Artista: Ornette Coleman
Álbum: The Shape of Jazz to Come
Año: 1959
Género: Free jazz
Duración: 37:52
Nacionalidad: EUA
The Shape of Jazz to Come es el álbum en el que el free jazz parece por fin tomar forma. Coleman había lanzado durante el año anterior dos álbumes que prefiguraban su estilo libre pero que aún no desataban todo su poder. Un poco como sucedió a Cecil Taylor en Jazz Advance, los músicos que acompañaban a Coleman en Something Else!!!! (grabado entre febrero y marzo de 1958 y lanzado en noviembre) y en Tomorrow Is the Question! (grabado entre enero y marzo de 1959 y lanzado en noviembre) y estaban aún rezagados, aún levemente atados al lenguaje del bebop y a su desarrollo —también vanguardista pero no libertario— hard bop. The Shape of Jazz to Come se grabó casi simultáneamente a Tomorrow Is the Question!, en una sola sesión el 22 de mayo de 1959, y salieron al mercado juntos, pero hay diferencias cualitativas fundamentales: Tomorrow Is the Question! es una producción más “tradicional”, en manos de Lester Koenig para el sello Contemporary, mientras que The Shape of Jazz to Come tiene como productor a alguien más decidido a permitir que se suelten los demonios: Nesuhi Ertegün de Atlantic Records (que también trabajó con Coltrane). Y, más importante aún, mientras que Something Else!!!! y Tomorrow Is the Question! tienen diferentes bajistas de sesión (muy buenos, eso sí), The Shape incorpora a un bajista definitivo, un músico que también haría historia en el jazz de vanguardia que empezaba a llamarse new thing: Charlie Haden. Si me preguntaran a mí, la diferencia entre los dos primeros discos de Coleman y el tercero, que presenta al free jazz de forma más contundente, se llama Charlie Haden.
El arranque es premonitorio. “Lonely Woman” se abre en lenguaje blues a la combinación armónica entre Coleman y Don Cherry, que pronto se dispara hacia la improvisación, una improvisación que juega con el soporte fijo que dan el bajo y la batería. Aún no estamos en territorio libre, el free jazz se está gestando pero no ha nacido todavía: esta es “la forma del jazz por venir”. Ornette Coleman está aprendiendo a hablar al mismo tiempo que inventa el lenguaje que quiere hablar. Los unísonos melódicos entre saxo y trompeta (la brillante corneta de Cherry) comienzan a abrirse en intervalos. De repente están en cuarta, en quinta, en sexta. De repente tiene sentido lo que escribe Martin Williams, editor de The Jazz Review en las notas del disco: si pones una armonía convencional debajo de mi solo, limitas las posibilidades de lo que vendrá, si usas una armonía no convencional, multiplicas las posibilidades.
En “Eventually” el diálogo improvisador se da inicialmente entre el saxo y el bajo. Hay que admirar las posibilidades del joven bajista; será eventualmente —como si el tema estuviera premonitoriamente dedicado a él— uno de los más importantes innovadores en la vanguardia que se formaba al grabarse este disco: Charly Haden. Luego, el bajista, en combinación con el baterista, se propone como caudal de un río cuyos rápidos recorrerán vertiginosamente Coleman y Cherry, como si sus vientos fueran balsas arrastradas por la corriente.
“Peace” es uno de los temas más destacados, si no el mejor: el lenguaje de Lonely Woman llevado al extremo, el lugar de la experimentación armónica sobre la que crecerá el free jazz en el lustro que comienza, desde aquí hasta Coltrane en Birdland y Ascension, hasta la percusión interminable de Cecil Taylor en el piano (el instrumento que no estpa presente en los experimentos de Coleman). El lenguaje blues de “Peace” seguirá presente en la obra de Coleman permanentemente, pero es aquí donde nace. Es este vocabulario el que Pat Metheny querrá aprender en los 80 cuando produzca Song X con el genio. Es a esto a lo que se refiere Amiri Baraka cuando interpreta estas voces con el hallazgo del mundo nuevo que las luchas sociales de la época comienzan a buscar. El saxo de Coleman será el discurso del reverendo King, tanto como el lamento ante las balas del luchador X. Que sea la paz el nombre de este comienzo es la señal de lo que caracterizará una búsqueda humana, aunque sepamos que no transcurrirá en paz.
Sin llegar al lenguaje de libertad que encontramos en “Eventually”, “Peace” viaja del suave blues hacia un más agitado paisaje de ampliación de la armonía. Esta ves Haden sostiene este paisaje sobre tierra, más que sobre agua, dejando que los vientos crezcan como árboles, como hojas al viento, y finalmente como nubes. Los fraseos armonizados del final, en el silencio que abren el bajo y la batería, son una pintura abstracta de la paz que se busca para el mundo que vendrá. Es tan profundo el canto, que el bajo se ve obligado a recurrir al arco para armonizar con mayor profundidad.
“Focus On Sanity” es, irónicamente, la locura. Aparecen los graznidos de los vientos que serán señal de identidad de la libertad musical colemaniana. Y por fin el espacio libre para la improvisación de bajo y batería sin el suspenso de los vientos. Charly Haden está descubriendo aquí, gracias a Coleman, el camino que abrirá por su parte en el futuro.
“Congeniality”, como su nombre sugiere, está en territorio armonía, pero en esa noción de la armonía que Coleman estaba inventando mientras tocaba en 1959. El coro de vientos que será respondido por la improvisación colectiva, una y otra vez, es como la presentación de la paleta de colores con que estos artistas pintarán el espacio sonoro. Coleman desata sus solos imposibles sobre la base indeterminada que le dan bajo y batería; Cherry responde siguiendo al maestro y de repente todos se reúnen en el coro que plantea los reinicios, como canto angelical. Más genial no se puede, pensaría uno, si no supiera lo que pronto vendrá.
“Chronology” parece continuar “Congeniality”, es de velocidad parecida y estructura improvisativa similar, pero el personaje central aquí es Cherry, mostrando que será protagonista del free jazz también por derecho propio, a partir del aprendizaje con este maestro. También se diferencia de la pista anterior en que “Chronology” no juega con los coros, con los arreglos armónicos que la otra tiene. Es la última pista de este disco visionario y al hacer alusión al tiempo, a la cronología, parece avisar que se trata de un tiempo nuevo.
Don Cherry y Ornette Coleman, 1959. Foto de Lee Friedlander |
Lo es. The Shape of Jazz to Come es la puerta que se abre a un tiempo nuevo. Nada volverá a ser lo mismo en el jazz a partir de aquí. Un año después de este descubrimiento, Ornette Coleman le pondrá nombre al lenguaje —es muchísimo más que un estilo— que está creando: su siguiente álbum, el álbum definitivo, el auténtico parteaguas en la historia del jazz, se llamará Free Jazz y contra él se entenderá la música en adelante. Como hemos relatado antes, Ascension de Coltrane se suele comparar con Free Jazz pero es cinco años posterior. Cuando Coleman estaba desarrollando este nuevo lenguaje, Coltrane no se había sacudido aún por completo las cadenas del bop, aunque estba ya en camino y lo estaba haciendo con los mismos músicos que Coleman: Cherry y Haden, en The Avant-Garde de 1960.
The Shape of Jazz to Come, grabado en mayo de 1959, es el disco que argumenta —por si fuera necesario— que el free jazz no es un juego de ruido sin sentido. Argumento que de repente hace falta porque no han faltado ni faltan aún hoy quienes descartan y desacreditan esta forma de hacer música con el mismo argumento que se aplica a la pintura abstracta de Kandinsky a Polloc: son juegos que podría hacer un niño. ¡No! Lo dice Martin Williams (en las notas del disco): “Yo creo que lo que está tocando Ornette Coleman afectará profundamente al carácter del jazz […]. Lo que ha hecho es, como todas las innovaciones valiosas, básicamente simple, auténtico e inevitable, pero esto sólo lo podemos ver una vez que lo hace alguien con la sublime obstinación de Coleman”.
Este es el disco que muestra el camino tortuoso que la innovación musical negra estadounidense tuvo que andar, en plena era de discriminación y violencia contra su identidad y su vida misma, contra todos sus derechos civiles y humanos, para descubrir que la utopía no podía ser dicha, sólo podía ser tocada. Sólo el lenguaje de la música, en absoluta libertad, sería capaz de describir el mundo nuevo que quiso crear la lucha contra la esclavitud y sus sucesores —la exclusión, la discriminación, la diferencia, el privilegio, el prestigio, el sistema en que vivimos—. La utopía se llama free jazz y empezó en mayo de 1959, en el saxofón de Ornette Coleman.
Lista de Temas:
1. Lonely Woman
2. Eventually
3. Peace
4. Focus On Sanity
5. Congeniality
6. Chronology
Alineación:
- Ornette Coleman / sax alto
- Don Cherry / corneta
- Charlie Haden / bajo
- Billy Higgins / batería
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