#Músicaparaelencierro. Copio a Raúl F. que es responsable que esto caiga aquí: "Hoy vengo con algo un poco raro. No se trata de nada nuevo, ni siquiera tan especial. Lo único especial es su edición. Y el álbum, en particular, lo elegí por capricho; pude haber elegido otro cualquiera. Del o que se trata hoy es del sello discográfico elegido para ustedes; del cual dejaré el desarrollo que se hace en Wikipedia. Es el sello MFSL o Movile Fidelity Sound Laboratory. Un sello audiófilo que se ocupa de... bueno, lo ven en la reseña que les dejo en el post. Y el álbum que se edita bajo este sello es Dire Straits de 1978, el debut de la banda del inefable Knopfler. Quería hacer este aporte, porque el sonido que tienen las grabaciones entregadas por MFSL tienen una diferencia con lo que habitualmente escuchamos, que es el día y la noche. Básicamente, chicos, están escuchando el master original; algo a lo que raramente se accede". Así, nos permitimos volver a Dire Straits pero a hora con algo especial, ideal para sus fans.
Artista: Dire Straits
Álbum: Dire Straits
Año: 1978
Género: ----
Duración: ----
Referencia: Discogs
Nacionalidad: ---
Vamos a los datos duros del disco... con el señor Wikipedia:
Dire Straits (apuros económicos en inglés) es el álbum homónimo de la banda británica Dire Straits, lanzado en 1978. Marca el debut de la banda en el mundo musical y uno de los mayores éxitos del grupo con el sencillo "Sultans of Swing"
Elaborado a partir de una serie de maquetas que el grupo había conseguido grabar de su propio bolsillo, incorporaba prácticamente todo el repertorio de la banda. Excluidos del álbum quedaron "Move It Away", "Real Girl", "Me & My Friends" y una versión del tema de Chuck Berry "Nadine". Durante la promoción del álbum, la banda interpretaría la canción "What's The Matter, Baby?", escrita conjuntamente por Mark y David Knopfler, y posteriormente publicada en el álbum de 1995 Live at the BBC. La imagen de la portada está extraída de una pintura de Chuck Loyola.
Y esto es lo que nos dice este señor sobre "MFSL":
Mobile Fidelity Sound Lab (MFSL or MoFi) is a record label specializing in the production of audiophile recordings. The company is best known for its reissued vinyl LP records, compact discs, and Super Audio CDs but has also produced other formats.
In the late 1970s the label earned a reputation for high-quality audio from its Original Master Recording LPs, which had been recorded with its half-speed mastering process. The company was purchased in 1999 by Music Direct in Chicago. In the 21st century, Mobile Fidelity's sales grew with a renewed interest in vinyl.
Por lo demás, vamos con algún comentario de tercero y no hay demasiado para agregar...
La historia que lleva a este disco es casi un cuento.
En 1977 Mark Knopfler estaba tan hundido después de su reciente divorcio que tuvo que irse a dormir al apartamento de su hermano David, donde estaba John Illsley. Como Mark era guitarrista principal, David rítmico y John tocaba el bajo, parecía sencillo, una vez que encontraron al baterista Pick Withers, que formaran una banda. ¿Y cuál era el mejor nombre para una banda sin dinero?: Dire Straits (algo así como 'en serios aprietos').
En el transcurso de un año lanzaron su disco homónimo, que llegó al número uno en Francia, Alemania y Australia y al número dos en las listas de Billboard de los EEUU. Por otro lado, la increíblemente pegadiza Sultans of Swing, que trata específicamente sobre una banda que se está quedando sin suerte, se coló entre los 10 primeros en el Reino Unido y los cinco primeros en los EEUU. Parafraseando a su sencillo, "la gente se sentía bien cuando escuchaba el timbre de la música".
Y se sintieron bien durante muchos años más a medida que Dire Straits se convirtió en una de las bandas más grandes del mundo y Mark Knopfler fue ampliamente reconocido como uno de los grandes héroes de la guitarra de todos los tiempos. El 7 de octubre de 2018 marca el 40 aniversario del lanzamiento del disco de debut de Dire Straits y no parece haber mejor momento para escuchar de nuevo esas nueve maravillosas canciones y recordar su tremendo impacto.
En ese momento, una crítica en la Rolling Stone señaló que la mezcla de country, rock, jazz y folk 'no tenía nada que ver con lo que está sucediendo actualmente en la industria', pero que a los músicos de Dire Straits 'no les podía importar menos'. Dire Straits estaban allí por su cuenta. Pero sabían que tenían algo especial y lo iban a respaldar todo el tiempo.
El disco se abre con Down to the Waterline, que se grabó junto con las otras pistas en los estudios Basing Street de Londres, a principios de 1978. Casi seguro en su comienzo confiado, la canción presenta una excelente interpretación de guitarra y letras fuertes, por lo que es normal que se convirtiera en una de las favoritas en los conciertos de Dire Straits. Le sigue Water of Love, con el slide de Knopfler en su guitarra National Style O de 1938 y 14 trastes, y respaldada por un ritmo de batería creativo. Vale la pena decir en este punto que si bien Mark Knopfler se merece todo el mérito por sus letras, composiciones, guitarra y producción, siempre estuvo muy bien apoyado por una excelente sección de ritmo, por parte de los altamente talentosos músicos mencionados anteriormente.
El blues y jazz boogie de Setting Me Up se ha destacado como otra canción que está "fuera de su tiempo"; es muy raro que una banda parta "de la nada", en términos de que este sea su disco de debut, para grabar algo tan original. Knopfler supuestamente tocó su parte en su Telecaster Thinline negra para lograr el sonido que buscaba en esta pista. Six Blade Knife y Southbound Again, por otro lado, completan un comienzo sobresaliente del álbum, en lo que solía llamarse primera cara cuando los dinosaurios vagaban por la tierra.
A la eterna Sultans of Swing le sigue In the Gallery, que un crítico describió como "un ataque petulante contra el vanguardismo, es decir, un verdadero bostezo". Para equilibrar esa opinión, este crítico llamaría la atención sobre sus convincentes letras que resaltan por lo que pasan muchos artistas, en este caso un escultor. El hecho de que Knopfler defienda a los artistas que luchan en varias de sus canciones no puede separarse de su propia situación en ese momento, y sus irónicas observaciones sobre estos personajes se suman de manera inconmensurable al encanto del disco.
Wild West End tiene una hermosa melodía y de nuevo encuentra a Knopfler en modo observador, sardónico y romántico mientras se pasea por Londres. Aquí, el héroe de la guitarra se luce con una de sus seis cuerdas favoritas; su Fender Stratocaster roja de 1961.
Con su destacada composición, variedad y magnífica instrumentación, el debut de Dire Straits es un tesoro que espera ser descubierto y redescubierto. Extraordinario en su momento, no es sorprendente que haya superado con creces la prueba del tiempo.
Aquella banda inglesa nació en 1977 de la mano de dos hermanos, Mark y David Knopfler junto a John Illsley y Pick Withers. Fueron 18 años de gloria, subiendo a la cúspide de lo más alto de la fama disco a disco; desde los pubs con olor a cerveza rancia a estadios alrededor del mundo. Se convirtieron en millonarios tan rápidamente como los solos de guitarras de Mark Knopfler, curioso por otra parte para una banda cuyo nombre en inglés significa apuros económicos.
No voy hablar de la historia de Dire Straits, tampoco fueron músicos que dieran mucho que hablar por sus bacanales de sexo y drogas, en este aspecto estaban a años luz de Led Zeppelin y otros dinosaurios de la misma estirpe. Salvo unos cuantos canutos y unas pintas de cerveza tibia, los Dire Straits salieron en los titulares de las revista por sus logros musicales.
Dire Straits grabó su primer disco homónimo a principios del año 1978, en los Basin Street Studios. Unos estudios que se conocen más como los SARM West Studios o los Island Studios ya que fueron fundados por Chris Blackwell y allí grabo todo dios, desde Bob Marley a Iron Maiden pasando por los más ilustres nombres de la historia de la música. Aquel disco se grabó en un tiempo muy escaso con un coste de doce mil quinientas libras, y que contenía nueve temas que hicieron leyenda.
Recuerdo que en aquella época leí la crítica del disco de Dire Straits, no sé qué habrá sido de aquel crítico, ya que decía que la banda nunca llegaría muy lejos y que aquel disco era un disco insulso y sin mucha personalidad. Yo no estaba nada de acuerdo con aquella opinión, me acababa de agenciar el vinilo en una tienda hacía pocos días y estaba disfrutando como un enano de cada tema que contenía aquel disco. En cierta medida sí que tenía razón en algo aquel tipo con su crítica, la verdad sea dicha ,Dire Straits no poseían realmente una personalidad propia, y se podía escuchar a cada nota que Mark Knopfler había estado mamando toda su adolescencia la discografía completa de J.J.Cale, Eric Clapton y Bob Dylan…Pero a pesar de aquello, tenían su propio sonido, sobre todo la de su stratocaster roja.
Lo primero que me gusto fue la portada, una pintura de Chuck Loyola, cosa que descubrí bastante años más tarde, pensaba que era una foto… Pero daba igual, escuchaba “Down to the Waterline” y literalmente viajaba a un mundo mejor, sobrevolaba paisajes pantanosos, viajaba en una careta con una bella pitonisa, cada vez era un sueño diferente… Lo curioso es que sigue haciéndome el mismo efecto, como una capsula del tiempo. Me percaté que Mark era el que había compuesto todos los temas y era el cantante además de ser el fabuloso guitarrista. Al poco tiempo pude ver el vídeo de “Sultan of Swing”, una filmación que a día de hoy ha quedado desfasada, y cualquier chaval con un móvil más o menos decente mejoraría en un santiamén. Creo que aquellas imágenes provenían de un concierto en el Old Grey Whistle Test. El álbum original contenía una versión más corta de “Sultans of Swing”, ya que omitia los últimos segundos del solo de guitarra al final del tema. La versión completa se incluyó en la edición remasterizada del álbum.
Pero en aquellos tiempos amigos, eso fue un descubrimiento, aquel tipo era medio calvo, con una prominente nariz y que no tenía nada que ver con los otros músicos que escuchaba, véase los Stones, Allman Brothers, Lynyrd Skynyrd, etc… Pero cómo tocaba la guitarra el condenado; además aquel tema era imposible que no se te quedara grabado en fuego en el cerebelo de por vida. “Sultans of Swing” tan solo el titulo ya molaba un montón, pero es que aquel tema tenía un riff de guitarra muy pegadizo, algo adictivo que te obligaba a coger la escoba o una raqueta de tenis y ponerte delante un espejo a simular ser un guitar hero. Que levante la mano quien no hizo aquello…. nadie. Cuentan que les costó tan solo 100 libras grabar la maqueta del tema, aquello fue como jugar a la lotería y que te tocara el primer premio. Aquella maqueta fue la que estuvo sonando por la radio sin cesar, y que hizo que miles de oyentes llamaran para preguntar quién demonios tocaba aquel imparable tema. La letra nos habla de un grupito de jazz que toca en un cochambroso bar y a quienes les da igual ser populares o no. La verdad es que Mark es muy fan de jazz y quería cantar sobre ello, al igual que el “Guitar George” que se menciona en el tema es el músico George Borowski.
Pero volvamos al principio del disco… Tras el inicio con “Down The Waterline”, llega “Water of Love”… Magia pura Knopfler y su Dobro facturan un tema inmediato y básico para la música rock. Los solos de Mark Knopfler son lentos, no tiene que utilizar una gran cantidad de notas para obtener un resultado impresionante, le basta con el sentimiento que le arranca a las cuerdas.”Water of Love” es otro de esos temas que me servía perfectamente como banda sonora para mis sueños; resaltar la participación de John McVie de los Fleetwood Mac al bajo. ”Setting Me Up” también es otra perfecta composición, si bien no gozo de tanto éxito como las otras, sí que le entro por los oídos a Clapton que la interpreto para su doble en directo “Just One Night” aunque era Albert Lee por aquel entonces miembro de la banda de Eric Clapton quien canto el tema.
No me quiero olvidar de la producción a cargo del hermano de Steve Winwood , Muff hizo un trabajo excelente sabiendo sacar provecho de la parsimonia de la música de la banda.
Una de las mejores canciones del álbum es “Six Blade Knife”, al igual que “In The Gallery” y/o “Lions”, composiciones que invitan a escuchar el disco balanceándose en una hamaca, y a relajarse y a soñar con un mundo mejor. Mérito tuvieron los Dire Straits de lanzar este disco en plena explosión del punk y que Charlie Gillet a quien está dedicado el disco se atreviera a pinchar cada noche “Sultans of Swing” con un entusiasmo contagioso, cosa que hizo que se convirtiera en un clásico instantáneo. Aquello ayudo a que Vertigo les firmara y tener la suerte que el abogado Robert Allan les asesoró en la firma de su contrato sin caer en las burdas trampas de las discográficas.
Como muchos saben la fama de Knopfler subió como la espuma, y aquello le puso al servicio de muchos grandes como Dylan que quisieron sonar un poco como Dire Straits…curioso para una banda que justamente suena como Bob Dylan. Dire Straits fue sacando discos que si bien no fueron tan redondos como el primero, sí que mantenía una calidad indiscutible con la que crearon un repertorio que se hizo famoso en el mundo entero.
Laurent BergerLista de Temas:
1. Down to the Waterline
Alineación:
- Mark Knopfler: voz y Guitarra principal
- John Illsley: bajo y coros
- David Knopfler: Guitarra rítmica, Piano en "Wild Eest End" y coros
- Pick Withers: batería
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