"La guerra del volumen": música y escucha en la era digital. Una nueva guerra recorre hoy el mundo de la música. Una guerra que afecta por igual a discográficas, productores, ingenieros, intérpretes, críticos musicales y fans. Su incidencia es tan importante que está cambiando la forma en que todo nuevo álbum de música suena, se produce y se consume. Este nuevo panorama musical, que podríamos resumir según la paradójica frase aportada por Donald Fagen (Steely Dan): "a pesar de toda la innovación tecnológica, en la era digital, la calidad sonora es peor que nunca". Todo un icono de la sociedad de consumo en la que vivimos.
La "guerra del volumen" habla de la tendencia de la industria musical a producir, grabar, y emitir música elevando progresivamente el volumen (un poco más cada año) con el objetivo de crear un sonido que destaque por sobre los del año anterior. Se trata de un fenómeno que puede observarse en muchas áreas de la industria musical, llevando a crear discos que suenen más "potentes" que su competidor. Recientemente -desde el 2006 aproximadamente- la baja calidad se ha acentuado especialmente en casi todos los CDs modernos de música del tipo más comercial (pop y rock), un problema causado intencionadamente en el proceso de masterización, donde se sacrifica la calidad en pro de un mayor volumen de grabación.
La "guerra del volumen" habla de la tendencia de la industria musical a producir, grabar, y emitir música elevando progresivamente el volumen (un poco más cada año) con el objetivo de crear un sonido que destaque por sobre los del año anterior. Se trata de un fenómeno que puede observarse en muchas áreas de la industria musical, llevando a crear discos que suenen más "potentes" que su competidor. Recientemente -desde el 2006 aproximadamente- la baja calidad se ha acentuado especialmente en casi todos los CDs modernos de música del tipo más comercial (pop y rock), un problema causado intencionadamente en el proceso de masterización, donde se sacrifica la calidad en pro de un mayor volumen de grabación.
Esta revolución tiene que ver con el hecho de que la gran mayoría de la música que escuchamos actualmente suena demasiado fuerte, demasiado alta. De ahí la expresión "guerra del volumen", que se refiere a la tendencia de la industria musical a producir, grabar, y emitir música elevando progresivamente el
volumen todos los años con el objetivo de crear un sonido que destaque por sobre los del año anterior.
Son los propios sellos discográficos los que piden a los productores e ingenieros de mastering que trabajan en sus CDs que expriman tanto sus volúmenes que hasta las partes suaves suenen fuertes. Esto se consigue mediante una compresión del rango dinámico (el margen que hay desde el nivel de
pico y el nivel de ruido de fondo), lo cual reduce las diferencias entre los sonidos más débiles y los más fuertes en la canción. Aquí hay una muy buen nota sobre todo este punto más técnico pero explicado de manera entendible por todos.
En concreto, la degradación del sonido se produce durante la fase de masterización del disco, donde para eliminar un pico y conseguir así elevar el volumen general de la canción se recorta la onda sonora. El problema es que para llegar al nivel de volumen fuerte que hoy es la norma se introduce distorsión constante durante toda la canción, lo que provoca la perdida de muchos detalles sonoros y características como el "ataque" o la "pegada" a la hora de tocar un instrumento. Otro problema es que como la onda sonora se recorta “por arriba” para subir el volumen, las partes suaves de la canción terminan por alcanzar el mismo volumen de las partes fuertes. Esto hace que se degrade, e incluso elimine, una de las características musicales más importantes: la dinámica, esto es, las gradaciones de la intensidad de la música que permiten destacar tanto las partes fuertes como las suaves (así como toda la gama intermedia) de una pieza musical.
Lamentablemente ese exceso de compresión lo exigen las compañías, los músicos y la mayoría de los usuarios (Generación MP3). La gente (como mayoría de consumidores) no suele ya escuchar música con tranquilidad en el silencio de su casa. Suelen hacerlo en el coche, por la calle con auriculares, en el subte o tren, en un centro comercial. Circunstancias en la que hay niveles de ruido de fondo muy por encima de 40dB, que es un máximo aceptable como "silencioso" para poder más o menos disfrutar de un disco que preserve en su grabación una gama dinámica más o menos realista. La "solución" a esto han decidido que es manipular las grabaciones para que todo, tanto lo que debería sonar muy "flojito" como lo que suena realmente fuerte, esté dentro de un rango muy estrecho. Hoy en día con suerte eso son apenas 20dB, así si ajustas la radio del coche para escuchar a 90dB máximo, lo que suena "flojo" seguirá estando a 70dB, algo por encima del ruido de fondo del motor. Eso con música pop casi ni se nota, pero con música que tenga matices y su expresividad dependa en parte de los contrastes dinámicos, te está matando una parte importante de su gracia.
A continuación, una nota que se la encontré en el Facebook del Canario, y de la cual deriva toda esta nota.
En agosto de 2006, Angelo Montrone, vicepresidente de una división de Sony Music Company, denunció en una carta abierta contra la guerra del volumen que muchos ingenieros de mastering estaban siendo obligados en contra de su voluntad a hacer un abuso completo de la compresión sacando discos cada vez más altos para captar la atención de la industria. Según Montrone, la creencia errónea de que un registro súper alto sonará mejor y de que, como por arte de magia, convertirá una canción en un hit, ha sido el origen de una guerra que lo único que está consiguiendo es provocar fatiga y dolor en los oyentes, incluso al tratar de disfrutar de su música favorita
volumen todos los años con el objetivo de crear un sonido que destaque por sobre los del año anterior.
Son los propios sellos discográficos los que piden a los productores e ingenieros de mastering que trabajan en sus CDs que expriman tanto sus volúmenes que hasta las partes suaves suenen fuertes. Esto se consigue mediante una compresión del rango dinámico (el margen que hay desde el nivel de
pico y el nivel de ruido de fondo), lo cual reduce las diferencias entre los sonidos más débiles y los más fuertes en la canción. Aquí hay una muy buen nota sobre todo este punto más técnico pero explicado de manera entendible por todos.
En concreto, la degradación del sonido se produce durante la fase de masterización del disco, donde para eliminar un pico y conseguir así elevar el volumen general de la canción se recorta la onda sonora. El problema es que para llegar al nivel de volumen fuerte que hoy es la norma se introduce distorsión constante durante toda la canción, lo que provoca la perdida de muchos detalles sonoros y características como el "ataque" o la "pegada" a la hora de tocar un instrumento. Otro problema es que como la onda sonora se recorta “por arriba” para subir el volumen, las partes suaves de la canción terminan por alcanzar el mismo volumen de las partes fuertes. Esto hace que se degrade, e incluso elimine, una de las características musicales más importantes: la dinámica, esto es, las gradaciones de la intensidad de la música que permiten destacar tanto las partes fuertes como las suaves (así como toda la gama intermedia) de una pieza musical.
Lamentablemente ese exceso de compresión lo exigen las compañías, los músicos y la mayoría de los usuarios (Generación MP3). La gente (como mayoría de consumidores) no suele ya escuchar música con tranquilidad en el silencio de su casa. Suelen hacerlo en el coche, por la calle con auriculares, en el subte o tren, en un centro comercial. Circunstancias en la que hay niveles de ruido de fondo muy por encima de 40dB, que es un máximo aceptable como "silencioso" para poder más o menos disfrutar de un disco que preserve en su grabación una gama dinámica más o menos realista. La "solución" a esto han decidido que es manipular las grabaciones para que todo, tanto lo que debería sonar muy "flojito" como lo que suena realmente fuerte, esté dentro de un rango muy estrecho. Hoy en día con suerte eso son apenas 20dB, así si ajustas la radio del coche para escuchar a 90dB máximo, lo que suena "flojo" seguirá estando a 70dB, algo por encima del ruido de fondo del motor. Eso con música pop casi ni se nota, pero con música que tenga matices y su expresividad dependa en parte de los contrastes dinámicos, te está matando una parte importante de su gracia.
A continuación, una nota que se la encontré en el Facebook del Canario, y de la cual deriva toda esta nota.
Este artículo, más que una crítica, pretende ser una reflexión sobre nuestro trabajo como ingenieros en audio. Gracias a mi labor docente y trabajo como ingeniero de mezcla y masterización, estoy constantemente escuchando material musical viejo y nuevo de todos los géneros.
Triste realidadEmpecé a detectar que en la actualidad, casi un noventa por ciento del material que se edita está sobre-comprimido; seguramente, muchos de ustedes conocen el término “Loudness War”. Voy a dejar en claro que a pesar de los grandes esfuerzos que se hicieron para detener esta “guerra”, hasta hoy no hemos podido erradicarla. ¿Por qué? Supuestamente porque nadie quiere sonar más bajo en la radio.Para los que no saben, antes de ser transmitida, la señal radiofónica es sometida a una compresión extrema, para que simplemente llegue más lejos y por ende la escuche más gente. De modo que si un ingeniero sobre-comprime un master a pedido de su cliente, esta música estará totalmente aplastada cuando se escuche por la radio. Quizá se escuche un poco más fuerte, como también es cierto que se escuchará más distorsionada, provocando en el oyente fatiga auditiva.La dinámica es algo que los seres humanos apreciamos y agradecemos; es más, en cuestiones musicales, es uno de los pilares de la composición, ya que la misma debería ser utilizada por el compositor como herramienta para sorprender.El mito: “lo fuerte vende más”, se generó en alguna oficina de mercadotecnia de algún gran sello discográfico, allá por el año 1992. Por supuesto, en una primera instancia, lo fuerte sorprende, pero la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Después qué pasa?Podemos recurrir a otros estadísticas, como por ejemplo: ¿Qué música en general es la que más se escucha en todas las radios del mundo? La respuesta: música de los ochenta. ¿Por qué? ¿Que pasó en esta década que la gente sigue queriendo escuchar esas melodías? ¿Había mas creatividad? ¿Es porque se grabó en analógico? El factor a tener en cuenta es que esta música tiene dinámica y no está sobre-comprimida.En esos años, la masterización consistía en mejorar el sonido global del disco o sólo hacer ajustes precisos en las canciones. El formato estrella era el disco de vinilo y debido a sus limitaciones (rango dinámico, ancho de banda y la cantidad de estereofonía que puede soportar), los ingenieros de corte de esos años eran altamente experimentados y disponían de un buen arsenal para sacar el mayor provecho de este formato. A nadie le importaba qué tan fuerte sonaba un disco, se daba por hecho que si alguna persona quería escuchar la música más alto, lo único que debería hacer es subir el volumen de su equipo.
Argumentos con análisisLos años fueron avanzando y tristemente, el mito “Lo fuerte vende más” crece día a día; en veinte años, el nivel de RMS subió veinte dbs; sólo un db por año, pero la dinámica en las grabaciones se fue perdiendo casi sin que nos diéramos cuenta.
Hoy, desafortunadamente podemos encontrarnos con un disco como el más reciente de Radiohead (A Moon Shaped Pool), que en determinadas partes tiene un nivel de RMS de -3 dbs. Quizás algunos lectores no entiendan bien lo que significa e intentaré explicarlo de manera simple: la mayor parte de las frecuencias que contiene la canción llegan al 0 dbFS, es decir, al límite, excepto algunas que podrían estar tres, cuatro o cinco dbs por debajo del 0 dbF. En otras palabras, estamos a cuatro o cinco dbs aproximadamente (esto es difícil de calcular con exactitud, ya que la música cambia todo el tiempo), de convertir la música de Radiohead en ruido rosa. Ahora bien, yo jamás he ido a casa de alguien que estuviera escuchando ruido rosa.Cuando analicé este disco en particular debo confesar que sentí una gran tristeza. Considero que Radiohead es una gran banda que ha hecho grandes aportes a la música; sin embargo, creo que ellos también cayeron en la trampa. Convengamos que la música de este grupo no es para que esté sobre-comprimida. Es decir, eso podría pasar en determinados momentos si llegara a ser la intención del artista, pero no todo el tiempo. Ningún tipo de música debería estar sobre-comprimida; que el compresor sea usado de manera artística para crear determinados artificios en algunos sonidos me parece genial y justamente la ingeniería en audio debe nutrirse de eso, de gente que quiera innovar y recrear procesos artísticos.Volviendo a la tristeza con Radiohead, lo que pensaba es que si ellos no dan el ejemplo, ¿quién debe hacerlo?En mi opinión, éste es el mayor conflicto: por ser nuevos, los artistas no quieren arriesgarse a sonar más bajo en las radios, pero tienen la obligación de generar conciencia. Tuve una gran alegría cuando analicé el disco de Daft Punk y noté que tenía mucho menos nivel de RMS que su disco anterior; obviamente, esto fue una gran decisión de producción que hizo que ganaran el Grammy como mejor grabación ese año. Además, ese disco vendió millones de copias en todo el mundo. ¿Cómo? ¿No decían que lo fuerte vende?De todas maneras, ese disco, a mi criterio, está unos tres dbs pasado de compresión. Muy bien, eso no es nada comparado con los diez dbs que Radiohead dejó pasar.
La estereofonía y la dimensiónDebo decirles que en general, las nuevas grabaciones tienen mucho menos estereofonía y dimensión que las de hace treinta años. ¿Qué pasó aquí? Me es muy lamentable, pero pareciera que cuanto más se estudia, la ingeniería en audio se hace peor. Quizás aquí otra vez aparezca la sombra del Loudness, porque cuanto más mono es una grabación, mayor potencia tendrá al reproducirse, ya que los altavoces “patearán” al mismo tiempo, dando la sensación de que percibimos más presión sonora.¿Y los vinilos?
En mi casa tengo tornamesa y muchos discos nuevos, por ejemplo el “Oracular Spectacular” de MGMT y el “Back to Black” de Amy Winehouse; ambos son ediciones nuevas Made in Usa en vinilos de 180 gramos. Hace poco compré en la calle dos discos que me encantan: uno es “Thriller” de Michael Jackson y el otro es “TOTO IV”, ambos hechos en México y prensados en los ochenta o noventa.Para mi sorpresa, estos dos últimos suenan increíbles, comparados con los actuales de MGMT y Amy. ¿Cuál es la diferencia? Los viejos tienen más dinámica, mayor estereofonía y se escuchan levemente más bajo. Si subimos el nivel del volumen del amplificador y hacemos una comparación, los vinilos viejos suenan superiores. ¿Por qué pasa esto?Hay dos razones fundamentales:1. Hacer un corte de vinilo es un arte que lamentablemente requiere conocimiento y experiencia y la gente que sabía hacerlo ya no trabaja más en nuestra industria.2. Muchos vinilos actuales son transferencia de CDs (aunque usted no lo crea), sobre-comprimidos; el formato de vinilo no acepta de manera correcta estas especificaciones (sobre-compresión, sobrecarga de subgraves o de ultrasonidos).
Nestor Lencenella - Músico, compositor, ingeniero en audio y productor musical. Desde hace más de veinte años intercambia su trabajo con la docencia. Actualmente es profesor de Técnicas de Mezcla y Masterización en SAE Institute México.La falta de un estándarLa gente escucha música en cualquier cosa; incluso colegas a veces me dicen que escuche sus mezclas y las reproducen desde sus computadoras portátiles. Es una lástima que nuestra industria no disponga de un estándar para la fabricación de equipos de audio, (por ejemplo 150 watts RMS, altavoces de tres vías). Hace poco fui a varios supermercados para ver los equipos que tienen para ofrecer. El vendedor atentamente parecía ofrecerme los equipos por el color de sus luces. Todos por supuesto de marcas reconocidas, en algunos casos decían 80 mil watts PMPO (Peak Music Power Output). ¿Cuándo dejamos que esto sucediera? Nadie sabe.La gente escucha música vía Youtube desde su computadora, o en el mejor de los casos, desde su teléfono, con audífonos de bajo costo. ¿Qué podemos hacer? Cada uno de nosotros tiene el deber de generar conciencia, mejor dicho, una cultura de escucha y de respeto hacia la música.Nuestro querido Bob Katz predijo que en el 2020 todo esto cambiará. Ayudémoslo, es responsabilidad de todos. Muchas gracias y excelentes grabaciones.
En agosto de 2006, Angelo Montrone, vicepresidente de una división de Sony Music Company, denunció en una carta abierta contra la guerra del volumen que muchos ingenieros de mastering estaban siendo obligados en contra de su voluntad a hacer un abuso completo de la compresión sacando discos cada vez más altos para captar la atención de la industria. Según Montrone, la creencia errónea de que un registro súper alto sonará mejor y de que, como por arte de magia, convertirá una canción en un hit, ha sido el origen de una guerra que lo único que está consiguiendo es provocar fatiga y dolor en los oyentes, incluso al tratar de disfrutar de su música favorita
Ese es el principal problema, que a mayor sensibilidad mayor sera la distorsión que genera. Es decir, se pierde la calidad por el ruido lo que significa que no solo sacrifica el sonido sino también la impedancia. Sino se ajusta la impedancia con la sensibilidad de nada sirve aumentar el volumen y de paso creo que también se sacrificaría la frecuencia. Lo que nos llevaría a que lo ideal seria tener equipos que reproduzcan a gran potencia sin afectar la distorsión, pero que quizá, aun así seria en vano si el producto esta mal trabado ¿O no?
ReplyDeletePara mi, la solución seria mas bien, como paso uno: indagar minuciosa sobre temas como estos y como resultado paso dos: ser nosotros mismos nuestros 'ingenieros de sonido y audio' para ajustar nuestros propias sonidos y equipos que mas se ajusten a nuestro sentido auditivo, recordemos que no todos los oídos perciben igual y que hay infinidad de equipos y ajustes para cada uno de ellos. ¡El entrenamiento del oído ha de ser necesario también! Y de paso como regla tercera: les diría que lo mejor es no consumir ese tipo de productos y ponerse a escuchar grabaciones análogas o remasterizaciones que no distorsionen la calidad de la grabación. De hecho aquí en el blog cabezón se ofrecen todos los álbumes el calidad lossless (sin perdida de audio) para respetar lo mas fiel la grabación original y disfrutar en mejor calidad posible, lo que hace del blog algo especial y distintivo a muchos otros!!
Mi humilde opinión, gracias.
¡Encantadora nota!¡
Creo que es necesario adiestrar al p{ublico en la buena calidad de sonido. Generalmente se prefieren sonidos fuertes sin importar la calidad de lo que se escucha (tanto musicalmente como en calidad de sonido) entonces lo que vale es escuchar a Maná o Daddy Yankee o cualquier bosta comercial al tope, imagino que mientras leen esto recordarán miles de ejemplos que cada uno a vivido.
ReplyDeleteUn buen parámetro es el prestigioso sello ECM Records (el sello del músico Manfred Eicher) donde sus grabaciones no tienen "perilleo" alguno. Y dentro del rock, y aunque parezca mentira, algunas de las grabaciones de grupos argentinos, con no mucha producción ni dinero pero con muchas ganas (y también sin ningún retoque en la compresión de sonido) escuchen por ejemplo el "Silentio" (2012) de William Gray, el "Tawa Sarira" de Jinetes Negros o el "Mundos Paralelos" de Tanger son excelentes ejemplos de como debe sonar un CD, y no son necesarias grandes producciones como para sonar como se debe.
Me falto esto: lo único que falta es que no prime lo económico por sobre el Arte. Como todo en nuestra vida y en nuestros países y en la sociedad completa, todo se jode cuando el valor más importante es el lucro.
DeleteHe ahí el verdadero problema.
Justamente por eso las Primeras Ediciones en CD son tan buscadas y cada vez mas valoradas $$$, antes que estallara la Loudness war. Yo particularmente cuando veo un CD que dice "Remaster" salgo corriendo.... Saludos.
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