El supergrupo inglés coliderado por su fundador Greg Spawton, y el último Big Big Train que escucharemos con el recientemente fallecido multiinstrumentista David Longdon (vocalista y colíder), Con su estilo sobrio, elegante, accesible, con un gran sentido de la musicalidad y maestría musical, con canciones concisas y precisas, con una magnífica producción, con unu hermoso clima lleno de emociones y también de optimismo. Y como desde hace años vienen juntando un entusiasta público con el que llenan teatros, les dejamos su espacio en el blog cabeza para que el que quiera también pueda conocerlos y disfrutarlos. Y aquí, con su último y quizás mejor álbum, otro disco muy destacado del 2022.
Artista: Big Big Train
Álbum: Welcome to the Planet
Año: 2022
Género: Crossover prog
Duración: 47:12
Referencia: Link a Discogs, Bandcamp, Youtube, Wikipedia, Progarchives o lo que sea.
Nacionalidad: Inglaterra
Big Big Train mantiene sus raíces progresivas, pero también toma influencias de todas las esferas de la música.
"La experiencia de la pandemia nos ha demostrado que tenemos que aprovechar al máximo nuestro tiempo en la Tierra. Con eso en mente y con los nuevos miembros de la banda a bordo dándonos un nuevo impulso, decidimos volver rápidamente al estudio para escribir y grabar ‘Welcome To The Planet’"
Gregory Spawton
El álbum está dividido en dos caras, como si fuera un LP de vinilo. El primer lado quizás sea el más optimista y edificante, y el segundo lado es algo más relajado pero al mismo tiempo épico.
Pero hay buenos comentarios del disco así que mejor vamos por ellos...
Tan solo medio año separa Welcome to the Planet de su predecesor Common Ground (2021). Muchos puntos en común se aprecian entre ellos, bien podrían haber aparecido como un trabajo doble en su día. Ambas portadas comparten elementos, un planeta tierra que sirve de fondo para la imagen de unas manos humanas que se aprietan entre ellas en señal de ayuda. Este es el espíritu que quiere reflejar Big Big Train en ambos álbumes, el de la unión y la solidaridad entre los habitantes de este nuestro planeta que tanto les gusta reivindicar. Ante la imposibilidad de llevar una vida normal como banda en los últimos dos años (tuvieron que cancelar una gira que los llevaba por los EE. UU. por primera vez entre otros planes), Big Big Train decidió aprovechar bien el tiempo y dedicarse a la composición, de ahí que en cuestión de medio año hayan sido capaces de componer dos grandes álbumes.
Big Big Train tiene la habilidad de saber combinar las múltiples facetas de cada uno de sus miembros, tanto a nivel instrumental como vocal, para crear un abanico de temas de lo más variado y talentoso. Big Big Train como banda sufre las vicisitudes de la vida misma, un pequeño núcleo permanece, pero muchos de sus miembros a lo largo de su trayectoria se incorporan y abandonan la nave. Sin embargo, este ir y venir que a priori podría parecer una desventaja es bien aprovechado pues son músicos de altísima calidad a los que siempre se les busca su espacio para poder aportar su sello personal. En definitiva, aun teniendo un sonido propio, la diferencia está en los matices aportados por cada uno de sus miembros.
La estrategia de presentación de Welcome to the Planet ha consistido en ir sacando un sencillo cada mes a partir del lanzamiento de su trabajo anterior. Cinco temas, cinco meses, y llegados al sexto por fin el plato principal, el álbum al completo. Tan solo un triste suceso ha truncado estos estudiados planes, el desgraciado e inesperado fallecimiento del vocalista principal de la banda, David Longdon, el pasado mes de noviembre del 2021. Si la pregunta lógica que nos surge a todos es qué va a suceder con la banda a partir de ahora, ya han dado pistas de que la voluntad es la continuidad. Tanto David Longdon como la banda así lo tenían acordado y aunque es evidente que no va a ser fácil encontrarle un sustituto, van a tener que aplicarse para hacerlo y hacerlo bien.
Nos adentramos ya en el análisis de Welcome to the Planet y para empezar no encontramos con “Made from Sunshine”, tema que destila positivismo desde el primer sonido de la batería de Nick D’Virgilio hasta la melodía masculina/femenina cantada por dos vocalistas a la vez, David Longdon y Clare Lindley, violinista de la banda, emulando a unos padres que dan la bienvenida a un nuevo miembro de la familia. Tema acústico con unos teclados y piano de fondo que lo acompañan, así como una sección de viento que va apareciendo en determinados momentos resaltando ese aire alegre del mismo. Si ellos afirman aquí estar on cloud nine (más que encantados), a mí me está empezando a pasar lo mismo con la audición de este álbum, así que ¡vamos a por la siguiente!
“The Connection Plan” combina un violín con una línea de bajo muy marcada y enérgica en su inicio que se va repitiendo a lo largo del tema. Nick D’Virgilio es el compositor de este tema y se nota en su estilo. Si has seguido su trayectoria en solitario reconocerás enseguida este toque tan personal suyo. Aquí se reserva su pequeña parcela de protagonismo a las voces, doblando las de David Longdon en los estribillos y puentes. Más mensajes positivos en las letras: yo tropiezo, tu caes, nos levantamos juntos, ¡ese es el plan!
“Lanterna” empieza en forma de tierna balada con los elementos habituales, acústica, piano y voces sugerentes como elementos principales, para experimentar un cambio de intensidad un poco más adelante. Precioso el piano que demanda nuestra atención en este segundo tramo. Un nuevo cambio de tercio para finalizar el tema en el que destaca un elegante solo de guitarra, instrumento que hasta el momento se había mantenido en un plano discreto. No olvidemos que estamos ante una banda que abraza el progresivo y aquí nos estamos topando con muchos de estos elementos característicos del mismo. Es un disfrute escuchar estos temas en los que suceden tantas cosas a la vez, ponerlos una vez tras otra y poder fijarte en cada uno de los matices y los distintos instrumentos, ¡no tiene precio! En cuanto a temática, Lanterna es la luz que emite alguien que nos guía, como un faro guía a los barcos que surcan los mares contra viento y marea, tal y como nos explica la letra de esta canción. Aquí nos enlazan directamente a su álbum anterior resaltando esos puntos en común que compartimos los seres humanos: we made the land our common ground, we made the sea our common ground, as we stand together, side by side…
“Capitoline Venus” es una sentida historia de amor en forma de balada compuesta por Greg Spawton, bajista y fundador de Big Big Train, la cual dadas las tristes circunstancias del fallecimiento de David Longdon, ha sido utilizada para rendirle un sentido homenaje. Nos habla del bonito viaje de la vida al lado de otra persona con la que finalmente se encuentra el “hogar”, el lugar donde permanecer. Acústica de doce cuerdas, voces y un teclado de fondo son suficientes para desplegar estos bellos sentimientos.
“A Room with No Ceiling” es un tema instrumental más experimental, como si de una pieza de jazz se tratara. Compuesta por el guitarrista/teclista Rikard Sjöblom, tras una melodía de guitarra identificable que se va repitiendo a lo largo del tema aquí hay espacio para que absolutamente todos los instrumentos presentes puedan explayarse a gusto. La sección rítmica, bajo y batería, aquí está que se sale. Tema más que interesante con algún punto incluso de psicodelia, transmite inquietud e invita a darle unas cuantas escuchas para explorarlo en profundidad.
“Proper Jack Froster” contiene todos los elementos que definen Big Big Train en la actualidad. David Langdon narra una entrañable historia sobre la niñez, la familia y la amistad, acompañado de esas múltiples voces que le doblan y le hacen de coros en los momentos que así se les requiere, junto a un abanico de instrumentos de lo más variados como son el violín (que le aporta el feeling nostálgico que transpira el tema) y algo de viento, no sin olvidar un teclado y un piano que se reparten protagonismo en función de la intensidad del tramo en el que aparecen. El desenlace instrumental hacia el final del tema rompe con la dinámica mucho más relajada del tema y le aporta un punto de calidad sublime.
Volvemos a encontrarnos con un tema instrumental en “Bats in the Belfry”. Nick D’Virgilio es el compositor de este tema, a quien se le dio luz verde para poder literalmente volverse loco con su instrumento y crear una pieza a su medida para lucimiento propio. La ocasión no ha sido desperdiciada y estamos ante un tema muy original, con una primera parte bien estructurada, el cual incrementa su intensidad a medida que se van sumando instrumentos, y un último minuto final de infarto en el que, ahora sí, Nick D’Virgilio se marca toda una serie de virguerías a la batería a modo de solo para dejarnos claro su altísimo nivel con el instrumento.
“Oak and Stone” empieza como una balada elegante, con un piano y un contrabajo que acompañan a David Longdon a las voces, uniéndose al poco tiempo un suave ritmo de batería ejecutado con escobillas. Aquí los coros resultan un tanto edulcorados, pero antes de que esta sensación vaya a más, se produce un cambio en el tema importante, adquiere un mayor ritmo y entra el violín y algo de viento, mejorando la sensación global. Un nuevo giro hacia el final en el que múltiples voces suenan al unísono entonando una sola melodía, hacen de esta pieza algo destacable.
Llegamos al final de Welcome to the Planet con su tema homónimo, enlazando directamente con el concepto del primero. Si en el inicio del álbum le dábamos la bienvenida a un nuevo ser, aquí este recibimiento es puesto en jaque, pues el mundo que van a encontrarse estos recién llegados no es el ideal. Carly Bryant es la compositora y la narradora/vocalista principal de esta historia musicada que se sale un poco de la línea general de todo el álbum. Se trata de una pieza ambiental, una especie de canción de cuna con cierta oscuridad, pero que al final intenta poner un foco esperanza en la infancia, esa etapa de nuestra vida donde la inocencia es la verdadera protagonista.
Welcome to the Planet vuelve a ser como su predecesor, Common Ground, un muy buen álbum de rock progresivo, disfrutable de principio a fin y en que todos y cada uno de sus músicos cuentan. Tristemente pasará a la posteridad por representar un cierre de etapa para Big Big Train dadas las circunstancias. David Longdon se ha ido dejando un vacío enorme tanto a nivel musical como humano. Les deseamos mucha suerte en el futuro.
Big Big Train es una banda de rock progresivo formada el año 1990 en Bournemouth, Inglaterra por Andy Poole y Greg Spawnton. Sus principales inspiraciones han sido Steve Hackett, Anthony Phillips, It Bites y Prefab Sprout. Con Más de 30 años de carrera, y 13 álbumes de estudio, la banda decidió lanzar un álbum que viene de su antecesor con menos de un año de diferencia; lo que demuestra. Una apuesta no menos riesgosa ya que generalmente un álbum recién lanzado merece dejarle su rango de tiempo para ser recibido y digerido por la fanaticada. Sin embargo, la fórmula les funcionó porque ambas piezas son de una calidad tremenda y con grandes temas a su haber. Sin embargo, es imposible analizar la presente obra sin hacerlo bajo la sombra de la trágica e inesperada noticia del fallecimiento de David Longdon el pasado 21 de noviembre por un accidente de tránsito. El vocalista que, gozando de un momento prolífico en su carrera, no logró presenciar y disfrutar los frutos que esta hermosa obra traería. Con todo, el ánimo y el tenor que se buscará a lo largo de esta revisión será el resaltar y recordar el legado de un gran artista que nos complació con su calidad vocal, musical e interpretativa; dejando así una obra póstuma de primer nivel en la escena progresiva.
La primera parte del disco comienza con Made from Sunshine. Una hermosa y calma balada en Mi mayor donde el rasgueo de la guitarra acústica, junto a los sonidos percusivos suaves y teclados de fondo, demuestran una sensatez y reflexividad; dando así un justo inicio a un gran álbum que sigue de aquí en adelante, el cual irremediablemente está teñido de pesadumbre y nostalgia. Un regalo con fragancias póstumas pero a la vez cálidas y con frescura.
Continuamos con The Connection Plan, un tema que nos lleva a rítmicas más intensas y un clima más diplomático mediante el violín que marca las primeras melodías de la canción en Mi menor y Re menor respectivamente. Se acompaña de la voz de David, así como con el bajo, para dar paso a una estructura rítmica y armónica con bastantes matices progresivos setenteros de Yes. De ahí en más, contiene un estribillo donde el teclado otorga ese aura épico junto con los altos de David maravillosos. Para la parte final, hay solo interesante y acorde a lo que la canción demanda.
Lanterna es una balada dulce y apacible en La# que comienza con una guitarra acústica y la voz de David con un coro que le sigue, adornando y añadiendo una profundidad exquisita a la primera parte de la canción. Luego, la intensidad sobreviene mediante un rasgueo en guitarra eléctrica en Fa menor y un piano recorriendo de forma notable la escala. Así, sigue la tónica más rítmica y con piano dinámico y que otorga un color y timbre más clásico. Después de un solo de guitarra, la canción persigue la misma estructura musical con pausas y quiebres que la dejan como uno de los grandes temas del disco, donde se pueden apreciar capas de sonidos y digitaciones melódicas y armónicas preciosas.
Luego, tenemos un breve tema llamado Capitoline Venus, el cual consiste en una bella pieza acústica en La mayor interpretada de forma hermosa y emocionante por David Longdon de fondo, se añade las cuerdas del violín y teclados, hermoseando más aún estos dos minutos de introspección y afectividad. Sentir emoción es inevitable.
Seguimos con A Room with No Ceiling. Una pieza instrumental majestuosa y muy bien lograda que expresa las grandes posibilidades que tiene la banda en términos de composición al contar con músicos notables y que ejecutan instrumentos con distintos timbres como el teclado, sintetizadores, violín, guitarra acústica y eléctrica. Con matices atmosféricos y calmos desde un inicio, sobre el cual paulatinamente se integra la estructura rítmica más estables con redobles que se conectan con los sintetizadores que ocupan mucho de los decibeles que percibimos a lo largo de la canción.
Comienza la parte dos del disco con Proper Jack Froster donde, a partir de una rítmica constante con un sintetizador a la par con la batería. De ahí en más, la canción contiene diversas estructuras rítmicas cambiantes y espacios donde las pausas se extienden para dar realce a las vocales y violín; siempre bajo la tonalidad de Re menor. A mitad de canción, tenemos la inserción de trompetas junto a una hermosa voz femenina de Carly Bryant. El tema (que se hizo animación en un videoclip) retrata la historia de un niño que, en medio de la magia del invierno, conoce a una niña, la cual logra ser su distracción y salida ante las discusiones de sus padres. Luego de abandonar junto a su madre el lugar donde vivía, los años pasan y crece hasta reecontrarse con aquella niña y forman una familia donde retornan a aquél lugar mágico. Un bellísimo tema y lleno de nostalgia. De los altos temas del álbum.
Continuamos con Bats in the Belfry, otra pieza instrumental notable donde tenemos de todo: un sintetizador que en notas graves define el groove a seguir por parte de la batería, así como la melodía que le sigue con timbres más suaves pero misteriosos por parte del synth mismo. La batería juega entre quiebres y redobles con una destreza tremenda. Con la inserción de las trompetas, el bajo y la guitarra, se termina por establecer la estructura completa. Para mitad de la canción tenemos un quiebre introspectivo y atmosférico donde los instrumentos se integran y establecen un cierto clima de misterio. Para al final, el tema cierra con un interludio donde el synth y la batería hacen un dueto entretenido y tremendo. Un tema notable y lleno de detalles.
Seguimos con Oak and Stone, el cual comienza con un piano en Sol mayor solemne y calmo, donde se integra la voz de David y los coros de fondo, dando un paisaje sonoro elegante y que irradia mucho contenido emocional entre el complemento piano-voz constante. Así mismo, la suavidad con que la percusión acaricia la estructura melódica hace que este tema sea una brisa ligera y hermosa, donde para los momentos finales se cierra con las voces dando lo que será el último aliento de este álbum.
Así, cerramos con la canción homónima del álbum, Welcome to the Planet, la cual cuenta nuevamente con la participación de Carly Bryant. Un tema especial y con aires de epicidad que aromatizan toda el paisaje generado por piano, flauta traversa (interpretada por David) y voces. La interacción entre ambas voces con el coro de fondo hacen que este cierre de tema sea hermoso y especial. A lo largo de la canción, se insertan elementos de los sintetizadores, los cuales se congenian perfectamente con la acústica y naturalidad de los demás instrumentos; llegando a la parte final donde estalla una fiesta musical llena de colores y rítmicas que generan un cierre casi similar a la majestuosidad de un coro gospel, cerrando con Carly interpretando las últimas líneas vocales y en piano.
Así, cerramos un álbum que por sí solo resulta ser un disco con muchos detalles y momentos que expresan la creatividad e inspiración que tuvieron para componerlo. Uno pensaría que, tras un exitoso álbum lanzado en menos de un año, tendríamos que haber esperado un poco más de tiempo. Esto evidencia el gran momento que como banda están viviendo. Sin embargo, la lectura de este álbum no se puede realizar sin las circunstancias que la rodean y que resultan ser de un sabor más que amargo. La partida inesperada de este gran vocalista hace que cada canción la valoremos con un tinte distinto; como si fuese una suerte de obra póstuma dejada para cerrar un proceso. Habrá que ver qué será de la banda de aquí en adelante, pero naturalmente en este tiempo tienen que descansar psicológicamente y, como no, vivir el proceso de luto que les abraza.
Pueden escucharlo en su espacio en Bandcamp:
https://bigbigtrain.bandcamp.com/album/welcome-to-the-planet
Y aquí la web oficial del grupo:
https://www.bigbigtrain.com/
Lista de Temas:
- Part One:
1. Made from Sunshine (4:04)
2. The Connection Plan (3:55)
3. Lanterna (6:29)
4. Capitoline Venus (2:27)
5. A Room with No Ceiling (4:52)
- Part Two:
6. Proper Jack Froster (6:38)
7. Bats in the Belfry (4:54)
8. Oak and Stone (7:12)
9. Welcome to the Planet (6:41)
Alineación:
- David Longdon / lead vocals
- Gregory Spawton / bass
- Rikard Sjöblom / guitars, keyboards, vocals
- Nick D'Virgilio / drums, vocals
- Carly Bryant / keyboards, lead vocals (9)
- Dave Foster / guitars
- Clare Lindley / violin, vocals
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