Los adláteres de Macri incrementan la violencia de sus discursos en peligrosa escalada. Todo en clave de propaganda en otra atrocidad deliberada; empobrecernos y matarnos. Pichetto confirma que el camino del Felino Macri para lograr la pobreza cero es con dinamitar las villas y que vuele todo por los aires. Están locos, son peligrosos y capaces de atrocidades, y están en el gobierno. ¿Y si se les ocurre dinamitar a todos los pobres para terminar con la pobreza? Si no me dicen que los amarillos no lo pensaron, no les creo, simplemente no lo pueden hacer, pero que ganas tendrían! Ahora Bullrich militariza los trenes y habilita a efectivos de fuerzas de seguridad a pedir el DNI en trenes y estaciones, otra vez la criminalización no solo de los pobres sino ya de toda la población: para la ministra todos somos sospechosos. Todo avalado por el sector más insensible de la sociedad, lanzados como la nueva "policía de la moralidad". Otra vez queda demostrado que el neoliberalismo es un éxito ideológico, un fracaso económico y un desastre social. Un estudio del Celag (Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica) revela que ese núcleo duro posee que vota al macrismo unas ideas muy arraigadas que van en contra el sentido común de la mayoría de la población argentina.
La dictadura de Macri es horrenda "per se", con catástrofe de pobreza, default, presos políticos, censura, muertos y represión. Algunos abuelos comen una sola vez, hay subas en medicamentos que producen muertes, se acuestan vestidos por la falta de calefacción porque no pueden pagar el gas o directamente sacan créditos para comer y pagar los servicios. Los números hablan: entre 2012 y 2015, murieron 420 personas, luego de 2016 a 2018 se triplicó la cifra. Y algo parecido pasa con los niños.
Frente a este panorama gravisimo, terrible, el gobierno pivotea en el odio al pobre que desde siempre tuvo la oligarquia y los sectores aspiracionales de la clase media.
A poco de sugerir que la desocupación en el país se debe a que los argentinos no quieren trabajar, el candidato a vice de Macri habló de las drogas, acusó a los vendedores ambulantes de narcos y pidió explotar una villa. Una pinturita de persona... faltan los aviones pbombardeando gente en la plaza y estamos hechos. Otra respuesta proviende de los stands-ups psicopatológicos de Carrio, que apuntan en el mismo sentido.
Pero eso no es todo, para el ministro de Agroindustria, "la carne es el alimento más barato, lejos, cuesta menos que un kilo de facturas para tomar mate". Según el INDEC, la carne duplicó su valor en el último año. Por algo se considera al gobierno distante de la realidad, con figuras super coucheadas y con un alto grado de insensibilidad. Hace días, el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto afirmó que no hay hambre en la Argentina y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich dijo livianamente que quien tenga hambre puede ir a un comedor.
No es la revolución de la alegría, es la revolución del cinismo.
Falta de escucha, distancia de la realidad, incapacidad para resolver los problemas e insensibilidad, todo junto.
Serán un porquería, pero hay que reconocer que Marcos Peña es insuperable en la generación de expectativas. Esto supera la generación de esperanza que se derramaba con lo del resurgimiento del tercer trimestre -o el segundo semestre-. Al menos son más cortos los plazos, sólo tenés que esperar hasta el 27 de octubre para que estés mejor.
O para constatar que te siguen tomando de boludo.
Y como me gusta que los cabezones participen con su propio contenido, esto nos decía nuestro amigo Marce, le prometí que lo pondría en mi próximo post y aquí está.
En medio de toda nuestra diatriba, les dejo esta nota que trata de estudiar el perfil psicológico del votante amarillo: "La derecha argentina encontró en Macri una representación competitiva en las urnas, cuyo principal desafío es lograr integrarse en el juego democrático".
El núcleo duro de Macri
La dictadura de Macri es horrenda "per se", con catástrofe de pobreza, default, presos políticos, censura, muertos y represión. Algunos abuelos comen una sola vez, hay subas en medicamentos que producen muertes, se acuestan vestidos por la falta de calefacción porque no pueden pagar el gas o directamente sacan créditos para comer y pagar los servicios. Los números hablan: entre 2012 y 2015, murieron 420 personas, luego de 2016 a 2018 se triplicó la cifra. Y algo parecido pasa con los niños.
Frente a este panorama gravisimo, terrible, el gobierno pivotea en el odio al pobre que desde siempre tuvo la oligarquia y los sectores aspiracionales de la clase media.
"Piensan en un país para 2 o 3 millones. De escuchar frases anti pobristas estoy acostumbrada pero creo que lo peligroso es que en este momento son Gobierno. Te odian, hacen todo para que te vaya mal y te culpan por como vivís. Está instalado odiar al pobre, pero... ¿que pasa cuando estos tipos con estas mentes manejan las instituciones del país? el empobrecimiento masivo de la población.Mayra Arena
Mas allá de lo que diga Pichetto, sabemos como piensa este gobierno, ese es el peligro. Sacan todas las reglas del juego que te puedan ayudar, sacan todas las políticas que te puedan dar una mano, no invierten nada en las políticas que te puedan sacar, no invierto en educación, no construyo una escuela, y encima es tu culpa."
A poco de sugerir que la desocupación en el país se debe a que los argentinos no quieren trabajar, el candidato a vice de Macri habló de las drogas, acusó a los vendedores ambulantes de narcos y pidió explotar una villa. Una pinturita de persona... faltan los aviones pbombardeando gente en la plaza y estamos hechos. Otra respuesta proviende de los stands-ups psicopatológicos de Carrio, que apuntan en el mismo sentido.
Pero eso no es todo, para el ministro de Agroindustria, "la carne es el alimento más barato, lejos, cuesta menos que un kilo de facturas para tomar mate". Según el INDEC, la carne duplicó su valor en el último año. Por algo se considera al gobierno distante de la realidad, con figuras super coucheadas y con un alto grado de insensibilidad. Hace días, el candidato a vicepresidente Miguel Ángel Pichetto afirmó que no hay hambre en la Argentina y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich dijo livianamente que quien tenga hambre puede ir a un comedor.
No es la revolución de la alegría, es la revolución del cinismo.
Falta de escucha, distancia de la realidad, incapacidad para resolver los problemas e insensibilidad, todo junto.
Serán un porquería, pero hay que reconocer que Marcos Peña es insuperable en la generación de expectativas. Esto supera la generación de esperanza que se derramaba con lo del resurgimiento del tercer trimestre -o el segundo semestre-. Al menos son más cortos los plazos, sólo tenés que esperar hasta el 27 de octubre para que estés mejor.
O para constatar que te siguen tomando de boludo.
La señora encaró el micrófono y desnudó su verdad. Le salió de las entrañas, su recuerdo fue visceral: "Yo toqué un pobre". Como en un safari por los recuerdos de esta caterva de acomodados, la señora recuerda que tocó un pobre, que es lo mismo que decir que sabe de lo que habla, que los pobres de ahora no son como los de antes. La mentalidad elitista y racista se expande y crece, hoy entre el electorado del macrismo, mañana quién sabe por qué otros pagos partidarios. Pero ese veneno inoculado, ese odio desnudo sin filtro, esa observación clasista llena de desprecio, es la voz de una parte del país. Y esa voz se expandió durante el macrismo. Es la voz que pedía a los militares ayer, y hoy reclama policía y represión, y orden y gatillo fácil para el pobre. Para ese que la señora tocó una vez, en 1968. Y desde entonces, entendió todo.Revista Sudestada
Y como me gusta que los cabezones participen con su propio contenido, esto nos decía nuestro amigo Marce, le prometí que lo pondría en mi próximo post y aquí está.
Gobernar para todos (sobre todo los humildes) y, a estos esperpentos y patéticos engendros, ignorarlos. Ya es casi imposible cambiar a una persona joven; imagínense a estos viejos chotos. Las buenas costumbres como: compartir, no ser miserable ni racista, la empatía con el pobre y el dolido, se aprenden de chico en la casa y en la escuela. Cuando una persona ha mamado el discurso meritocrático macrista desde la cuna (ya sea rico, clase media y hasta pobre), es extremadamente difícil que cambie, salvo que sufra una visión o una epifanía. Me he dado cuenta hace un tiempito que estos lamentables compatriotas, no es que son engañados por los medios; sino que consumen alegremente ese pescado podrido. No son engañados, sino que son “cultivados”, alimentados. Magnetto, Demencia Carrió, Pichotto solamente les venden la mierda y esta gentuza, la compra, la consume, la digiere y la asimila. Y lo hace PORQUE QUIERE. Nadie está con un bufoso, obligándoles a consumir a TN, La Nación, Clarinete y mugres similares. Lo necesitan porque el racismo les sale por los poros. Recuerden que una semana antes del corralito, puteaban a todos los piqueteros y a los que militaban en la calle; fueron épocas donde el hambre, el desempleo y la desgracia estaban (como ahora) a la mano para la mayoría del pueblo y desde hacía ya varios años. Pero a los chetos y la putrefacta clase media, les importaba un pito; les molestaba que las calles estuvieran llenas de “negros y vagos” que reclamaban por lo más básico. Se decía lo mismo que se escucha ahora en estas reuniones pro nazis. Pero cuando llegó el bendito corralito, fue cuando la mierda les llegó a ellos a sus casas, a sus cuentitas bancarias, a sus Plazos Fijos y recién allí, cuando probaron ellos el sabor de la mierda, entonces salieron descaradamente a las calles y se abrazaron y marcharon junto a los que insultaban horas antes. Yo viví de cerca el corralito en mi trabajo y, aunque lo padecí como tortura, no pude dejar de alegrarme al ver a estos guanacos cara de piedra probar algo de su medicina.Marcelo J. Tull
En medio de toda nuestra diatriba, les dejo esta nota que trata de estudiar el perfil psicológico del votante amarillo: "La derecha argentina encontró en Macri una representación competitiva en las urnas, cuyo principal desafío es lograr integrarse en el juego democrático".
El núcleo duro de Macri
En los últimos cuatro años, Mauricio Macri se movió de manera ambigua al calor de “la dictadura de la opinión pública” buscando apoyos dentro y fuera de su núcleo duro de adherentes, con resultados que ahora se evidencian catastróficos tanto para su propio espacio político como para el país. La profundidad de la erosión de Cambiemos es tal que en menos de dos años pasó de insuflar optimismo mediante una comunicación positiva a la estrategia de “embarrar la cancha”, poniendo como eje de la campaña del 2019 el “temor a volver al pasado” y el “rechazo al kirchnerismo” condensados en el antagonismo “república-autoritarismo”, cuestiones que interpelan directamente sólo a una porción minoritaria de la sociedad.
Según los hallazgos de las encuestas nacionales realizadas por CELAG en los últimos meses, el tercio de la población que (aún contra viento y marea) volvió a elegir a Macri en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y que probablemente lo acompañe en octubre expresa un segmento de la sociedad argentina con valores e ideas conservadoras sólidamente arraigadas que son contrarias a los sentidos comunes de la mayoría de la población. Algunos datos son útiles para caracterizar a este grupo social devenido, en esta elección, en núcleo duro del macrismo:
Al ser consultados sobre el gatillo fácil, las opiniones de los argentinos se encuentran divididas entre aquellos que justifican el uso de armas de fuego en situaciones de fuga (47%) y quienes creen que no existe justificación alguna para que las fuerzas de seguridad hagan un uso desmesurado de las armas de fuego (48%). Al desglosar por voto se observa que entre los votantes de Macri la proporción de los que justifican el gatillo fácil escala hasta el 70%.
En el eje xenofobia laboral, el 68% de los votantes de Macri cree que los argentinos deberían tener prioridad frente a los extranjeros en contextos de crisis, mientras que el 30% considera que los inmigrantes deben tener exactamente las mismas oportunidades de empleo que los argentinos.
Acerca del rol del Estado en la economía, el 76% de los argentinos considera que su intervención es necesaria para disminuir las injusticias sociales, mientras que el 19% cree que lo óptimo es dejar funcionar libremente al mercado. Entre los votantes K, la proporción de “intervencionistas” crece hasta 89%. Entre los votantes de Macri, en cambio, cae hasta el 62% y aumenta considerablemente el porcentaje de los que están a favor del libre mercado: 32%. Los datos son significativos teniendo en cuenta la tradición histórica del país y el acuerdo transversal sobre la importancia asignada al Estado.
Las posiciones sobre las políticas sociales también son un eje donde se observa fuertemente el componente ideológico del votante macrista: en el universo M, el 72% cree que los “planes sociales hacen que la gente sea vaga”, mientras que un minoritario 20% cree que “son imprescindibles para que los pobres tengan una vida digna”. Entre los votantes del universo K la distribución es exactamente inversa: 19%/75%.
En el clivaje sobre el discurso meritocrático también las diferencias son elocuentes: el 68% de los votantes M considera que “los resultados de cada quien en la vida dependen exclusivamente de su esfuerzo personal”, mientras que el 30% opina que “nadie puede triunfar en la vida si el Estado no garantiza derechos y oportunidades”. Entre los votantes K, la proporción es: 73% de “colectivistas” versus 25% de “individualistas”.
Gisela BritoEl macrismo realizó, en estos cuatro años, intentos deliberados por politizar y poner en el debate público los valores e ideas que representan al segmento de derecha para empoderarlo, avanzando en la conformación de una identidad política que hasta ahora no tomó forma en la sociedad argentina: la demonización del sindicalismo, la “doctrina Chocobar”, el revisionismo sobre la política de derechos humanos, la mirada xenófoba sobre los migrantes y la criminalización de la protesta son ejemplos de ello.Un interrogante que surge en el contexto electoral actual es: ¿ahora que Cambiemos se derrumba como proyecto de gobierno, podrá convertirse Macri en el líder de la derecha argentina? Para eso necesitaría “salir del closet” y hacer una apuesta deliberada por clarificar su proyecto político-ideológico, aún a sabiendas de que no es el mayoritario en la sociedad. Por lo pronto, la novedad de esta elección es que quienes salieron a manifestarse en apoyo al presidente en la marcha del #SíSePuede encuentran, por primera vez en la corta historia democrática del país, una representación política competitiva electoralmente. El desafío a mediano plazo es transitar desde la pulsión por la aniquilación del otro hacia posiciones políticas que le permitan integrarse en el marco del juego democrático. Es la única manera de cerrar la famosa “grieta”, que no es otra cosa que el intento de la derecha sociológica de revestir de consenso su odio de clase.
ya se van, eso es lo único positivo en estos cuatro años de mierda...
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