Artista: Godspeed You! Black Emperor
Álbum: Luciferian Towers
Año: 2017
Género: Post rock / Experimental
Duración: 43:54
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Canadá
No le vamos a dar mucha vuelta y de una traemos el comentario de nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que como siempre opina sobre todo y también lo hace sobre este disco, y con las siguientes palabras...
La última semana del pasado mes de agosto fue la temporada que eligió la gente de GODSPEED YOU BLACK EMPEROR! para brindarnos adelantos, a través de las redes sociales, de su nuevo trabajo fonográfico, el cual se titula “Luciferian Towers”: más adelante habría de ser la fecha oficial de la publicación de este sexto trabajo de la banda, el 22 de septiembre, a través de Constellation Records. El colectivo canadiense cuenta actualmente con la alineación instrumentista de Aidan Girt [batería], David Bryant [guitarra y sintetizador MG-One], Efrim Manuel Menuck [guitarra, órgano y sintetizador OP-1], Mauro Pezzente [bajo], Michael Moya [guitarra], Sophie Trudeau [violines y órgano], Thierry Amar [bajo y contrabajo] y Timothy Herzog [batería]. En el contexto de los shows en vivo, se añade la presencia de Karl Lemieux, quien se encarga de la proyección de películas en 16mm. Para el primer tema del disco que ahora tenemos en nuestras manos, el nutrido ensamble contó con las colaboraciones de Bonnie Kane [saxofón y flauta] y Craig pederson [trompeta]. Con toda esta logística, la gente de GYBE! se apresta a asumir la gesta de suceder a “Asunder, Sweet And Other Distress” (2015), y realmente realizaron una buena faena. Claro está, estamos hablando de un ensamble que tiene mucha veteranía y mucho punche, factores que le han permitido alcanzar y permanecer en la cúspide del post-rock y la élite del rock experimental desde mediados de los 90s (exceptuando un hiato entre el 2004 y el 2010), por lo que no es de extrañar que los GYBE!, más allá de las preferencias particulares de cada oyente individual, sea capaz de mantener altos estándares de empuje y creatividad a través de los años. Pues bueno, 2017 es el año de “Luciferian Towers” y ya es hora de detenernos en los detalles de su repertorio, ¿de acuerdo?
Para empezar, hay que decir que el concepto nuclear de las composiciones de este disco se centra en las preocupaciones políticas del momento, una constante del grupo: reclamar el fin de las invasiones extranjeras y la eliminación de las fronteras, el demantelamiento del complejo industrial presidiario y reconocer la alienabilidad de los derechos básicos al acceso a la salud, la vivienda y la alimentación. Con sus 7 ¾ minutos de duración, ‘Undoing A Luciferian Towers’ abre el repertorio estableciendo un pletórico drone que se regocija en su propio minimalismo tétrico a punta de nervio neurótico. Los sonidos de cuerdas y efectos se unen en una nube densa que flota con una aureola de amenaza que parece inapelable, pero cuando emergen al frente algunas florituras de metales y maderas, la ambientación opresiva adquiere un matiz surrealista que permite a lo místico usurpar partedel lugar hasta entonces solo ocupado por lo terrorífico. De hecho, la intervención de los vientos apela más al free-jazz que a otra cosa, lo cual es muy efectivo a la hora de asentar un abierto contraste con las irrefrenablemente ominosas capas de guitarras. Solo en los dos últimos minutos se desarrolla una cabal estructura rítmica, la cual sirve de sustento para que la oscurantista majestuosidad del momento encuentre un foco oportuno para el clímax conclusivo. Luego de este impetuoso punto de arranque sigue la primera de las dos suites tripartitas del disco: ‘Bosses Hang’ y ‘Fam/Famine’. ¡Vaya título el de ‘Bosses Hang’!... ya nos suena combativamente desafiante desde el sonido de las sílabas. La primera parte de‘Bosses Hang’ instaura un groove parsimonioso que se explaya entre lo señorial y lo lánguido, usando un compás de 3/4. El empleo de un esquema sonoro psicodélicamente pesado está pensado para el realce del emotivo lirismo inherente al motif diseñado para el tema, un lirismo tan sencillo como envolvente. La segunda parte baja un poco la densidad reinante para centrarse en un recurso de sobriedad, el cual realmente no va a contrapelo de la anubarrada tensión sino que le da un giro más sutil. Así las cosas, el ensamble se dispone a reiterar monótonamente una escala sencilla mientras gradualmente va expandiendo su grosor expresivo con un pleamar de guitarreos y rotundas texturas de violín. El posicionamiento de expresionismo denso que se conquista en las instancias finales de la segunda parte se recogen certeramente en la tercera, siendo así que la estrategia en curso se enfoca en el desarrollo de un crescendo emotivo e inflamatorio, al modo de una luz que se proyecta audazmente hacia la iluminación de una cueva situada junto a la entrada al Averno. Este vitalismo renuncia a la majestuosidad de lo ominoso que tan entusiastamente había acogido el tema de entrada para apelar a la bizarría de la aurora boreal.
La segunda mitad del disco se inicia con ‘Fam/Famine’, tema que regresa al minimalismo meticuloso mientras le da un renovado toque dramático. En medio de la viril densidad sonora centrada en los guitarreos, el violín y ornamentos de teclado, se advierte la presencia de un aura triste que inspira al ensamble a crear un impresionista paisaje de otoñales añoranzas y lúgubres introspecciones. El motif está claramente inspirado por elementos orientales, y más claramente nos queda que parte de la intencionalidad de esta pieza es anticipar a algunas de las atmósferas predominantes que se insertarán y desarrollarán en lo que queda del repertorio. Los tres últimos temas del disco conforman la segunda suite del álbum, la cual se titula ‘Anthem For No State’, cuya inspiración proviene de la dramática mirada que los GYBE! echan al deterioro ambiental de su Canadá natal por causa de la desmesurada industrialización: la primera parte nos pone en alerta sobre el realce de lo melancólico bajo el gobierno de un lirismo tan sencillo como conmovedor, un lirismo que llena una ambientación etérea que algo tiene de distante a través de su patente conmoción emocional. La segunda parte transita hacia una espiritualidad más sobria mientras enriquece el groove iniciado en la primera parte. Los retazos y tonalidades de las múltiples guitarras se ensortijan en un sortilegio muy calmo cuyo encanto inherente nos hace desear que su expansión temática durara más de los casi 3 minutos que el grupo otorgó a esta sección particular. Pero bueno, así son las cosas y llega el necesario turno para el arribo de la tercera y última parte de ‘Anthem For No State’, una parte que desde la primera instancia muestra una garra neurótica y aguerrida, primero con un talante misterioso cuando la armazón de las tres guitarras va flotando a solas, y luego con un foco gallardo y bizarro cuando las dos baterías entran a tallar para añadir un cariz tribal a la ingeniería rítmica. Con este engarce de las dos baterías, se impulsa muy bien la coloratura global de los demás instrumentos. En momentos así se difuminan cualesquiera barreras que separan al estándar del post-rock y al del stoner, aunque son perfectamente reconocibles estos momentos de ácida exaltación a partir de lo que hemos apreciado en los dos discos precedentes de GYBE! Las bellas líneas melódicas del violín llegan a ocupar en algún momento un lugar protagónico, obligando a las guitarras a ensanchar sus diálogos mutuos en dispersiones bien encuadradas. Durando ocho minutos y medio, esta tercera parte de ‘Anthem For No State’ impone un temperamento lo suficientemente altivo como para gestar un imponente (y hasta insolente) clímax final para el disco.
Todo esto fue lo que se nos brindó en “Luciferian Towers”, un disco que sabe instaurar su guerrera majestuosidad a través de sus diversas variantes de tensión y densidad sonoras que se crearon para la ocasión. Música para hacer temblar a las torres diabolicas de nuestro mundo moderno y a sus caciques. El colectivo de GODPSEED YOU BLACK EMPEROR! parece tocado por una inspiración sobrenatural cada vez que organiza sus composiciones y ejecuciones bajo la ley de la furia existencialista y el orden de la reflexión sobre nuestro entorno actual, aunque claro... esto ya no es novedad para quienes hemos seguido su trayectoria desde esos lejanos mediados de los 90s. Tenemos en este nuevo disco otro motivo más para preservarlo en la élite de la vanguardia rockera de estos últimos decenios.
Calificación: 8,5/10
Antes de seguir con el resto del posteo, mejor que lo vayas escuchando, que para eso tenés el disco, para eso tenemos a Youtube y para tenés las orejas que tus padres, o dios o el diablo te dieron.
Y continuamos con otro comentario de terceros...
Godspeed You! Black Emperor regresa al estudio tras un par de años de silencio para ofrecernos un disco mucho más intimista y primitivo que su anterior "Asunder, Sweet And Other Distress" (2015). En "Luciferian Towers" vamos a encontrar una vertebración de cuatro piezas en las que este multitudinario combo de Montreal delinea horizontes melódicos cargados de sentimiento. Una vez más se presta exento de voz, nota característica de una bandas que ha sido tildada de heredera en esencia del Krautrock; sin embargo, estos canadienses rara vez tocan un sintetizador, característica que les hace ser encuadrados dentro del intangible espectro del post-rock. En este políptico sonoro hallamos cortes tan impactantes como el que abre el disco, “Undoing A Luciferian Towers”, el cual consigue aportar un matiz onírico con el que nos recuerdan que todas las bandas tienen derecho a evolucionar, incluidos ellos. “Bosses Hang” es el tema más extenso de todo el LP. En casi sus quince minutos de duración hallamos melodías complacientes y pausadas que van derivando sin dilación alguna hasta conformar una estructura sólida, cimentada por firmes percusiones y ataviada con vistosas líneas de cuerda que ocasionalmente se desmarcan del resto de instrumentos con el fin de plantear un reencuentro apoteósico y sobrealimentado del que surgen nuevas propuestas acústicas rebosantes de fuerza. “Fam / Famine” quizá sea el corte más abstracto de esta oferta. Un título que juega con la experimentación de forma abierta sin perder de vista la cadencia, y que nos recuerda que Godspeed You! Black Emperor son, ante todo, pura sorpresa.
"Luciferian Towers" se guarda lo mejor para el final: “Anthem For No State” cierra este álbum con una demostración de equidad acústica y unas melodías que recorren un largo camino que parte de la fragilidad y finaliza en la furia, y que se encarga de fiscalizar el por qué Godspeed You! Black Emperor es una de las bandas más respetadas por público y crítica. Contextos volátiles en constante devenir que logran sumergirnos en un océano en el que la parsimonia y la excitación bucean juntas de la mano.
Quizá "Luciferian Towers" no sea la propuesta más recomendable del catálogo de Godspeed You! Black Emperor; sin embargo, en él se vuelve a demostrar que, cuando se juntan, saben ser únicos.
Y va el último comentario de terceros, justamente el que usé en el copete para ilustrar el disco que ahora nos atañe:
Godspeed You! Black Emperor es una banda que existe en su propia esfera artística: viene haciendo la música instrumental más hermosa de nuestra época sin verse afectada por las modas ni los cambios de la industria. Esto es, a la vez, lo que la hace única y también su punto flaco. Se pasó 20 años publicando álbumes largos, meditativos, que parecen el soundtrack del apocalipsis y, sin embargo, en la última década pareció estancarse con el reciclaje de temas antiguos y con ensayos sin mucha dirección.
Luciferian Towers, el nuevo álbum de la banda, marca un giro en su ilustre carrera y eso solo ya le augura un futuro brillante. No hay ninguna reinvención salvaje, pero la furia salida de la nada y los interludios poco emocionantes quedaron atrás para dejar expuesta lo que más me gusta de la banda: las bellas melodías. El álbum entero florece en medio del contraste: sus títulos hablan sobre hambruna, ahorcamiento de jefes y la desaparición del Estado, pero la música es desvergonzadamente enérgica y romántica. Quizás no hay un contraste: quizás para la gente de Godspeed, colgar a un jefe y celebrar la vida en anarquía son la fuente de belleza más grande que existe.
El principio no es especialmente auspicioso: “Undoing A Luciferian Towers” pone la orquesta de cámara al servicio de un largo y poco pretencioso drone. El experimento es interesante, porque habitualmente los drones de Godspeed estaban hechos con percusión y gaitas, mientras que aquí dan la bienvenida a los violines de forma bastante orgánica. Sin embargo, queda la sensación de que la banda podría haberlo publicado en cualquier otro año sin mayor repercusión. La melodía es encantadora (sin ser nada muy novedoso) y da la sensación de querer despegar sin poder hacerlo. Este es el único momento que hace que el álbum no me cierre del todo, en especial porque ocupa unos buenos siete minutos de los 43 que hay en total.
“Bosses Hang”, en cambio, es el punto más alto. Sí, es el clásico crescendo al que la banda nos tiene acostumbrados… ¡pero suena tan bien! Más que nunca, los instrumentos de rock están al servicio a las cuerdas, que se convierten en el centro de la composición. El resultado es tan glorioso que realmente querés salir a colgar jefes. En la versión digital, el tema está dividido en tres partes, pero la división tiene sentido, porque en cada una de ellas se desarrolla una variación distinta del mismo fragmento. En la tercera, por ejemplo, el ritmo se acelera y se vuelve hipnótico hasta llegar a un final sublime.
Presten especial atención al principio de “Fam/Famine”, que está entre las cosas más delicadas que van a escuchar en 2017. Los violines y las guitarras se fusionan, sin eclipsarse entre sí y, entre la percusión cada vez menos contenida, asoma el leitmotiv del track 1. En un primer momento me pareció un poco perezoso esta reutilización de ideas en un álbum breve, pero mientras más lo escucho, más diferente y emocionante me parece la versión que nos presentan en “Fam/Famine”.
El final se llama “Anthem for No State” y, de nuevo, está dividido en tres partes: las dos primeras son breves y muy tranquilas, pero en la tercera aparece un último crescendo, adornado por guitarras que parecen salidas de una película de western (!). Cuando faltan dos minutos para que finalice, surgen unos violines que aportan gran dramatismo y nos conducen hacia un cierre redondo.
En medio de los tiempos tormentosos y frecuentemente desoladores que vivimos, es extraño que Godspeed aproveche la ocasión para lanzar música tan optimista. Este es un grupo muy comprometido con su mensaje político (no hay más que leer las notas que acompañan al disco para encontrarse con consignas que llaman a destruir las fronteras y el “complejo industrial-carcelario”). No creo que sus miembros vivan tan aislados como para no darse cuenta de que este no es momento de estar celebrando. O quizás sí es momento de celebrar: quizás el mundo se está aproximando a un punto de no retorno, en el que las personas explotadas tienen que alzarse o perecer. Si es así, necesitamos un himno que nos llene de esperanza para construir algo mejor.
Solo necesito escuchar Luciferian Towers un par de veces más para terminar de rendirme ante él y reconocer que es uno de los mejores álbumes de todo el año.
Lo podés escuchar desde su espacio en Bandcamp:
https://godspeedyoublackemperor.bandcamp.com/album/luciferian-towers
Lista de Temas:
01. Undoing a Luciferian Towers
02. Bosses Hang, Pt. I
03. Bosses Hang, Pt. II
04. Bosses Hang, Pt. III
05. Fam/Famine
06. Anthem for No State, Pt. I
07. Anthem for No State, Pt. II
08. Anthem for No State, Pt. III
Alineación:
- David Bryant / guitar, keyboards
- Efrim Menuck / guitar, organ, synth
- Michael Moya / guitar
- Sophie Trudeau / Violin, organ
- Thierry Amar / upright bass, bass guitar
- Mauro Pezzente / bass guitar
- Timothy Herzog / drums
- Aidan Girt / drums
With:
Bonnie Kane / saxophone, flute & electronics (1)
Craig Pederson / trumpet (1)
Karl Lemieux / 16mm film projections
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