Roger Waters está en Argentina y realizó su primera presentación a estadio lleno, escapándole a la estúpida idea de que los artistas sólo se dedican al arte (algo que acá siempre hay alguno que critica), y denuncia la barbarie de este sistema que muy pocos se animan a denunciar, siendo parte de una expresión que recorre el mundo, y lo hace música. No queremos ser otro ladrillo en la pared. Con un fuerte espectáculo desde lo visual y lo sonoro, el ex Pink Floyd volvió a actuar en Argentina con entradas agotadas desde hace meses. Son pocos los artistas que se comprometen con causas concretas, como Roger Waters lo hace con la resistencia palestina o los desaparecidos y asesinados bajo dictaduras militares. Denunciando no sólo conceptos, sino personas y casos concretos, enfrentando a gobiernos como el de Trump o Bolsonaro y al Estado genocida de Israel. Un recital donde no faltó ni Santiago Maldonado ni Rafael Nahuel, ni las luchas de los pueblos autóctonos, los caídos en Malvinas, León Gieco, el hit del verano contra Macri, el "cerdo" Trump, el neofascismo, el antisemitismo y, sobretodo, la resistencia que podemos ofrecer a todo ello.
Mientras Roger Waters recorría Brasil y desde sus pronunciamientos en contra del neofascismo atravesaba la polémica en relación a Jair Bolsonaro, en Argentina se conocía que Puel Kona había sido la banda elegida para abrir el escenario las noches del 6 y 10 de noviembre. Tras un paso por Uruguay, donde además de presentarse en Montevideo el pasado sábado 3 de noviembre fue reconocido como "visitante ilustre", llegó a Buenos Aires. Antes de su primer presentación se reunió con madres de caídos en la guerra de Malvinas.
En la noche del martes 6, Roger Waters volvió luego de su última visita hace seis años en el marco del tour "Us + Them" (nosotros y ellos). En su primer show en el estadio único de La Plata deslumbró al público con un despliegue musical y visual que excitaba todos los sentidos. Junto con eso desplegó un fuerte contenido político de denuncia al neo fascismo que hoy recorre Latinoamérica, a los gobiernos reaccionarios como el de Trump y sobre todo al Estado genocida de Israel. La palabra "Resist" fue el hilo que guió todo el show.
La cita tuvo lugar en el Estadio Único de La Plata. Y como dijimos antes, la apertura estuvo a cargo de la banda neuquina Puel Kona, que reivindicó sus raíces mapuches. Una enorme diversidad de denuncias y apoyo a numerosas causas sociales estuvo presente en el escenario.
Junto a 40 mil personas generó momentos donde las emociones entre la banda y el público se fusionaron. Uno de esos momentos clave fue cuando sonó "Another Brick in the Wall" interpretado con un coro de chicos de Florencio Varela. Allí se expresaron las propias luchas y broncas más sentidas. Hacia el final del tema estalló el estadio contra el gobierno de Macri coreando el hit #MMLPQTP. Luego lo siguió un corte de veinte minutos donde se enumeraron en las pantallas los diversos lugares de resistencia y contra quiénes hay que resistir. El público aplaudía con las frases sobre la pantalla que más se sentían propias, contra el neofascismo, el antisemitismo, los crímenes de guerra, contra la relación de la Iglesia y el Estado, contra las fuerzas policiales, contra los cerdos burgueses, etc.
Por muchas razones no podemos dejar de nombrar este recital y la presentacia de Roger en Argentina, sobretodo porque este es un hecho político y cultural, más allá de musical...
Alrededor de las 20:15hs Puel Kona salió al escenario con una presentación de aproximadamente media hora. La banda del Lof Newen Mapu desplegó un show en el que combinó su diversidad rítmica con crítica social. La banda mezcla sonidos originarios con rock, punk, reagge y ska, cantado en lengua mapuche y castellano. Luego de sus primeras canciones realizaron su primer pronunciamiento: “en nombre de toda nuestra gente, somos de la Patagonia, del sur, les pedimos que cuidemos la naturaleza, que dejemos de destruirla. Basta de mega minería, basta de fracking, basta de glifosato”.
Más cerca del cierre de su actuación volvieron a dirigirse al público, donde recordaron a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, el joven mapuche asesinado el 25 de noviembre del año pasado en una represión por parte del Grupo Albatros de Prefectura, y próximo a cumplirse un año de su muerte.
Tras la presentación de Puel Kona, un video musical apareció en la pantalla gigante, parte de la enorme escenografía del show. En el video se ven distintas imágenes de niños en distintas zonas relegadas del planeta, con imágenes de Roger Waters recorriendo la Villa 31 y actuando junto a vecinos y vecinas durante su anterior visita en 2012. El video finaliza con una versión de “Wish You Were Here” tocada con instrumentos fabricados por los chicos.
Luego una imagen de una mujer sentada en la arena ocupa la pantalla. No es una foto, se perciben pequeños movimientos. El sonido del viento se percibe en el estadio. Algunas luces siguen prendidas mientras las últimas personas ingresan en el estadio. Se empieza a escuchar una música con vocal con un estilo arábigo. Las voces son femeninas. Se trata de las vocalistas Jess Wolfe y Holly Laessing, del grupo Lucius que además forman parte del grupo de artistas que acompañan a Waters en esta gira. Minutos después el cielo de la imagen se empieza a tornar rojizo: es el momento. Las luces se apagan y la imagen se convierte en el latido de un corazón, se escuchan los latidos por todo el estadio con voces, en sonido cuadrafónico: algo característico de los recitales en vivo de Roger Waters. Los latidos suenan familiares, se trata de “Speak to me” la introducción del legandio álbum “The Dark side of the moon” que será tocado casi en su totalidad, a excepción de “On the Run” reemplazada “One of these days” del anterior LP Meddle, para continuar luego con Time y seguir la recorrida de la primer mitad del clásico LP del año 1973 con una imponente interpretación de “The Great Gig in the Sky” donde las vocalistas finalizaron ovacionadas. El repertorio continua con “Welcome to The Machine” y dos canciones del último álbum “Is This the Life We Really want?”, para cerrar la primer mitad del show con dos clásicos: “Wish You Were Here” y “Another Brick In The Wall”, que contó con jóvenes de Buenos Aires en la coreografía. La última imagen es la consigna “Resist” en la pantalla gigante.
El intervalo merece una mención aparte ya que una suceción de consigas se muestran en la pantalla empezando por la pregunta “Resist Who?”. La respuesta no se hizo esperar por parte del público que desde distintos lugares del estadio empezó a entonar el ya clásico “hit” dedicado al felino presidente Macri. Pero Luego desde el escenario llegaron respeustas sobre a quienes o que hay que resistir, que no difieron mucho de lo cantado por el público. Primero llama a resistir a Mark Zukerberg, caracterizado como un misógino que diseñó un sistema de control, Roger Waters es muy crítico de Cambrige Analitica y las Fake News. Llamó resistir el antisemitismo, y luego al antisemitismo de Israel con la pertinente explicación: “si, Israel ejerce el antisemitismo al oprimir y discriminar a personas de distinta etnia o religión”. La denuncia al apartheid israelí y los bombardeos en Medio Oriente están presentes en distintos momentos del show, también la mención a Razan Al-Najar, la paramédica palestina de 21 años asesinada el pasado 1 de junio por el Ejército israelí en Gaza. Llamó a resistir el cambio climático y las corporaciones que maltratan el medio ambiente. También a vinculación de la religión en los gobiernos, lo que generó un aplauso cerrado por todo el estadio como apoyo a la consigna “separación de la iglesia del estado” presente en miles de pañuelos naranjas actualmente en Argentina.
La última consigna llama a “resistir la idea de que algunos animales son más iguales que otros” citando la frase de la novela de George Orwell “Rebelión en la Granja” que inspiró el álbúm “Animals” de 1977, dando una señal de lo que se venía. Una sirena empezó a sonar, el escenario se fue transformando en la fábrica que ocupa la portada el LP mencionado. Arriba del escenario crecen unas chimeneas gigantes y aparece el cerdito entre dos de ellas. Las luces dentro de la fábrica se encienden, las ventanas se vuelven rojas, las chimeneas empiezas a arrojar humo (real), empiezan a sonar los acordes de “Dogs” Roger Waters está de nuevo en el escenario. Tras la interpretación de la extensa canción, con momentos escénicos y pancartas criticando a los “cerdos” a la burguesía dueña de la fabrica, pasan al siguiente tema del mismo álbum; “Pigs”, donde el clásico cerdo inflable empieza a volar sobre el campo, esta vez con la consigna “Sean Humanos”, la canción fue dedicada prácticamente en su totalidad a Donald Trump, parodiado desde las imágenes, y finaliza con la consigna “Trump es un cerdo”. Luego el repertorio retoma a “The Dark Side of the Moon” para interpretar toda la segunda mitad del disco, solo con una canción de su último álbum, “Smell the Roses”, interpretada antes de “Brain Damage” y “Eclipse” que cierran el LP. Como no podía ser de otra manera, una pirámide y luego el reflejo de colores con una luna que recorrió el campo fueron las imágenes del final recreando la portada de ese álbum. Tras la ovación los músicos volvieron al escenario para los bises. Waters, primero presentó a la banda: Dave Kilminster en guitarra, Drew Erickson en teclados, Jon Carin en guitarras y coros, el escocés Ian Ritchie en saxo; Joey Waronker, en batería; Gus Seyffert, en bajo, y Jonathan Wilson en guitarra y voz. Este último, oriundo del sur de California fue a quien Waters presentó como “el Señor Paz y Amor” y destacó que toda banda debe tener su “hijo hippie”. Luego volvió a presentar a las talentosas Jess Wolfe y Holly Laessig en coros.
Waters se emocionó al hablar de los caídos en Malvinas, y mostró un poncho que le regalaron las madres con quienes se acababa de reunir. También mencionó a Puel Kona y llamo a proteger a los pueblos originarios de Argentina de las corporaciones que los reprimen. Luego rindió homenaje a León Gieco pasando una parte de “La Memoria” por el sonido invitando a no olvidar lo ocurrido durante la dictadura, alertando sobre el neofascismo.
Waters conecta con el público planteando que a los desaparecidos no hay que olvidarlos y hay que continuar denunciando a los genocidas. Esa lucha es una conquista social contra el Estado represor, los militares y por los derechos democráticos que ya es parte de la memoria histórica de esta nueva generación.
A las madres de los caídos le dedicó uno de sus bises: “Mother”, para cerrar la presentación con “Confortably Numb”.
Dos días después, el ex Pink Floyd se presentó en el teatro Bambalinas en una actividad convocada por el espacio BDS, que llama o no consumir productos israelíes como lucha no violenta contra el apartheid israelí.
La siguiente página será escrita mañana, sábado, en su segunda presentación en el Estadio Único de La Plata, para luego continuar en Chile su gira por Sudamérica.
#ARGENTINA HAS BEEN AMAZING, LOOKING FORWARD TO SHOW ON SATURDAY NIGHT @estadiounicolp #usandthemtour #rogerwaters pic.twitter.com/GjrAjxz2Bg— Roger Waters (@rogerwaters) 8 de noviembre de 2018
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