El 7 de diciembre los diarios económicos lanzaron la primicia: el agua comenzaba a cotizar e Wall Street, referencia del ámbito especulativo mundial. Al igual que el petróleo, el oro o la soja, podría transformarse en una referencia para el resto de los países. En las democracias simuladas el agua cotiza en el mercado de futuros, los lobos de Wall Street siguen sedientos de ganancias y las fuerzas que controlan el sistema-mundo intentan aprovechar la pandemia para consolidar sus posiciones. Hace unos días, "Aguas del Estado de California", en el Oeste de los Estados Unidos, comenzó a cotizar en Wall Street, en el mercado de futuros. Opera sobre el índice Nasdaq Velez California Water (NQ H2O). El agua es un derecho humano, es de todos, no puede ser una mercancía, pero vinieron por todo, y fueron por la vida.
Es casi una obviedad tener que recordar que el enemigo también juega y lo hace con recursos casi infinitos, con la supremacía de dictar el encuadre cultural y social y con la poderosa hegemonía mediática/comunicacional de los hijos de puta. Algo que ha quedado demostrado en muertes evitables por falta de agua. Sucedió en la Argentina con la referente de la organización La Garganta Poderosa en la Villa 31, Ramona Medina. A junio de 2019, había 3.000 millones de Ramonas en el mundo sin instalaciones básicas para el lavado de manos. Es un contrasentido que deba explicarse lo que conlleva la mercantilización de este recurso elemental para la vida, en plena segunda ola de la pandemia.
"El estado de California no es la única región del mundo con problemas de agua, ni tiene la exclusividad en la concesión de su uso. En Chile y Australia hay antecedentes del otorgamiento de derechos gratuitos y a perpetuidad del recurso hídrico. Por ejemplo, en el valle de Copiapó, en la región de Atacama, se concedieron más derechos de uso del agua que la disponible en la cuenca de sus ríos".
Gonzalo Delacámara - Director académico del Foro de la Economía del Agua y asesor de la Comisión Europea en Política de Agua.
Por primera vez, "los mercados" detectan que el agua faltará en un futuro no muy lejano. El agua es un bien renovable, pero el actual sistema de producción, que ha llegado a cambiar el clima, también puede llegar a impedir que el agua se renueve. La desforestación, el volcado sistemático de agrotóxicos y deslaves, la modificación del curso de los ríos, la contaminación del suelo, el subsuelo, de los mares y los lagos, ya están enfermando las masas de agua y enfermando al ser humano.
Las Bolsas tantean el precio de los productos según su expectativa de suba de valor en el largo plazo. La entrada del agua en la Bolsa refleja que los dueños del sistema de producción dan por hecho que el agua potable será menos renovable y más escasa cada día. en que sus industrias aceleran el cambio climático, contaminan el mar, extinguen especies, sobreexplotan recursos naturales, derriten glaciares... agotan el agua potable. Al crecimiento de la población a nivel mundial, se suma el uso intensivo y sin controles por parte de la producción industrial, minera y agrícola. Se da la paradoja de que estos especialistas en la planificación de negocios y ahorro para el futuro son propietarios o accionistas de empresas que destruyen ese futuro.
La comercialización del agua tiene su historia. En Chile, el dictador Augusto Pinochet privatizó los ríos e inició la entrega de derechos de agua a perpetuidad para empresas agrícolas, forestales y mineras, principalmente, en desmedro de otros usuarios. Hoy, la campaña preelectoral ecuatoriana ha sido marcada por temas ambientales, en especial por el del agua: el candidato indígena Yacu Pérez propuso exportar barriles de agua y sectores liberales también quieren privatizarla, mientras hasta el diario ruso Sputnik (aunque no solo él) denuncia las violencias que enfrentan quienes luchan por el agua en Ecuador. En Argentina, los agrotraficantes pretenden vaciar la pampa humeda y los humedales están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques, mientras la contaminación con agrotóxicos hace estragos (ahora se confirmó la provocada por Atanor en San Nicolás y en el río Paraná). Entre 2000 y 2004, la población boliviana se levantó contra el gobierno y la multinacional estadounidense que se habían apropiado del agua: la ciudad de Cochabamba fue sitiada durante diez días por las protestas de campesinos y ciudadanos contra la concesionaria estadounidense Bechtelm, que había subido desproporcionadamente los precios de las tarifas del agua. Y no solo eso: perseguía –con el imprescindible auxilio de la policía boliviana- a quienes intentaran proveerse por su cuenta: era delito cavar pozos propios, fuera en busca de agua surgente o para recolectar agua de lluvia. La enorme protesta sacó corriendo a Bechtel y derribó el gobierno de Gonzalo Sánchez de Losada. El episodio, conocido como "La guerra del agua", es el escenario en el que transcurre la película española "También la lluvia", que ilustra otros episodios de saqueo histórico en Bolivia.
Han pasado cinco años desde que se firmó el Acuerdo de París sobre Cambio Climático. Este acuerdo, firmado por la mayoría de los países del mundo, estableció un plan totalmente voluntario e inexigible para evitar el caos climático global. Sin embargo, los líderes mundiales tienen su atención enfocada en un estado de emergencia diferente. Con más de 1,6 millones de muertes por Covid-19 en todo el mundo y más de 74 millones de contagios registrados, es incalculable el sufrimiento y la devastación económica que la pandemia ha causado, en forma desproporcionada, a las personas pobres. Ahora, los futuros del agua comienzan a comercializarse en Wall Street en medio de temores de que el recurso natural pueda escasear.
"No se puede poner un valor al agua como se hace con otros productos básicos comercializados. El agua es de todos y es un bien público. De alguna manera el agua ya estaba en los mercados, pero entra ahora en los mercados de futuros, que es el sanctasanctórum de la especulación. El recurso hídrico no solo es un elemento importante para los sectores económicos (porque) es ante todo un elemento vital, para la vida misma, para la sostenibilidad de la naturaleza, los seres humanos, su salud y sus comunidades, cosas que no son reconocidas por el mercado y que el mercado no sabe hacer. El riesgo radica en que los grandes actores agrícolas e industriales y los servicios públicos a gran escala sean los que puedan comprar, marginando al sector vulnerable de la economía como los pequeños agricultores".
Pedro Arrojo-Agudo - Relator especial de Naciones Unidas para el derecho al agua y al saneamiento
Los consumidores de agua potable californianos –tanto para el consumo humano como para el riego– padecen una extendida sequía que, además, ha generado enormes incendios de los que, por su envergadura, no se tiene registro en el pasado y provocaron pérdidas económicas todavía incalculables. Justamente por ello, la CME Group ofrece en los mercados especulativos contratos trimestrales de agua californiana que, inicialmente, cotizó a USD486 el acre-pie. Esa unidad de medida, equivalente a 1,24 millones de litros, expresa la cantidad de agua necesaria para cubrir un acre de tierra (0,4 hectárea) con una profundidad de un pie (0,30 m). Los tenedores de papeles no compran agua, sino el derecho a utilizarla en el futuro, lo que posibilita a un agricultor, por ejemplo, asegurarse el recurso para sus planes de regadío a mediano plazo, pero también provee al dueño del título de un activo financiero con el que puede acudir al mercado de valores.
"En un contexto de lógicas y relaciones capitalistas, neoliberales y extractivistas, este anuncio pone en riesgo la disponibilidad del agua y la posibilidad de que sean los pueblos y la ciudadanía la que lo disfruten y aprovechen. La intencionalidad de los fondos financieros es administrar el agua de la misma forma que el petróleo. El agua es un bien común natural, no una mercancía. Recordamos que más del 40 por ciento de la población mundial no accede a una red de agua potable y la cotización en la bolsa de Wall Street es una una reversión en materia de derechos humanos y soberanía territorial".
La Red Nacional de Acción Ecologista (Renace)
La cotización del agua en el mercado de futuros de Wall Street, como si se tratara de oro o de petróleo, viola los derechos humanos básicos y hace vulnerable al líquido elemento ante una eventual burbuja especulativa. Quienes compren esos títulos bursátiles (el agua), accederán al derecho a utilizarla en el futuro o a vender esos papeles en el mercado de valores cuando necesiten financiarse por fuera del sistema bancario. Recordemos que en el 2008 (crisis de Lehman Brothers), cuando los alimentos ingresaron en los mercados de futuros, "grandes bancos privados destinaron 320 mil millones de dólares para comprar papeles de esos productos mientras, en paralelo, solicitaban recursos públicos para salvarse de la quiebra y, como resultado de la especulación con esos títulos, el precio del trigo se quintuplicó en pocos meses, y en tres años los precios de los alimentos subieron una media de 80 por ciento, y se agregaron 300 millones de hambrientos al mundo.
"Que el agua comienza a cotizar en la bolsa de Wall Street significa la materialización de que para el mercado y el capital el agua es una mercancía más con la cual especular y negociar, y así obtener ganancias. Palabras y lógicas tan ajenas al sentir asambleario, al sentir de los pueblos originarios, al sentir del campesinado. Especular es hacer suposiciones sobre algo que no se conoce con certeza. Y ellos, los mercaderes, no conocen su relación con el agua. Aferrados al dinero desconocen su relación con la vida. Ellos seguirán especulando, creyendo disponer de cuerpos y territorios. Pero los pueblos seguirán firmes, abrazando al agua para que el futuro sea para todos".
Belén Branchi - Asambleísta socioambiental de Chubut, una de las provincias emblemática en la lucha contra la megaminería
"Es más fácil pensarlo en agricultura, imagínate un río con productores cerca del río o a 100 km del río, entonces compro el derecho del uso del agua y me genero un canal privado traspase del río a un canal privado y llega a mi campo. Pero si hago un traslado disminuye el cauce del río, y el río podría secarse. Acarrea también problemas territoriales, como el que ya existe entre dos provincias argentinas, donde hace décadas hay sequías de ríos en La Pampa, que son los que nacen de la Cordillera de los Andes en Mendoza, a partir de la construcción de una enorme represa, y en medio de un lobby para construir otra. Eso motivó a la creación de grupos que promueven la salida de Mendoza de Argentina. Ni hablemos de los países más pobres de nuestra américa, piensen en Haití, países del caribe, en Sudamérica en Chile, Perú, toda la zona andina. En Bolivia, buena parte de la explicación de la llegada de Evo a la presidencia tiene que ver con la guerra del agua, la guerra del gas. América Latina es un territorio con parte de los acuíferos más importantes, como el acuífero guaraní, el más importante de agua dulce".
Los fondos especulativos y jugadores globales ya tienen gracias a Wall Street la herramienta financiera indispensable para convertir ese derecho en cartón pintado. Poco les importa lo que puedan opinar los pueblos, funcionarios de Naciones Unidas, ambientalistas, juristas y académicos.
Así es el mundo necrófago, el reino de los hijos de puta.
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