Como prolegómenos de esta publicación, aquellos fieles seguidores del blog se habrán dado cuenta que soy un integrante nuevo del staff de Cabezón, y que vengo hace un tiempo realizando varios posteos con mucho cariño y dedicación. La idea principal de mis textos es además de poder compartir y facilitar música de calidad para ustedes (que como siempre digo es la base fundamental antes que cualquier palabra que yo pueda enunciar), lo es también dilucidar algún juego de pensamiento que surge en mis andanzas cotidianas, y que sirva la misma como un puntapie de reflexión a los amigos seguidores. Estoy al tanto de que CabezadeMoog posee una página de Facebook, y si bien una red social puede problematizarse desde muchísimos ángulos (políticos, culturales, históricos, etc), diremos en principio y de forma muy inocente, que es una Herramienta de Comunicación (cuando poseemos una acepción sana de lo que es en sí una red social y lo aplicamos en nuestra vida cotidiana, de lo contrario esta se vuelve una res social que nos coerce y duerme de forma fatal). A lo que voy con todo esto es a lo siguiente: no me interesa en lo más mínimo los cien, los tres mil, el millón de me gustas que pueda llegar a tener una publicación mía porque en realidad no me dicen nada. Si en cambio me importa muchísimo todo comentario que se me quiera brindar sea para agradecerme sea para contradecirme sea para poder enriquecer la cuestión tratada. Por eso, quiero plantear que puedan llegar a considerar mis publicaciones subidas a Facebook como antesalas para el Blog en sí, y que en la medida en que quieran escribirme algo, lo hagan directamente en el posteo para que pueda leerlos (caso contrario no podré hacerlo). Dicho esto, podemos sacar a colación nuestro tema de hoy: el hecho artístico y como dentro de él se articula la publicidad, en el transcurso de los tiempos modernos.
Nuestro eje será El Monitor Argentino, programa de televisión nacido en 1986 de los cráneos de Martín Caparrós y Jorge Dorio. Programa que entremezcló la filosofía, la música (hay flotando en Youtube algunas entrevistas a Charly en los 90' y otra a Spinetta en la época de Tester de Violencia), la tecnología y demás formas de comportamiento que revestían la vida cotidiana de una Argentina en pleno auge democrático y con nuevos horizontes de problemas. Dicho programa de una forma muy original combinó distintos conceptos en pos de una cuestión clave: cómo hacer repensar la forma de vida de un tipo medio de ciudadano argentino que se pasaba cuatro horas frente a la pantalla. La forma en que lo plantean es clara, el solo hecho de ya estar flotando en el cosmos televisivo desarticula la realidad establecida por tanta perogrullada y estupidez humana vomitada en la misma. Son las luchas que retomarán los Capusotto y Saboridos del mañana con los Cha cha cha, los Todo por dos pesos y los Peter C. y sus videos. Entiéndase que no solo hay una parodia o la búsqueda de un chiste barato en estos programas, hay todo un proceso de elaboración que nos lleva a pensar que el universo totalmente absurdo que nos muestran no muere en sus programas/sketchs, sino que son verdaderos, son parte de la realidad de una familia media que mientras está participando de la eucaristía familiar comiendo un guiso de madre, a su vez está grabando en su cerebro la publicidad de un shampoo o comida para animales, de algún robo, de algún asesinato, de algún odio irracional, intencionado y dirigido por un Sistemático Ordenador y Modificador del Pensamiento y la Realidad. Esto conlleva a que la gran mayoría de la población resuma toda la complejidad de problemas que concierne a un Estado, eyaculándola en un pequeño momento de odio, de alegría o de angustia (los dos minutos de odio del Gran Hermano) que muere tras apagar la pantalla, pero que sigue resonando en los pensamientos como una baba virtual, sin animarse a ahondar (sin poder hacerlo) en un más allá. Ese más allá es el otro. No solamente el otro en tanto hermano o padre o madre, sino el otro más allá del otro, es decir la sociedad: la comuna de miembros que en lo más íntimo comparten nuestras mismas preocupaciones. Y en tanto pensemos al otro con una pantalla atravesada de por medio, solo seremos un Monitor más, observándolo minuciosamente sin atreverse a tocarlo, a sentir sus conflictos, alegrías y realidades. Entonces, la publicidad, ¿sirve solamente para vender un simple producto o será que hay algo más oculto dentro de ella?
A continuación, la introducción transcrita del programa:
El Siglo XX además de ser problemático y febril, es sobre todo un siglo de objetos, un siglo donde cantidad de objetos empiezan a aparecer mágicamente como mágicamente aparece de tanto en tanto el ojo de vidrio del Monitor Argentino en su televisor.
El Monitor Argentino es un programa que no tiene objeto, y se parece en estas cosas al deseo también, y se parece a la necesidad de ir viendo como se va dibujando algún sector de la sociedad argentina u occidente.
-¿Cómo se dibuja aquello que se vende?-Cómo se dibuja: mágicamente.Es probable que aquello sea mágico, como lo es la publicidad que es una de las artes mágicas mas importantes del siglo. Una de esas artes que van haciendo aparecer objetos (a veces necesarios a veces innecesarios) poco poco en su vida, hasta que su vida tenga todo el objeto que a veces, no tiene.
Y en ese caso entonces, hace falta una bajada; la bajada implica que la aparición del informe de publicidad del Monitor Argentino no haga desaparecer el resto de las secciones a las que ya por lo menos nosotros, estamos acostumbrados, y eso no es poco.
Mágicamente entonces: un programa de aparecidos.
He subido el programa en formato MP4 a la biblioteca con el fin de que lo puedan bajar y que no se pierda. Ya me ha pasado que cosas valiosas colgadas en internet han desaparecido y no las he podido ver más, cosa que demuestra su fragilidad también y no su aparente eternidad.
PARTE PRIMERA: Cuestión de elecciones
Seguridad
Verdad
Omnipotencia
SEGURIDAD, VERDAD Y OMNIPOTENCIA
Aviso aliciente: No transmigres a tu celda de vidrio sin antes decirte a mis ojos.
Seguridad y Verdad claman los proletarios que observan televisión (harina óptica) en sus domos de ficción, renovando así su amor venal, espiritual. Las Pantallas Enteógenas captan la Omnipotencia y las esparcen a los ojos de unos niños consumidos de dibujos de televisión, de una vieja fascinada con telejuegos de preguntas de saberes y de plata, de morbosos ávidos de violencia y sangre mientras comen los tallarines en familia.
Conocimiento siempre han vociferado los pueblos: queremos conocimiento. ¿Pero habrá acaso algún destello de conocimiento en una vana información llenadora de nuestro vacío cotidiano? El conocimiento requiere una conciencia histórica, política, cultural y espiritual. Está arraigado en hondos tiempos, en las raíces que poseemos en lo más interno, impulsoras de las flores que podemos crear en nuestros estadíos temporales. La información es escasa, sencilla, fácil de masticar y repetir, pero por sobretodo: efímera, su efecto fatal dura lo que dura su transmisión al receptor, luego quedará flotando como una baba virtual en el pensamiento del sujeto.
La publicidad siempre muestra yo la visto, dice lo ya dicho. Tras su apariencia de innovación continua, lo que intenta es hacer pasar por novedoso lo ya dado. El telespectador argentino medio pasa todos los días cuatro horas ante a la pantalla que a su vez lo llena de todo tipo de estímulos. En esas cuatro horas se calcula que recibe entre 160 y 260 publicidades.
Desde luego, este dato al día de hoy parece muy pequeño, si nos ponemos a pensar como cada vez se intensifica más la presencia de la pantalla interactuando con los sujetos desde la aparición de los teléfonos celulares, pero por sobre todo de las redes sociales, y como estos son constantemente (y esto va en en aumento) bombardeados por tanta infoxicación. Sumemos a esto como ya estos fenómenos ocurren a una edad cada vez más temprana y la cuestión resulta tenebrosa si queremos dilucidar un poco el futuro. Si los niños a día de hoy son educados por las pantallas, ¿que les depara a los niños de esos niños? ¿y a los niños de los niños de esos niños?
Ateniéndonos a la cuestión artística y a su relación con la publicidad, tendríamos que remontarnos a como el crecimiento de las masas y el cambio en las tecnologías de comunicación dio lugar a una forma nueva de articular la información: los medios de comunicación modernos.
El ejemplo clave es el periódico. Nueva forma de narrar lo cotidiano, pero no solo de lo que acaece en el entorno inmediato de un humano, sino de los alrededores e incluso de las zonas más alejadas. No solo había cuestiones de información en los diarios; diversas formas de artes literarias se introducían en ellos con el fin de que el público lector pueda esparcirse. Surgen por ejemplo las novelas de folletín, creación francesa que consiste en una publicación por partes en distintas tiradas de un mismo periódico a fin de que los lectores de su época sean condicionados a un suspenso obligado, que solo sería anulado mediante la adquisición del número próximo del diario. Escritores que han trascendido en este estilo lo pueden ser Alejandro Dumas (Los tres mosqueteros), Charles Dickens, Dostoievsky (Crimen y castigo), Balzac, Flaubert, Emilio Salgari (Sandokan).
Ahora, la publicidad también ronda en torno a los periódicos. ¿Pero cual es la diferencia que interrelaciona el arte y los anuncios publicitarios con respecto a medios posteriores como la radio y la televisión? La clave es sencilla y fatal: la interrupción. La publicidad no es impuesta totalmente al lector del periódico, tiene el poder de omitirla, ella no participa dentro del proceso artístico (la lectura) puesto que no puede aparecer bruscamente.
Los puristas podrían objetar que todo arte burgués dirigido a las masas tiene el fin de distraerla de sus problemáticas sociales. Los puristas no han leído Crimen y castigo por ejemplo. O no entienden que al ser el arte dirigido a las masas una realidad, pasa a ser una obligación social problematizarla, hacerla propia y dirigirla con las luces certeras (como el teatro de Bertolt Brecht que buscaba volver extraño lo cotidiano con el fin de poder reflexionarlo).
Anuncio extraído del periódico El Imparcial (1885).
"Un frasco bastó" dice El Restaurador Universal del Cabello de la Señora S. A. Allen, que dijo una señora cuyos cabellos han sido restablecidos a su color natural y cuya calva se ha repoblado. El frasco bastó, ahí está la Verdad y la Seguridad que necesita el espectador. El frasco no puede no bastar, sería un anuncio absurdo, un contra-anuncio. Detengámonos un momento en el nombre del producto y podemos ver que esta más cercano a las órdenes religiosas que a los fármacos de reconstrucción capilar: Omnipotencia del Anunciante.
Pero volvemos a lo principal: el hecho de que un lector disponga de su tiempo para leer que no es un tinte, y de consiguiente es perfectamente inofensivo, pasa a ser una decisión total del mismo. Quizá lo haya leído con total fervosidad y en el momento en que pudo se hizo acreedor de la fórmula mágica, pero él mismo decidió formar parte de esta comunidad anunciante-anuncio-espectador. No es violado visual y sonoramente en el momento en que está leyendo plácidamente su folletín semanal o las cuestiones económicas de su país.
PARTE SEGUNDA
LA INTERRUPCIÓN COMO NUEVO CONCEPTO DE PUBLICIDAD
Enlazando El Sonido Primitivo de Spinetta, donde entendemos una fusión entre silencio y sonido, de modo que podemos hablar de un sonido musical propio del silencio y no una pureza delimitadora que los diferencie: ¿podemos hablar entonces de un momento artístico y otro momento publicitario?. Es decir, ¿realmente la Publicidad es un corte entre escena y escena de un hecho artístico? ¿Qué es verdaderamente lo que hay entre escena y escena?, ¿acaso es un vacío a llenar? porque desde luego, algo hay y no es vacío. Entonces, será que en vez de considerarlo un corte rotundo entre escena y escena de una película por ejemplo, ¿no será que la publicidad se introduce dentro del hecho artístico y pasa a moldearlo también?
Hemos hablado de una violación anteriormente, en tanto que no hay poder de decisión por parte del espectador para visualizar o no la publicidad (desde luego la voluntad siempre está, eso no lo negamos, ya que el sujeto tiene toda la libertad del universo para decidir no ver esa propaganda o incluso no ver televisión, pero después de todo, estamos hablando de pequeñas sutilidades que modulan el pensamiento de un argentino promedio). Pero hasta esto mismo vamos a cuestionar, ya que en una violación existe un mecanismo de rechazo o negación por parte de uno de los actores, es una pasividad forzada. Y yo solo concibo la pasividad y el sujeto penetrado pasivo bajo la forma de violaciones. En la alquimia sexual no hay sujeto penetrado por un lado ni sujeto penetrante por el otro, el sexo femenino penetra tanto al sexo masculino como este lo hace con aquel. Es una penetración/contacto. Contacto de fluidos líquidos y espesos. Contacto de sensaciones (placer del roce, temperaturas, olor de la carne, emanaciones sonoras). En el proceso televisivo sucede lo mismo. No existe el sujeto penetrado ni pasivo. Hay una acción introspectiva por parte del alienado (a medida que va recibiendo el fluido visual y sonoro de la baba virtual) así como también hay un sometimiento cuando no se concibe el peligro de esta actividad (principalmente el peligro de la repetición irracional del discurso) La violación entonces es distinta de la sumisión.
PARTE TERCERA
LA INDIFERENCIA COMO DESARTICULACIÓN DE LA REALIDAD
Es indiferencia permitir la publicidad en un hecho artístico. Y esta permisión la acepta el propio receptor. Los oyentes de música devotos por ejemplo, ¿podríamos tolerar acaso una propaganda de Coca-Cola irrumpiendo en algún disco de los Beatles o de Serú Girán? No, puesto que entendemos el arte como una forma espiritual de alimento. No es un mero jingle, un mero tintineo de cascabeles del que podemos prescindir sin problemas para pasar la seriedad de nuestras vidas (parafraseando a Nietszche). Por eso, lo que se termina generando es una recepción indistinta por parte de los humanos, puesto que inscribiéndose en el hecho artístico lo anula totalmente. Esa recepción indistinta supone toda una serie de peligros sea a nivel artístico, sea a nivel social (ambos se entrelazan): el cerebrito de un sumiso puede captar sin problemas cualquier canción industrial que le quieran insertar, le pueden vender cualquier náusea que con tal de cumplir ciertos cánones capitalistas de belleza y moralidad (un auto deportivo, unas zapatillas de marca, una mina a reventar de tetas y culos inyectados), lo podrá reproducir tranquilamente. Esta pobreza espiritual que significa un corte con las raíces mas hondas que portan nuestras culturas, esta falta de respeto para con el prójimo puesto que dada la pésima música que escuchan hace que suban y suban el volumen del parlante para quemarse aún más el bocho e incluso joder a los vecinos circundantes, nos da la siguiente reflexión: Si en la música que escuchas ya no hay vida, si la letra ya no tiene inspiración, si aunque aumentes el volumen ya no hay fuerza, son los tiempos que están huecos de emoción (Frecuencia modulada, de La grasa de las capitales, de nuestro bendito Serú Girán)
Estos huecos de emoción son llenados con toda la grasa que nos quieren vender para dominarnos. Vemos así que esta publicidad trasciende el hecho artístico y se inmiscuye ya en asuntos políticos y reflexiones del país. Así pues, si yo poseo una indiferencia total en lo que respecta al arte, ¿cómo no la voy a tener a la hora de pensar los problemas de Argentina y de Latinoamérica?
Algunos podrían preguntar si esto no puede suceder al revés: que la indiferencia sobre asuntos políticos genere la indiferencia en el arte. Claramente están implicados entre sí, pero puesto que yo sostengo que el arte es el motor metafísico de la cultura de un pueblo, es a partir de él como se traduce la realidad del mismo pueblo.
Así de la interrupción pasamos a la indiferencia y de la indiferencia a la teledirección orquestada de nuestro pensamiento por aquellos sectores nefastos que lo modulan. El espectador perfecto de una publicidad sería aquel que esté sintonizando eternamente el ruido llenador de vacío.
Sin embargo, ¿la solución es pues la eliminación de la publicidad? No seamos ilusos, puesto que hoy en día estamos viviendo una nueva estrategia del poder para desarticular la realidad.
PARTE CUARTA
LOS NUEVOS PARAÍSOS VIRTUALES
Hoy en día estamos presenciando la muerte de la televisión. Ese bastión inexpugnable con sus canales de información, sus dibujitos animados, sus programas de deporte y otros tipos de hechicería, poco a poco resulta más molesto, más incomodo. Sólo continúa reinando en las casas de los viejos, y aún así en estos lugares donde su poder es más grande, deben compartir el puesto con los teléfonos celulares. Comparado al universo que es la Internet donde los internautas tienen posibilidades infinitas para <<elegir>>, resulta ser apenas un pequeño sistema solar con sus estrellas fijas, sintonizadas a cierta hora del día. Los niños prefieren los dibujos de youtube. Los jóvenes y adultos las redes sociales y netflix. Alli manejamos nuestras elecciones: elecciones de contenido (lo que me ofrezca la plataforma), elecciones de tiempo (cuando quiera y el tiempo que yo quiera), elecciones de espacio (lo portátil que se han vuelto las pantallas). Frente a la quietud soporífera de la TV que solo pueden soportar los viejos hoy en día (y a la que solo recurrimos en las comidas familiares para llenar el vacío mientras depositamos nuestras manos en otras tareas), tenemos todo un movimiento vertiginoso de la Internet por descubrir.
Ahora, me quiero detener en los nuevos fenómenos de paraísos virtuales como lo son netflix o spotify porque traen en sí un nuevo horizonte de problemas. La interrupción publicitaria sigue gestándose en Internet junto con otros mecanismos de indiferencia como la mirada sobre el otro no a nivel sociedad macropolítica sino micropolítica (antes solo poníamos el vidrio sobre <<el otro más allá del otro>>, es decir los desconocidos, pero hoy en día lo colocamos sobre el otro en tanto <<otro cercano>>, como nuestros familiares y amistades cercanas con la llegada de las redes sociales). Pero lo novedoso de estas plataformas mencionadas son la pureza que brindan a nuestros ojos y oídos. En ella no somos interrumpidos ni por publicidades ni por amigos, estábamos saturados de ellos (aunque luego recurriremos a ellos para comentar las nuevas series, las nuevas películas). Pero por sobre todo tenemos la capacidad de elegir por nosotros mismos lo que queremos ver, y desde luego esa elección es aparente. Trae aparejada toda una intencionalidad estética que modula aquello que es bello y correcto para ver y escuchar (la fotografía de una imagen, su color, como transcurre el tiempo, la trama, el diálogo; aquellas formas en que hay que cantar, los instrumentos a usar, las temáticas, los tipos de instrumentos). Entendemos que en un proceso histórico siempre hay intencionalidades estéticas, cursos y tendencias que siguen los pueblos. Pero el problema actual es que nunca como hoy hemos sentido EL IGUALITARISMO de todo lo que sucede en torno. Las mismas ondas sonoras revestidas con capas de voces iguales con la misma intención de machismo y capitalismo y berretismo y estupidez. Las mismas intenciones artísticas en el plano del cine, que hoy en día lleva a que una persona pueda pasarse doce horas seguidas viendo una serie por ejemplo.
Cuando muere la raíz cultural caen nuestros antepasados y nuestra historia. Una masa homogénea teledirigida es lo que queda, sin desfasajes de pensamiento. Yo en lo personal aborrezco el cine. No tengo guita como para ir a las nuevos estrenos, no consumo ni netflix ni ninguna página del estilo, cuando quiero ver algún clásico tardo un montón hasta encontrarlo (si es que lo encuentro) y sumado a comerme el thrash visual de las páginas de películas, suelen estar en mala calidad. Prefiero guardarme ciertas obras que he visto y que me parecen supremas: Lo que vendrá, Hombre mirando al sudeste, Últimas imágenes del naufragio, La conquista del paraíso. Son películas que puedo ver miles de veces y cada vez que me apetece el cine recurro a ellas.
¿Hay alguna resistencia a todo esto? El otro día leía una nota titulada Netflix en la radio (http://tallerlaotra.blogspot.com/2019/07/netflix-en-la-radio.html) que narraba que actualmente solo hay tres películas interesantes para ver pero que todas ellas estaban en un solo formato. Les dejo mi contestación
"Estas tres películas están entre lo más interesante que puede verse hoy en día en cualquier formato. Pero todas ellas están en un solo formato."
En este punto estoy en desacuerdo totalmente. No es lo más interesante que hoy en día se puede ver y de hecho no hace falta verlo, esa es la verdadera resistencia; es ahí donde entra la hegemonía de estos formatos. De todas formas Netflix no es algo nuevo; el cine en sí siempre fue un lavador de cabezas, ahora te tienen sentadito en el sillón de casa para comodidad del usuario pero siempre fue el mismo método: desarticular la realidad por medio de la imagen, no para repensarla sino para vivirla con un goce estético o un simple ruido llenador de vacío que muere al apagar la pantalla (pero que sigue injerto en el cerebro)
PARTE FINAL
Hemos recorrido un largo camino en el que traté de ser conciso y claro acerca de como ha ido evolucionando el consumo de productos artísticos. Hemos pasado del ruido llenador de vacío a una belleza peligrosa que termina suplantando ese vacío. Hoy en día conviven pero se avecinan tiempos oscuros. Tiempos en que no serán necesarios los canales de desinformación, puesto que las hegemonías culturales abarcarán la distracción perfecta. ¿Que hacer frente a todo esto? Les traigo una reflexión de Julio Cortázar a modo de cierre. Frente a los sistemas que buscan aislar pequeños puntos de placer, nosotros tenemos el absoluto como placer: todo lo que nos rodea nos puede causar placer, por eso queridos amigos este blog, por eso estas músicas que son nuestra resistencia, y por eso las bicicletas y los instrumentos musicales para encontrar los verdaderos páramos de la ciudad y sus márgenes, pequeños y gratos momentos que jamás encontraremos en un evento de facebook, en una foto de instagram o en una canción recomendada de spotify.
"Una pared llena de carteles tiene algo de mensaje, es como un poema anónimo porque ha sido hecho por todos [...] Eso crea una especie de coágulo porque ahora yo sigo caminando, andando, pero creo que durante mucho rato voy a seguir viviendo treinta años atrás, lo cual supone toda una serie de recuerdos, de sentimientos"
Esto es todo queridos amigos. Espero que recuerden el mensaje al principio de la publicación. Encantado estaré de leer sus comentarios. Saludos de su fiel servidor, Desjer.
Guau Desj, que interesante esto!!!! recién lo publiqué en Face y ahora me dispongo a leerlo. Muy interesantes tus notas sociales y pensamientos, espero que sigas socializándolos. Y em alegro que hayas tomado al blog de esta manera, espero que sigas así. Abrazo!
ReplyDeleteMaravilloso, me saco el sombrero y aplaudo!!!! Una nota de incalculable maestría, mis felicitaciones querido Desjer
ReplyDeletePor favor Moe, gracias a vos por tomarte el tiempo de leerlo. Otro abrazo como siempre..
DeleteTe felicito por la nota, de verdad muy buenas reflecciones y los disparadores que al menos en mi generan. Entre tantas, me quedo con esta: "el arte es el motor metafísico de la cultura de un pueblo, es a partir de él como se traduce la realidad del mismo pueblo", totalmente de acuerdo, no solo para traducir la realidad sino tambien para intertar modificarla a traves de la sensibilidad y la belleza.
ReplyDeleteEstare atento a tus nuevos posteos, este blog es genial, gracias por compartir y saludos!!
Gracias x tu tiempo tomado Batender. Esa reflexión me llegó además de mis andanzas x medio del libro El origen de la tragedia de Nietzsche donde plantea de forma muy hermosa como un pueblo (el griego) modula toda su vida sea espiritual política moral a través de sus dioses que son la forma superior y divina para traducir nuestras vivencias internas y externas. Un saludo!
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DeleteEyy, no lei ese libro de Nietzsche!!, ya lo agendo, me interesa mucho esos planteos, gracias por la data Desjer, saludos!!!
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