Otro regalo que nos da Franz Schubert, esta vez una canción de serena belleza que pone música a un poema de Ludwig Uhland que concentra la agridulce promesa de la primavera.
La segunda estrofa refleja una intranquila melancolía.
Die Welt wird schöner mit jedem Tag, El mundo será más bello cada día,
man weiss nicht, was noch werden mag, no se sabe qué pasará todavía,
das Blühen will nicht enden. el florecer no quiere terminar.
Es blüht das fernste, tiefste Tal: Florece el valle más lejano y profundo:
nun, armes Herz, vergiss der Qual! ahora, pobre corazón, olvida tus penas.
nun muss sich alles, alles wenden. Ahora todo, todo debe cambiar.
Schubert era un genio tan melódico que sus Lieder han suscitado el interés de los críticos académicos durante años. Aunque nos han aclarado muchas cosas, creo que sus canciones son muy expresivas por sí mismas y basta escucharlas para que el mundo se nos llene de luz.
Clemency Burton-Hill
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