Artista: The Tangent
Álbum: Le Sacre Du Travail
Año: 2013
Género: progresivo ecléctico
Duración: 73:11
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Multinacional
Como les decía, este es un disco redondo, muy disfrutable, donde los elementos que definieron el sonido característico de la banda se ve un poco difuminado por el mismo concepto en el que se metieron ellos solitos, y del cual sale muy pero muy bien parados.
Pero no voy a dar mucha vuelta y traigo el comentario de nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que nos dice lo siguiente sobre este disco.
La nueva consagración progresiva de The Tangent
Hoy es ocasión de THE TANGENT y su más reciente oferta fonográfica “Le Sacre Du Travail”, que es un disco conceptual en torno al transcurrir de un día en la vida de un individuo común y corriente en la sociedad urbana contemporánea: Andy Tillison gestó este concepto al modo de un retorció paralelo con “La Consagración de la Primavera” de Ígor Stravinsky. Notamos de entrada que se trata de un trabajo bastante pletórico de vigor, portando una exuberancia rotunda, algo que va a contrapelo de la continua inconstancia a la que ha estado sometida la banda desde hace varios años. Recordemos que no hace mucho, el grupo se disolvió oficialmente tras unas semanas de tensión insostenible que se daba en el seno de la formación que había grabado “COMM” – por cierto, uno de los discos más celebrados de 2011 – y tras un breve periodo de incertidumbre, Tillison reflotó a THE TANGET. Desdoblándose en los teclados y algunas guitarras, además de cantar, Tel buen Andy sigue haciéndose acompañar de Theo Travis a los saxos, flautas y clarinetes, mientras que los nuevos integrantes son el vocalista David Longdon, el baterista Gavin Harrison (todo un maestro, como siempre), el bajista Jonas Reingold, quien regresa a esta tangente progresiva que había abandonado desde aquellos tiempos de “Not As Good As The Book” (2008), y por último, el guitarrista-vocalista Jakko Jakkszyk, un viejo amigo de Tillison que también colaboró en el susodicho doble álbum además del siguiente, “Down And Out In Paris And London”.
El primer movimiento del concepto del álbum es la obertura ‘Coming Up On The Hour’, seguido por el monumental ‘Morning Journey & The Arrival’, una maratón de casi 23 minutos de duración. Los efectos sonoros de un reloj de mesa y una televisión encendida inauguran la esplendorosa obertura, diseñada para anunciar y celebrar algunos de los motivos más fastuosos del repertorio que ha de venir. ‘Morning Journey & The Arrival’ ofrece inicialmente un ejercicio de espiritualidad contemplativa en base al tenor lánguido que inunda el motivo central de los primeros cinco minutos. Luego, tras una dramática interrupción donde se explora ciertas expansiones aleatorias al modo de una extraña expectativa, el bloque se rearma con un groove de inspiración jazzera que se adorna con aguerridas amalgamas melódicas que oscilan entre los sinfónico y lo psicodélico. La sensación de crescendo en las atmósferas que se van expandiendo está bien hilada, lo cual se nota fehacientemente en el modo en que un nuevo interludio emerge sobre la frontera del minuto 11 ½ para impulsar la serie multi-temática final, la misma que completa una segunda mitad rotunda en su riqueza de gamas y ambientes. El tercer movimiento, ‘Afternoon Malaise’, también dura lo suyo: 19 minutos y pico. Comienza con una electrizante vibración Emersoniana remozada con puntuaciones jazz-rockeras, para luego derivar hacia dimensiones más puntillosamente jazzeras que oscilan entre el Canterbury melódico (a lo NATIONAL HEALTH) y la fusión: es en torno a estos últimos factores que se irán desarrollando las sucesivas ilaciones temáticas, arropadas bajo una patente aureola de serena calidez. El rarísimo final incluye sendos solos de batería y flauta que desembocan en el cuarto y más breve movimiento de todos: ‘A Voyage Through Rush Hour’.
El concepto se cierra con la pieza más extrovertida del lote: ‘Evening TV’. Las armazones de órgano y los ornamentos de sintetizador son esquemáticamente progresivos en el sentido más estandarizado del término, mezclando los añejos legados de YES y GENESIS con los paradigmas del revival 90ero que bandas como THE FLOWER KINGS y SPOCK’S BEARD pusieron sobre el tapete. Como dijimos, este tema es de claro tenor extrovertido, y eso se refleja tanto en la dinámica soltura elaborada desde los esquemas rítmicos como en los ampliamente gráciles arreglos instrumentales y vocales que van tomando lugar: aún los contados pasajes lentos gozan de un colorido luminoso innegable, así como atractivo. La música real concluye poco antes de la barrera de los 10 ¾ minutos, pero aún quedan los efectos sonoros de un reloj de mesa y una televisión encendida para que el círculo trazado por el concepto se cierre debidamente.
El disco incluye algunos bonus tracks, siendo uno de ellos un extracto temático de ‘Evening TV’ que adopta autónomamente el título de ‘Steve Weight In The Afternoon’. Las otras piezas son ‘Muffled Epiphany’ y ‘Hat’: la primera es un hermoso ejercicio de otoñal musicalidad jazz-progresiva bañada de influencias Canterbury, mientras que la segunda es una canción que mezcla cabaret y punk, un pequeño ítem que data de los inicios de Tillison en el negocio musical.
Nota: 8,5/10
Y de a poco y como quien no quiere la cosa vamos completando la discografía de esta notable banda, ya no nos falta demasiado...
Parafraseando a la Consagración de la Primavera, la obra maestra de Igor Stravinsky de quien Andy Tillison ya adaptó una particular y fantástica versión prog en un álbum para los fans “A Place Of The Self” de 2009 (hablaremos de este álbum en el apartado lives y bonus disc) una nueva formación de Tangent se adentra en un trabajo muy ambicioso. Subtitulado “An Electric Sinfonia in Five Movements”. “La Consagración del Trabajo” es como bien dice una sinfonía progresiva en cinco movimientos.
Bajo un tremendo álbum de rock sinfónico en toda regla la música expone a que nivel de alienación ha llegado la sociedad del siglo XXI. Los seres humanos reducidos a la mediocridad y a la esclavitud moderna en una vida insulsa de horarios dedicados a currar por salarios de mierda y a la adoración del entretenimiento vacío y estúpido en una carrera a contra reloj para ver quién es más imbécil, gañán e ignorante y completamente controlados por el gran hermano de las nuevas tecnologías, los trabajos de miseria, las crisis inventadas, la propagación del miedo a lo diferente, la eliminación paulativa de las libertades individuales, el ascenso de la violencia y el horror del mundo atrasado y enloquecido, y el control absoluto de nuestras vidas eliminando todo lo relativo a la cultura y el conocimiento. Pensar es un peligro y siempre lo fue pero ahora es incluso un delito. El mundo que viene, viene fuerte y horroroso, y encontrar un refugio o un oasis cada vez es más complicado. Un mundo en manos de hijos de puta sin escrúpulos.
La temática de Tillison siempre ha estado ligada a la actualidad y por fin el “rock sinfonizado” deja de hablar de duendes y de espíritus idiotas con alas, o de cursi amor fraternal. Sin mariconadas y con los pies en la tierra. Por la cuenta que nos trae y que la hostia no nos coja desprevenidos. Esto es más o menos lo que el nuevo trabajo de Tangent nos define en música. Afortunadamente la música no es el horror del texto y ejerce de liberación mental, aunque sea imaginada y exclusiva en tu cerebro.
Para esta ocasión el tremendo batería Gavin Harrison es contratado. Vuelve Jakko Jakszyk, siguen Theo Travis y nuevamente Jonas Reingold le sacude al bajo y el grupo funciona como una máquina perfecta. Musicalmente el álbum tiene más “profundidad y seriedad” incluso que antes. La música es compleja y elaborada al milímetro con impresionantes pasajes y como siempre excelentes melodías. Es música de la que ya pocos hacen y esto es importante tenerlo en cuenta. Yo esperé este disco con impaciencia, lo recuerdo. Se venían poniendo muy altas las expectativas y mi “otro yo” metido en las músicas modernistas clásicas de la primera mitad siglo XX, me pedía un acercamiento entre estilos.
Primer Movimiento: una obertura cuyo despertador pone al homo sapiens en funcionamiento y un piano al más puro George Antheil tipo mecanización futurista años 20, prepara al incauto a la pesadilla cotidiana. Se mezclan narración y música en un neo modernismo prog excitante donde sonidos de viola, flauta y sinte conversan con la guitarra solista hasta que el esplendor estalla en una pieza minuciosamente pictórica y descriptiva. Cinco minutos que se agotan en un suspiro.
Segundo movimiento: “mañana, viaje y llegada” casi 23 mtos tremendos de música deudora de un Debussy moderno o un Ravel extrañado en una resurrección. La melodía ya es clásica de la Tangente. La pesadumbre en ciertos puntos me hace recordar las neuras de Roger Waters por momentos, pero la delicadeza de la composición borra ciertas asperezas y nos sumerge en la magia y en los pasajes de madera y viento propios del impresionismo francés. Es difícil clasificar este tipo de composiciones y por tu mente corren The Enid, Isildurs Bane, ELP o las ocurrencias de Pär Linh Project, Un wakeman borracho e incluso frikadas a lo The Who. Los 70´s están ahí y la mejor fusión jazz rock constantemente en el órgano, en los ritmos mezclados en arreglos sofisticados con un Duke Ellington selvático y bizarro o un sofisticado Gerswhin. Vandergraaf parece abrir la tumba por momentos a veces dolientes otras tremendamente líricos. Una perfecta decadencia de buena, buenísima música y el feeling-groove que no cesa. Cambios, cambios y más cambios hasta que la nata desborda como una eyaculación sonora. Sin palabras y mucha paciencia si lo quieres disfrutar.
Los primeros compases del Tercer Movimiento podría recordarnos al Petrushka de Igor stravinsky discutiendo con Alban Berg o Edgar Varese. Rompen en Banco-Emerson y en el metamorfosi de los primeros. Uffff! hay moderna música de cámara por momentos y el prog de siempre rompe aguas y se inundan los caminos. La voz es áspera pero lo pide…toques Canterbury…? pues claro faltaría más. Traffic…? joder también. La travesera Tull y el hammond se enzarzan en vuelo. Más jazz-rock, funky- corea- forever. Todo está aquí. Cuando te das cuenta han pasado 19 mtos sin enterarte del tiempo. Advenedizos abstenerse, bellos y bellas durmientes también. Música para los que tienen callos en los cojones y heridos sentimientos y siento esta vulgaridad, pero se precisa como expresión llana y natural y porque yo soy así cuando algo me entusiasma. Final de movimiento inenarrable.
El cuarto movimiento es un breve pero encantador interludio de fina composición neo-clásico- tipo belle epóque que nos retrotrae a principios del siglo XX con protagonismo del piano la percusión y las maderas.
Evening TV cierra como quinto movimiento en puro prog sinfo a la Tangent de siempre. Melodía lujuriosa y energética para que Alejandro Magno entre en la ciudad conquistada sin problemas y en loor de multitudes. Cínico título para semejante épica inicial. Como si echase lágrimas al ver un sálvame de luxe presentado por Groucho Marx (sería impagable).
No suelo hablar alegremente de masterpieces pero este disco me tienta mucho en hacerlo.
Lista de Temas:
- Le Sacre Du Travail - The Rite Of Work:
1. 1st Movement: Coming Up On The Hour (Overture) (5:55)
2. 2nd Movement: Morning Journey & Arrival (22:54)
3. 3rd Movement: Afternoon Malaise (19:20)
4. 4th Movement: A Voyage Through Rush Hour (3:07)
5. 5th Movement: Evening TV (12:06)
6. Muffled Ephiphany (4:05) (Bonus track)
7. Hat (Live at Mexborough School 1979) (1:16) (Bonus track)
8. Evening TV (Radio Edit) (4:28) (Bonus track)
Alineación:
- David Longdon / vocals
- Andy Tillison / vocals, guitars, keyboards, bass, percussion, "all instruments" (4,6), co-producer
- Jakko Jakkszyk / lead guitar, vocals
- Theo Travis / saxes, flutes
- Jonas Reingold / bass
- Gavin Harrison / drums
With:
- Rikard Sjöblom / narration (1)
- Geoff Banks / spoken voice
- Jon "Twang" Patrick / spoken voice
- Guy Manning / acoustic guitar (5,8)
- Unknown Artist / guitar (7)
- Simon Albone / bass (7)
- David Albone / drums (7)
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