Mateo Diaz Boetti: Ustedes son unos esclavos, les cabe el collar.
Cabeza de Moog:
Y lo digo en la nota: "quien por sentido común no sigue su estúpida
lógica lo ponen automáticamente en la vereda de enfrente de su supuesta
grieta." Claro claro, nosotros llevamos collar, somos esclavos, somos
comunistas, somos oficialistas ¿qué más? ¿O como digo en la nota, no
estarás entrando en el juego de aquellos que no quieren que se exprese
una nueva "normalidad"? El mundo cambia (más allá de la pandemia) y hay
cierto sector (en el que quizás te incluyas) que le está haciendo el
juego a los poderosos para que todo siga como está. ¿quién será el
esclavo y quien el que tiene el collar?
Ojo, y yo no hablo de una
cuarentena eterna, los que habland de ello también están están alejados
de las necesidades de la gente, de la guita que necesita juntr día a día
el laburante para comer y llevar a su casa ¿vale más morir de hambre o
de coronavirus?. Yo hablo de la estupidez en todas sus formas, de gente
que quema barbijos, negacionistas y mete ideología pro capitalista en un
momento donde lo que debe primar es la supervivencia y el bienestar de
todos. ¿Es tan difícil ampliar las medidas de prevención por un lado y
cuidar de los comercios y los trabajos por otro?. Eso es una cosa, pero
la nota no habla de eso, habla del negacionismo y del fanatismo que pide
"libertad o muerte" ¿qué libertad? la libertad de tu esclavitus todos
los días?. Es complicado meter el sentido común cuando el ambiente está
enrarecido y el fanatismo impide escuchar voces que no se paran en
ningún dogma. La pandemia está siendo tomada como un negocio por los
hijos de puta de siempre, y la gran mayoría le está haciendo el juego, y
sobretodo los negacionistas.
La complejidad creciente de las sociedades y de sus economías y el aumento de la capacidad de destrucción culminó el siglo pasado en dos guerras mundiales. El horror de estos dramas abrió paso a la elaboración de la Declaración Universal de Derechos Humanos proclamada por las Naciones Unidas en 1948. La misma reconoce que la libertad, la justicia y la paz se basan en la aceptación y protección universal de derechos inalienables e iguales para todo el mundo. Entre ellos se encuentran los derechos a la vida, a la libertad, a la seguridad, a la educación, a la libre expresión, al pan, al techo y a un trabajo digno. Mucho ha ocurrido desde entonces y hoy la luz de los Derechos Universales penetra con dificultad las densas turbulencias que emanan de un mundo en crisis.
El avance incontenible de un capitalismo global monopólico, que maximiza ganancias en todos los ámbitos de la vida social, ha dado lugar a una brutal concentración del poder económico en el mundo. El interés de un numero reducido de grandes corporaciones multinacionales ha desbordado al Interés General de las sociedades engendrando una lógica caníbal y una crisis de legitimidad de las instituciones democráticas. Esto ha derivado en un abismo creciente entre los derechos de los muy pocos que tienen mucho y los de aquellos que integran las grandes mayorías fragmentadas, aisladas y sumergidas en una cotidianeidad cada vez mas difícil de sobrellevar.
En este mundo, un grupo de enormes corporaciones controla los medios de comunicación y las redes sociales e impone un relato oficial donde las palabras se vacían de contenido y las ficciones sustituyen a la realidad. Es el mundo donde las noticias falsas manipulan opiniones y la incertidumbre forma parte de un poderoso dispositivo, explícito y subliminal, que busca dividir y fragmentar, confundir, inducir miedo y detonar odio, anulando así la capacidad de reflexión y critica sobre las causas de los problemas que nos aquejan. Hoy se toman por verdades a las sombras que, como en la caverna de Platón, sustituyen a los fenómenos que las originan. Esas palabras huecas y relatos ficticios que buscan cooptar la desazón y la furia de vastas capas de la población cada vez más amenazadas por una crisis económica y una pandemia incontrolable. En esta incertidumbre que llegó para quedarse, el fanatismo sustituye a la reflexión y tanto en el centro como en la periferia del orden mundial resuena el sonido y la furia de un fascismo aggiornado.
En vísperas de elecciones
Un estudio reciente de la Rand Corporation concluye que entre 1975 y 2018, 2,5 billones (trillions) de dólares fueron redistribuidos anualmente desde el 90% de la población norteamericana con menores ingresos hacia el 1% que concentra los mayores ingresos. El estancamiento y la caída de los salarios, las quitas de impuestos a los sectores más ricos y la desregulación financiera explican que hoy las clases medias y sectores populares perciban ingresos más bajos de los que tenían hace 45 años (businessinsider.com 18 9 2020). La política monetaria seguida desde el mes de marzo por la Reserva Federal para mitigar el impacto de la pandemia amplificó la desigualdad social, al producir un aumento del valor de los activos financieros que solo benefició al 10% de los norteamericanos que los poseen en su enorme mayoría (zerohedge.com 10 10 2020).Así, el país llega a las elecciones con una recesión económica y tensiones sociales crecientes. Una encuesta realizada entre el 16 y el 28 de septiembre (Household Pulse Survey, Census Bureau) muestra que 59,2 millones de norteamericanos esperan una caída de sus ingresos antes de las elecciones, ya sea por pérdida de trabajo o caída de sus salarios. Esta situación golpea especialmente a las minorías étnicas, y en particular a los negros y a los hispanos (zerohedge.com 9 10 2020). Si bien el Congreso aprobó un paquete de estímulos fiscales y financieros destinados a mitigar la crisis, esta ayuda se agotó. La disputa entre republicanos y demócratas en el Congreso ha impedido su renovación y la mayoría de los norteamericanos han tenido que recurrir al endeudamiento o a un retiro anticipado de sus ahorros para sobrevivir (markewatch.com 3 10 2020).
En este contexto, tanto Trump como Biden usan la tensión racial y las acusaciones contra potencias extranjeras (China para Trump y Rusia para Biden) como poderosas herramientas para cooptar la furia y la desazón de los sectores sociales mas golpeados por la crisis económica y la pandemia, estimulando al mismo tiempo el patriotismo y la participación electoral de sus votantes. En este escenario, las corporaciones que controlan las redes sociales e Internet manipulan la información para incidir sobre el resultado electoral. Tanto Twitter como Facebook y Google han sancionado desde hace meses los contenidos de los mensajes de Trump y de varios grupos que, según el criterio de las empresas, no responden a “la veracidad” de los hechos. Esta semana la censura fue más importante: Twitter bloqueó la cuenta del New York Post, el cuarto diario del país por tiraje, para evitar que circularan los mails de Hunter Biden implicando a su padre, Joe Biden, en negocios corruptos realizados en el pasado tanto en Ucrania como en China. Denuncias parecidas habían surgido en los últimos años, pero fueron oportunamente negadas por Papá Biden. Ahora habría aparecido información que lo compromete seriamente y tanto Twitter como Facebook procedieron a impedir su circulación bloqueando, entre otras, las cuentas de la Comisión de Justicia del Senado presidido por los republicanos y las del propio Trump. Estos escándalos han motivado la citación del CEO de Twitter ante esta Comisión para que explique sus acciones y transparente las reglas que sigue al diferenciar lo que está bien de lo que está mal. Paralelamente, se conoció que funcionarios de muy alta jerarquía tanto de Twitter como de Facebook han pasado a integrar el Comité de Transición que asesora a Biden sobre las políticas a realizar, una vez ganadas las elecciones (zerohedge.com 14 y 15 10 2020).Todo esto ocurre en un contexto geopolítico cada vez mas caldeado por la decisión de Trump de azuzar conflictos externos para capitalizarlos en las elecciones. El miércoles un destructor norteamericano volvió a pasar por el estrecho de Taiwan, mientras el gobierno norteamericano concretaba la venta de armamentos a Taiwan a pesar de la fuerte oposición del gobierno chino. Estos acontecimientos llevaron al Presidente Xi Jinping a conminar a sus tropas a mantenerse en alerta y a concentrar la mente y las energías en la preparación para la guerra (Newsweek.com 14 10 2020). Este es, sin embargo, un episodio más en una cadena de provocaciones militares del gobierno norteamericano a Rusia y a China ocurridas recientemente en zonas de conflicto candente, que incluyen la utilización abierta de armamento de guerra nuclear. Esto incluye el vuelo de aviones B-52 en el ártico ruso, en el mar de la china y en las aguas que rodean a Taiwan (zerohedge.com 12 10 2020).
Corrida cambiaria y desestabilización política
La semana comenzó con una nueva manifestación callejera anti cuarentena en las principales ciudades argentinas. Liderada por el macrismo, la concentración reclamó contra «la falta de libertades» y «la corrupción K» y exigió una «justicia independiente». Impulsada por los medios concentrados, contó con la peculiaridad de incluir una invitación al escrache de CFK al difundir su domicilio como lugar de concentración. La violencia verbal y física contra opositores y periodistas de determinados medios marcó un nuevo hito en el despliegue de fanatismo impregnado de disonancia cognitiva que fue el sello de todas estas manifestaciones con amplia participación de sectores medios urbanos, amenazados por la recesión económica y el cierre temporario de negocios. Al calor de su empuje reapareció ante los medios un Macri enojado, por momentos incoherente e incapaz de hacerse cargo de los fracasos de su gobierno. No dudó en proclamar que “estamos ante el ultimo gobierno populista de nuestra historia” (clarín.como 15 10 2020). Su raid mediático fue seguido por una ofensiva judicial de diputados de JxC, contra Roberto Navarro y otros colegas de El Destape a quienes se acusa de publicar información que, curiosamente, también fue publicada por un medio del periodismo de guerra. La embestida de estos republicanos incluyó una denuncia contra Miriam Lewin, Defensora del Publico, por la creación del Observatorio Nodio, un organismo pensado para dar cuenta de las noticias falsas y la violencia simbólica. Un fiscal procesado promovió la investigación penal de Miriam Lewin a quien acusa, entre otros dislates, de promover “una cuarentena mental” y una vuelta a la “mazorca”. Mientras el macrismo mueve los alfiles que implantó luego de cuatro años de sistemática violación del Estado de Derecho, la principal batalla desestabilizadora continúa en el mercado de cambios. Allí, un puñado de monopolios intentan desestabilizar al gobierno obligándolo a devaluar y a liquidar rápidamente sus reservas internacionales. Las medidas tomadas en octubre por el BCRA para promover la liquidación de divisas de exportación y la venta de granos de la última cosecha no han obtenido los resultados esperados y el BCRA continúa vendiendo sus reservas para contener una brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo que hacia mediados de la semana fluctuaba en el 120%. En lo que va del mes de octubre la autoridad monetaria ya perdió mas de 500 millones de dólares, y si no detiene a corto plazo la hemorragia abrirá las puertas a fenómenos imprevistos. Esta semana el BCRA dispuso nuevas medidas cambiarias y monetarias. Entre las primeras cabe destacar los limites al adelanto de importaciones, un mecanismo que muchas empresas utilizaron para acceder al dólar oficial por adelantado para cancelar compras en el exterior que se concretarían a futuro. También impuso restricciones al acceso al mercado de cambios para pago anticipado de importaciones exigiendo la previa presentación de la aprobación de Aduana.Así, despejada la escena cambiaria del angurriento chiquitaje, las divisas del país dependen de las turbulencias desatadas por una matriz productiva que asegura a un pequeño núcleo de empresas poder monopólico sobre los negocios de exportación e importación, cuyos verdaderos precios y volúmenes transcurren por circuitos oscuros y en gran parte al margen del control estatal. La reactivación de la economía y la inclusión social no deberían dar prioridad a las exportaciones en un mundo que se cierra al calor de la crisis económica global. Requieren en cambio de medidas tendientes a iniciar cambios en la matriz productiva, sustituyendo importaciones y reactivando el mercado interno con fuerte impulso a la inclusión social. Tal como está planteado el Plan de Desarrollo de Agroindustrias propuesto por el Consejo Agroindustrial Argentino, profundiza el control monopólico que unos pocos tienen sobre las divisas del país. Este fenómeno y la dolarización de la economía constituyen el caldo de cultivo del fascismo antiperonista en el país.
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