Este es el segundo disco de los australianos metaleros de Ne Obliviscaris que traemos al blog cabeza, y el cuarto álbum de estudio de su carrera. Otro álbum marcado por la pandemia; "por muy abstractas que sean las letras, implican alguna forma de partida no deseada: todos los viajes hacia el tormento, la pasión, el anhelo e incluso la desesperación. Tocan el proceso de destrucción física y psicológica que se deriva de esa sensación o realidad de ser exiliado, ya sea forzado a abandonar la propia tierra, condenado al ostracismo por una comunidad, rechazado por una religión, o incluso simplemente tratado de forma diferente por ser quien es". Un trabajo que si bien no cambia el estilo distintivo de la banda, famoso por la inclusión de violines dentro de un crudo Death Metal, dan como resultado un disco que se forjó luego de cinco años de trabajo cuyo resultado es lo que podemos esperar de ellos; complejo, elaborado, emotivo y exigente de cara al oyente. Uno de los mejores discos del 2023 según Progarchives, ideal para cerrar otra semana a pura música en el blog cabeza.
Artista: Ne Obliviscaris
Álbum: Exul
Año: 2023
Género: Progressive death metal
Duración: 51:53
Referencia: Progarchives
Nacionalidad: Australia
Después de 6 años Exul viene a convencernos de que la escena australiana no está muerta. Simplemente está en su proceso post-pandémico y calentando motores para volver como una de las mejores del mundo a nivel metal progresivo.
Este cuarto álbum comienza con “Equus” una pieza que recuerda mucho el estruendo característico de los autralianos de Melbourne, pero esta vez con melancolía; proyectando unos violines y un bajo que predominan. Si bien nos puede recordar el trabajo de Gojira en Amazonia, las percusiones son la parte soporte, pero también están allegadas musicalmente a pensar en las culturas antiguas que le tenían respeto a la naturaleza, pero con un toque barroco por la introducción del violín. Una pieza muy larga, orquestal, progresiva, que deslumbra belleza y sufrimiento.
Misericorde I – As the Flesh Falls, cae como los inicios de la banda, una pieza muy death técnico metal, con mucho arreglo lírico y de cuerdas, en la que en un prinicipio podríamos decir que se desarrollaría monótona, pero simplemente va teniendo un preámbulo más digerible. Sin descuidar lo orquestal, que hasta se enfoca a atraer a una audiencia refinada para dar a conocer que el metal no está peleado con las audiencias teatrales, el metal es arte y melancolía.
Misericorde II – Anatomy of Quiescence, es la pieza que arrastra a la anterior, muy sentimental que te hace sacar lágrimas, con un metal sinfónico clásico, solos de guitarra y riffs con cambios que te sacan del trance de la melancolía. Para mí es la composición mejor lograda del disco.
Suspyre, es la pieza más progresiva, que tiene cambios muy iguales pero que están muy continuamente marcados. En esta canción además observamos que el juego de voces, la limpia y gutural, está muy bien ejecutada y cada una toma sus partes correspondientes. La introducción de la guitarra acústica es genial, no se podía olvidar en algún tema de los australianos.
Graal, es una canción estruendosa de principio a fin, en donde lo acústico y lo técnico se unen, pues el eslabón de la pieza es el violín, el bajeo y lo técnico-lírico de las guitarras. Es una entrega de todo lo que es esta banda.
Anhedonia, termina el álbum con mucha melancolía y sufrimiento, con unos cantos sorprendentes por parte de Tim y con unos violines entremezclados con un piano. Una pieza que termina reflejando el cansancio del caos provocado por terceros de las guerras que vivimos, para tener un momento de paz individual y estar en proceso de regeneración de lo que podemos hacer en nuestras trincheras.
Este álbum es la sala a un Ne Obliviscaris orquestal, ojalá que algún día podamos verlos llenando teatros clásicos con orquesta en nuestra región Latinoamericana.
Y con este disquito vamos cerrando una semanita corta pero muy intensa en el blog cabeza, ideal para que puedan conocer este trabajo en sus próximas horas de ocio. Y vamos con el último comentario de terceros.
Crecer bajo la sombra de su propia historia nunca ha sido fácil para Ne Obliviscaris. Y es que, a once años de “Portal Of I” (2012), el primer disco de los australianos continúa siendo un referente de calidad, originalidad y genio dentro de una escena tan exigente como el metal progresivo contemporáneo. Una vara alta con la que sus fanáticos miden con sumo rigor cada nueva entrega de la banda. Con algunos lanzamientos más aclamados que otros, lo cierto es que este quinteto se mueve dentro de un estándar que sobresale, siendo “Exul” (2023) un hito que se acerca bastante a aquel mítico inicio de carrera.
Para su cuarto álbum, Ne Obliviscaris continúa explorando elementos que son esenciales para entender la identidad de la banda. Mientras los guturales de Xenoyr son los encargados de canalizar aquella vertiente intensa y agresiva que predomina, los pasajes melódicos de Tim Charles juegan el rol de contraparte, equilibrando una fórmula colmada de contrastes. Es precisamente en esta multiplicidad de estímulos donde Charles también se luce en las cuerdas, con un violín que no figura como mero arreglo, sino que también asume liderazgo y encamina el desarrollo en cada composición. Todo esto, sumado a la calidad interpretativa de sus otros tres miembros, dando como resultado final una obra que no escatima en sumar recursos.
Con doce minutos de duración, “Equus” abre un disco que no tarda en posicionar los contrapuntos que definen a los australianos. Ya en sus primeros segundos, la composición más extensa del álbum introduce secciones de violín acompañados por una batería que cabalga impetuosa, generando aquella mezcla entre épica y dramatismo. Un inicio prometedor cuya lírica también ofrece miradas interesantes; enmarcada en los incendios ocurridos en Australia durante el 2019 y 2020, la canción es un homenaje tanto a las vidas que cobró el desastre, como también a su alto impacto medioambiental. La suite de dos partes, “Misericorde”, compone el resto de la primera mitad de “Exul” (2023). “Misericorde I – As the Flesh Falls” toma un ritmo más pausado en su desarrollo; a diferencia de la explosión inmediata de su antecesor, este track va avanzando en tensión de manera paulatina, con un quiebre a mitad de canción y un cierre de cuerdas que hace de puente con su segunda parte. “Misericorde II – Anatomy of Quiescencence” es el momento del álbum donde el énfasis recae en la sutileza, mediante secciones lideradas por Tim Charles y un suave solo de guitarra, dotando de elegancia a un track mayoritariamente instrumental.
Es preciso destacar que, junto a la particular sonoridad de Ne Obliviscaris, la elocuencia es un rasgo distintivo tanto en “Exul” (2023) como en el resto de su discografía. Prueba de ello es lo presentado en “Suspyre”, donde, pese al vaivén de intensidades a lo largo de sus diez minutos de duración, el track goza del buen tino de contar con cambios de ritmo en los momentos precisos, pasando con toda naturalidad del caos propio del metal extremo a la suavidad de los arreglos de guitarra acústica, sólo por dar un ejemplo. Ya en su porción final, “Graal” es la última ocasión de los australianos para soltar todo su desplante. En una composición con algunos elementos disonantes y una ejecución vertiginosa al violín, la banda explota el clímax del álbum, siendo “Anhedonia” un cierre más austero donde se decanta toda la tensión. En lo que parece ser más un outro que una canción como tal, las capas de cuerdas se superponen en un bucle melancólico, brindando el dramatismo necesario para cerrar una obra pomposa y extensa.
Pareciera que con Ne Obliviscaris el paso del tiempo fuese sinónimo de calidad, si se toman en cuenta los casi seis años que distancian a “Exul” (2023) de su predecesor. Tal como ocurrió en el inicio de su carrera, donde tardaron cerca de una década en lanzar su primer larga duración, el cuarto álbum de la banda demuestra la importancia en respetar los procesos creativos y la necesidad de trabajar sobre una obra hasta alcanzar su estado óptimo. Sin la necesidad de refugiarse en glorias pasadas, el sólido presente de este quinteto progresivo los vuelve a situar como un proyecto que merece atención.
Pueden escucharlos desde su espacio en Bandcamp:
https://neobliviscarissom.bandcamp.com/album/exul
Lista de Temas:
1. Equus (12:13)
2. Misericorde I - As the Flesh Falls (7:33)
3. Misericorde II - Anatomy of Quiescence (9:22)
4. Suspyre (10:09)
5. Graal (8:53)
6. Anhedonia (3:43)
Alineación:
- Xenoyr / harsh vocals
- Tim Charles / clean vocals, violin, viola, keyboards
- Benjamin Baret / lead guitars
- Matthew Klavins / guitar
- Martino Garattoni / bass
- Dan Presland / drums
With:
Emma Charles / additional violin
Alana K / additional vocals
Dalai Theofilopoulou / cello
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