrosa de despidos; son todos elementos de una realidad altamente inflamable por el aumento de la conflictividad social promovido por un des-gobierno irresponsable que se está tirando nafta encima con un fósforo en la mano. Recesión, caída del consumo, endeudamiento acelerado, falta de inversiones productivas, cortes de luz, persecución de opositores y periodistas críticos: 8 meses de régimen macrista.
Las derechas del mundo –oligarquías terratenientes, aristocracias financieras, corporaciones imperiales- resisten, avanzan y retroceden, ceden y recuperan, van y vienen, suben y bajan. El gobierno de Marioneta Macri no escapa a la gravedad de esa ley y sabe perfectamente que amasa entre impericias y codicias un estallido social inexorable. Todo lo avisa. Más cuando nos enteramos que el mejor equipo de los últimos 50 años prepara un tarifazo récord del 2.000% con revalúo inmobiliario en la Provincia de Buenos Aires, una locura a todas luces para el primer tramo donde María Eugenia Vidal comenzará a tejer sus sueños presidenciales. Muchacha con ambiciones y muy HDP había resultado la cara de boluda.
Rápidos y furiosos en tan pocos meses destruyeron el estado de bienestar que hasta ayer nomás les permitía a los argentinos quejarse por el abuso de la cadena nacional y marchar y parar contra el impuesto a las ganancias. Aumentaron la pobreza, el déficit fiscal y la desocupación, y duplicaron la inflación y la deuda externa mientras cayeron la inversión extranjera, el consumo y por lo tanto el comercio y por lo tanto la industria, pero sobre todo la construcción, porque además se paralizó la obra pública, y de paso se abrieron las importaciones que se mastican lo que resta. A sólo ocho meses todos los números dan mal y nada indica ninguna mejoría por venir. Al contrario.
El Frankestein ya está suelto y anda solo, y no va a tener ganas de que el populacho le limite sus tropelías, el tema está en qué estará dispuesto a hacer el régimen macrista para evitar retroceder en su posición de privilegio.
Ollas populares, comedores que desbordan y se multiplican, desabastecimiento, carestía, protestas, paros, ruidazos y cacerolazos, marchas federales y religiosas… Día a día se agudizan hasta lo inocultable los síntomas de una crisis que ya ni el mismísimo Barrionuevo consigue negar. Shakespeare, que siempre tiene razón, diría ahora: "esta noche negra no se aclara sin una tempestad". Y el gobierno lo sabe. Pero en vez de tratar de paliar la situación está juntado leña para tirarla al fuego.
La celebración del día de San Cayetano se transformó en una enorme protesta motorizada por las organizaciones sociales que nuclean a los sectores más vulnerables de la sociedad. Partieron desde la iglesia de Liniers y marcharon hasta colmar la Plaza de Mayo. Parece que cada semana son más los sectores que salen a la calle a manifestar su descontento con las políticas de ajuste y persecución del macrismo. Las bases y las masas ya no escuchan el relato vencido de la pesada herencia: el segundo semestre comenzó con el primer cacerolazo, el jueves fue el segundo, y ya la mentada revolución de la alegría y la "pobreza cero" se volvió un chiste amargo.
Más allá del círculo cuadrado de los creyentes de Magnetto, lo sabe cualquier argentino que se informe sin pasiones, a puro dato crudo y realidad visible, con mucha más razón lo saben los CEOs de Cambiemos. Por algo son el mejor equipo de los últimos 50 años. ¿Cómo piensan enfrentarlo?...
Hay un estado de sitio en marcha
Una justicia infestada todavía por más de 300 jueces de la dictadura suelta a 50 genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad, pero se lanza a perseguir a la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, a la sazón una mujer de 90 años que se moviliza en silla de ruedas, y que, sin embargo, y según dijo Clarín logró "evadir" a la policía.
Se disponen a llevarse puesto a culquiera que huela mínimamente a oposición, Milagro Sala es un ejemplo (no se sabe si cometió o no delito, pero sí se sabe que está encarcelada sin juzgamiento). Justificar cualquier atropello próximo, como en los tiempos cuando la excusa era la lucha antisubversiva. Ahora será el narco. Ya lo dijo Michetti: "no tenemos herramientas para pelear con esto". ¿Se las pedirán a la DEA, en una suerte de Plan Cóndor narco?... ¿O recurrirán a las Fuerzas Armadas para la seguridad interna, como en el tiempo de los asesinos?... ¿O amasan un estado de sitio y sacarse de paso el Congreso de encima de una vez por todas?...
Pocos días después la ley de derribos reincorporaba a las Fuerzas Armadas a la seguridad interna, y al toque Mauricio Macri les devolvía su autonomía administrativa. En paralelo la tétrica Patricia Bullrich presentaba su protocolo de seguridad. La temporada de caza judicial había comenzado. Milagro Sala ya estaba presa. Ahora irían por Cristina, después por Hebe ¿Quién sigue? Mientras tanto 50 genocidas –informaba Clarín- dejaban la cárcel y el Comité de Derechos Humanos de la ONU denuncia el aumento de las torturas en lugares de encierro y las prácticas violentas de la policía mientras aumenta el escaso número de condenas a los agentes del estado responsables de estos crímenes.
Imaginemos por imaginar ¿Cómo sería el autogolpe de la derecha?
Imaginen los medios inflando con la paranoida del Estado Islámico, Al Qaeda, La Cámpora y hasta el fantasma de Bin Laden poniendo bombas bombas en todos lados, mientras vivimos una invasión de narcos de países vecinos. En esa secuencia, embutida en un estallido social como el que amasan, ¿por qué no abolir de un plumazo el Congreso, la oposición, los derechos individuales, y los jueces que no se cuadren?... Con la complicidad de los medios que encubrieron durante siete años una dictadura genocida, quizás resulte relativamente viable con la pinza político-mediático-judicial haría su parte, en nombre del "orden público y la paz interior", Magnetto y sus Lanatas se ocuparían de explicarte la necesidad de tan "antipática medida" que ser´aparte de la Revolución de la Alegría, y hablarían otra vez de "total normalidad", como el 25 de marzo de 1976. Las Fuerzas Armadas se sentirían aún más cómodas, más a sus anchas, como ahora la policía persiguiendo incluso madres que amamantan. Y hasta quizás se renueven los Falcon verdes levantando gente mientras la Sociedad Rural celebraría. Los dirigentes sindicales seguirían como hasta hoy, tejiendo arreglos. Y los que no, serían detenidos bajo cargos como conspiración contra el orden público, traición a la patria, terrorismo, o narcotráfico. María Laura Santillán nos contaría cosas horribles de todos ellos. Se descubriría que eran corruptos.
En cuanto al contexto externo, tampoco habría sobresaltos. Gane quien gane en Estados Unidos –Clinton o Trump-, saben que Macri no les negaría esa base militar que tanto sueñan en el sur. Claro que apoyarían.
Claro que es solamente un delirio imaginado porque aún la imaginación es gratis. Pero lo preocupante es si realmente es un delirio que estemos muy lejos de ese panorama. Yo no creo que estemos muy lejos de que lo implementen en lo que queda de tiempo para la próxima elección. Recién van ocho meses de suplicio.
Es infantil pensar que los CEOs que integran Corporación Cambiemos S.A. de verdad esperan todavía una lluvia de inversiones, una pascua de la abundancia, la pobreza cero, la revolución de la alegría… ellos saben que no, y lo sabe también cualquier argentino con cuatro dedos de frente y la vista más allá de Clarín.
Para la derecha no hay otro plan económico que no sea el desguace del estado y la timba financiera, la fuga de divisas con blanqueo incluido, luego de algunos añitos de un gobierno incómodo para sus intenciones, ahora la pelota es de ellos y no la van a soltar muy fácil. Hoy puede parecer imposible una Argentina bajo estado de sitio... pero hace apenas ocho meses, la Argentina actual también parecía imposible.
El Frankestein ya está suelto y anda solo, y no va a tener ganas de que el populacho le limite sus tropelías, el tema está en qué estará dispuesto a hacer el régimen macrista para evitar retroceder en su posición de privilegio.
Lamentablemente, yo creo que estarán dispuestos a absolutamente todo...
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