A estos tipos ya los presentamos, y debo decir que es una de las bandas de neo-progresivo más interesantes que hay (un estilo que particularmente no me gusta demasiado, así que cuando recomiendo algo es porque realmente lo considero bueno). Aquí con su última y valorada producción, y no es para menos, porque lo pueblan canciones llenas de belleza, energía, técnica y creatividad. Un disco actual y moderno (también desde su lírica) que es una joyita y que no puede quedar fuera del blog cabeza. Muy pero muy recomendado!
Artista: Drifting Sun
Álbum: Forsaken Innocence
Año: 2021
Género: Neo prog
Duración: 73:56
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Multinacional
Fundada en 1994, Drifting Sun ha ido poco a poco consolidando un sonido de grandísimo nivel, que parece haber alcanzado aquí, en Forsaken Innocence, su punto más alto hasta ahora. Este cambio paulatino ocurrió, especialmente, desde su «segunda etapa», tras un receso de casi 15 años. En su séptimo trabajo de estudio, Pat Sanders, quien lidera este proyecto, se acompaña por destacados músicos como John Jowitt (Arena, IQ, Frost*) o Jimmy Pallagrosi (Karnataka), además de tres músicos invitados que entregan arreglos de violín, guitarras y Hammond.
Forsaken Innocence, con todo, nos entrega un disco de sonidos cálidos y suaves, en sintonía con el Neo-Prog. Sus ocho pistas se encuentran bien arregladas instrumentalmente, escritas de forma magistral y se acompañan con una voz de enorme calidad interpretativa. Todo este disco es bueno, sin desperdicio alguno, oscilando entre momentos de buen rock con otros de corte sinfónico. Destacan las dos partes de la pieza homónima (que suman casi 26 minutos), los hermosos pasajes de teclado en «King of the Country» y la delicadeza de «New Dawn». ¡Muy recomendado!
No hay nada fuera de lugar en este disco; sus melodías, complejidad y musicalidad son simplemente maravillosas, así como su producción y la interpretación de cada uno de los instrumentistas (excelentes!). En definitiva, un disco con canciones llenas de belleza y energía, incluso diría que su sonido va mucho más allá de un género que desde mi punto de vista no es ni chicha ni limonada, pero que cosas como estas amplían significativamente.
Desde hace siete años, Drifting Sun ha tenido la buena fortuna de conservar su estatus como proyecto de estudio manteniendo cierta constancia en sus lanzamientos. Seguramente gracias al internet y las redes que hoy en día permiten a este tipo de bandas invertir sus recursos en álbumes con un mínimo de oportunidades para su difusión.
Recién a finales del año pasado, su Forsaken Innocence fue lanzado. En esta larga hora, el catálogo de canciones nos adentra a un mundo apreciativo enfocado a la reflexión de la condición humana. Y desde el principio hasta el final, es una obra centrada en tomar sutiles elementos viejos y modernos. No será raro escuchar bagajes que recuerdan a otras bandas como Genesis, Jethro Tull, Dream Theater o incluso a Neal Morse.
Sin embargo, no solo cuentan las influencias sino la forma de presentarlas. Mientras que otras bandas suelen llegar al extremo de un calco —que nada tiene de malo—, Drifting Sun hace el esfuerzo creativo de apropiarse de lo que quiere para alcanzar su fin musical
King of the Country es una mezcla de progresivo y neoclásico, así como de tecnologías viejas y nuevas. Nos encontramos vocoders, órganos, sintetizadores, pianos. De manera muy directa nos lanza a los versos y coros. La tesitura de las voces es particular. No hay esfuerzo por imitar voces conocidas. Haya su identidad en la estaticidad casi robótica. Musicalmente, no hay miedo de interrumpir el ritmo, acallando la distorsión, dando paso a un violín. Además, podemos encontrar solos muy modulados y ritmos alejados del rock convencional, sin necesidad de llegar a quebrados muy intrincados. Hay una propuesta muy equilibrada entre lo sinfónico, lo progresivo y lo rockero, con ligeras aproximaciones al metal.
En seguida, aunque pudo durar la mitad, Insidious desde el comienzo es una canción interesante. Juega con compases quebrados de una melodía entorpecida. Sobre estos principios, el resto es historia. Dementium deja los juegos rítmicos para concentrarse en tonalidades y melodías que se acercan a la teatralidad. Aquí es claro que la banda se interesa enormemente por enfatizar sus letras. Esto, bueno para unos, malo para otros, será compensado mucho más adelante.
A la mitad del camino, New Dawn interpreta el papel de la balada en turno. Sin duda, el punto más flojo. Funciona como parte del todo para agregar dramatismo al concepto. Ser una canción concebida para cumplir un rol no la hace mala, pero tampoco es una pieza que se tenga algo que la haga particularmente memorable. Pasado este punto, llega lo más interesante del disco, el plato fuerte: Forsaken Innocence, pt. 1 y pt.2.
Dividir una canción de larga duración en diferentes tracks, suele ser un movimiento arriesgado. Puede suceder que sea innecesario. Pero con Forsaken Innocence es muy adecuado. Temiendo hablar nulamente de la primera parte —que hace lucir la instrumentación enormemente en comparación a las canciones previas— puedo estar seguro de que la banda apuesta a que el público se maraville con la variada instrumentación.
Si la primera parte es un equilibrio de lírica y soleo, los catorce minutos instrumentales de la segunda parte pueden estar en las listas de los escuchas para ser repetida en bucle. ¡Y vaya, que gusto! La estructura se decanta por el eclecticismo de una no linealidad. Por supuesto, no son echados a un lado los motivos del álbum y de la propia canción titular. Mas esto no significa que deba estar condenada a sentirse como la versión instrumental de una canción cualquiera. De hecho, esto precisamente me hace no profundizar como quisiera. Las secciones se cuentan por cada minuto que pasa y rara vez se repiten. Un festín para los más empedernidos.
Después de finalizada la odisea, me parece una idea interesante dejar lo más breve al final. Un contraste ambivalente.
Time to Go, una balada de piano, voz y coros, tiene poco que ofrecer con lo anterior. Aunque es bastante emotiva. Por otro lado, Hand on Heart es un final dudoso. Tal vez por ser la más trillada del álbum se siente algo floja pero la duración y lo concreto de su composición hacen que sea un cierre contundente. Al escucharlo sabes que el viaje ha terminado satisfactoriamente. Aún con todo, este par de canciones casi son bonus track.
Una vez finalizado el disco, tiene bastantes cosas que pasan por alto. Un gran detalle a rescatar en el sonido de esta banda es la tan correcta utilización de la distorsión. Se nota la habilidad de los músicos, pues a veces hay quienes exageran y opacan al resto de la banda. En cambio, un gran aplauso a estos señores. Su musicalidad permite escuchar los distintos timbres incorporados durante momentos claves como los soleos o instrumentos más delicados como un piano. Así, todo tiene un volumen adecuado y un espacio particular en la mezcla, lo que permite que el producto esté libre de empalagosidad.
Palabras aparte, lo único que puede dejar mal sabor en este trabajo tan pulcro es la limitante de ser una banda de estudio. Mejor explicado: muchas secciones en el disco se sienten desaprovechadas pese su genuina brillantez. En otras ocasiones, ciertas piezas se extienden más de lo necesario. Sin más, es un disco sobrio, sencillo pero con espíritu y cierto grado de originalidad por el que vale la pena voltear la mirada más seguido a este tipo de bandas. Si, en algún futuro, pasan más tiempo componiendo para pulir más su estilo, podremos ver a una muy buena banda de culto.
Y para que lo empiecen a conocer, aquí va una muestra...
En definitiva, muy recomendado!
Pueden escuchar el disco desde su espacio en Bandcamp:
https://driftingsun.bandcamp.com/album/forsaken-innocence
Lista de Temas:
01. King of the Country (11:36)
02. Insidious (8:08)
03. Dementium (9:10)
04. New Dawn (6:48)
05. Forsaken Innocence (Part 1) (10:51)
06. Forsaken Innocence (Part 2) (14:52)
07. Time to Go (2:28)
Alineación:
- Pat Sanders / keyboards
- Mathieu Spaeter / guitars
- Jargon / vocals, keyboards (6)
- John Jowitt / bass
- Jimmy Pallagrosi / drums
With:
- Eric Bouillette / violin (1,5), guitars (7)
- Ben Bell / Hammond solo (3)
- Gareth Cole / guitars (4)
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