Uno de los exponentes más importantes de la fusión y la vanguardia en la escena musical chilena, con una propuesta ecléctica y enérgica nutrida por diversos estilos como el rock, el jazz, el funk, el pop, la fusión latinoamericana y la música contemporánea. Agrupación formada en 1984, que estableció uno de los sonidos más novedosos de esa década, con líricas que se funden entre los comentarios contestatarios y el discurso ácido, y que si bien nunca se ha transformado en un producto masivo ha cosechado miles de seguidores desde su política de música independiente. Desarrollaron una propuesta única y con una lírica que sacudió el lenguaje musical local en plena dictadura militar. El grupo se mantuvo vigente, con diferentes cambios de sus integrantes hasta el 2015, con tres interrupciones en su historia, editó cinco discos de estudio en su vida musical. He aquí parte de una historia de la cultura subversiva.
A mediados de los años 70, y siguiendo la tendencia impuesta por muchos músicos de formación académica, lentamente algunos exponentes chilenos comenzaron a reinventarse, dando paso a un nicho pequeño pero que tendría una presencia no menor en la escena de ese país: el rock experimental y progresivo, el jazz y el jazz fusión. Estos géneros, al ser muchas veces instrumentales o tener textos con un halo existencial logran mantener una actividad constante en un pequeño circuito de pubs. De ese germen nació Fulano, nacido en 1984 y que fue pilar de la historia musical chilena junto a bandas más antiguas como Congreso o Los Jaivas.
Fulano es considerada la mejor banda de jazz rock de Chile y se estableció como un pilar fundamental en la música experimental moderna de Latinoamérica. Con canciones como "Sentimental blues", "Adolfo, Benito, Augusto y Toribio", "Lamentos", "Basura" y "Canción formal en 7/8", el sexteto se ha mantenido vigente en la escena musical nacional por décadas gracias a la integración de elementos estilísticos distintos pero aunados en un mismo concepto de transgresión.
A continuación, una historia política y musical por el Chile de los 80s, o cómo utilizar la cultura para exponer un mensaje y nuevas ideas subversivas y alejadas de las propuestas facilistas que propone el sistema.
A mediados de los años 70, y siguiendo la tendencia impuesta por muchos músicos de formación académica, lentamente algunos exponentes chilenos comenzaron a reinventarse, dando paso a un nicho pequeño pero que tendría una presencia no menor en la escena de ese país: el rock experimental y progresivo, el jazz y el jazz fusión. Estos géneros, al ser muchas veces instrumentales o tener textos con un halo existencial logran mantener una actividad constante en un pequeño circuito de pubs. De ese germen nació Fulano, nacido en 1984 y que fue pilar de la historia musical chilena junto a bandas más antiguas como Congreso o Los Jaivas.
Fulano es considerada la mejor banda de jazz rock de Chile y se estableció como un pilar fundamental en la música experimental moderna de Latinoamérica. Con canciones como "Sentimental blues", "Adolfo, Benito, Augusto y Toribio", "Lamentos", "Basura" y "Canción formal en 7/8", el sexteto se ha mantenido vigente en la escena musical nacional por décadas gracias a la integración de elementos estilísticos distintos pero aunados en un mismo concepto de transgresión.
A continuación, una historia política y musical por el Chile de los 80s, o cómo utilizar la cultura para exponer un mensaje y nuevas ideas subversivas y alejadas de las propuestas facilistas que propone el sistema.
Los años 80 fueron musicalmente especiales, pero también particularmente duros para los países de Sudamérica. Entre crisis económicas y dictaduras militares por todo el continente, los artistas vivieron y produjeron con lo que tenían en las manos. Sin embargo, el Chile de los 80 tuvo un panorama interesante de grupos musicales de todo tipo como Los Tres, Fiskales Ad-Hok, Electrodomésticos, Los Prisioneros, entre muchos otros.
Pero un inesperado grupo ganó destaque especial haciendo una música sofisticada, con influencias de jazz-fusion y música clásica de vanguardia, además de ser mayoritariamente instrumental. Oriundos de la Universidad de Chile, en Santiago, el grupo Fulano se formó a partir de dos ex integrantes del colectivo Santiago del Nuevo Extremo, el saxofonista Cristián Crisosto y el bajista Jorge Campos.
Juntos con el tecladista Jaime Vivanco, el baterista Willy Valenzuela, el saxofonista Jaime Vásquez y la cantante/clarinetista Arlette Jequier el grupo empiezó su actividad en 1984. Con influencias de músicos experimentales como Frank Zappa, Hermeto Pascoal y Meredith Monk, el conjunto formó parte del creciente movimiento musical subversivo en los tiempos de dictadura chilena.
Éxito inesperado
En 1987 lanzaron su ya clásico primer disco homónimo. Con temas como “Maquinarias” y “Suite Recoleta”, el grupo se establece como una de las grandes novedades en la música chilena. El disco sorprende por tener buenas ventas y reconocimiento a pesar de su supuesta falta de reclamo comercial. Los temas eran largos o estaban divididos en muchas secciones, y las intervenciones textuales eran mínimas. Su música era primordialmente instrumental, y encontró su público.
Además de los habilidosos músicos, también llamó la atención la poderosa voz de Arlette Jequier. Fuera cantando las pocas letras que tiene el disco, fuera usando la voz misma como instrumento, el encanto y potencia que va del canto lírico hacia el scat singing jazzístico salta a los oídos y se volvió un importante rasgo del grupo.
En 1989 lanzaron su segundo álbum, el disco doble En el Bunker. Este radicaliza la línea de su predecesor con más música protesta y temas instrumentales más experimentales. Se destacaron las canciones “La historia no me convence, solo me atraganta” y “Adolfo y Benito, Augusto y Toribio”. A principios de los 90 ya eran considerados uno de los grandes grupos chilenos que surgieron en la década anterior, en el llamado “Rock chileno”, aunque al grupo no les cabía tal denominación.
Pérdidas y carrera irregular
Después del lanzamiento de su segundo disco el grupo tuvo su primero parón. En 1993 lanzaron su tercer disco El Infierno de los Payasos. Más pop de lo habitual, el grupo mantuvo el estilo que ayudó a definir, aunque un poco más tímido. En ese tiempo, el baterista Willy Valenzuela se fue a Estados Unidos y dejó el grupo. La banda inició un nuevo parón.
A pesar de todo, en 1977 lanzaron, de modo independiente, el disco Trabajos Inútiles con un nuevo baterista. Este sería el último disco de canciones inéditas del grupo hasta 2015. A finales de los 90 el saxofonista Jaime Vasquez salió del grupo. A principios del nuevo siglo el grupo planeó un nuevo retorno, pero luego recibieron el shock de la muerte del tecladista, Jaime Vivanco, que puso fin a las actividades de la banda.
A principios de los años 2000, Crisosto y Jequier iniciaron un proyecto llamado Mediabanda, una big band con músicos jóvenes que siguió grabando discos. En 2009 el grupo Fulano se reorganizó, con un nuevo baterista y un nuevo tecladista, volvieron a hacer conciertos y grabaron su primer DVD en directo llamado La farsa continua. En 2013, con motivo del fin del matrimonio de Jequier y Crisosto, la cantante salió del grupo junto al saxofonista Jaime Vasquez. El grupo siguió adelante con una nueva cantante.
Rômulo Ataides França30 años de Fulano
En noviembre de 2014, con ocasión de la fecha de cumpleaños de la formación de la banda, se realizó en el teatro Nescafé en Santiago de Chile un concierto especial que reunió a gran parte de la formación original junto a los nuevos integrantes y participaciones especiales en casi tres horas de concierto.
El show se inició con una presentación de canciones del Santiago del Nuevo Extremo con uno de sus miembros seguido de la presentación del primer disco de Fulano en su integridad en vivo y muchas canciones de los otros discos del grupo. Hubo momentos de improvisación con distintos miembros del grupo y un solo de batería de Willy Valenzuela, que tocó además junto al nuevo baterista. Se presentó también Mediabanda, con ejecución de una canción de Frank Zappa, además de sus propias composiciones. En 2015 se lanzó con la nueva cantante el disco Animal en Extinción, seguido por un nuevo parón del grupo.
La celebración de los 30 años del grupo fue el último gran grito, y quizá la última buena oportunidad de ver al grupo reunido en su formación casi completa, pues solo estaban ausentes el fallecido tecladista y el saxofonista Jaime Vasquez. Una banda que ha dejado una gran obra que disfrutar, y que se culminó como uno de los grandes grupos experimentales de Sudamérica.
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