Empezamos la semana con otro gran aporte de Horacio Manrique, el último de Yes, y viene cuando hace poco hicimos una saga con los discos que van desde 90125 en adelante (bueno, faltaron algunos, cosa que podríamos solucionar, no? digo, ya que estamos). Un disco producido por Steve Howe, quien se une a Alan White, Geoff Downes, Jon Davison y Billy Sherwood en un "simil Yes" sin Squire (obvio), sin Wakeman, sin Anderson, para parir un álbum de 2 discos que presenta una rica orquestación con varios e interesantes arreglos con el usual protagonismo de teclados, voces y guitarras, con 11 temas, 8 de ellos en el CD principal con 3 temas extra. Y por si no se dieron cuenta, la tapa ha sido creada por el histórico artista de la banda, Roger Dean, quien despliega un trabajo deslumbrante. Y como resumen, copio lo que comenta uno de los comentarios inluidos en este posteo: "En comparación con toda la discografía de Yes, 'The Quest' no es el mejor, ni el gran trabajo y ni una obra espectacular, pero no es un mal disco y si hoy uno quisiera conocer al grupo y saber en qué está o qué ha hecho en los últimos años, este trabajo sería una buena introducción". Eso lo resume perfectamente.
Artista: Yes
Álbum: The Quest
Año: 2021
Género: Rock sinfónico
Duración: 61:35
Referencia: Link a Discogs, Bandcamp, Youtube, Wikipedia, Progarchives o lo que sea.
Nacionalidad: Inglaterra
Mucha de la música que hay en este CD ya estaba compuesta a finales de 2019 y el resto se terminó en 2020. Además, como dato al margen, contaron con la participación de varias orquestaciones para apuntar un mayor énfasis en la melodía principal.
Vamos al primer comentario del día:
El primer CD de 'The Quest' abre con 'The Ice Bridge', tema que al momento de salir como sencillo tuvo en medio de una polémica, ya que el músico y compositor, Francis Monkman, miembro de las bandas, Curved Air y Sky, quien reclamaba que este tema se asemejaba a su tema 'The Dawn of an Era' del álbum 'Energism' de 1978. Las similitudes eran evidentes por lo que el grupo decidió incluirlo en los créditos del tema.
Más allá de esto, la abertura del nuevo trabajo de Yes es uno de los mejores temas del disco, el que contiene un interesante momento de enfrentamiento entre Steve Howe con su guitarra y Geoff Downes en los teclados el que dura varios minutos y es la parte central de la canción.
Seguimos con 'Dare to Know' una composición de 5 minutos y 57 segundos con el bajo de Billy Sherwood y la batería de Alan White, siendo los que llevan el ritmo de la canción desde un papel secundario, pero sumamente clave para el desarrollo del tema que además tiene una preciosa orquestación en donde Jon Davison y Howe se lucen con sus voces.
'Minus The Man' continúa con el binomio Sherwood/White como base para el desarrollo de las canciones, pero aquí destacan las líneas vocales de Davison, quien también es acompañado por Sherwood que por momentos también canta.
'Leave Well Alone' es un tema que se escapa un poco de los escucha a lo largo del álbum con una sonoridad distintas, pero eso no la hace una mala canción. Al contrario, considero que es uno de los temas más logrados. Destacan los riffs de guitarra de Howe y los teclados de Downes.
En 'The Western Edge' aparece el sonido clásico de Yes con una pista que tiene una faceta épica, totalmente diferente de los que se escuchó anteriormente en 'The Quest' con Davison con su voz desatada y más liberada en una composición que recuerda al trabajo de Sherwood con el grupo Circa.
Otro de los temas destacados es 'Future Memories', canción que contiene una guitarra de doce cuerdas tocada por Davison, quien además tiene otro momento mágico y espectacular con su voz, sumado a los coros de Sherwood y Howe, junto al acompañamiento del bajo y el teclado, creando una sonoridad cautivante.
'Music To My Ears' es otra de las canciones que Howe y Davison cantan juntos formando un interesante dueto vocal. Este tema además se destaca por las distintas texturas propuestas por los teclados de Downes: piano, sintetizadores y un Mellotron. Siento que esta canción es en la que más se compenetran todos los miembros del grupo.
El primer CD cierra con 'A Living Island' con Howe interpretando con solidez líneas de guitarra eléctrica y acústica en una emotiva canción que es un homenaje a todos los fallecidos por la pandemia del Covid-19. No hay que dejar atrás el bajo, los teclados y la batería que crean una pieza virtuosa e inteligente.
El segundo CD lo componen solo 3 canciones. La primera, 'Sister Sleeping Soul', se sostiene en un juego entre la guitarra de 12 cuerdas, la batería y las voces de Howe y Davison con unos interesantes arreglos de flauta usados de manera correcta.
Después tenemos 'Mystery Tour' una especie de homenaje a The Beatles, tanto en nombre como en sonoridad, que sí, es una buena canción, pero que no es no por asomo la más destacada del álbum.
Y cerramos 'The Quest' con 'Damaged World', una pista que se ve impulsada por los aportes de Howe en la voz, apoyado por Davison. Junto con eso hay uno notables solos del teclado Hammond de Downes, mientras que por su parte, Howe hace un importante solo en su guitarra. Claramente el segundo CD es un bonus, un agregado que no suma, ni resta al primer disco que se puede considerar el corte definitivo y oficial de 'The Quest'.
Estamos ante un álbum en que todo pareciera ir en la dirección correcta para Yes, quienes después de varias disputas y polémicas por primera vez tienen un camino tranquilo en esta etapa de su trayectoria, lo cual se refleja en el sonido del álbum en el que todo fluye todo en la misma dirección.
En comparación con toda la discografía de Yes, 'The Quest' no es el mejor, ni el gran trabajo y ni una obra espectacular, pero no es un mal disco y si hoy uno quisiera conocer al grupo y saber en qué está o qué ha hecho en los últimos años, este trabajo sería una buena introducción.
Por mi parte, simplemente paso a copiar comentarios de terceros, que siempre hay gente que tiene ganas de escribir sobre este tipo de cosas:
Una banda tan longeva como Yes, con 53 años de carrera y más de una veintena de álbumes, se encuentra en la posición privilegiada en donde ya no busca reinventar su obra, superar expectativas, ni mucho menos volver al mainstream. Su última entrega “The Quest” (2021), el número 22 de su discografía, pone fin a siete años de silencio, demostrando que la creatividad y las ansias de experimentación siguen intactas. Aunque ningún miembro original es parte de la agrupación, los curtidos músicos que conforman Yes actualmente, tienen el camino trazado y saben perfectamente cómo transportar a ese imaginario musical tan propio de estos pioneros del rock progresivo.
“The Quest” es el primer disco de Yes que no tiene a ningún miembro fundador en sus filas. El bajista Chris Squire, fallecido en 2015, fue el último de los originales en tocar con la banda, por lo que la batuta del músico más antiguo de Yes, la tiene el guitarrista Steve Howe, quien entró a los gigantes del progresivo en “The Yes Album” de 1971, reemplazando al original Peter Banks. Esta relativamente ‘nueva’ formación, la completan otro clásico de larga data, el baterista Alan White, a quienes se le suman el tecladista Geoff Downes, también con una extensa historia en el conjunto, el cantante y guitarrista acústico Jon Davison y Billy Sherwood en el bajo y la voz secundaria. Este último tiene ganado el puesto a sangre, pues fue designado por el mismo Squire para reemplazarlo en las cuatro cuerdas.
Cuando apenas suena ‘The Ice Bridge’, sabemos perfectamente que estamos inmersos en el mundo de Yes. En este corte podemos escuchar el lado más rockero del quinteto y también su timbre más clásico. En sus casi siete minutos, nos dan una demostración del genial desempeño de sus músicos. Davison marca presencia con su impecable técnica vocal, por su parte Steve Howe y Billy Sherwood no dan respiro con inquietos licks y complejas armonías. Aunque el que se roba toda la atención en este corte, y en prácticamente todo el álbum, es Geoff Downes y sus teclados. Con una paleta de sonidos exuberante y poderosos ‘leads’, adorna de manera soberbia cada pasaje. ‘Dare to Know’ baja unas velocidades, pero no así su complejidad. Aquí el sonido más pesado del grupo queda de lado, dándole paso a los arreglos orquestales compuestos por Paul K. Joyce, que llenan de dramatismo y misticismo este segundo corte de la placa.
En ‘Minus The Man’ siguen con las revoluciones contenidas y se van directo al territorio de las baladas, obviamente con el sello progresivo de Yes. En este corte, el mensaje se torna más serio, reflexivo y explora líricas cargadas de pensamientos metafísicos. Aunque no alcanza los niveles de epicidad y complejidad de los tracks anteriores, se alza como una de las grandes canciones del álbum. A continuación, llega ‘Leave Well Alone’, el track más largo del LP. Indudablemente, la zona de confort del quinteto londinense. Canciones largas para abarcar y desarrollar ideas complejas. En los mas de ocho minutos de duración, escuchamos a Yes en su plenitud.
Como no todo es progresivo en la carrera de Yes, su lado más pop también se deja ver en esta nueva placa. Canciones como la balada ‘Future Memories’ o la espiritual ‘Music to My Ears’, son verdaderos aciertos compositivos de Davison y Howe, respectivamente. Sin acelerar mucho el compás en ambos cortes, logran transitar entre la oscuridad y la luz con pasajes melancólicos y potentes armonías cantadas a dúo, que se transforman en las grandes fortalezas del disco. Para cerrar el lado A de “The Quest” llega ‘A Living Island’, con un potente mensaje de amor que rinde tributo a las personas afectadas por el encierro y la incertidumbre. Otra poderosa pieza del Yes versión 2021, con un soberbio trabajo instrumental del grupo en general.
Hasta aquí, la tónica del álbum ha sido mayoritariamente calmada y con gran presencia de baladas. Aunque sus pasajes podrían deleitar hasta los oídos más exigentes, se torna por momentos agotador, sobre todo en un estilo como el progresivo. El lado B del disco, pensado como ‘bonus’, posee tres tracks que cambian el ‘mood’ de la placa en general. Por una parte está ‘Sister Sleeping Soul’, con Yes transitando sobre acordes más alegres y coros livianos, que muestran otra faceta del quinteto, alejándose de los preceptos del progresivo. Por último llega ‘Damaged World’, balada pop/rock cantada por Howe, y ‘Mystery Tour’, un tributo a The Beatles, con referencias a sus integrantes y canciones como ‘Maxwell’s Silver Hammer’ y, en general, al disco “Magical Mystery Tour”. Ambas canciones conforman un correcto final, pero que no terminan de convencer del todo. Son, sin duda, de los puntos más bajos de la placa.
La producción, a cargo del mismo guitarrista Steve Howe, es impecable. Miembro del grupo desde los 70, es conocedor del sonido de Yes al revés y al derecho. Sabe darle espacio a cada músico y que estos brillen en el momento indicado, sin dejar vacíos ni saturar en los pasajes de mayor convulsión instrumental. La banda sabía que su regreso discográfico debía ser una gran apuesta, pero sin tomar demasiados riesgos. Para esto, Howe niveló la cancha y exprimió las fortalezas de cada uno de los elementos a disposición. Otra gran performance a destacar es la de Billy Sherwood en el bajo quien, con maestría, supo estar a la altura de su fallecido mentor y crear líneas inventivas e inquietas que se hacen presente en prácticamente toda la obra. No hay dudas de que Chris Squire sabía que Sherwood era el indicado para reemplazarlo.
“The Quest” es un buen disco en general. Aunque empieza mejor que como termina, muestra a un Yes vigente y con ganas. Toma la madurez y sabiduría de viejos conocidos como Howe y White; y la combina con la maestría de Sherwood, Downes y Davison, resultando en una maquinaria imparable que emana rock progresivo por todos sus rincones. Sin desmerecer el trabajo logrado, esta última entrega no vino a cambiar nada. Ni derriba el mito de Yes, ni lo hace más grande, solo expande la abultada discografía del grupo, que seguramente se irá agrandando aún más, al menos en otro par de discos, si la salud de los integrantes más longevos lo permite.
Más allá de la conocida calidad de los músicos, incluso más allá de la calidad del disco, es verdad que este disco no se lo esperaba nadie, y que no deja de ser todo un hito. Por mi parte, es solo eso, pero prefiero sentarme a escuchar discos más interesantes, que tengo un montón mucho mejores que este, aunque de verdad no está mal.
YES sin Chris Squire ya dejó de tener bastante sin sentido. Chris fue el que fundó la banda y era el espíritu de ella. Después, pasó a seguir sin Jon Anderson, voz inconfundible y sello de la banda, amado y odiado a partes iguales por la comunidad rockera.
YES es de esos grupos que o te gustan o los odias, pero lo que es seguro es que no dejan indiferente a nadie. Su formación siempre ha sido un ir y venir de músicos de inmensa calidad, todos gravitando alrededor de Squire, motor y alma de la banda.
Ahora, en 2021, siguen en activo y se atreven a sacar un nuevo disco con composiciones nuevas y cómo no, enfundado en una carpeta diseñada y dibujada por el fiel Roger Dean.
Sinceramente, quién hubiese pensado que esta banda seguiría en la brecha tras tantos años. Genesis están de gira ofreciendo, según muchos, un patético espectáculo. Además de no haber contado con Hackett y Gabriel; que hubiese sido realmente lo que la gente quería ver.
King Crimson están rejuvenecidos gracias a una plantilla de músicos increíbles. Y ofrecen conciertos que dejan al oyente patidifuso. Ahora bien, Fripp no saca nada nuevo para justificar dichas giras salvo Box Set con temas inéditos, canciones en directo y otras golosinas musicales muchas veces sin ningún interés.
Pero volvamos a YES. Siguen de gira y lanzan nuevos temas con dos miembros fundamentales fuera de sus filas. Ya por esta simple gesta, es para quitarse el sobrero. Ahora bien, ¿el disco es bueno? ¿A qué suena? Trataré de daos mi opinión en unas pocas líneas sobre la icónica banda de rock progresivo que regresa nada más y nada menos que con su 22º álbum de estudio, titulado; The Quest.
Es su primer álbum desde la muerte del miembro fundador y guitarrista Christ Squire (quien nombró a Billy Sherwood como su reemplazo antes de su muerte), algo parecido a lo que ha hecho Charlie Watts con Steve Jordan.
Esto, a su vez, significa que Yes ya no tiene miembros originales en la banda. Ya que Steve Howe solo entró en ella en el segundo disco reemplazando a Peter Banks. The Quest suena..a YES, los elementos musicales tan característicos de la banda siguen intactos, proporcionados gracias los talentosos músicos que se encuentran aquí, empezando por el siempre creativo trabajo de guitarra de Steve Howe, tanto con la guitarra acústica, como con la eléctrica.
En The Quest nos encontramos sorprendentemente a unos Yes en una excelente forma creativa, recordándonos por momentos a sus primeros discos; y en otros, a Asia; con unos temas de rock progresivo melódico de gran calidad.
Sorpresa de año sin duda.
Lista de Temas:
CD 1 (47:51)
1. The Ice Bridge (7:03) :
- a. Eyes East
- b. Race Against Time
- c. Interaction
2. Dare to Know (5:58) :
- a. New Journey
- b. Sympathy of Sound
- c. The Lost Cord
3. Minus the Man (5:35)
4. Leave Well Alone (8:08) :
- a. Across the Border
- b. Not for Nothing
- c. Wheels
5. The Western Edge (4:25)
6. Future Memories (5:10)
7. Music to My Ears (4:41)
8. A Living Island (6:51) :
- a. Brave the Storm
- b. Wake Up
- c. We Will Remember
CD 2 (13:44)
1. Sister Sleeping Soul (4:50)
2. Mystery Tour (3:35)
3. Damaged World (5:19)
Alineación:
- Jon Davison / vocals
- Steve Howe / guitars, producer
- Geoff Downes / keyboards, Hammond
- Billy Sherwood / bass
- Alan White / drums
With:
- Jay Schellen / additional percussion
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