Artista: Juan "Pollo" Raffo
Álbum: Brindis - Musica de Flores, Vol.4
Año: 2016
Género: Jazz fusión
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Argentina
Y cierto día del 2016, el ecléctico tecladista, compositor, arreglador, director y Dios sabe qué otras cosas más, terminó editando "Brindis/Música de Flores. Volumen 4", su cuarto disco de caracter solista. Y al parecer y son haberlo premeditado demasiado, parece que esta semana estará dedicada a él, que tanta música nos ha dado. Así que bienvenido otra vez al blog cabezón, y alcemos las copas por este disco llamado "Brindis"... hip! Shalú!
Y vamos con un comentario de nada menos que Sergio Pujol.
Brindemos por Juan “Pollo” Raffo, que nos vuelve a emborrachar con una música sensual e inteligente, la combinación ideal. A su lado están los certeros Martin Rur (clarinete, saxo), Tomás Pagano (bajo) y Rodrigo Genni (batería). Más allá – o más acá – del cuarteto hay músicos invitados para algunos temas: Beto Merino (Percusión), Nora Sarmoria (voz y acordeón), Marcela Galvan (flauta) y Fernando Lerman (flauta contralto).
Viendo la reacción de Rita, mi pequeña de cuatro años, frente a la primera mezcla del disco que Juan me hizo llegar, descubrí que, por encima de cualquier preconcepto, este disco contiene música bailable. Así es: a estas liner notes debió haberlas firmado Rita. Y no digo “bailable” en manos de la danza contemporánea, que todo lo convierte en coreografía. Tampoco pienso en una música que nos arrebata del sillón y nos pone en movimiento indómito. Lo digo como la natural invitación a mecernos que sentimos cuando determinados discursos sonoros sintonizan su sentido más pleno en la respuesta física del oyente. Generalmente orientadas a las acentuaciones ternarias, las composiciones de Raffo entraman con ingenio el impulso rítmico con una elocuencia melódica exquisita. Todo expresado con una ironía velada, marca de un compositor y pianista que podríamos ubicar… ¿dónde?
Jazz fusión de cámara: un poco largo, suena a fórmula para salir del paso. Vivimos un tiempo en que, por un lado, se postula con engolamiento el fin de los géneros musicales tal como los conocimos a lo largo del siglo XX, y por otra parte los consumos culturales están más segmentados que nunca. Pero Juan “Pollo” Raffo va por la suya. Está informado –su música es bien contemporánea en la primera acepción del término – sin que esto lo condicione en sus decisiones. Él se considera, al menos por su formación, un ciudadano del jazz. En ese sentido, si uno empieza a escuchar este disco por su segundo track (“Borboleta”) se topará con un valsecito heterodoxo (pasa de pronto a un 5/8) à la Dave Brubeck, finísimamente desarrollado en la complicidad del saxo soprano con el piano. Pero antes de llegar a “Borboleta” está la extraña “Contrafrente”. ¿Qué sucede aquí? Una línea de bajo solitario y sincopado nos introduce en un tema pentatónico que bien podría animar alguna danza de Medio Oriente pero acentuada como si fuera una cumbia. Para el cierre, después de un falso final intervenido por el clarinete, un poderoso “todos juntos ahora” al mejor estilo rock progresivo. Ya no sólo hablamos de diversidad en un disco: la encontramos en un mismo tema.
Que este multiculturalismo llegue a buen puerto, sin empachar al oyente ni dejarlo flotando en un limbo de dudosas geografías, es quizá el mayor activo de Raffo como compositor. Veamos. Los acordes espaciados de “Rorschach” nos ubican en el ámbito del folclore del Noroeste. “Yerbal”, en cambio, está en línea con los temas más porteños de los discos anteriores. En “La leyenda de Grumete…” está sublimado el vals musette. “Calesita” gira con compás de milonga en tránsito. En “Yaguareté”, el tema con plan armónico más claramente jazzístico, todo empieza con un ritmo de gato, enorme y autóctono como el bicho que da nombre a la composición. El ostinato de bajo de “Terminal” crea un clima nocturnal– el momento dark de un disco en general luminoso – que podría traducirse como “Buenos Aires Hora Cero según Raffo”. “Filigrana”, uno de esos motivos de circo sin domador que alimentaron el cabaret de entre-guerra, desemboca en un trío de piano-bajo-batería que, en la sección medular del tema, improvisará sueltamente hasta el regreso del clarinete. Con “Brindis”, el disco encuentra su título y su cierre introspectivo y ensoñador: Raffo vuelve, solitario, a una Buenos Aires de copas vacías.
En todos los temas hay un método que va de la presentación de una frase punzante, fácil de memorizar, a una zona más abstracta y a la vez más intensa. En cierto modo, todo está fugado de lugar. Nada más diferente al minimalismo. En el contexto de una obra de tan rico despliegue, este disco introduce algunas diferencias respecto a los precedentes. Por lo pronto, hay una idea de ejecución grupal más equilibrada, quizá menos centrada en los teclados – en realidad, aquí sólo está el viejo y querido piano, ejecutado de modo impecable – y de una sonoridad cálida y confidente. Si los materiales melódicos parecen provenir de todas partes – efecto babélico de un estilo finalmente muy porteño -, las decisiones instrumentales son rápidamente identificables. Los contrapuntos, las leves variaciones de textura, la invención de la forma… Todo habla de una coherencia compositiva que ha encontrado en este virtuoso cuarteto su mediación perfecta. Y, en cierto modo, única. No imagino esta música en otros instrumentos, así como no imagino a Raffo desoyendo los sones populares que siempre alimentaron sus insobornables aventuras musicales.
Sergio Pujol
Hoy tenemos en nuestras manos el disco de JUAN “POLLO” RAFFO – o simplemente RAFFO – titulado “Brindis: Música De Flores Volumen 4”. Los volúmenes precedentes del concepto de “Música Para Flores” son “Guarda Que Viene El Tren” (2006), “Diatónicos Anónimos” (2010) y “Al Sur Del Maldonado” (2013). RAFFO hace todas las composiciones y toca el piano, acompañándole los geniales músicos Martín Rur [saxo soprano y clarinetes], Tomás Pagano [bajo] y Rodrigo Genni [batería]. También hay algunos invitados ocasionales pero sobre ellos hablaremos en otro momento. La logística para la grabación y producción de “Brindis” se gestionó a través de una campaña de crowdfunding que finalmente llegó a buen puerto pues el disco se hizo realidad a inicios de la segunda mitad del año pasado 2016. La mayor parte de las sesiones de grabación tuvo lugar en los Estudios del CIAM, con grabaciones adicionales perpetradas en Margarita Estudios, y para el caso particular de la pieza homónima con la que concluye el álbum, su registro tuvo lugar en Rosebud, estudio personal del mismísimo Lito Vitale (quien también se encargó de organizar la grabación). Lo que tenemos aquí es un genial ejercicio de aventuras fusionescas donde la vitalidad de cada elementos folklórico elegido para la ocasión se metamorfosea cabalmente en pletóricas comuniones con los discursos del jazz, el jazz-rock y la vertiente jazz-progresiva en diversas instancias. Al fin y al cabo, RAFFO es un monarca veterano en esta línea de trabajo desde los tiempos de su primer trabajo solista (“El Güevo”, de 1987), pasando por sus colaboraciones para MANUEL WIRZT, JUAN CARLOS BAGLIETTO, etc., además de su paso por la banda tucumana REDD (para su segundo álbum “Cuentos Del Subsuelo”) y ese inolvidable proyecto de jazz-rock vanguardista que fue MONOS CON NAVAJAS. A diferencias de otras ocasiones, esta vez RAFFO restringe su usual arsenal de teclados clásicos y sintetizadores para centrarse exclusivamente en el piano: no renuncia a esa vieja exuberancia propia de trabajos anteriores sino que quiere darle un nuevo enfoque dentro del patrón de un cuarteto de jazz-fusión. El resultado es bello y exultante, pero mejor pasemos a los detalles del repertorio de “Brindis: Música De Flores Vol. 4” antes de seguir soltando elogios (que siempre serán merecidos y siempre se quedarán cortos).
Abre el álbum ‘Contrafrente’, una pieza ingeniosa y versátil que nos hace pensar seriamente que lo que apreciamos es más una labor de arte pictórica que de arte musical. Durando más de 6 minutos y medio, el tema instala desde el punto de arranque un groove fusionesco sumamente poderoso que se percibe dueño de una magia expresiva única: un swing latino con matices arábigos en su desarrollo temático. Para el momento del solo de saxo, el ensamble recurre a un incremento de la intensidad sonora en el cuerpo central, para luego bajarlo durante el turno del solo de piano. A partir de aquí, el ensamble elabora unas interconexiones bastante sofisticadas para finalmente volver al groove inicial con una actitud enriquecida. Comenzar con este cénit es, de hecho, una forma muy valiente de comenzar el repertorio. ‘Borboleta’ sigue a continuación para elaborar un momento más sereno pero no menos colorido. En todo caso, el esquema rítmico más sosegado que se emplea aquí adquiere un nervio renovado a partir del trabajo que hace el ensamble con un tempo sofisticado desde el cual se sustentan las oscilaciones entre atmósferas luminosas y otras más neblinosas. Los músicos aprovechan al máximo el espacio que se otorga para crear sus diálogos y engarces en un desarrollo temático que llega hasta los 8 ¼ minutos de duración (de hecho, se trata de la pieza más larga del disco). El tercer tema se titula ‘Rorschach’ y resulta otro pico máximo de expresividad sonora para RAFFO y sus compinches, pero esta vez desde las profundidades de una introspección contemplativa donde los ropajes de serenidad encubren una inquietud tan misteriosa como conmovedora. Casi como un secreto que preserva celosamente la guardianía de su propia bruma, la pieza se desarrolla con la gentil suavidad de una brisa de la temporada temprana de otoño. Los retazos del saxo soprano son simplemente hermosos. ‘Yerbal’ establece una hermosa síntesis de los ambientes y atmósferas de los dos temas precedentes sirviéndose de la permanente inspiración de aires porteño para crear y ornamentar su bello desarrollo melódico. Es un tema bellísimo, en verdad, un punto culminante dentro de esta propuesta que nos brindad RAFFO y su secuaces.
Ostentando el largo título de ‘La Leyenda Del Grumete Genovés Que Desertó Frente A Las Costas De Quilmes’ y ocupando el ecuador del repertorio, el quinto tema del disco parece enfatizar la faceta otoñal del ensamble en sus instancias iniciales, pero pronto se incorporan algunos aires festivos cuya explosividad se siente sombría a despecho de la luminosidad patente. Las capas de acordeón ocupan un rol protagónico crucial para la ingeniería sonora en curso, así como las florituras de flauta y píccolo que aportan Macrela Galván y Fernado Lerman, respectivamente. Hay algo de cinematográfico en la sobria ampulosidad de esta pieza, la más breve del disco. Virando totalmente de registro, ‘Calesita’ nos muestra frontalmente las aristas más extrovertidas y juguetonas del lirismo esencial del mundo musical de RAFFO. La polícroma vivacidad esencial de esta pieza resulta oportunamente aguijoneada con las ocasionales incorporaciones de breves pasajes más relajados. Este retorno a la tradición argentina se cumple con una gracilidad contagiosa. ‘Yaguareté’ cumple con la misión de potenciar la aureola de mágica diafanidad que se instauró en el tema precedente para hacer exactamente lo mismo: darle un enfoque sofisticado a un motif atractivo de base para motivar recursos de lucimiento particular a partir de allí: esta vez son el bajo y la batería quienes se suceden en la asunción del protagonismo en importantes momentos del entusiasmo impulsado por la amalgama instrumental. Merino vuelve como invitado a las percusiones para la ocasión. El ritmo utilizado es el gato, mientras que ‘Yaguareté’ se había valido del swing propio del candombe. Tenemos ahora otro notorio viraje de atmósfera cuando emerge ‘Terminal’, una pieza cuyo núcleo temático y estructura se focalizan en la languidez propia de lo nocturno, una pesadez emocional que se deja arropar por la dejadez mientras manifiesta sin tapujos su lirismo vulnerable, a veces rayano con el silencio. Cuando termina el tema recién podemos reaccionar intelectualmente y apreciar en retrospectiva la enorme dosis de ingenio creativo que hizo falta invertir en la concreción de esta idea.
Pero no podemos dedicar mucho tiempo a esta reflexión porque de inmediato llega el turno de la pieza más alegre del disco, ‘Filigrana’, la cual recapitula y capitaliza los recursos de colorido y vivacidad que antes apreciamos en temas como ‘Contrafrente’ y ‘Calesita’. El clarinete se luce a todo dar durante el desarrollo temático, de hecho, es la guía para las interacciones grupales. Durando poco más de 5 ¼ minutos, la pieza homónima cierra el disco: se trata de una pieza solista de piano en la que éste explaya su fuerza de carácter a través de un desarrollo temático que sucesivamente va creando surcos etéreos y otros signados por un expresionismo vivaz. Aunque esta pieza destila aires de soledad, para nada es lánguida o melancólica: su aureola irradia una fluorescencia apasionada y majestuosa. ¿Qué mejor manera había de cerrar un disco tan brillante como “Brindis: Música De Flores Volumen 4”? Se trata del broche de oro perfecto para este catálogo de maravillas sónicas que RAFFO y su banda nos han brindado para complacencia absoluta del ideal de la música. ¡Qué delicia de brindis!
Para escucharlo:
https://open.spotify.com/album/6ajoBnvvDCcAi35wpCuJht
Lista de Temas:
1. Contrafrente
2. Borboleta
3. Rorschach
4. Yerbal
5. La Leyenda del Grumete Genovés que Desertó Frente a las Costas de Quilmes
6. Calesita
7. Yaguareté
8. Terminal
9. Filigrana
10. Brindis
Alineación:
- Juan "Pollo" Raffo / compositor, piano
- Martín Rur / saxo soprano, clarinete, clarón
- Tomás Pagano / bajo eléctrico
- Rodrigo Genni / batería
Invitados:
Marcela Galván Alberti / flauta en 5, palmas en 7
Fernando Lerman / piccolo y flauta contralto en 5, palmas en 7.
Beto Merino / percusión en 1 y 7
Nora Sarmoria / voz y acordeón en 5
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