9 de febrero
Sonata para piano, op. 1
Alban Berg (1885-1935)
Junto con Schönberg y Anton Webern, Berg es una destacada figura del grupo de compositores conocida como «Segunda Escuela Vienesa» (la «primera» fue la de Mozart, Haydn y Beethoven)
Estos
compositores adoptaron lo que se conoce como «técnica
de doce tonos».
La música
escrita de este modo — llamada también
«serial»
y «dodecafónica»—
cuestiona y desestabiliza toda la estructura de la tradición
armónica
occidental porque elude estar determinada por una «tonalidad»
concreta.
El
propio Schönberg
describió
este sistema diciendo que era «un método de
composición
con doce notas que se relacionan entre sí».
Acostumbrados
como estamos a la música que ha dominado durante casi un
milenio en Occidente, estas composiciones pueden parecer extrañas
y discordantes a nuestros oídos. A pesar de todo poseen momentos de
gran belleza y la filosofía que subyace en esta música
es fascinante.
Si la
dodecafonía
se enfoca como un método de barajar las doce notas en todas
las combinaciones posibles sin privilegiar ninguna, acaba siendo un método
casi idealista.
En
esta pieza Berg emula la teoría de Schönberg de la «variación
evolutiva»:
empieza con una sola idea a la que se vuelve después
de mucho dramatismo, abundancia de arenas movedizas sonoras y mucha tonalidad
impaciente. Es la primera obra importante del compositor, por lo que resulta más
impresionante su confianza y valentía.
Clemency Burton-Hill
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