Y Rockarte ahora anima la tapa del segundo disco de Armonium, aquella banda canadiense que impresionara con su folk progresivo de alto vuelo, Este disco ya fue publicado en el blog cabeza, es el híbrido perfecto entre el sonido folk y el sinfónico, hablando de un sinfonismo muy elegante y un poco experimental e inquieto. Muy dulce, muy melódico, una obra maestra que es una obra conceptual de 5 movimientos, cada uno habla sobre una estación y culmina en la utópica quinta estación (ojo que aquí Vivaldi no tiene nada que ver). Esta obra va más allá de lo esencial, es obligado y jamás decepciona, ultra recomendado. Otra de las maravillas a las que Rockarte les añade una cuota más de arte...
El cantante y guitarrista Serge Fiori se unió a Michel Normandeau (voz y guitarra) en una obra de teatro musical en noviembre de 1972. Más tarde, en 1973, conocieron al bajista Louis Valois y se convirtieron en Harmonium. Todo esto ocurría en Montreal, Canadá, de donde eran originarios.
En Noviembre de 1973, el grupo realizó su primer concierto en la radio CHOM-FM. Tocaron temas que después estarían en el que sería su primer álbum, 'Harmonium', editado en 1974.
Después de muchos pequeños espectáculos y una pequeña gira por todo Québec, editan su segundo álbum. A veces es conocido como Les Cinq Saisons, su título real es Si On Avait Besoin D'une Cinquième Saison.
Publicado una año después de su debut, 'Harmonium', Si On Avait... (si necesitamos una quinta estación) fue un disco con el que impresionaron tanto a críticos como a muchos fans del rock folk y del rock progresivo. La banda había añadido dos nuevos miembros durante la época en que se grabó este disco: Pierre Daigneault, tocando la flauta, saxo y clarinetes, Serge Locat, al piano y sintetizadores, además del invitado especial Judi Richards, que canta la melodía de la quinta temporada, Histoires Sans Paroles.
Realmente es difícil catalogar este álbum, pero llámese rock folk o rock progresivo, la música que nos presenta esta banda es realmente bella y relajante, un rock muy personal y arraigado en la música popular que da gusto escuchar.
El álbum gira en torno a las estaciones, los cuatro primeros temas representan cada uno de ellos una estación. El quinto tema (o estación) es una suite épica de 17 minutos, tal vez la mejor y más completa composición de todas las que aparecen en el disco. También se ha puesto un especial cuidado en la composición y los arreglos del tema 'Dixie', una canción que representa al verano, enérgica y con docenas de instrumentos que entran y salen, rematadas por un piano genial y la única percusión que aparece en todo el álbum.
La mayoría de las canciones son complejas y extensas, repletas de melotron, piano y flautas que añaden otra dimensión a un sonido ya de por si bastante elaborado y complejo, en el que las guitarras acústicas se alzan con el principal protagonismo. Un disco a medio camino entre lo simple y lo complejo, entre la música popular y la grandeza de la música sinfónica.
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