Más allá de lo que pienses de los dirigentes sindicales. Mas allá de a quien hayas votado. Hoy somos todos laburantes. Si la guita no te alcanza. Si tenes miedo a perder el laburo. Si ya lo perdiste. Salí a la calle y expresate. Decile basta a esta política que va contra vos, tu familia y tus vecinos. La movilización de ayer de los docentes superó todas las expectativas, incluso de los propios: es evidente que la protesta de los maestros se convirtió en el vehículo para expresar en la calle la creciente disconformidad social con las políticas del gobierno, y la necesidad de decirle a Macri que hasta acá llegó.
Cien mil docentes marcharon en todo el país durante el que hubiera sido el primer día de clases. Mientras tanto, el Presidente inauguró el inicio del ciclo lectivo trunco en la provincia de Jujuy, donde ya se siente local (aunque a pesar de su visita casi la totalidad de los docentes adhirió al paro nacional), en un acto forzado y marketinero hacia docentes y alumnos donde la realidad superó a la puesta en escena, en una mezcla de discurso político errático y oratoria zen con fuertes dosis de marketing, acting y coaching. Parece que ya no alcanza conque el actor salude una multitud que no está mientras los medios le fabrican la escena para la gilada. Ya no alcanza que se suba a un colectivo fuera del circuito. Y que inaugura clases a nivel nacional sin docentes ni alumnos, cuando la comunidad educativa atenta al relato del presidente. Así fue la respuesta.
Otra vez se vio a un presidente ajeno a la realidad circundante, zamarreando -por enésima vez- a criaturas que visiblemente no quieren ser parte de sus puestas de escena, y claramente tenían ganas de estar en otro lado y no allí. Mientras tanto, docentes marcharon en reclamo de la reapertura de la paritaria nacional desde el Congreso hacia la sede del Ministerio de Educación en la Ciudad de Buenos Aires. Acompañados por estudiantes, padres y organizaciones políticas y sindicales, los docentes realizaron una masiva movilización con paro de actividades de 48 horas, medida que se extendió a casi todo el país con un rotundo acatamiento.
Cien mil docentes marcharon en todo el país durante el que hubiera sido el primer día de clases. Mientras tanto, el Presidente inauguró el inicio del ciclo lectivo trunco en la provincia de Jujuy, donde ya se siente local (aunque a pesar de su visita casi la totalidad de los docentes adhirió al paro nacional), en un acto forzado y marketinero hacia docentes y alumnos donde la realidad superó a la puesta en escena, en una mezcla de discurso político errático y oratoria zen con fuertes dosis de marketing, acting y coaching. Parece que ya no alcanza conque el actor salude una multitud que no está mientras los medios le fabrican la escena para la gilada. Ya no alcanza que se suba a un colectivo fuera del circuito. Y que inaugura clases a nivel nacional sin docentes ni alumnos, cuando la comunidad educativa atenta al relato del presidente. Así fue la respuesta.
Otra vez se vio a un presidente ajeno a la realidad circundante, zamarreando -por enésima vez- a criaturas que visiblemente no quieren ser parte de sus puestas de escena, y claramente tenían ganas de estar en otro lado y no allí. Mientras tanto, docentes marcharon en reclamo de la reapertura de la paritaria nacional desde el Congreso hacia la sede del Ministerio de Educación en la Ciudad de Buenos Aires. Acompañados por estudiantes, padres y organizaciones políticas y sindicales, los docentes realizaron una masiva movilización con paro de actividades de 48 horas, medida que se extendió a casi todo el país con un rotundo acatamiento.
Hoy, y como no podía ser de otra manera, el gran diario macrista pone el acento en la concurrencia de Florencia Kirchner a tribunales. mientras que evita dar cualquier imagen sobre la contundencia de la marcha docente al tiempo que ataca la medida. En la Argentina donde gobierna Clarìn, se contrajeron 77 mil millones de dólares de deuda ¿Y dónde están? ¿Y las obras, cualquiera de ellas, dónde están? Recordemos que el peor de los reclamos docentes representa 2 o 3 % de esa cifra. Por cierto que de esa guita no menos del 20 % ya se fugó del país, del resto realmente no sabemos.
Hoy emepezó la peor semana del macrismo desde que está en el poder. Resulta que hay algo que se llama pueblo, hay trabajadores, subocupados y desempleados que quedan afuera del engorde de las estructuras que manejan los burócratas sindicales y sociales. Y como la cosa estuvo empeorando ostensiblemente, con un rebrote inflacionario que refutó las predicciones de 18% de inflación anual, más la pérdida del poder adquisitivo que los salarios sufrieron el año anterior, más los tarifazos en peajes, luz, agua y gas, más las manifiestas incompatibilidades entre las decisiones de política económica del estado que favorecen sistemáticamente a las empresas de los CEOs que habitan los despachos oficiales. Y llegó el momento de las paritarias, donde el gato y sus medios adictos empezaron a psicopatear con una reactivación en la que nadie cree y con una baja de la inflación desmentida por los hechos. La inflación sigue galopando pareja con la recesión y el desempleo hace que la bronca aumente, especialmente entre aquellos sectores de las clases medias y medias bajas que cayeron como chorlitos en las descaradas mentiras de campaña guionadas por Durán Barba. El correr de los meses en el gobierno, la falta de resultados y la fatiga producida por las mentiras sistemáticas y la corrosión psicopática que el gato y sus secuaces le hicieron a la población, desembocan ahora en la abrupta caída de la confianza que el macrismo supo concitar en los más crédulos.
Sólo en las provincias de San Luis, que ofreció una suba del 38% y Santiago del Estero (20%) comenzaron este lunes las clases tal como estaba previsto. En los 22 distritos restantes el paro docente se hizo sentir con fuerza. San Luis y Santiago, provincias gobernadas por fuerzas opositoras lejos estaban de ser las ideales para la foto de inicio de clases. Por eso el presidente Felino Endeudador Macri eligió Jujuy, provincia gobernada por su aliado radical en Corporaciòn Cambiemos S.A., el encarcelador ilegal Gerardo Morales, para una más que llamativa puesta en escena. Acostumbrado a las movidas marketineras (como el viaje en colectivo que no fue, los timbreos en casa previamente seleccionadas, y los saludos a multitudes imaginarias) Macri no tuvo problema en inaugurar las clases este lunes en un provincia en la que el acatamiento al paro docente alcanzó el 95%.
Antes de la marcha y el paro a los docentes, sus organizaciones y sus dirigentes les tiraron con todo: carpetazos, amenazas, apretadas, "registros de voluntarios", los quisieron enfrentar con los padres y la sociedad, se pusieron la gorra para exigir en las escuelas las listas de los adherentes al paro, para descontarles el día y quebrar la huelga. El presidente jugó a ignorarlos, y para huir de una ciudad copada por guardapolvos blancos, viajó a un califato lleno de presos políticos, donde impera el estado de excepción; a inaugurar un ciclo lectivo que no empezó, porque los docentes de allí estaban de paro, y la oferta salarial de Morales (el perseguidor de Milagro Sala) fue la más baja de todo el país, casi la mitad del "techo" previsto por el gobierno nacional para las paritarias.
La campaña contra los docentes en los medios privados en los que se apoya el gobierno fue feroz, amenazante, violenta y finalmente criminal. Se trató de demonizar a un solo dirigente (Baradel) para neutralizar al conjunto. La campaña oficial tuvo aristas criminales cuando el propio gato lanzó desde su investidura en la Asamblea Legislativa una amenaza contra la seguridad de Baradel; la violencia estatal se agravó cuando un operador mediático de los servicios se atrevió a difundir por televisión las identidades y fotos de los hijos amenazados de Baradel. La maniobra intimidatoria es inequívocamente estatal, desde el momento en que en ese programa estaba presente el ministro de educación de la Nación, el mismo que está incumpliendo con su obligación legal de convocar a la Paritaria Nacional Docente. ERGO: esas amenazas no son obra de un loquito desquiciado sino que parten del propio gobierno.
Pero acá viene la mala noticia para el macrismo: la feroz campaña logró amalgamar a los sectores docentes que ayer realizaron el paro y movilización nacional más grande que se recuerde en los últimos años. Las psicopateadas de macri solo lograron que el paro y la movilización fueran más grandes que nunca. Los docentes ayer escribieron una página histórica de resistencia al ajuste y muestran que los aprietes y las campañas difamantes contra un dirigente o un sector entero de la vida social solo logran echar más leña al fuego en la Argentina de hoy.
Hacía mucho no se veía una movilización tan terminante no solo en la cuestión cuantitativa, sino en la cuestión cualitativa. Creemos que en esto no es menor el rol que jugaron los gobiernos nacional y provinciales: desde el rechazo del ministro de Educación, Esteban Bullrich, a realizar la legítima apertura de paritarias, hasta las amenazas de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires de descontar los días de paro. Si a esto le sumamos el constante intento por deslegitimar la lucha docente con los grandes multimedios a la cabeza y el ejército de trolls que operan en la redes sociales, el resultado fue contrario, ya que el 85% de las y los docentes se plegaron al paro en todo el país.
En nuestra propia vida escolar hemos tenido momentos que nos marcan. Pruebas de fuego, enseñanzas cotidianas que no tuvieron que ver con contenidos académicos, sino de valores para una vida digna. El paro docente y la multitudinaria marcha de ayer le dan un fuerte envión a muchos argentinos que harán doblete y volverán a ganar las calles, en defensa del empleo, el salario y la producción nacional. Los docentes ayer hicieron lo que mejor saben hacer, aquéllo para lo que se formaron: darnos a todos una lección: al gobierno de lo que como pueblo no estamos dispuestos a tolerar más, y a nosotros de como se lucha contra este régimen.
Una cosa es segura: esta semana será la peor para el macrismo hasta ahora. Y otra más: se vienen semanas peores.
Hoy emepezó la peor semana del macrismo desde que está en el poder. Resulta que hay algo que se llama pueblo, hay trabajadores, subocupados y desempleados que quedan afuera del engorde de las estructuras que manejan los burócratas sindicales y sociales. Y como la cosa estuvo empeorando ostensiblemente, con un rebrote inflacionario que refutó las predicciones de 18% de inflación anual, más la pérdida del poder adquisitivo que los salarios sufrieron el año anterior, más los tarifazos en peajes, luz, agua y gas, más las manifiestas incompatibilidades entre las decisiones de política económica del estado que favorecen sistemáticamente a las empresas de los CEOs que habitan los despachos oficiales. Y llegó el momento de las paritarias, donde el gato y sus medios adictos empezaron a psicopatear con una reactivación en la que nadie cree y con una baja de la inflación desmentida por los hechos. La inflación sigue galopando pareja con la recesión y el desempleo hace que la bronca aumente, especialmente entre aquellos sectores de las clases medias y medias bajas que cayeron como chorlitos en las descaradas mentiras de campaña guionadas por Durán Barba. El correr de los meses en el gobierno, la falta de resultados y la fatiga producida por las mentiras sistemáticas y la corrosión psicopática que el gato y sus secuaces le hicieron a la población, desembocan ahora en la abrupta caída de la confianza que el macrismo supo concitar en los más crédulos.
Sólo en las provincias de San Luis, que ofreció una suba del 38% y Santiago del Estero (20%) comenzaron este lunes las clases tal como estaba previsto. En los 22 distritos restantes el paro docente se hizo sentir con fuerza. San Luis y Santiago, provincias gobernadas por fuerzas opositoras lejos estaban de ser las ideales para la foto de inicio de clases. Por eso el presidente Felino Endeudador Macri eligió Jujuy, provincia gobernada por su aliado radical en Corporaciòn Cambiemos S.A., el encarcelador ilegal Gerardo Morales, para una más que llamativa puesta en escena. Acostumbrado a las movidas marketineras (como el viaje en colectivo que no fue, los timbreos en casa previamente seleccionadas, y los saludos a multitudes imaginarias) Macri no tuvo problema en inaugurar las clases este lunes en un provincia en la que el acatamiento al paro docente alcanzó el 95%.
El video que explica los motivos del paro de los docentes pic.twitter.com/QTHC3O4qb8
— Agencia El Vigía (@AgenciaElVigia) 5 de marzo de 2017
Antes de la marcha y el paro a los docentes, sus organizaciones y sus dirigentes les tiraron con todo: carpetazos, amenazas, apretadas, "registros de voluntarios", los quisieron enfrentar con los padres y la sociedad, se pusieron la gorra para exigir en las escuelas las listas de los adherentes al paro, para descontarles el día y quebrar la huelga. El presidente jugó a ignorarlos, y para huir de una ciudad copada por guardapolvos blancos, viajó a un califato lleno de presos políticos, donde impera el estado de excepción; a inaugurar un ciclo lectivo que no empezó, porque los docentes de allí estaban de paro, y la oferta salarial de Morales (el perseguidor de Milagro Sala) fue la más baja de todo el país, casi la mitad del "techo" previsto por el gobierno nacional para las paritarias.
La campaña contra los docentes en los medios privados en los que se apoya el gobierno fue feroz, amenazante, violenta y finalmente criminal. Se trató de demonizar a un solo dirigente (Baradel) para neutralizar al conjunto. La campaña oficial tuvo aristas criminales cuando el propio gato lanzó desde su investidura en la Asamblea Legislativa una amenaza contra la seguridad de Baradel; la violencia estatal se agravó cuando un operador mediático de los servicios se atrevió a difundir por televisión las identidades y fotos de los hijos amenazados de Baradel. La maniobra intimidatoria es inequívocamente estatal, desde el momento en que en ese programa estaba presente el ministro de educación de la Nación, el mismo que está incumpliendo con su obligación legal de convocar a la Paritaria Nacional Docente. ERGO: esas amenazas no son obra de un loquito desquiciado sino que parten del propio gobierno.
Pero acá viene la mala noticia para el macrismo: la feroz campaña logró amalgamar a los sectores docentes que ayer realizaron el paro y movilización nacional más grande que se recuerde en los últimos años. Las psicopateadas de macri solo lograron que el paro y la movilización fueran más grandes que nunca. Los docentes ayer escribieron una página histórica de resistencia al ajuste y muestran que los aprietes y las campañas difamantes contra un dirigente o un sector entero de la vida social solo logran echar más leña al fuego en la Argentina de hoy.
Hacía mucho no se veía una movilización tan terminante no solo en la cuestión cuantitativa, sino en la cuestión cualitativa. Creemos que en esto no es menor el rol que jugaron los gobiernos nacional y provinciales: desde el rechazo del ministro de Educación, Esteban Bullrich, a realizar la legítima apertura de paritarias, hasta las amenazas de la gobernadora de la provincia de Buenos Aires de descontar los días de paro. Si a esto le sumamos el constante intento por deslegitimar la lucha docente con los grandes multimedios a la cabeza y el ejército de trolls que operan en la redes sociales, el resultado fue contrario, ya que el 85% de las y los docentes se plegaron al paro en todo el país.
En nuestra propia vida escolar hemos tenido momentos que nos marcan. Pruebas de fuego, enseñanzas cotidianas que no tuvieron que ver con contenidos académicos, sino de valores para una vida digna. El paro docente y la multitudinaria marcha de ayer le dan un fuerte envión a muchos argentinos que harán doblete y volverán a ganar las calles, en defensa del empleo, el salario y la producción nacional. Los docentes ayer hicieron lo que mejor saben hacer, aquéllo para lo que se formaron: darnos a todos una lección: al gobierno de lo que como pueblo no estamos dispuestos a tolerar más, y a nosotros de como se lucha contra este régimen.
Una cosa es segura: esta semana será la peor para el macrismo hasta ahora. Y otra más: se vienen semanas peores.
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