Artista: Keith Jarrett
Álbum: Concerts
Año: 1982
Género: Jazz / Avant Garde
Duración: 49:32
Nacionalidad: EUA
No cabe duda de que una de las mejores encarnaciones del polifacético Jarrett es el piano solo en vivo e improvisando. El concierto de Colonia que lo catapultó a la fama global, sin embargo, no es ni el único ni el primero que quedó plasmado para la posteridad gracias al productor visionario Manfred Eicher —cuyo imprescindible sello ECM está cumpliendo por estos días 50 años de maravillarnos—. Tampoco sería el último. En este disco, Concerts de 1982, quedó registrada una presentación en el teatro Festspielhaus de Bregenz, Austria, del 28 de mayo de 1981, cuando la fórmula iniciada en Bremen y Lausana en 1973 y consolidada en Colonia en 1975, ya se había colocado como una especie de expectativa natural del público, sabiamente explotada por Eicher (según algunos críticos, hasta el cansancio).
[el video es de un concierto en París en 1981; no hay yutubes de los conciertos registrados en Concerts. El inicio (hacia el minuto 1) es una reelaboración de “Heartland” que en Bregenz y Múnich tocó como encore]
Esta edición de Concerts es en realidad un relanzamiento de parte de un álbum triple con el mismo título (1981) que incluía, además de las presentes cuatro pistas, las grabaciones de otros dos conciertos de la misma gira en Múnich. Si comparamos este recital en Bregenz con el de Colonia de siete años antes, lo primero que resalta es el brillo y la dinámica del piano. Aquí estamos ante un grand piano en toda la extensión, tal como le gusta a Jarrett (a diferencia del instrumento que consideró deficiente en Colonia), y en una maravillosa sala de conciertos, mientras que el anterior se registró al aire libre. Pero quizás estas condiciones trabajan también en demérito del lirismo que caracteriza al clásico de Colonia. John Fordham escribió en The Guardian que aquí Jarrett toca con “una arriesgada confianza en sí mismo, desplegando sus ricos vocabularios clásico, jazzístico y de gospel, con aún más libertad que en el concierto de Colonia de 1975”.
Es efectivamente otro momento, otro mood, otro espíritu el que inspira al genial pianista en esta ocasión. El disco contiene dos largas improvisaciones de gran complejidad y se completa con otra improvisación más sencilla, también sin título, y con un tema menos improvisativo, “Heartland”. La primera parte viaja desde el arranque en un estilo suave y fresco, casi de balada (el inicio fue utilizado en la banda sonora de la comedia romántica alemana Bella Martha, de Sandra Nettelbeck en 2001) para ir descomponiéndose en una rítmica casi funk hasta perder coherencia por completo, cuando se acerca al estilo percusivo del free jazz como lo realizaba Cecil Taylor. No faltan “tamborazos” que da con los pedales del piano, en un discurso que muestra tanto la profunda complejidad de su visión de la música como su bien conocido virtuosismo.
La segunda parte larga abreva directamente en la dramática experiencia académica que le encontraremos al interpretar a Shostakovich. El juego de contrastes habla de una búsqueda por explotar al máximo las capacidades de ese instrumento absoluto que es el grand piano. Ostinatos marcados a pedalazos, casi a patadas que se desintegran en brillantes pianissimos y arpegios, y hasta rasgueos directamente sobre el entorchado de las cuerdas graves del instrumento, en franco desafío de la lógica armónica (como en los serialistas) y de la etiqueta concertista; en estas improvisaciones hay suficiente dosis de locura, cruzada por momentos con elementos casi barrocos.
En “Untitled” (la tercera improvisación, un poco menos extensa) el juego es de inicio rítmico y monotónico (¡nunca monótono!), insistiendo con los golpes a los maderos; una especie de andantino, una caravana en el desierto que, sin moverse casi de registro tonal, multiplica las síncopas y desarma los compases hasta que se empiezan a hacer necesarios los arabescos y, por fin, las melodías que saltan sobre el juego contrastante de la suavidad y la fuerza. Impresionismo a la Ravel pero en plan frenético.
Y finalmente, en “Heartland” (tema sobre el que improvisa también en los conciertos de Múnich no incluidos en esta edición), la más breve de las improvisaciones de esta producción, Jarrett vuelve al estilo lírico, lleno de espíritu romántico que caracteriza a buena parte de sus exploraciones. Casi un preludio, respetuoso de la lógica armónica decimonónica tan cercana a la influencia popular, aquí los golpes a la madera dejan lugar a los gruñidos con que el pianista suele acompañar sus momentos más inspirados.
Para seguir conociendo la extensa obra de este genial creador, aquí está la edición breve de Concerts de 1982. Obvio, ¡sólo en el blog cabezón!
Lista de Temas:
1. Part I
2. Part II
3. Untitled
4. Heartland
Alineación:
- Keith Jarrett / Piano
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