Aquí copio una nota titulada "DESINFORMACIÓN MASIVA: El Grupo Clarín logra situar al periodismo argentino entre los peores del mundo" donde da cuenta del último informe mundial sobre periodismo del Pew Research de Estados Unidos, el mayor centro de investigación sobre tendencias de opinión pública. Hablamos de una nota publicada por el Buenos Aires Times (que sale junto con Perfil los sábados) titulada "Argentines deliver a damning verdict on the nation’s media outlets". El autor de la nota, Jacob Meschke, pasante de la Universidad de Chicago asignado al Buenos Aires Times, describe el último informe mundial sobre el desastroso periodismo en Argentina.
Para destacar también podemos decir que en términos generales, y a nivel mundial, una de los aspectos más controversiales referidos a la cobertura mediática de la política es la afiliación ideológica común o contraria a los partidos del gobierno (y eso no solamente pasa en el país del flan: Argentina, sino en todo el mundo). Ocurre de forma destacada, en 20 de los 38 países de la encuesta: la mayoría de Estados demuestran una tendencia clara: las personas que apoyan al gobierno de turno valoran mejor la cobertura política mediática que apaña a su política, o sea, si lo traducimos al criollo; en Argentina los globoludos aman a Clarín.
"La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros"Noam Chomsky
La encuesta sobre la que descansa el informe del Pew Research Center se realizó la primavera pasada en 38 países de distintos continentes y nivel de desarrollo económico. Una práctica habitual en estudios e investigaciones para descubrir tendencias en lugares con realidades socio-económicas distintas.
La infografía que acompaña esta nota demuestra que Argentina está entre los seis peores países en cuanto a la confianza de sus habitantes en que el periodismo nacional está haciendo bien su trabajo: solo el 37% aprueba a los medios, cuando el promedio mundial es 52%, y llega al 77% en los países mejor considerados. El informe muestra que "la aprobación de los medios se mantuvo relativamente alta, un impulso para los periodistas y editores en un momento en que las noticias falsas han pasado a primer plano, pero no así en la Argentina y algunos países latinoamericanos".
"Es abrumador el deseo de noticias imparciales, pero esta demanda del público mundial no se corresponde con su evaluación sobre el rendimiento de los medios. Es un problema que arrastra la consideración de los medios a la aprobación o desaprobación del gobierno que defienden; en el caso argentino es evidente el apoyo de los principales medios a Macri."Katerina Eva Matsa, directora de Investigación de Periodismo en el Pew Research
El mes pasado, la revista "The Economist" publicó una nota titulada "Confíe en mí, soy periodista", donde se mostraba la correlación que existe entre la aprobación a la prensa y la aprobación al gobierno de ese mismo país, y en ese gráfico nuevamente Argentina estaba en el último escalón.
Lo extraño es que haya peor periodismo en 5 países. Pense que eramos lejos los primeros...
Medios de desinformación masiva: el periodismo argentino entre los seis peores del mundo
No hace falta ser un iluminado para advertir la perversidad con la que los medios de comunicación inoculan falsedades al espectador idiotizado, a sabiendas de que éste repetirá como un loro cada una de las mentiras que se le exhibirán como realidades irrefutables. Sin embargo, a diferencia del loro, la víctima de las maniobras de desinformación masiva creerá poseer una opinión, sin sospechar siquiera que no es dueño de criterio alguno, sino un repetidor serial de criterios ajenos.
La hegemonía construida por la omnipresente corporación mediática Clarín, cuyo imperio representa el 98% de los medios de comunicación, tiene a la “verdad” bajo control. Con semejante poder, la manipulación es un sencillo arte que durante 24 horas practica desde la pantalla a través de las voces de los periodistas que presentan -con la seriedad que requiere la difusión de una verdad auténtica- las falsedades que forman parte de su agenda.
El periodismo argentino ha hecho bandera de la práctica de manipulación, dando a luz a una generación de malinformados que no consiguen advertir que la realidad es opuesta a lo que la pantalla les muestra a la hora de la cena. El batallón de comunicadores que representa al establishment ya no disimula las argucias mediante las cuales pretende instalar una verdad que represente y resguarde a los intereses de sus mandamases. Desde programas de entretenimiento hasta informativos en continuado, las voces de quienes han prostituido la digna profesión del Periodismo aplastan el casi inaudible murmullo de pequeños medios que, aunque se acerquen a la auténtica verdad, no consiguen el eco para su difusión.
No es casual que la prensa argentina se ubique se haya hecho su lugar entre las seis peores prensas del mundo. “Los argentinos emiten un veredicto condenatorio sobre sus medios de comunicación”, señala Jacob Meschke, pasante de la Universidad de Chicago, y responsable del último informe mundial sobre periodismo del Pew Research de Estados Unidos, el mayor centro de investigación sobre tendencias de opinión pública. El informe demuestra que Argentina está entre los seis peores países en cuanto a la confianza de sus habitantes en el periodismo. Solo el 37% aprueba a los medios, cuando el promedio mundial es 52%, y llega al 77% en los países mejor considerados.
Abundan los ejemplos de falsas noticias en medios tradicionales, considerados “serios”. Las operaciones mediáticas impulsadas por el Grupo Clarín, con el objetivo de moldear la realidad a su antojo, han sido desmentidas una tras otra; sin embargo la repetición de titulares en grandes caracteres y los programas destinados a manipular a la opinión pública, han calado hondo en quienes aún desconocen qué intencionalidades se esconden detrás de lo que se presenta como primicia y se promociona como “verdad”.Walter Medina
La táctica de desinformación masiva que sistemáticamente practica el autodenominado Gran Diario argentino (Clarín), se ajusta a la que figura en los más básicos y elementales manuales de dominio psicológico y manipulación que cualquier ciudadano común y corriente puede consultar en una biblioteca. No hace falta ser un superdotado para comprender el trasfondo de cada una de las noticias que Clarín publica como verdades absolutas, aunque basadas en ningún hecho concreto y sin pruebas que aporten la mínima credibilidad. A quienes conocen la historia de este medio simpatizante de los procesos militares, no le sorprenderá la estratagema persistente que ensaya en cada una de sus ediciones. A nadie que sepa qué es Clarín y cómo funciona podrá sorprenderle que este medio explote elementos tan insostenibles como estrategia, con el fin de intervenir en el esquema político e invisibilizar las consecuencias de este nuevo y nefasto período neoliberal impulsado por Mauricio Macri.
Por estas razones el periodismo argentino asciende en la escala de los menos creíbles; un logro merecido mediante el cotidiano esfuerzo de quienes abogan por la construcción de una única verdad, tan falaz como calificar de periodistas a sus voceros, simples mercenarios de la información.
VIDEO: TN (Grupo Clarín) muestra un video de la toma de la Casa de Gobierno de la ciudad de La Plata de 2001, pretendiendo que eso estaba sucediendo durante la protesta legítima de trabajadores del Astillero Río Santiago sucedida la semana pasada.
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