Por Claudio Eiriz
Lo cierto es que una de las maneras de resolver la cuestión es pensar en que lo que el sujeto oye, escucha, entiende y comprende (13) no es un mero epifenómeno de un "mundo exterior" que estaría allí, independiente del sujeto. Lo que le ocurre al sujeto es también, un modo de ser de la realidad. Para la ontología de la simplicidad el sujeto es una especie de recipiente fisiológico cubierto de una superficie (conciencia) y provisto de unos órganos sensoriales, (ojos, oídos, los nervios de la yema de los dedos). Fuera de este recipiente se encontraría el mundo físico externo. Toda vez que algo de este mundo externo incide sobre este recipiente, los órganos sensoriales producirían una reacción fisiológica que haría que algo suceda en nuestro cerebro. Ese algo del mundo externo se lo denomina estímulo y aquello que acontece en nuestra mente se denomina sensación. A esta epistemología subyacente es a la que apunta sus críticas Schaeffer. La alternativa a esta visión deja de lado la analogía recipiente mundo externo y propone una dialéctica en donde el polo del objeto es "lo recaído en la inmediatez" y el polo del sujeto el lugar de la acción mediadora o proceso mediador. (Samaja; 2000:165).
Y este paradigma de la complejidad implica la idea de un sujeto, por así decirlo, entrelazado con el objeto y no entidades separadas e independientes. Es en este sentido en que el descubrimiento schaefferiano de la campana cortada y el surco cerrado abrieron el camino a la reflexión acerca de un nuevo lugar del observador. Si consideramos al fenómeno como "un ojo agazapado fuera del mundo" tal como lo plantea el paradigma de la simplicidad, la visión simplificante de la causalidad parecería "caer de maduro". Sin embargo:La ontología newtoniana (14) no puede concebir un lugar para el Sujeto en la realidad y, por eso, lo imagina en los bordes: como un ojo que mira el mundo desde sus márgenes. Solo contempla los dos primeros niveles del ser (primeridad y segundidad): ser en sí y ser para otro; materia y energía; el hecho y la relación, pero no incluye esa "re totalización" que significa el paso a un nivel de entidad más elevada, y por ende, el paso a la "entidad del contexto". Aunque también podría decirse: "el paso al contexto como entidad (es decir, al contexto como un hecho real y no como mera idealidad). (Samaja; 2000: 167).
4. Crítica a la disyunción Sujeto - Objeto
Algunos físicos consideran ciertos fenómenos perceptivos como errores subjetivos, sólo porque no pueden explicarlos, o porque aún no han encontrado los procedimientos y los indicadores. Roederer en una obra por demás interesante sobre psicoacústica escribe:
Es claro que en el contexto de la cita precedente que expresa el espíritu positivista lo "subjetivo" es una intrusión deshonrosa. Lo "subjetivo" aquí significa agregado aleatorio; indigno de estudio, en tanto no admite los procedimientos requeridos para "mediciones rigurosas e inequívocas". Pero lo que oímos no es, necesariamente un agregado aleatorio de los aspectos físicos - acústicos.En la medida en que estemos tratando respuestas fisiológicas, como ser frecuencia de impulsos nerviosos, amplitud de 'piel de gallina' o incremento de frecuencia cardíaca, las mediciones también pueden ser formuladas de manera rigurosa, inequívoca. Pero en psicoacústica ¿cómo definir y medir las sensaciones subjetivas de altura, sonoridad o -para hacerlo aún más difícil- la magnitud que representa la urgencia por resolver una melodía en la tónica? (Roederer, 1997:18).
En este caso, también deberíamos considerar a los colores de un objeto o una pintura como subjetivos y aleatorios, variables para cada individuo, y por lo tanto indignos de estudio con el pretexto de que también ellos son el efecto psicológico de fenómenos físicos vibratorios. (Chion, 1999:62).
Queda claro que la posición frente al conocimiento a la que dirige sus críticas Chion (siguiendo a Schaeffer) en la cita precedente, requiere presuponer un sujeto separado del objeto. Schaeffer se enfrentará entonces a este paradigma de disyunción entre el sujeto y el objeto (15). Una prueba de ello es que, ya en las primeras páginas del Tratado, escribe: "Hallaremos a lo largo de esta obra la crítica a una fe demasiado ingenua en el llamado mundo exterior..." (Schaeffer, 1988:23).
Si no se discute el acuerdo que hay acerca de los colores de un objeto, ¿por qué se duda del acuerdo que puede haber, al evaluar a un sonido como rugoso o liso, brillante u opaco? ¿Es posible ser "objetivos" al intentar clasificar y describir los sonidos con independencia de los datos físicos?
Claudio Eiriz - Licenciado en Ciencias de la Educación y Psicopedagogo (UNLZ). Postgraduado en Semiología de la Música (UBA). Percusionista en la Orquesta Sinfónica de Avellaneda. Docente de la Facultad de Diseño y Comunicación de la Universidad de Palermo.
Notas
11. Morin hace referencia a la célebre experiencia del perro de Pavlov.
12.
Dirá por ejemplo, que ante un mismo estímulo, una repetición de
impulsiones a la que se le altera progresivamente la frecuencia, será
escuchada por el sujeto primero como ritmo, luego como grano y por
último como altura. Según escribe Schaeffer, no hay una continuidad
entre el estímulo (por ejemplo, aumento de la frecuencia de impulsos) y
aquello que se oye, "Entonces podemos decir que en el hombre el mismo
tipo de causas no produce el mismo tipo de efecto" (Schaeffer,
1998:113).
13. Con oír, escuchar, entender y comprender hago alusión a
la teoría de las posiciones de escucha que elabora Schaeffer de las que
hablaré más adelante.
14. Ontología newtoniana aquí es sinónimo de paradigma de la simplificación.
15.
Mientras redactaba este artículo tuve la suerte de hallar un excelente
trabajo acerca de la teoría de Pierre Schaeffer de Rael Bertarelli
Gimenes Toffolo y André Luiz Gonçalves de Olivera. Los autores plantean
una reformulación de los trabajos schaefferianos a partir de un nuevo
paradigma. "Los estudios realizados acerca de la percepción en
diferentes áreas como la biología (fisiología), o la psicología, o
también la filosofía vienen recibiendo contribuciones a lo largo de los
últimos 50 años que apuntan al desenvolvimiento de un nuevo paradigma,
distinto de aquel denominado procesamiento de información originario de
la concepción dualista - cartesiana del mundo". ( Toffolo, Olivera,
2005:5). Las ideas de Toffolo y Olivera, más allá de algunas sutiles
diferencias, parecerían estar muy cercanas a las que expongo en este
artículo.
Continúa en "El Oído Tiene Razones que la Física No Conoce IV: Teoría de las Escuchas"
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