#Músicaparaelencierro. Uno de esos artistas que merecen su sitio en el blog cabezón y que aún no habíamos colocado: el gran Fish, que fuera frontman de Marillion en su momento de arranque. Aprovechando que Fish se encuentra en pleno lanzamiento del disco con el que se retira de la música, compartimos uno de sus mejores trabajos solistas, que además tiene a un brillante Steven Wilson en la guitarra (y prometemos traer más tanto de Fish como del Marillion que él condujo).
Artista: Fish
Álbum: Raingods with Zippos
Año: 1999
Género: Neoprogresivo, folk, sinfónico
Duración: 55:35
Nacionalidad: Escocia
Marillion es una de esas bandas que respetamos en el blog cabezón pero nomás hay dos discos y son los más recientes. Y no es porque nos interese menos el neoprogresivo, pues hay discografías casi completas de la mayoría de bandas surgidas en los 80, pero de estos fundadores del género neo —recogieron el espíritu contestatario del punk y desde ahí hicieron la reingeniería del progresivo para su segundo gran aliento— todavía están pendientes algunas maravillas. Pero este post no es para resolver eso, sino para abrir la puerta a otra ausencia relacionada con Marillion: la de quien fuera su frontman, el polémico cantautor y actor escocés Derek William Dick, mejor conocido como Fish.
Hace alrededor de un mes Fish anunció su retiro de la música con el lanzamiento de su último álbum. Está en veremos si la pandemia le permite realizar una gira inglesa, probablemente europea, el próximo año, pero Weltschmerz (término alemán que expresa un intenso sentido de frustración ante la imposibilidad de construir un mundo agradable) ya está siendo distribuido de manera independiente (Fish peleó crudas batallas legales contra EMI y Polydor, para hacerse con los derechos universales de sus creaciones; todas sus producciones a partir del álbum Songs from de Mirror, 1993, son independientes).
Pero mientras le ponemos las manos encima a ese disco (aunque he leído críticas negativas; debe ser bastante convencional), escuchemos uno de los mejor logrados de la carrera solista de este interesante creador: Raingods with Zippos, de 1999, un disco estupendo para cerrar el siglo XX que se nos va convirtiendo poco a poco en historia antigua.
Destaca en este disco la participación de Steven Wilson en guitarra. Ya con ese dato basta para llamar la atención cabezona. Aviso que el genio no toca en todos los temas, pero está en los más importantes y característicos: su guitarra abre potente en la primera pista, “Tumbledown”, uno de los mejores momentos en toda la carrera de Fish, un temón de anacrusas y compases compuestos que sin embargo no pierde el atractivo pop para contarnos que todo cambia, nada permanece, todo vive dando vueltas.
Poderosa también es la segunda pista, “Mission Statement”, un pop fuerte y bailable con trama medio policial (que no cuenta con Steven Wilson pero lo sustituyen cuatro guitarristas). Luego un muy buen par de baladas acústicas, una de desamor tristísima (“Incomplete”) que podría competir con las de Matt Johnson de The The, y otra alegre y optimista en onda folkie, como para acompañar al héroe de un western después de la aventura, “Tilted Cross”. “Faithhealer” es un hard rock como en los primeros tiempos de Marillion, con Wilson otra vez ahí, y luego, como para cerrar el lado A (aunque es un disco de casi una hora que salió en CD en esa época en que los lanzamientos en vinil eran rarísimos), una especie de himno en el que se siente la influencia de Roger Waters en sus últimos días con Pink Floyd (The Final Cut), “Rites of Passage” (que en realidad es el punto débil del álbum: larga y aburrida).
Y viene lo que vendría a ser el lado B, cumpliendo con todos los requisitos del álbum conceptual: una suite progresiva de 25 minutos dividida en seis partes, Plage of Ghosts. Wilson es un protagonista principal aquí, incluso se le acreditan “todos los solos”, y vaya que hay. Es casi como si estuviéramos escuchando un trabajo de la saga del guitarrista, pero con el poder letrístico comprobado de quien fuera frontman de Marillion. Ya desde la primera pista del disco, “Tumbledown”, Fish nos está hablando del absurdo a través de esos extraños dioses de la lluvia que pretenden encender un Zippo bajo la tormenta, del hombre de lata con un corazón batiente que sin embargo se rompe. En la suite de la “Plaga de espectros”, estos dioses tontos de la lluvia vuelven, recurriendo incluso a la variación sobre el mismo tema, y aportando una pieza extraordinaria en el universo del rock de los 90, casi del siglo XXI, en la que respira el legado de los viejos progresivos. Hay que señalar que el diseño gráfico de los interiores tiene varios elementos gráficos provenientes de culturas precolombinas mesoamericanas, entre ellos el dios de la lluvia de los aztecas, el imponente Tláloc.
Fish: un poco de historia
Marillion se había formado en Aylesbury (un lugar a 60 km de Londres, lo que acercaba a los muchachos al objetivo), a fines de los 70. El nombre, obviamente, es una referencia al libro El Silmarillion, una recopilación de relatos tempranos en los que Tolkien dibuja los elementos de lo que será la mitología de El Hobbit y El señor de los anillos (sería publicado póstumamente). Hay versiones distintas sobre la razón por la que los fundadores de la banda recortaron el nombre a “Marillion”: unos dicen que para que fuera más fácil de recordar, otros que para evitar el pago de derechos a los Tolkien. Cuando Fish se unió al grupo, el nombre ya estaba ahí y, aunque el escocés no renegaría de ese tributo, sus influencias literarias son mucho más oscuras.
Irvine abandonó en 1981 y una audición produjo dos sustitutos: Fish a la voz y Minnitt al bajo (pronto sería reemplazado por Trewavas, que es hoy uno de los pilares de Marillion). La presencia de Fish pronto comenzó a apoderarse del liderazgo y aportó una inteligente lírica del desencanto y una poética que se iría fortaleciendo, en la que transpiraba la literatura que prefería. Mark Wilkinson, artista que elaboró las carátulas de los discos de Marillion de la era Fish, cuenta sobre Script for a Jester’s Tear (1983, extraordinario primer álbum) que ese bufón deprimido que escribe para violín fue idea de Fish; un personaje que ya venía desarrollando desde antes de unirse a Marillion.
Desde el principio, Fish es una especie de fuerza que quiere salir. Se sobrepone a las críticas que señalan su parecido con Peter Gabriel (y de Marillion con Genesis), aduciendo lo mucho más oscura que es su perspectiva, y efectivamente, cada uno de los álbumes que graba con el grupo se hunde más en las sombras del alma humana (claro, tampoco es que Gabriel sea un optimista, pero efectivamente hay diferencias entre ambos, aunque se parezca el timbre de sus voces y ambos tengan un acercamiento histriónico al desempeño del cantante de rock). El último disco que Fish graba con Marillion, Clutching at Straws (1987), lleva en ambos lados de la tapa los retratos de aquellos a quienes Fish reverencia en sus canciones y sus temas, todos muertos temprana, trágicamente, casi todos por exceso en el consumo de alcohol y drogas (Jack Kerouac, Dylan Thomas, Truman Capote, James Dean y John Lennon entre ellos).
Las letras y el liderazgo de Fish sin duda contribuyeron en la centelleante trayectoria de éxito que tuvo la banda, una auténtica coleccionista de posiciones en las carteleras y discos de metales preciosos. Pero lanzado el cuarto álbum, que él mismo calificaba como “su obituario” con Marillion, Fish decidió bajarse de un tren que, llevado por contratos de gran disquera (EMI) y por un manager codicioso, sediento de cobrar el 20% que se llevaba por cada contrato de presentación, amenazaba con destruir a sus integrantes.
Por estas razones o por su combinación con otras que se desconocen, Fish empezó una carrera solista en la que sus sórdidas preocupaciones no tendrían límite, pero que podría llevar a un ritmo adecuado para avanzar sin poner en riesgo su salud física y mental. Perdió tempranamente el pelo, desarrolló una propuesta neoprogresiva que se ha ido transformando poco a poco —siempre dentro del amplio espectro del britpop, pero con muchas incursiones en el folk y lo tradicional, y con el toque progresivo que aporta su voz por sí misma—, simpatizó con el movimiento separatista escocés pero se negó a votar el “sí” definitivo (porque se estaba mudando a Alemania y “eso hubiera sido una hipocresía”, dijo), desarrolló su faceta actoral en cine y TV, y maduró una escritura compleja, filosófica, surrealista; siempre cercana al flujo de conciencia de Kerouac. La de Fish es una prosa poética que al interpretar a veces transita de la palabra hablada al canto, sin ser nunca rap, y que aborda, a veces hiperbólicamente, a veces de una forma muy directa, temas de una gran diversidad.
Va este post en reconocimiento a su trayectoria; traeremos otras cosas de Fish y, claro, pronto los discos iniciales de Marillion que ya son clásicos.
Lista de Temas:
1. Tumbledown
2. Mission Statement
3. Incomplete
4. Tilted Cross
5. Faith Healer
6. Rites of Passage
7. Plague of Ghosts: a) Old Haunts
8. Plague of Ghosts: b) Digging Deep
9. Plague of Ghosts: c) Chocolate Frogs
10. Plague of Ghosts: d) Waving at Stars
11. Plague of Ghosts: e) Raingods Dancing
12. Plague of Ghosts: f) Wake-Up Call (Make it Happen)
Alineación:
- Fish / voz principal
- Steven Wilson / guitarra (1, 5, 7-12)
- Bruce Watson / guitarra (1-2), mandolina (3)
- Robin Boult / guitarra acústica (2-5)
- Till Paulmann / guitarra (2)
- Phil Grieve / guitarra (5)
- Steve Vantsis / bajo (1-2, 5-12), contrabajo (3-4)
- Tony Turrell / teclados (1-5, 7-12), programación (7-12), arreglos de cuerdas (5), samples (7-12)
- Mickey Simmonds / teclados (1, 5-6), programación (6)
- Dave Stewart / batería (1-2, 4-12)
- Davey Crichton / violín (5), fiddle (4), arreglos de cuerdas (3, 5-12)
- Dave Haswell / percusiones
- Elisabeth Antwi / voz principal (3), coros (1)
- Nicola King / coros (2, 4, 7-12)
- Tony King / coros (2, 7-12)
- Mo Warden / palabra hablada (12)
- Mark Daghorn / programación (7-12)
- Elliot Ness / arreglos para cuerdas (3, 5-6), samples (7-12)
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