Dream Theater regresará a la Argentina para tocar el 13 de diciembre en Buenos Aires Arena, el estadio cubierto de Villa Crespo que todavía no fue inaugurado. La gira de Dream Theater es la celebración de los 20 años de su álbum "Metropolis Part 2: Scenes from a Memory", que el quinteto repasará completo. Además, presentará algunas cancciones de su último trabajo, "Distance Over Time", publicado este año.
El tema sirve de puntapie para repasar una etapa donde el grupo reformuló completamente tanto el concepto del metal como el concepto del rock progresivo... pero vamos a la nota.
Por Felipe Rojas
El disco, lanzado un 7 de julio de 1992, fue el debut de LaBrie como cantante en el conjunto de metal progresivo. Ahí canciones como “Pull me under”, “Another day” y las elaboradas “Take the time”, “Under a glass moon” y “Metropolis – part I”, llevaron a Dream Theater a ser considerada una banda por sobre la media.
En esa línea, Loudwire lo destacó como el mejor álbum de metal progresivo de la historia. “Cuando uno busca identificar la forma más pura del espíritu progresivo, la banda que típicamente viene a la cabeza es Dream Theater. El quinteto de Nueva York ha estado a la vanguardia del metal progresivo melódico, pero la mayoría de la gente está de acuerdo en que su punto de referencia sigue siendo Images and words“, asegura el portal.
Eso sí, tuvieron que pasar varias cosas para llegar a Images and words, como también para que LaBrie se uniera a Dream Theater.
Los días antes de LaBrie
La historia parte varios años atrás, específicamente en la década de los ‘80. Ahí, en el Berklee College of Music, se conocieron John Petrucci (guitarrista), John Myung (bajista) y Mike Portnoy (baterista). Dados sus gustos musicales, los tres congeniaron rápidamente y formaron una banda.
Tras tocar algunos covers, el trío buscó integrantes restantes para completar la formación. Así dieron con el tecladista Kevin Moore y el cantante Chris Collins. La banda llevó por nombre Majesty y estuvieron activos, con esa alineación, entre 1985 y 1986, año en que Collins fue sacado.
Charlie Dominici, un experimentado de la escena en aquel entonces, tomó el rol de vocalista. Ahí es cuando el conjunto, por un problema de derechos, tuvo que cambiar su nombre a Dream Theater (sugerido por el padre de Portnoy).
Con el refresco, la “nueva” agrupación aumentó sus shows en vivo y se aventuró con su primer álbum de estudio, grabando a mediados de 1988. Así, en marzo de 1989 salió al mercado When Dream and Day Unite. Aquella pieza discográfica contó con la producción de Terry Date, quien más adelante trabajó con Soundgarden, Pantera, Deftones y Limp Bizkit, por mencionar algunos.
Pese a la expectación que existía en Dream Theater por su debut, el disco pasó inadvertido. Ello llevó a que el sello Mechanic/MCA cortara relaciones con la banda, esta última disconforme con el resultado obtenido. “Fue una experiencia de aprendizaje para todos nosotros, especialmente de todas las cosas que no se deben hacer”, comentó Mike Portnoy en su sitio web oficial, añadiendo que “creo que la mezcla no estaba al nivel de las capacidades de Terry Date y las voces de Charlie eran algo débiles”.
Esa sensación del baterista, sumado a diferencias creativas y tensiones internas, llevó a que Dominici fuera despedido de Dream Theater
Images and words
Tras la experiencia poco grata que significó When dream and day unite, la banda se tomó el tiempo para hacer las cosas bien. Después de cerca de 200 audiciones dentro de Estados Unidos, James LaBrie, cantante canadiense que venía de una banda de glam metal llamada Winter Rose, fue el seleccionado. “Teníamos que conseguir a este tipo. Fue inmediato. Lo amamos”, confesó Petrucci a Metal Insider.
Por otro lado, firmaron con ATCO Records (parte de Atlantic Records, Warner Music Group). Ahí, comenzaron a materializar lo que sería el gran salto en su carrera: Images and words, el cual hizo su irrupción el 7 de julio de 1992, en medio del éxito de Nevermind de Nirvana y Use your illusion de Guns N’ Roses. La apuesta, por lo mismo, no podía ser menor.
El álbum inicialmente estaba pensado para ser de dos discos, pero el sello rechazó la idea. Así, varias canciones tuvieron que ser omitidas, viendo la luz años después (como “A change of seasons”, que sobrepasa los 23 minutos).
El productor fue David Prater. Él, junto a Doug Oberkircher vieron la mezcla del álbum. En esa misma época, ambos también trabajaron junto a la banda FireHouse, específicamente en el álbum Hold Your Fire.
El mastering, en tanto, corrió por cuenta de Ted Jensen, quien años más tarde trabajó en en Mechanical Animals de Marilyn Manson (1998); Ark y Ray de L’Arc~en~Ciel (1999); Come away with me de Norah Jones (2002, álbum ganador de un Grammy); American Idiot de Green Day (2004); y el álbum debut en solitario de Residente -homónimo- (2017), por mencionar algunos.
De acuerdo al portal especializado Discogs, Images and words cuenta con 41 ediciones distintas (aunque hay otras 19 de las cuáles se desconoce el año de publicación, totalizando con ello 60).
“Pull me under” y “Metropolis”, las sorpresas
El primer sencillo y también primera canción de When dream and day unite fue “Pull me under”, de una extensión superior a los 8 minutos. La letra fue escrita por Kevin Moore. “Por alguna razón, salió muy bien y tiene magia”, aseguró John Petrucci a Metal Insider.
Pese a ser el single inicial, “Another day” fue escogida para tener videoclip. Sin embargo, “Pull me under”, sin tener tanta promoción elaborada, ganó popularidad. Por ello, desde ATCO Records decidieron que también tendría video. Para sorpresa de la banda, la pieza promocional tuvo alta rotación en MTV, eso sí, con una versión editada que duraba cerca de 4 minutos y 50 segundos.
Otra de las canciones que trascendieron en este álbum fue “Metropolis part I: the miracle and the sleeper”. Más allá de sus secciones y la impronta de Dream Theater más presente que nunca, fue el agregado que el nombre tenía el que llamó la atención: “parte I”.
Las consultas de los fanáticos sobre una continuación no tardaron en llegar, según asegura Mike Portnoy. “De cierta forma, la etiquetamos como ‘pt. 1’ para ser listos. Nunca hubo intenciones de hacer algo más”, contó el baterista en su sitio web oficial, añadiendo que el otro nombre que manejaba el tema era “Crumbling Metropolis”. Ese mero detalle dio pie años más tarde a Metropolis pt. 2: Scenes from a memory (1999), uno de sus discos más reputados.
De pequeños shows al mundo
De acuerdo al portal especializado Setlist.fm, entre 1986 y 1990 Dream Theater realizó 30 shows en vivo, todos en Estados Unidos. Eso, sin embargo, cambió radicalmente tras la salida de Images and words. Solo en 1992 se presentaron en 61 ocasiones, tocando además en Canadá y Japón.
En 1993 fueron más allá y más que duplicaron la cifra: 139 conciertos, incluyendo paradas en distintos países de Europa. México, Estados Unidos, Canadá y Japón también estuvieron contemplados. En este último, se realizaron cuatro shows en agosto, siendo uno de ellos escogido para tener lanzamiento oficial.
Así, Images and Words: live in Tokyo sirvió para mostrar la performance de la banda en el Nakano Sunplaza el 26 de agosto de 1993, además de entrevistas y los videoclips de “Pull me under”, “Take the time” y “Another day”.
Uno de los puntos más llamativos es “Take the time”. La canción, que termina con un fade out en su edición álbum, es tocada por completo. Ahí John Petrucci -“armado” con su Ibanez JPM100– ejecuta un solo que se acerca a los tres minutos.
“Images and words y Metropolis pt. 2 son las obras maestras”
Francisco Arenas, músico y productor chileno enfocado en el metal -trabajando actualmente con Recrucide y All Tomorrows-, tuvo parte de sus inicios musicales con influencia de Dream Theater (además de Queen, Black Sabbath y Guns N’ Roses, por mencionar algunos), aunque precisa no ser fanático.
Todo partió con “un viaje para ver a la tía” en Buenos Aires a inicios de la década pasada. Cuando se alistaba para viajar, Francisco vio los discos Images and words y Metropolis pt. 2: Scenes from a memory en venta. No dudó un segundo y los trajo con él, ya que “alguien me había comentado de Dream Theater algo tipo ‘esa es la música que siempre me ha gustado'”. Ahí, con discman en mano y con las pilas agotándose, fue conociendo los temas del quinteto.
Del primer largaduración, destaca “Metropolis pt. 1”, del cual asegura que “cuando escuché la sección instrumental del final, que es súper melódica y complicada, quedé transtornado”; “Under a glass moon”, que para Francisco -que también es guitarrista-, tiene el mejor solo de guitarra de John Petrucci; y “Take the time”, ya que “me englobaba musicalmente todo lo que escuchaba antes, especialmente Queen y Iron Maiden. Fue la canción transición para poder entrar a Dream Theater”.
Arenas, ganador de premios Pulsar, cuenta que ambos álbumes repercutieron en él, su hermano y sus amigos. Ahí es donde una de sus primeras bandas, en Talca, partió sacando canciones como “Metropolis pt. 1” y “Under a glass moon”. “Al sacar cosas complejas fue como nuestra universidad”, cuenta. De hecho, el primer nombre que adoptaron fue “The dance of eternity”, en alusión a la canción de Dream Theater.
“Para mí, el Images and words y el Metropolis pt. 2 son las obras maestras que tiene esta banda. Me dio la sensación de estar escuchando algo que no había escuchado antes. Además, venía ese deseo de querer sacar los temas, porque sabías que iba a haber un aprendizaje detrás de eso”.
Felipe Rojas
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