Los rupestres son un grupo de músicos mexicanos, especialmente de Ciudad Monstruo (o de otros lados pero ahí recalados), que abrieron una línea de creación independiete a fines de los 70 y principios de los 80, cuando la crsis económica nos ahogaba. Ya conocemos a algunos en el blog cabezón, especialmente al creador y más importante, el gran Rockdrigo.
Aunque en el documental fallan todos en explicar por qué adoptan el calificativo de rupestres, se refería básicamente a la precariedad desde la que creaban y a la cual se dirigían: los colectivos juveniles no conformes con el PRI y Televisa, los que buscaban una expresión más auténtica de la debacle en que vivíamos, los que no queríamos ver a Lusimi en el auditorio nacional sino al Tri en un hoyo fonqui, los que optábamos por libertades prohibidas.
La precariedad estaba en la ausencia de tecnología (puras liras Parachocaster), en los espacios públicos donde se armaban los toquines, en el foro Tlalpan a donde no podíamos llegar los adolescentes que vivíamos en Ciudad Satélite, al otro extremo del Distrito Federal, como se llamaba entonces la CDMX, y que estaba poblado por ciudadanos de segunda (o tercera) categoría que no teníamos derecho de elegir a nuestro gobernante local, el cual era impuesto por cada presidente a dedazo limpio.
Pásenle cabezonxs a mirar a los fabulosos Rupestres.
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