Artista: Deep Purple
Álbum: Who do We Think We Are
Año: 1973
Género: Hard Rock
Duración: 72:31 / 34:40
Referencia: Discogs 1 Discogs 2
Nacionalidad: Inglesa
Y otra vez volvemos a Deep Purple, quizás el clásico hardrockero del blog cabeza, y por algo será, dadas las conexiones entre aspectos de su música y el rock progresivo. Pero vamos a meternos de lleno en el aspecto musical del disco. Esto es lo que nos dice el señor Wikipedia.
Aunque el sencillo "Woman From Tokyo" fue un éxito importante, el grupo no consiguió alcanzar las cotas de calidad que habían tocado en sus discos anteriores a causa de las continuas discusiones en su seno, que acabarían con la marcha de Gillan y Glover. De este modo, el disco fue duramente criticado por los entendidos musicales, y en el ámbito comercial no alcanzó las cotas previstas, a pesar de haber llegado al cuarto puesto en Gran Bretaña y al decimoquinto en los Estados Unidos.
Las únicas dos canciones grabadas en Roma fueron "Woman From Tokyo" y "Painted Horse", mientras que el resto fueron grabadas en la ciudad alemana de Fráncfort del Meno después de intercalar por medio una pequeña gira por Japón.
En el año 2000 se publicó una versión de este disco remasterizada digitalmente con varias canciones extra, entre las que se encuentra el instrumental inédito "First Day Jam". En esta canción aparece Blackmore tocando el bajo, y Lord y Paice ejerciendo sus papeles habituales. Esto fue así porque Roger Glover, el bajista original del grupo, no pudo comparecer en la sesión de grabación del tema a causa del tráfico en el que estaba inmerso.
Deep Purple había entrado en los 70 con una nueva formación y una serie de álbumes brillantes que les establecieron rápidamente (junto con Led Zeppelin y Black Sabbath) como una banda basamental en la consolidación del hard rock y un heavy metal que empujaba por ser parido. Entonces en "Who Do We Think We Are", mucho reyeron que todo el fuego y la inspiración que habían demostrado el año anterior en "Machine Head" se había evaporado y desapareció misteriosamente de la vista. Es verdad que el álbum reveló una banda agotada.
En el momento de publicar “Who Do We Think We Are?”, Deep Purple se encontraban en la cima. “Made in Japan” había supuesto un hito, una referencia, una lección para el resto de grupos de cualquier estilo sobre cómo se actúa en directo.
Llegado el momento de volver al estudio, Ian Gillan y Ritchie Blackmore ya apenas se hablan, el ambiente está muy enrarecido, y curiosamente al que se señala como fuente de todos los problemas es a Roger Glover, tal vez el menos conflictivo junto a Ian Paice. Entre otras causas, Glover se interesa por la producción de discos –recordemos que en 1977 estará tras la mesa de sonido en el “Sin After Sin” de Judas-, y sus compañeros le apuntan como un elemento desestabilizador, acusándole de hacer la guerra por su cuenta y no sentirse un “Purple Boy” a jornada completa.
Lo cierto es que todos los males se deben al desgaste de la vida en la carretera y en los estudios de grabación durante tanto tiempo, y a ese nivel. Con los años, los cinco músicos admitieron que tal vez lo único que habían necesitado era parar, tomarse 6 o 12 meses de descanso, alejarse del Negocio una temporada, descansar unos de otros, para volver con energías renovadas. Como, en definitiva, hicieron en 1984 con el ya histórico “Perfect Strangers”.
Pero en el Rock de los 70 no se concebía que un ente tan poderoso como Purple desapareciera de la circulación. Ellos y cualquiera de los grupos punteros en el Hard Rock, llámense Zeppelin, Grand Funk, Sabbath, Uriah Heep … venían editando un disco al año como mínimo desde finales de los 60, así que en enero del 73, el séptimo disco de estudio estaba en las tiendas en Estados Unidos, publicándose en Inglaterra al mes siguiente.
“¿Quiénes nos creemos que somos?” cuenta con un hit muy inmediato y directo, “Woman From Tokyo”, y otras seis canciones no muy conocidas por el espectador poco habituado a navegar por aguas púrpura, pero disfruta de una virtud parecida a la de “Fireball”: la variedad y libertad de estilos, con un Ian Gillan impresionante, robando la cartera con su abanico de registros interpretativos a los cuatro instrumentistas, quienes por lo demás se muestran tan competentes e inspirados como de costumbre.
De todos los trabajos que registró el MK II, es el disco que más orgullosamente hunde sus raíces en el buen y viejo Rock&Roll, con un resultado irresistible en “Mary Long”, en la propia “Woman From Tokyo” con su adorable poso de inocencia 50´s, y especialmente en esa maravilla que es “Smooth Dancer”, puro groove endiablado.
“Super Trouper“, en cambio, es más pausada, experimental, con un trasfondo psicodélico que no me termina de convencer, aunque los coros en el estribillo y la labor de Gillan la elevan y convierten en otra curiosidad más.
“Rat Bat Blue” es la consabida odisea purpleiana, con un ritmo y unas voces muy heavys, que de golpe pega un acelerón en el minuto 2´30 que te levanta del asiento, procediendo el maestro Jon Lord a interpretar una de las mejores partes solistas al teclado que se recuerdan en un disco de Rock. Sin exagerar.
“Place in Line” es un rhythm blues extraordinario, con un Gillan portentoso. Deep Purple eran británicos, llevaban estos sonidos de raíz negroide tuneada por el asfalto y los vapores de las chimeneas de Londres en la sangre, y es una pena que a lo largo de su trayectoria no hayan trabajado más este tipo de canciones. En “The House of the Blue Light”, del 87, metieron aquella “Mitzi Dupree”, de registro parecido, y se comía con su estilazo al resto del disco. Por segunda vez en el 2´20 más o menos cambian el ritmo, y esto se convierte en una verdadera fiesta, con Blackmore dirigiendo la orquesta con su prodigiosa guitarra, marcándose el mejor solo de toda la grabación. Hoy lunes no pensaba yo darle a la priva, pero esta canción me ha dado ganas de servirme una jarra de cerveza. Dura más de seis minutos y se nos hace corta, con eso os digo todo.
Y la final, “Our Lady”, parece un descarte de las sesiones del musical “Jesucristo Superstar” en que participó Gillan por aquella época, con coros femeninos casi gospel y un acercamiento al sonido de las grandes producciones del soul de Motown.
Una verdadera excentricidad, y como ocurría por ejemplo al escuchar a KISS cantar “Great Expectations” o “And then she kissed me”, estos son los detalles que nos demuestran cuando unos músicos son verdaderos genios. Podían arrasar en temas como “Highway Star”, “Speed King”, “God of Thunder” o “Detroit Rock City”, su terreno natural, pero cuando les apetecía cambiar de registro lo hacían con la mayor naturalidad y te dejaban con la boca abierta, porque llevaban el Rock&Roll y todos sus derivados en el alma y en las entrañas.
Si a “Fireball” le ha pesado siempre haber nacido entre dos piedras filosofales como “In Rock” y “Machine Head”, “Who do we think we are?” se recuerda sobre todo por ser el último trabajo en que intervinieron Gillan y Glover hasta la reunión en 1984, y parece teñido de un halo de fatalismo. Nada mas lejos de la realidad, Coverdale y Glenn Hughes acechaban, pero el legado de los cinco hombres que crearon “Smoke on the Water” es intocable, y este disco, otra de tantas perlas que no debe dejarse de lado en la memoria rockera colectiva.
Espero que agradezcan al bueno de neck que se nota también los quiere mucho.
Lista de Temas:
1. Woman from Tokyo
2. Mary Long
3. Super Trouper
4. Smooth Dancer
5. Rat Bat Blue
6. Place in Line
7. Our Lady
Bonus Tracks:
8. Woman from Tokyo ('99 Remix)
9. Woman from Tokyo (Alt. Bridge)
10. Painted Horse (Studio Outtake)
11. Our Lady ('99 Remix)
12. Rat Bat Blue (Writing Session)
13. Rat Bat Blue ('99 Remix)
14. First Day Jam (Instrumental)
Alineación:
- Ritchie Blackmore / Guitar
- Ian Gillan / Vocals
- Roger Glover / Bass
- Jon Lord / Keyboards
- Ian Paice / Drums
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