Para graficar la decadencia argentina, aquí está el gráfico de la campaña electoral más cara de la historia universal. Argentina concentra la mayoría de las deudas con el FMI, y el 39 restante de la cartera del organismo se reparten en 16 países. Distintos consultoras sostienen que el país necesitará más ayuda del Fondo Monetario Internacional, dado que hasta en los escenarios más optimistas el acelerado drenaje de fuga de reservas continuaría. Este "privilegio" que nos otorga el Fondo no es casual. Decisiones políticas lo convirtieron en el financista de Cambiemos de la campaña electoral más cara que se tenga conocimiento. Y la tendremos que pagar todos nosotros.
En la campaña del 2015 la estrategia comunicacional de Corporación Cambiemos logró convencer a una parte de la población que un millonario por herencia de una fortuna construida al amparo de los contratos con el Estado era honesto, y le interesaba terminar con la corrupción en la obra pública y llegar a la "pobreza cero". La verdad resultó que nos endeudaron hasta el cuello para llevársela toda: el último desembolso del FMI se perdió en solo un mes. La fiesta de fuga de divisas no para y la mano suelta del Banco Central para quemar reservas, mucho menos. En el marco de una desfinanciación brutal de la economía argentina, el expresidente del Banco Central Alejandro Vanoli, advirtió que "en un mes se perdieron 12.000 millones de dólares de reservas”.
Pero poca importancia se le da a ello, sepultado en las infinitas noticias del culebrón de las candidaturas. En ese punto, el Felino Macri no tiene alternativa, es la Casa Rosada o la cárcel. No fue casualidad la muestra de ir a fondo con sus aliados, mostrarse con Stornelli (técnicamente un prófugo de la justicia) en un acto público. Un escenario montado por una superestructura comunicacional que mueve en el escenario de Corporación Cambiemos, el partido de los funcionarios lavadores. La crisis hoy es política además de económica.
Y cuesta caro mantener las composturas mientras están desvalijando la casa.
En la campaña del 2015 la estrategia comunicacional de Corporación Cambiemos logró convencer a una parte de la población que un millonario por herencia de una fortuna construida al amparo de los contratos con el Estado era honesto, y le interesaba terminar con la corrupción en la obra pública y llegar a la "pobreza cero". La verdad resultó que nos endeudaron hasta el cuello para llevársela toda: el último desembolso del FMI se perdió en solo un mes. La fiesta de fuga de divisas no para y la mano suelta del Banco Central para quemar reservas, mucho menos. En el marco de una desfinanciación brutal de la economía argentina, el expresidente del Banco Central Alejandro Vanoli, advirtió que "en un mes se perdieron 12.000 millones de dólares de reservas”.
Pero poca importancia se le da a ello, sepultado en las infinitas noticias del culebrón de las candidaturas. En ese punto, el Felino Macri no tiene alternativa, es la Casa Rosada o la cárcel. No fue casualidad la muestra de ir a fondo con sus aliados, mostrarse con Stornelli (técnicamente un prófugo de la justicia) en un acto público. Un escenario montado por una superestructura comunicacional que mueve en el escenario de Corporación Cambiemos, el partido de los funcionarios lavadores. La crisis hoy es política además de económica.
Y cuesta caro mantener las composturas mientras están desvalijando la casa.
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