Hace 50 años, cuatro músicos provocaban un terremoto social en un mundo que requería cambios. Llegaron a un planeta sumido en una encrucijada, en una peligrosa invitación a la relajación de las añejas costumbres, y sin ellos, el mundo sería hoy diferente. Era lógico que aquella juventud interpelara a los líderes juveniles del momento: los Beatles habían revolucionado la música unos años antes de que otros jóvenes de varios rincones del mundo llevaran a cabo sus revoluciones políticas. En el mayo francés de 1968, cuando la juventud parisina se echó a la calle para protestar contra el gobierno de De Gaulle en un movimiento que se calificó de revolución y que marcó a varias generaciones desde entonces. No solo fue París: en 1968 también hubo revueltas importantes en Praga y en México, y también en Estados Unidos y en Londres. 50 años después de mayo de 1968, miramos el "Revolution" de los Beatles.
No ha existido en la historia de la música una banda que haya influido en la cultura, en la sociedad y en la política en el mundo como Los Beatles. Los Cuatro de Liverpool supieron cómo llegar a la gente en su época y trascendieron en la historia. Sin embargo, los Beatles, que fueron unos revolucionarios en lo musical, demostraron no serlo tanto en lo político, o al menos no lo fueron en el estilo de revolución a ultranza y a toda costa que campeaba por aquella época, y ahí se plasma su opinión al respecto de aquellas románticas revoluciones que a Lennon y compañía les daba miedo que se convirtieron en sangrientas. En realidad no es que no fueran revolucionarios (mejor dicho, heblemos de John, ya que era el más politizado y afecto a temas sociales), sino que renegaban que esta acción sea por medios violentos.
En el tema económico su aportación a las finanzas del Reino Unido les mereció la orden del Imperio Británico entregada por la Reina Isabel II en 1965. Hacia 1971 las ventas de sus discos eran de 545 millones de copias. La entrega de dicho reconocimiento provocó que ex soldados condecorados con la misma insignia devolvieran sus medallas. Cuando Lennon fue cuestionado al respecto señaló "...Esto lo ganas por matar gente y cosas así, nosotros sólo divertimos a la gente, creo que nos la merecemos más". Incluso la Beatlemanía le abrió la puerta a una nueva forma de publicidad, aprovechada por la industria cultural para canalizarla en estrategias como el lanzamiento del disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band que en 1967 incluía un kit para disfrazarse como el Sargento Pimienta.
El sociólogo Paúl Bonilla dice que para saber el impacto social que tuvieron se debe entender primero cuáles fueron sus comienzos. Inicios que en 1960 estuvieron vinculados a la posguerra, a los rezagos que esta dejó y al comienzo del hippismo. Épocas que marcaron en las nuevas generaciones el progresismo, el deseo de la paz mundial.
Además, toda una generación asumió la forma de protestar contra la guerra, en especial desde el particular punto de vista de Lennon con la interpretación de "All you need is love". "Siempre decíamos que debíamos expresar nuestra opinión sobre Vietnam, y creo que algunas veces lo hicimos", comentó George Harrison años más tardes para la Antología del grupo.
Desde sus comienzos marcaron la pauta en temas tan variados como la política, los modelos de negocios, la moda y los ideales.Pero con el correr del tiempo, John Lennon se puso inquieto. Había propuesto al resto lanzar una de sus canciones como un nuevo sencillo, pero estos se mostraron reacios. Se trataba de "Revolution 1", un blues lento y con sonidos extraños, que grabaron en las primeras sesiones del que acabó siendo el "White Album".
“Cuando George y Paul y todos estaban de vacaciones, hice ‘Revolution’, que está en el LP y ‘Revolution #9’. Quería ponerlo como single, lo tenía todo preparado, pero dijeron que no era lo suficientemente bueno”, contó el músico a la revista Rolling Stone en 1970.
La canción nació en la India, durante el período en que los fab four tomaron un curso de meditación (en esa époco estaba de moda hacer meditaciones en la India). La letra surgió del interés de Lennon por escribir un sencillo más político: "Quería hablar sobre la revolución. Me parecía que ya iba siendo hora de hablar sobre ello y que además debíamos romper el silencio respecto a la guerra de Vietnam".
La canción nació en la India, durante el período en que los fab four tomaron un curso de meditación con el Maharishi Mahesh Yogui en la localidad de Rishikesh. La letra surgió del interés de Lennon por escribir un sencillo más político. "Quería hablar sobre la revolución. Me parecía que ya iba siendo hora de hablar sobre ello y que además debíamos romper el silencio respecto a la guerra de Vietnam", relata en la misma entrevista citada anteriormente.
Había en la extrema izquierda europea de esos años una corriente pro-china: una serie de intelectuales maoístas seguidores del presidente chino Mao Zedong y su comunismo diferente al soviético. Para ese grupo particular había un verso dedicado en la canción de los Beatles a modo de flecha envenenada: "Y si lleváis cuadros del presidente Mao, no vais a convencer a nadie de nada", eso es lo que les dijo Lennon. Era todo un jarro de agua fría para muchos "jóvenes de la izquierda contracultural" que habían esperado el visto bueno de los Beatles para con aquellas revoluciones en marcha. Los acusaron de aburguesados, de traidores.
No, definitivamente los Beatles no apoyaron ninguna revolución de aquellas. Si acaso, John Lennon creía que la única revolución que merecía la pena vendría a través del cambio interior en lugar de la violencia revolucionaria.
No ha existido en la historia de la música una banda que haya influido en la cultura, en la sociedad y en la política en el mundo como Los Beatles. Los Cuatro de Liverpool supieron cómo llegar a la gente en su época y trascendieron en la historia. Sin embargo, los Beatles, que fueron unos revolucionarios en lo musical, demostraron no serlo tanto en lo político, o al menos no lo fueron en el estilo de revolución a ultranza y a toda costa que campeaba por aquella época, y ahí se plasma su opinión al respecto de aquellas románticas revoluciones que a Lennon y compañía les daba miedo que se convirtieron en sangrientas. En realidad no es que no fueran revolucionarios (mejor dicho, heblemos de John, ya que era el más politizado y afecto a temas sociales), sino que renegaban que esta acción sea por medios violentos.
En el tema económico su aportación a las finanzas del Reino Unido les mereció la orden del Imperio Británico entregada por la Reina Isabel II en 1965. Hacia 1971 las ventas de sus discos eran de 545 millones de copias. La entrega de dicho reconocimiento provocó que ex soldados condecorados con la misma insignia devolvieran sus medallas. Cuando Lennon fue cuestionado al respecto señaló "...Esto lo ganas por matar gente y cosas así, nosotros sólo divertimos a la gente, creo que nos la merecemos más". Incluso la Beatlemanía le abrió la puerta a una nueva forma de publicidad, aprovechada por la industria cultural para canalizarla en estrategias como el lanzamiento del disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band que en 1967 incluía un kit para disfrazarse como el Sargento Pimienta.
El sociólogo Paúl Bonilla dice que para saber el impacto social que tuvieron se debe entender primero cuáles fueron sus comienzos. Inicios que en 1960 estuvieron vinculados a la posguerra, a los rezagos que esta dejó y al comienzo del hippismo. Épocas que marcaron en las nuevas generaciones el progresismo, el deseo de la paz mundial.
Además, toda una generación asumió la forma de protestar contra la guerra, en especial desde el particular punto de vista de Lennon con la interpretación de "All you need is love". "Siempre decíamos que debíamos expresar nuestra opinión sobre Vietnam, y creo que algunas veces lo hicimos", comentó George Harrison años más tardes para la Antología del grupo.
Aquellos gritos histéricos, irreprimibles, que más que gritos eran un profundo desahogo, retrataban una época en la que el mundo iba por un solo camino, negro, gris y azul muy oscuro, y a unos cuantos que se rebelaban y pretendían teñir lo sombrío y adusto de peace and love. Aquellos gritos de aquellas mujeres de los primeros años 60 eran de fanatismo por los Beatles, pero más que eso, eran gritos de liberación, que encontraban en John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison una identificación, y luego, una razón para vivir, que en últimas, era protestar contra lo establecido, luchar por abolir aquellos negros, grises y azules muy oscuros, que eran la representación de lo prohibido, de lo decente, de lo puro, de lo aceptable.Fernando Araújo Vélez
Los Beatles comenzaron a transformar lo sombrío con sus yeah yeah, con sus guitarras eléctricas y unas diminutas capules que por aquellos tiempos eran una estocada para los conservadores. Los señores les decían maricones porque no se peinaban con gomina ni lucían a lo Clark Gable, y ser maricón en aquella Inglaterra de los 60 era penalizado con prisión y castraciones químicas. Las señoras cambiaban el canal cuando se presentaban para que sus hijos no siguieran su ejemplo. Sin embargo, su música, sus canciones, se colaban por la radio y se cantaban en oscuros subterráneos de Londres, Liverpool, Manchester y demás pueblos y ciudades ingleses.
Luego trascendieron hacia el resto de Europa, y más tarde, hacia Estados Unidos y América. Los gritos histéricos se multiplicaron y lo que era prohibido explotó. Los Beatles eran sólo un grupo de música. No obstante, surgieron cuando los rebeldes más necesitaban cambios. No organizaban manifestaciones. No daban declaraciones incendiarias. Cantaban, y por sus cantos explotó la sociedad, o los jóvenes de aquella sociedad, que a su ritmo, al de los Rolling Stones, de Elvis Presley, de Bob Dylan, se aferraron a los discursos de Martin Luther King, “I have a dream”; a la irreverencia de Cassius Clay, que se cambió el nombre por Mohamed Alí y así, como Alí, se negó a prestar servicio militar e ir a la guerra de Vietnam; a los libros de Albert Camus y Hermann Hesse; a la revolución cubana, al Che Guevara y a Fidel Castro y a los estudiantes de París, y fueron en busca de una gran revolución social. Los colores pasaron a ser flores; la gomina fue reemplazada por trenzas largas; los vestidos de pesados paños se transformaron en telas indias, y en lugar de las viejas costumbres de obedecer, reprimir, acatar y callar, hubo gritos, piedras, paredes pintadas, marihuana, peace and love, también, y sobre todo, la esperanza de que lo inmodificable podría modificarse.
Desde sus comienzos marcaron la pauta en temas tan variados como la política, los modelos de negocios, la moda y los ideales.Pero con el correr del tiempo, John Lennon se puso inquieto. Había propuesto al resto lanzar una de sus canciones como un nuevo sencillo, pero estos se mostraron reacios. Se trataba de "Revolution 1", un blues lento y con sonidos extraños, que grabaron en las primeras sesiones del que acabó siendo el "White Album".
“Cuando George y Paul y todos estaban de vacaciones, hice ‘Revolution’, que está en el LP y ‘Revolution #9’. Quería ponerlo como single, lo tenía todo preparado, pero dijeron que no era lo suficientemente bueno”, contó el músico a la revista Rolling Stone en 1970.
“Decís que queréis una revolución. Bueno, ya sabéis que todos queremos cambiar el mundo. Me decís que es evolución. Pero si me habláis de destrucción, ya sabéis que no podéis contar conmigo. No cuenten conmigo si hay violencia. No me esperen en las barricadas a menos que sea con flores. Me pedís contribución, pero si querés dinero para gente con mentes que odian, todo lo que puedo decirte, hermano, es que tendrás que esperar".John Lennon
La canción nació en la India, durante el período en que los fab four tomaron un curso de meditación (en esa époco estaba de moda hacer meditaciones en la India). La letra surgió del interés de Lennon por escribir un sencillo más político: "Quería hablar sobre la revolución. Me parecía que ya iba siendo hora de hablar sobre ello y que además debíamos romper el silencio respecto a la guerra de Vietnam".
La canción nació en la India, durante el período en que los fab four tomaron un curso de meditación con el Maharishi Mahesh Yogui en la localidad de Rishikesh. La letra surgió del interés de Lennon por escribir un sencillo más político. "Quería hablar sobre la revolución. Me parecía que ya iba siendo hora de hablar sobre ello y que además debíamos romper el silencio respecto a la guerra de Vietnam", relata en la misma entrevista citada anteriormente.
Había en la extrema izquierda europea de esos años una corriente pro-china: una serie de intelectuales maoístas seguidores del presidente chino Mao Zedong y su comunismo diferente al soviético. Para ese grupo particular había un verso dedicado en la canción de los Beatles a modo de flecha envenenada: "Y si lleváis cuadros del presidente Mao, no vais a convencer a nadie de nada", eso es lo que les dijo Lennon. Era todo un jarro de agua fría para muchos "jóvenes de la izquierda contracultural" que habían esperado el visto bueno de los Beatles para con aquellas revoluciones en marcha. Los acusaron de aburguesados, de traidores.
No, definitivamente los Beatles no apoyaron ninguna revolución de aquellas. Si acaso, John Lennon creía que la única revolución que merecía la pena vendría a través del cambio interior en lugar de la violencia revolucionaria.
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