La reforma educativa argentina que deviene de los `90 modificó drásticamente las relaciones entre Estado, mercado e instituciones educativas
La transferencia de los servicios educativos nacionales (Ley 24049/92) fue centralmente una política fiscal de reducción del gasto público para el Estado Nacional y delegación de responsabilidades de sostenimiento del sistema educativo a las jurisdicciones -en el marco de estrategias neoliberales de privatización y transferencia de otros servicios públicos a esferas menores de la administración estatal-, produjo una altísima fragmentación del sistema.
Posteriormente, a partir de 2015, las políticas educativas iniciaron un proceso de debilitamiento progresivo del rol del Estado en la educación. La transferencia de programas nacionales a las jurisdicciones provinciales y el desmantelamiento de equipos técnicos y profesionales vinculados a esas acciones, fueron un primer indicio de que las políticas se orientaban drásticamente a la redefinición del rol del Estado en educación.
La situación se profundiza hoy con el discurso deslegitimador de la educación pública, la incorporación de valores como la meritocracia, el emprendedorismo, la articulación de la educación con las demandas del mercado, el desarrollo de mecanismos de articulación de la educación pública y la privada en la educación superior, todo ello son políticas que vienen erosionando el papel del Estado como garante del derecho a la educación para las mayorías, que permiten que accione el viejo lema "donde existe una necesidad, nace un negocio".
¿Qué hay detrás de las «escuelas Google» y su desembarco en la educación estatal?
La Escuela Municipal Manuel Dorrego, institución del nivel primario bajo la órbita de la gestión Pro en Vicente López, empezó a ser apadrinada por Google. Perspectivas y riesgos de la expansión del gigante informático en el ámbito educativo.
En lo que resulta un hecho inédito, Google empezó a apadrinar por primera vez una escuela pública de gestión estatal en Argentina. Se trata de la Escuela Municipal Manuel Dorrego, institución del nivel primario bajo la órbita de la gestión Pro en Vicente López. El vínculo se realizó a través del programa Google Reference School y busca fomentar la utilización tecnológica «para el aprendizaje y el desarrollo profesional» de les estudiantes.
A lo largo de los últimos años, el gigante informático fue ganando terreno en el ámbito educativo a partir de la generación de herramientas que resultaron sumamente útiles para la cotidianeidad estudiantil y docente. Un hecho bisagra fue, sin lugar a dudas, la llegada de la pandemia, que permitió la popularización de dos iniciativas creadas previamente: Google Classroom (año 2014) y Google Meet (año 2017). De esta forma, la poderosa compañía estadounidense se erigió como un facilitador de la educación a distancia en plena cuarentena y brindó sus soportes con suma efectividad, incluso ofreciendo visibles mejoras técnicas para facilitar la experiencia de millones de usuarios y usuarias a nivel mundial.
Hasta el momento, únicamente cuatro colegios privados bilingües o de élite habían aceptado ser «escuelas Google» en todo el país: St George´s College (Quilmes), Colegio Modelo Sara Eccleston (Avellaneda), Colegio Rainbow (Mendoza) y Colegio Innova (Bernal Oeste). La particularidad en este caso es que una institución pública decidió emprender este mismo camino. «Hace ya tres años que con Jorge Macri impulsamos este proyecto y encontramos en Google un aliado estratégico para poder mejorar la calidad educativa en cada uno de nuestros establecimientos», dijo la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez (Juntos por el Cambio).
¿Qué es Google Reference School?
Este programa reconoce a las instituciones educativas que utilizan de forma innovadora las herramientas educativas de Google, fomentando la utilización de tecnología para el aprendizaje y el desarrollo profesional. Una escuela, al ser certificada por la empresa, recibe beneficios como la posibilidad de acceder a sus últimos productos incluso antes de que sean lanzados, la capacitación de les docentes y el equipamiento.
Dicha iniciativa se suma a otras como «Crece con Google para Jóvenes 2021-2022», que se lanzó el año pasado y busca reunir a graduados de colegios públicos o privados subvencionados -así como personas que no tengan trabajo formal- para brindarles un curso de publicidad y herramientas digitales a cargo de profesionales de Google. También propusieron una sección de «mentoría y capacitación en habilidades blandas, liderazgo personal y relaciones interpersonales».
Antecedentes y perspectivas
En el St George´s College Quilmes, allá por septiembre de 2021, se conoció que seis alumnos del sexto de la secundaria obtuvieron diplomas avalados por Google, en el marco del Programa de Innovación de Google para Estudiantes. Para lograr estas certificaciones, les estudiantes debieron participar de cursos y rendir exámenes en paralelo con sus obligaciones escolares. Mientras que el programa de Marketing Digital requería completar 28 micromódulos con preguntas después de cada sección, el de Google Ads estaba integrado por seis cursos distintos con un examen integral de respuesta múltiple al finalizar cada uno.
Desde esta institución hablan de un «proceso de transformación» bajo el objetivo de «preparar a los alumnos al mundo de hoy, que exige emprendedurismo, colaboración y trabajo en equipo a través de la tecnología, agilidad y flexibilidad». Según explican, los requisitos para ser un «colegio Google» son tres: hardware (adopción de un mínimo de dispositivos chromebox), G Suite for Education y la carrera docente (certificaciones de Google nivel 1 y 2, como «trainer» e «innovator»)
La avanzada de Google sobre las instituciones educativas -y en especial las de gestión estatal- entraña ciertos riesgos. ¿Por qué el Estado avala que cada vez más datos se almacenen en los servidores de la multinacional? ¿Qué capacidad de decisión tienen les docentes al respecto? Adoptar todas las tecnologías de Google desde la infancia y bajo la incuestionable autoridad de la escuela posiblemente legitime estas prácticas e implica un retroceso para salvaguardar la autonomía de los establecimientos educativos respecto a las empresas y sus agresivas estrategias de posicionamiento del producto.
Veremos en qué termina este proceso, aunque lamentablemente ya lo intuímos...
Dice el compositor chileno Gabriel Matthey: ese mercantilismo convierte a la sociedad en "menos humana por su masificación, donde la diversidad se transforma en uniformidad, donde las necesidades y demandas son manejadas por el propio mercado y los seres humanos pierden todo espacio real de participación, transformándose en esclavos". Trágica realidad que recorre lugares sin distinguir fronteras. Entonces, debemos instaurar un Estado fuerte, regulador e inclusivo, que intervenga en la producción de bienes culturales, como primer paso para constituir una sociedad verdaderamente humanista, libre y soberana, donde el ser humano sea lo más importante, y no el mercado y el capital.
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