Empezamos la semana con un disco magnífico, y prácticamente premonitorio. En 1992, Roger Waters entregó al mundo una nueva obra. Un disco con su mirada particular sobre distintas situaciones que le toca vivir a las personas dentro de la sociedad: consumo, el rol de los medios de comunicación, las guerras, etc. Una mirada ácida sobre el capitalismo y las relaciones entre los seres humanos. Un trabajo casi olvidado por el mercado aunque elogiado por el público y la crítica, muchos (incluso Waters) lo definen como una de sus mejores obras: una lúcida mirada a nuestra sociedad estúpida obsesionada con el entretenimiento, una cultura obsesinada por la pantalla, una obra artística muy comprometida que bien podría ser parte de nuestra sección titulada "Manual de Zonceras del Arte Despolitizado" ya que "Amused to Death" toca temas cuya complejidad y urgencia han crecido a lo largo de dos décadas.
Artista: Roger Waters
Álbum: Amused To Death
Año: 1992
Género: Rock progresivo
Duración: 72:31
Nacionalidad: Inglaterra
En 2018, la televisión es sólo una opción de una amplia oferta de distracciones que están disponibles para nosotros a todas horas, en cualquier lugar, cortesía de nuestros portátiles, tablets y smartphones. Con los ojos pegados a las pantallas, los dilemas e injusticias del mundo real pueden apartarse fácilmente de la vista, tanto como para que algunos puedan contemplar al arte simplemente como un pasatiempo, quitándole toda su carga social. El disco tiene más de 20 años, pero la mayor parte de lo que el artista quería decir entonces, lamentablemente continúa siendo no solo pertinente hoy en día, sino incluso incluso es más relevante hoy en cuanto a nuestra situación como personas hipnotizadas por la pantalla supera a lo que era en aquel lejano 1992.
El disco trata temas que son naturales en Waters. Éste explota la idea de un mono contemplando un aparato de televisión y sacando conclusiones a partir de ello, mostrando así la estupidez humana desde un punto de vista irónico. Allá por 1992, Roger Waters compuso esta serie de canciones sobre el consumo y la violencia inspiradas por un libro de Neil Postman y las reverberaciones de la Guerra del Golfo. El disco se tituló "Amused to Death" y, a pesar de la guitarra de Jeff Beck y la buena devolución de la crítica especializada, no anduvo bien en las ventas y ni siquiera fue presentado en vivo.
Un ambicioso trabajo musical en el que participan una lista estelar de músicos, unidos en un disco parido en una etapa especialmente productiva dentro de la carrera solista del ex Pink Floyd. Canciones con peso y que marcaron una época. El título del álbum está basado en el libro "Amusing Ourselves to Death", (1985), del escritor, profesor y sociólogo Neil Postman. Una dura crítica sobre el mundo de los medios de comunicación, en especial la televisión.
Hay que recaolcar que hace tiempo algún cabezón lo dejó en la biblioteca de discos para reseñar, y bué, seguro que ninguno de los reseñadores habíamos tenido el tiempo para hacerlo, pero no lo podemos dejar más tiempo afuera, sin publicar en el blog cabezón, así es que ahora continuamos con esta pequeña antología osbre la obra de Waters.
El álbum, que se publicó hace veintitrés años, no ha perdido su mensaje, tal y como se previó hace más de dos décadas, y parece más bien un trabajo de anticipación en los noventa que se amolda a la perfección a la situación político social de la actualidad. Luego de todos estos años, los temas que planteó Waters en "Amused to Death" siguen vigentes: "El consumo, las guerras siguen ocupando gran parte de los diarios. La gente está muy pendiente de sus celulares buscando información sin prestarle atención a los hechos que suceden a su alrededor".
En palabras del propio Waters: "Recuerdo ese álbum que hice hace más de veinte años y la mayor parte de lo que entonces tenía que decir todavía, lamentablemente, está relacionado con la actualidad y es, incluso, más relevante en nuestra situación como personas en 2015 que en 1992". Un disco que parece premonitorio, ya que desde la complejidad de su estética sonora y conceptual, logra hacer una crítica a la sociedad y al "letargo" en el que algunas veces se vive la realidad. Ilustra el asenso y declive de la humanidad a manera de metáfora. Un ejemplo de ello es un track como "Perfect Sense. Part II", en el que una voz, como si fuera una narración deportiva y animosa, describe un ataque, sí, así a secas, un ataque a la conciencia del receptor, el televidente, el dócil espectador de la pantalla. Y esta es sólo una referencia de las múltiples que se encuentran en la hora y 13 minutos que componen el disco.
El álbum está producido por el propio Roger y se trata de un trabajo ambicioso en el que participaron muchos músicos consagrados, entre los que cabe citar al legendario Jeff Beck, o al cantante Don Henley (Eagles), entre otros. Por suerte, el disco generó un sinfín de comentarios, por supuesto todos mucho mejor de lo que en mi vida puedo crear yo, así que me voy a remitir a algunos de ellos...
Ya todos saben que hace casi una semana vino Roger Waters a Chile como parte de su gira The Wall y dio pedazo de espectáculo. No, no cito un cliché, el tipo DIO-EL-SHOW. Puede que Waters no sea Pink Floyd, que nunca haya sido el mejor bajista del rock ni un gran cantante, pero tiene un gran talento como letrista y ni siquiera cuando se separó del grupo en 1984 perdió su toque de humor negro, crítica social e introspección. Ahora bien, sé que esta gira no es más que la muestra de una estrella de rock recogiendo los frutos imperecederos de sus viejas glorias, pero por lo menos se nota que Waters aprovecha los millones que ha ganado a lo largo de su carrera como miembro de Pink Floyd y como solista, porque la magnificencia del escenario solo puede compararse con la de su anterior gira con la banda en el 81 (la misma que los llevó a perder millones y de la que solo el difunto Richard Wright pudo sacar provecho al estar como músico de sesión). Todo, desde la pantalla que ocupaba practicamente la mitad del Estadio Nacional, con proyecciones 3D y un muro que poco a poco se levantaba, hasta los efectos semi-Pink Floyd como el avión y la pantalla del medio, sirven como una lección para enseñar que el rock no solo debería estar en los solos de guitarras y los estadios llenos, sino también en una presentación bien lograda y en el concepto.
Hablando del concepto, algo que se hizo obvio fue que el concepto detrás de The Wall pasó de ser una historia sobre aislamiento personal, vicios y autoanálisis a una crítica al consumismo, las guerras, los dogmas y la insensibilidad de la sociedad contemporánea en todos estos ámbitos. Mientras pasaba todo ese desfile simbólico por los ladrillos del muro no pude dejar de pensar en el penúltimo trabajo de Waters como solista: Amused to Death.
En 1992 las cosas no iban muy bien en materia internacional: Había pasado un año de la primera Guerra del Golfo y nada en Medio Oriente se había solucionado; las cosas en Bosnia y Herzegovina empezaban a caldearse, comenzando los primeros brotes de la guerra que llenaría las pantallas en los próximos años; los problemas raciales de Estados Unidos se hicieron más evidentes con los disturbios de Los Angeles; mientras que en Chile se avanzaba poco o nada en cuanto a poner tras las rejas a quienes estuvieron al mando por más de 20 años asesinando a quien se atreviera a "mover una sola hoja". En ese escenario tan gris y deprimente, Roger tomó unas canciones que había escrito en la época del Radio KAOS, las actualizó, sumo otras y voilá, un disco conceptual nuevo. El tema era la situación actual vista desde otro prisma, desde el de una sociedad que consideraba la guerra como un deporte más, con apuestas y transmisiones en vivo, mezclado con hechos anteriores, como las protestas en la plaza de Tiananmen, la Primera guerra mundial, tele-evangelistas hambrientos de billetes y esa pregunta que más de uno se habrá hecho: ¿Donde esta Dios en todo esto? ¿Que mierda hace mientras nos volamos nos sesos? ¿De que lado está? Según los judios, del suyo; según los alemanes, con ellos; según los franceses, combatía a su lado; según los talibanes, está con ellos; según Nietzche, de ningún lado porque ya murió; para muchos, se reencarnó en dólares, euros, pesos, yuans y yenes.
Retomando lo de la idea tras el disco, el concepto consiste en un gorila viendo tele en su jaula, haciendo zapping entre noticias y programas de concurso. Al principio (The Ballad of Bill Hubbard) y al final de la última canción (Amused To Death) se oye una entrevista a Alfred Razzell, veterano británico de la Primera guerra mundial y sobreviviente de la Batalla del Somme, una de las más sangrientas y lentas que se libraron en el frente francés. Recordemos que, a diferencia de la segunda y las guerras posteriores a esta, el frente europeo consistió en líneas de trincheras que avanzaban y retrocedían dependiendo de quien fuera el bigotón bebedor de té al mando, así que toda victoria era inútil a menos que se pudiera conservar la línea sin que una horda de alemanes, ingleses o gringos mande a la mierda todo el sacrificio inútil de vidas. Algo que volvió legendarias y temidas a las trincheras era el terreno baldío que separaba una línea aliada de otra de la entente, conocida como la "tierra de nadie", franja de tierra y barro salpicada por minas, cráteres de mortero y alambres de púas . Fue en este lugar donde "Alf" Razzell, retirando los documentos de los caídos en acción, se encontró con su viejo compañero de armas William Hubbard herido de gravedad, con un agujero enorme en su costado por el que se podían ver sus visceras. Al ver a su compañero en estas condiciones y con vida, Razzell lo tomó y lo llevó a cuestas a través de tierra de nadie, sorteando agujeros de impacto, cadáveres y el caos de la batalla; mas Bill sabía que no sobreviviría así que le urgió a dejarlo ahí, en tierra de nadie, y que se salvase él solo. El dolor de Bill no le permitiría seguir avanzando junto a Alf y él lo sabía, por lo que lo siguió su camino y llevó en su memoria el peso la culpa de abandonar a un compañero. Años mas tarde, Alfred volvió a Francia para visitar el Memorial que honra a quienes cayeron en la Batalla de Arres y su conciencia volvió a respirar tranquila al ver que William Hubbard nunca fue olvidado, pues su nombre estaba ahí junto a los hombres que no vieron el final de "la guerra que pondría fin a todas las guerras" (estúpidas promesas de políticos). Ese epílogo es el que se escucha al final de Amused to Death.
Hablando del final, esta última canción habla sobre el fin mismo de la humanidad (¿guiño a The Final Cut? nah, solo un afán por describir un apocalipsis autoprovocado) pero en el que nos vamos riendo, "disfrutando" frente a la pantalla mientras a nuestro alrededor la sociedad y el mundo mismo se desmoronan. Ya muertos todos nos visitan investigadores extraterrestres, buscando saber que pasó con lo que alguna vez fue un planeta lleno de actividad. Entonces el capitán responde "esta especie se divirtió hasta la muerte". En resumen, los conflictos bélicos y otros problemas del mundo nos parecen tan lejanos vistos a través del viejo cajón de rayos catódicos que nos olvidamos que nadie es ajeno a ellos, y que nunca están muy lejos.
Alsophocus
Bueno, no creo que hayan llegado a leer hasta aquí, y si lo hicieron no creo que tengan ganas de seguir leyendo, si ese fuese el extraño caso, pueden buscar en la res y seguro va a aparecer algo (que la pantalla sirva para algo interesante!) pero por mi parte, ya terminamos esta entrada. Espero que disfruten el disco!!!!
por cierto,
Lista de Temas:
1. The Ballad Of Bill Hubbard
2. What God Wants (Part 1)
3. Perfect Sense (Part 1)
4. Perfect Sense (Part 2)
5. The Bravery Of Being Out Of Range
6. Late Home Tonight (Part 1)
7. Late Home Tonight (Part 2)
8. Too Much Rope
9. What God Wants (Part 2)
10. What God Wants (Part 3)
11. Watching TV
12. Three Wishes
13. It's A Miracle
14. Amused To Death
Alineación:
- Roger Waters / vocals, bass, 12-string & acoustic) guitars, synth, composer & co-producer
With:
Jeff Beck - Guitar
Rita Coolidge - Vocals
Don Henley - Vocals
Michael Kamen - Arranger, Conductor
John Patitucci - Bass, Bass (Electric), Guitar (Electric), Bass (Upright)
Andy Fairweather-Low - Guitar (Acoustic), Guitar, Guitar (Electric), Guitar (Rhythm), Vocals, Vocals (bckgr), Guitar (12 String)
Geoff Whitehorn - Guitar
National Philharmonic Orchestra
Jerry Jordan - Engineer
Marv Albert - Voices
P.P. Arnold - Vocals
Haydn Bendall - Engineer
Kenneth Bowen - Conductor
Andy Bradfield - Assistant Engineer
Graham Broad - Percussion, Drums
John Brundrick - Organ (Hammond)
John "Rabbit" Bundrick - Organ
Brian Burrows - Assistant Engineer
Doreen Chanter - Vocals, Vocals (bckgr)
B.J. Cole - Guitar (Steel)
Luis Conte - Percussion
N'Dea Davenport - Vocals, Vocals (bckgr)
Rick DiFonzo - Guitar
John Dupree - Arranger, Conductor, String Arrangements
Denny Fongheiser - Drums
Linsey Fiddmont - Vocals
Lynn Fiddmont - Vocals (bckgr)
Charles Fleischer - Voices
Bruce Gaitsch - Guitar (Acoustic), Guitar
Nick Griffiths - Producer, Engineer
James Guthrie - Mixing
James Haas - Vocals (bckgr)
Jim Haas - Vocals
Natalie Jackson - Vocals, Vocals (bckgr)
James Johnson - Bass
Jon Joyce - Vocals, Vocals (bckgr)
Katie Kisoon - Vocals (bckgr)
Artista: Roger Waters
Álbum: Amused To Death
Año: 1992
Género: Rock progresivo
Duración: 72:31
Nacionalidad: Inglaterra
En 2018, la televisión es sólo una opción de una amplia oferta de distracciones que están disponibles para nosotros a todas horas, en cualquier lugar, cortesía de nuestros portátiles, tablets y smartphones. Con los ojos pegados a las pantallas, los dilemas e injusticias del mundo real pueden apartarse fácilmente de la vista, tanto como para que algunos puedan contemplar al arte simplemente como un pasatiempo, quitándole toda su carga social. El disco tiene más de 20 años, pero la mayor parte de lo que el artista quería decir entonces, lamentablemente continúa siendo no solo pertinente hoy en día, sino incluso incluso es más relevante hoy en cuanto a nuestra situación como personas hipnotizadas por la pantalla supera a lo que era en aquel lejano 1992.
Amused to Death es un álbum unipersonal del bajista y compositor de Pink Floyd Roger Waters. El disco fue editado en 1992 y no fue seguido de una gira, por lo que las primeras representaciones en vivo de estas canciones fueron en la gira In the Flesh (1999-2002). El disco fue un éxito en su crítica y es considerado por muchos como el mejor disco de Roger Waters como solista. El disco trata temas que son naturales en Waters, como las críticas a la guerra y a la sociedad consumista.Wikipedia
Éste explota la idea de un mono contemplando un aparato de televisión y sacando conclusiones a partir de ello, mostrando así la estupidez humana desde un punto de vista irónico. El álbum tiene un sonido claro y letras muy elaboradas, acompañadas por la guitarra de Jeff Beck, que se destaca en "The Ballad of Bill Hubbard", "What God Wants", "The Bravery of Being out of Range" y "Three Wishes". Se destaca en el disco "Amused to Death", "It´s a Miracle" y sobre todo la ópera prima del disco "Perfect Sense". Las ventas no lo acompañaron del todo y el hecho de que no fuese acompañado de una gira se puede explicar por la decepción de las giras anteriores, ya que Waters no era muy conocido fuera de Pink Floyd. Waters tiene un cariño especial por este disco, al que considera al mismo nivel que "The Wall" o "The Dark Side of the Moon" según su comentario emitido en una entrevista concedida a la BBC en el programa HARDTalk del 19/09/2013.
El disco trata temas que son naturales en Waters. Éste explota la idea de un mono contemplando un aparato de televisión y sacando conclusiones a partir de ello, mostrando así la estupidez humana desde un punto de vista irónico. Allá por 1992, Roger Waters compuso esta serie de canciones sobre el consumo y la violencia inspiradas por un libro de Neil Postman y las reverberaciones de la Guerra del Golfo. El disco se tituló "Amused to Death" y, a pesar de la guitarra de Jeff Beck y la buena devolución de la crítica especializada, no anduvo bien en las ventas y ni siquiera fue presentado en vivo.
Un ambicioso trabajo musical en el que participan una lista estelar de músicos, unidos en un disco parido en una etapa especialmente productiva dentro de la carrera solista del ex Pink Floyd. Canciones con peso y que marcaron una época. El título del álbum está basado en el libro "Amusing Ourselves to Death", (1985), del escritor, profesor y sociólogo Neil Postman. Una dura crítica sobre el mundo de los medios de comunicación, en especial la televisión.
"Nosotros tenemos una gran cantidad de información disponible a través de una gran cantidad de medios. El problema no es ya cómo acceder a la información sino cómo controlar, cómo hacer un buen uso de la información".Neil Postman
Hay que recaolcar que hace tiempo algún cabezón lo dejó en la biblioteca de discos para reseñar, y bué, seguro que ninguno de los reseñadores habíamos tenido el tiempo para hacerlo, pero no lo podemos dejar más tiempo afuera, sin publicar en el blog cabezón, así es que ahora continuamos con esta pequeña antología osbre la obra de Waters.
El álbum, que se publicó hace veintitrés años, no ha perdido su mensaje, tal y como se previó hace más de dos décadas, y parece más bien un trabajo de anticipación en los noventa que se amolda a la perfección a la situación político social de la actualidad. Luego de todos estos años, los temas que planteó Waters en "Amused to Death" siguen vigentes: "El consumo, las guerras siguen ocupando gran parte de los diarios. La gente está muy pendiente de sus celulares buscando información sin prestarle atención a los hechos que suceden a su alrededor".
En palabras del propio Waters: "Recuerdo ese álbum que hice hace más de veinte años y la mayor parte de lo que entonces tenía que decir todavía, lamentablemente, está relacionado con la actualidad y es, incluso, más relevante en nuestra situación como personas en 2015 que en 1992". Un disco que parece premonitorio, ya que desde la complejidad de su estética sonora y conceptual, logra hacer una crítica a la sociedad y al "letargo" en el que algunas veces se vive la realidad. Ilustra el asenso y declive de la humanidad a manera de metáfora. Un ejemplo de ello es un track como "Perfect Sense. Part II", en el que una voz, como si fuera una narración deportiva y animosa, describe un ataque, sí, así a secas, un ataque a la conciencia del receptor, el televidente, el dócil espectador de la pantalla. Y esta es sólo una referencia de las múltiples que se encuentran en la hora y 13 minutos que componen el disco.
El álbum está producido por el propio Roger y se trata de un trabajo ambicioso en el que participaron muchos músicos consagrados, entre los que cabe citar al legendario Jeff Beck, o al cantante Don Henley (Eagles), entre otros. Por suerte, el disco generó un sinfín de comentarios, por supuesto todos mucho mejor de lo que en mi vida puedo crear yo, así que me voy a remitir a algunos de ellos...
¿Qué tan real son las imágenes de televisión? Roger Waters, ex bajista/cantante/compositor de la superbanda británica Pink Floyd, responde a esta pregunta en su álbum Amused To Death. Lanzado en 1992, esta obra musical elegante y hermosa de 72 minutos lleva al oyente a un viaje por la mente de Waters, y examina las imágenes que se muestran todas las noches en la televisión.Sigma 6
¿Qué hace la televisión a nuestra visión de la vida? ¿Qué le está haciendo esta máquina a nuestra sociedad? Imágenes. Imágenes. Imágenes. Contemplar imágenes parpadeando rápidamente ante tus ojos en el infinito. ¿Qué tienen estas imágenes?
El álbum comienza y termina con un viejo contando la historia de la muerte del soldado William Hubbard de los Fusileros Reales. La historia de este hombre de la tragedia en los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial es una en la que ninguna fotografía, y ciertamente ninguna cinta de vídeo, existe. Este es el tipo de historia contada a través de palabras -un abuelo hablando con su nieto. Si la historia humana ha de ser contada a través de la televisión, este tipo de historias se desvanecerá. Al final del álbum, la voz del narrador se desvanece en un campo de grillos. "The Ballad of Bill Hubbard" (La balada de Bill Hubbard) es extremadamente importante para la continuidad del álbum de Waters. Demuestra que la televisión puede mostrar muchas cosas, pero no todo. Un mundo que se basa sólo en la televisión para obtener información no tendrá en cuenta otros tipos de conocimiento.
En la siguiente canción, "What God Wants" (Lo que Dios quiere), Waters intenta listar las cosas que la televisión puede mostrar: la bondad, el caos, la paz, la guerra, el hambre, las cadenas de tiendas, el sexo, la libertad, el crack, los inmigrantes ilegales, la ley, los santuarios, el vudú, el crimen organizado, las ciudades pequeñas, el oro, la política, la fama, la amistad, el dinero, la pobreza, etc. Todas estas cosas existen en el mundo, y existen en la televisión. Pueden verse fácilmente en una sola sesión de cuatro horas cada noche en frente del tubo. "What God Wants" se divide en tres partes, y en cada sección, la música repetidamente crece con la letra: "Lo que Dios quiere, Dios lo obtiene, Dios ayúdanos a todos." Sarcásticamente, insinúa Waters que las cosas que Dios quiere son las cosas que aparecen en la televisión.
En cada parte de "What God Wants", el canto musical es algo preocupante. Sin embargo, Waters no está tratando de promover la blasfemia con esta letra, sino de invocar el pensamiento acerca de si la televisión realmente retrata el mundo de una buena manera - la manera en que Dios quisiera.
"Esta canción fue escrita, supongo, como una especie de respuesta irritable a la idea de que Dios puede estar del lado de alguien y no del lado de otra persona", dijo Waters en el programa de radio Westwood One después del lanzamiento del álbum. "Si Dios existe, mi sospecha es que él no le interesa si los demócratas o los republicanos ganan las próximas elecciones o si sería bueno o malo para los aliados ir a bombardear Bagdad en este momento, o cualquiera de estas preguntas. Su mente está en otras cosas. Y eso es de lo que esta canción trata, es sobre el carácter absurdo de la adhesión de las personas a la idea de que Dios puede ser incorporado a nuestro lado."
Operación Tormenta del Desierto, la guerra de 1991 contra Irak por invadir el país de Kuwait, es la base de las siguientes canciones, "Perfect Sense", "The Bravery Of Being Out Of Range" y "Late Home Tonight." Esta guerra comenzó y terminó en la CNN (Cable News Network); y puso en marcha a esta estación para ser una de las organizaciones de noticias más importantes de la televisión en el mundo. En una canción Waters canta:
And the Germans killed the JewsEn otra canción, canta:
And the Jews killed the Arabs
And the Arabs killed the hostages
And that is the news
And is it any wonder
That the monkey's confused
Y los alemanes mataron a los judíos
Y los judíos mataron a los árabes
Y los árabes mataron a los rehenes
Y esa es la noticia
Y no es de extrañar
Que el mono esté confundido
Hey bartender over here
Two more shots
And two more beers
Sir, turn up the TV sound
The war has started on the ground
Just love those laser guided bombs
Oye cantinero aquí
Dos tragos más
Y dos cervezas más
Señor, suba el sonido de la TV
La guerra ha comenzado en el campo de batalla
Me encantan esas bombas guiadas por láser
Ver una guerra desarrollarse en la televisión es, sin duda, un fenómeno nuevo. En el medio de la televisión, una guerra es sólo como cualquier otro programa. Junto con los disparos de misiles están los coloridos gráficos en 3D y sonidos buenos. La realidad es eliminada. "Gracias a la televisión, observamos un turbio misil mostrado desde el techo de un hotel de Bagdad, y no aprendemos nada más de lo que podemos ver con nuestros propios ojos", dijo Waters a la revista Billboard en 1992. "Ahora [el presidente] Bush está comprando la idea del año electoral de invadir Irak otra vez y es siempre el mismo espectáculo barato y deshonesto."
En el álbum, Waters equipara una guerra televisada con un partido deportivo. Marv Albert, la voz de la NBA (National Basketball Association), hace el relato.
En todo Amused To Death, Waters ataca a los programas de televisión de noticias como frívolos. La canción "What God Wants, Part III" termina con la letra:
And the network anchor persons lieLa guerra televisada se puede apagar y ser olvidada al igual que cualquier otro programa. "Creo que sería muy bueno si todos los seres humanos en el mundo, como su derecho, tuvieran un canal de noticias que no venda copos de maíz", dijo Waters en Westwood One. "Que su deber fuera recoger información y difundirla sin importarle si eso le ayuda a vender copos de maíz o no. A quien no le importe lo que diga el rating y que no este interesado en poner algo que tenga que competir con un programa de juegos o una repetición de Happy Days."
And the soldier's alone
In the video zone
But the monkey's not watching
He's slipped out to the kitchen
To pile the dishes
And answer the phone
Y los presentadores de la cadena mienten
Y el soldado está solo
En la zona de vídeo
Pero el mono no está mirando
Se deslizó a la cocina
Para apilar los platos
Y contestar el teléfono
El título de Amused To Death proviene de un libro de un profesor de la Universidad de New York, Neil Postman, titulado Amusing Ourselves To Death (Divirtiéndonos hasta la muerte). En el libro, Postman relata cómo la información ha cambiado desde la edad tipográfica a la era de la televisión. "La televisión se ha convertido, por así decirlo, en la radiación de fondo del universo social e intelectual", escribió Postman. "El residuo imperceptible de la gran explosión electrónica de un siglo, tan familiar y tan bien integrado con la cultura norteamericana que ya no oyes su silbido tenue en el fondo o ves el parpadeo de color gris claro."
El libro de Postman, aunque suena un poco a sermón, hace un buen trabajo mostrando los cambios en la cultura americana con la llegada de la televisión como la fuerza de los grandes medios. El efecto más grande es que las imágenes han reemplazado pensamiento. Mostrar a alguien pensando no se ve bien en la televisión. "La duración media de una toma en la televisión es de sólo 3,5 segundos, por lo que el ojo nunca descansa, siempre tiene algo nuevo que ver ", dice Postman en su libro.
"La televisión ofrece a los espectadores una variedad de contenido, requiere de habilidades mínimas para comprender, y está principalmente dirigido a la satisfacción emocional. Incluso los comerciales, que algunos consideran como una molestia, son exquisitamente elaborados, siempre agradables a la vista y acompañados por música emocionante."
"Es la naturaleza del medio que se deba suprimir el contenido de las ideas con el fin de satisfacer las necesidades de interés visual", dice Postman. "Es decir, para dar cabida a los valores del mundo del espectáculo."
Este es uno de los puntos principales presentados en ambas obras de Postman y de Waters: Toda la televisión es entretenimiento, incluso las noticias.
La letra de la canción que da título al álbum de Waters describe una maravillosa explicación musical de la cultura creada por la televisión: una cultura preocupada por Jessica Hahn y Melrose Place, con el consumismo, niños amontonados mirando el tubo, y la necesidad de estar constantemente entretenidos.
"Tuve en un momento dado esta imagen bastante deprimente de una criatura alienígena viendo la muerte de este planeta y descendiendo en sus naves espaciales y husmeando y encontrando todos nuestros esqueletos sentados en torno a nuestros televisores", dijo Waters al L.A. Times.
"Llegan a la conclusión de que nos entretuvimos hasta la muerte... la televisión, cuando se convierte en comercial y con ánimo de lucro, tiende a trivializar y deshumanizar nuestras vidas. Así que empecé a interesarme en esta idea de la televisión como una espada de dos filos; que puede ser un gran medio para difundir información y la comprensión entre los pueblos, pero cuando se trata de una herramienta de nuestra adhesión servil a la filosofía tradicional que el libre mercado es el Dios ante el que todos debemos inclinarnos, es un medio muy peligroso".
Tengo que reconocerlo: siempre se me hace raro acercarme a las producciones en solitario de miembros de grandes bandas. Pero siempre que lo he hecho me he encontrado con un material, si bien no superior, al menos a la misma altura de las joyas más elevadas de la banda en conjunto.raulsangonzalo
Esta vez le toca a Roger Waters, uno de los más conocidos, y a la vez más olvidados, músicos de la música contemporánea, frontman de la estelar banda Pink Floyd durante más de 20 años. Como bien es sabido, las constantes disputas con David Gilmour sobre el liderazgo y el estilo a seguir, desembocaron en que Waters abandonase el grupo para comenzar su carrera en solitario tras “The Final Cut“.
Y cuando uno piensa que Pink Floyd era lo más sublime que había escuchado, aparece la egregia figura de Waters, un tipo que lejos de hacer música por el mero arte de componer, genera una obra conceptual, mezclando música, poesía e imagen en un todo, como ya demostró en “The Wall“. Y ahí reside, en mi opinión, una de las principales diferencias con Gilmour, al profundizar mucho más en la psique y las relaciones humanas que componen el día a día de la sociedad occidental, de ahí la multitud de referencias a la cultura en forma de pequeñas citas, frases sueltas o sonidos que colorean la escucha de su música.
Así, “Amused to Death“, lanzado en 1992, convierte a Roger Waters en un moderno Aldous Huxley o Ray Bradbury que, preocupado por las cuestiones sociopolíticas, se dispone a retratarlas musicalmente de una forma satírica e irónica. Un disco que, tras más de 20 años de su lanzamiento, y su reedición en 2015, como los autores anteriormente mencionados, continúa siendo de total actualidad. Además ha sido ganador del Grammy al Mejor Álbum con un Sonido Envolvente en 2016.
El disco se compone de 14 temas, con varias canciones divididas en varias partes. En la producción del mismo Roger Waters se rodeó de músicos excepcionales como Patrick Leonard, Steve Lukather o Jeff Beck. Y es que Jeff Beck supo, en su momento, ocupar a la perfección el viaje auditivo al que David Gilmour nos embarcaba en el pasado. Como verdadero padre del virtuosismo de la guitarra moderna, aporta sus raíces blueseras y sus notas cantarinas a la mayor parte del disco.
Comenzando con “The Ballad of John Bill Hubbard”, nos adentramos en la odisea wateriana, un verdadero retrato de las penurias a las que se enfrentó el mencionado soldado, bajo una atmósfera armónica triste y melancólica que no hace más que describir la futilidad de la guerra, terminando con la voz de un niño que disfruta viendo la retransmisión de las matanzas en la TV, advirtiendo su indiferencia a la misma y proclamando que sólo es el visionado de la misma lo que le genera disfrute y diversión. Alguien vería aquí la irrupción de una juventud ciega e indiferente, que se pierde en los mundos virtuales de los juegos de guerra.
Continuando con “What God Wants”, la primera parte del tema se abre, con un aire fresco y bluesero, en el que Dios es el eje principal del tema, eje principal de las mayores contradicciones de la sociedad actual. Al mismo tiempo, los bends y double-stops de Jeff Beck nos atacan, nos zarandean, nos convulsionan, como las religiones han hecho con los impíos y los pecadores a lo largo de la historia.
“Perfect Sense”, una balada que nos hace cerrar los ojos bajo el cielo estrellado de la canícula, con el sonido de los grillos en el fondo. Una oda a la vanidad del hombre. El susurro que se esconde tras las lágrimas, desgracias y calamidades que han provocado los gobiernos en forma de guerras y por dinero, verdaderos ejes vertebradores del siglo XX.
Siguiendo con el quinto tema del disco, se abre “The Bravery of Being Out of Range”, un tema más rockero y sosegado, con el que Waters ironiza sobre la mente del soldado en el campo de batalla.
“Late Home Tonight” es uno de esos temas, muy en la línea de “Goodbye Blue Sky” de “The Wall”, donde un reivindicado y molesto Roger Waters, se queja del ritmo de vida actual, caracterizado por el reflejo de unas Ray Ban, las imágenes de guerra, los cánones del cuerpo perfecto femenino en revistas y la vuelta a casa de un piloto d guerra. Todo esto bajo una atmósfera relajada y de reflexión, acompañada por el tocar de unos arpegios de guitarra.
“Too much Rope” es una imagen, desde otro ángulo distinto, de lo que gira alrededor nuestro. Con una sonoridad muy similar al The Wall, Roger Waters nos hace testigos de la grandeza de su música y sus palabras, bajo ese aire de seriedad y blues al mismo tiempo, que no hace más que servirse de él para darle un tono más sarcástico al tema.
Llegando al ecuador del disco vuelve de nuevo “What God Wants” con su segunda y tercera parte. Tanto lo que representa la letra de la canción como la música generan, en mi opinión, el punto más álgido y emotivo del álbum. Comenzando como un acto de protesta, el antiprofeta Roger Waters ataca contra Dios para así, en la siguiente parte, encontrarnos con nuestro alma gritando por la libertad. Un grito que se convierte en uno de los solos más conmovedores y espirituales de Jeff Beck, que nos obliga a cerrar los ojos y pensar en qué nos hemos convertido, en preguntarnos dónde reside nuestra humanidad y nuestra conciencia sobre el mundo, que ha quedado encerrada en un universo de pasión, vanidad y rutina autoimpuestos.
“Watching TV”, con un estilo acústico al que ya nos acostumbraron Pink Floyd en el pasado con el “Animals” o “Wish You Were Here”, Roger Waters se sirve de una frialdad exquisita para criticar la forma en que los medios de comunicación retrataron ciertas protestas en China en 1989, un tema que, sin duda es de total actualidad. La televisión, o los medios de comunicación, verdaderos profetas de la realidad social en el siglo XXI. ¿Realmente habla de la muerte de una chica o de la muerte de la libertad?
La siguiente pieza, “Three Wishes” se destaca como una de las más maduras del disco y de la carrera de Waters; una canción cuyo dramatismo implícito es desgarrador cuando se presta atención a la letra: la concesión de tres deseos por el genio que, no son más que los gritos callados y reprimidos por los efectos de la guerra, de nuevo, lanzados a los cuatro vientos por la mano de Jeff Beck.
Acercándonos al final del álbum, “It’s a Miracle” se desgaja lentamente con unos acordes de sintetizador y los susurros de Roger. Una descripción de la orgía universal de “El Jardín de las Delicias”, un milagro, dice Waters, que la humanidad se haya civilizado. Civilización que describe demasiado ácidamente cómo para describirla aquí. De nuevo y, paradójicamente, parece hablarnos la voz de un Dios antiguo que se ríe de nuestro ímpetu en conseguir la perfección siendo seres imperfectos. Como toque final, el que fuera miembro de Pink Floyd descarga una lluvia de balas sobre Andrew Lloyd Webber, por haber plagiado una sección del “Echoes” para El Fantasma de la Ópera. Ingenioso. Vengativo. Desgarrador. Maravilloso.
Por último, “Amused to Death”, tema que da nombre al álbum es otra de esas baladas en tono mayor con armonías al que Roger Waters nos tiene ya acostumbrado. El broche final a un disco de pesadillas coloreadas por los mass media que nos deja en el cuerpo un cierto malestar, el mismo malestar que sentimos al contemplar los restos de una humanidad arrogante y ambiciosa en una buena obra de ciencia ficción.
Es por eso que Roger Waters se destaca como un autor de ciencia ficción del más alto nivel, lanzando estocadas de ideas y emociones con un lenguaje sencillo, sincero y directo. Algunos dicen que es podría haber sido el mejor álbum que Pink Floyd nunca lanzó. A mí me parece distinto. La música de Roger Waters es bastante más diferente a lo que Pink Floyd hizo en su momento. Su carácter más crudo y directo, pero a su vez más profundo y con un carácter más político, hace que la escucha de su música sea más compleja, paradójicamente. “Amused to Death” no es un disco de rock progresivo convencional; requiere ser escuchado en un momento de tranquilidad y silencio, cerrando los ojos y maravillándose ante la película sonora a la que vamos a asistir. Un álbum que debería estar en las listas de álbumes top y que, sin embargo, pasa un tanto desapercibido, como tantísimas obras que, al final, resultan ser verdaderas obras maestras.
Luego de separarse del resto de sus compañeros de Pink Floyd, Waters comenzó enseguida a trabajar en sus discos en solitario. Producto de este trabajo sacó discos como ''The Pros And The Cons Of Hiking'' (1984) y ''Radio K.A.O.S.'' (1987), pero todos estos se vieron superados por el increíble ''Amused To Death'', lanzado en 1992 y poseedor tanto del cariño de su creador como de la crítica, siendo uno de los mejores álbumes escritos por Roger Waters, solo siendo superado por ''The Wall'' y ''The Dark Side Of The Moon'', pero sin duda el mejor de su carrera en solitario.Musicólogo Nostálgico
Uno de los grandes dilemas que tuvo Waters al comenzar con este proyecto fue quién se situaría en la guitarra, eligiendo finalmente a Jeff Beck, quién con una larga trayectoria y años de experiencia tocando en The Yardbirds realizó un trabajo notable en el instrumento de cuerdas, demostrando todo su talento en canciones como ''The Ballad Of Bill Hubbard'' y ''What God Wants'', donde deja de manera mas sobresaliente patentada su marca en el disco.
Casi como un álbum conceptual, ''Amused To Death'' se mueve bajo la temática de un mono mirando televisión y absorbiendo todo lo que ésta le dice, opinando todo lo que ésta opina y sacando sus conclusiones a través de ella. Waters explota esta asombrosa idea para criticar a las guerras y al consumismo, críticas muy patentes también en otros discos como ''The Final Cut'' y ''The Wall''.
La grabación de esta excelente pieza musical llevó 4 años (1988-1992), 4 años que definitivamente valieron la pena y sirvieron para darle vida al mejor disco en solitario de Waters hasta la fecha, además de ser ovacionado por la crítica. Lamentablemente, las ventas no fueron proporcionales a la calidad del disco, quizás a la pobre distribución que tuvo éste o a que no fue acompañado por ninguna gira, siendo tocado por primera vez recién en el año 2000 en la gira ''In The Flesh''.
''Amused to Death'' encarna 72 minutos de todo el talento de Roger Waters y de una crítica social tan fuerte como la que se presenta en ''The Final Cut'', un cuadro pintado con todo el ingenio de un artista que supo sobrevivir sin Pink Floyd.
Otra de las partes.... y para muchos la más importante..... es nada más y nada menos que.... Roger Waters.... Dueño de un personalidad difícil.... poseedor de una capacidad a la hora de componer tan impresionante, a la cual sólo queda admirar..... Su carrera solista es dispar.... muchos consideran que nunca alcanzó los picos de creatividad que logró junto a Gilmour y cía.... Lo cierto es que quizás algo de razón tengan esas opiniones.... pero no podemos negar las similitudes entre las estructuras compositivas de la etapa de Floyd con Waters... y este Waters en solitario y su Amused To Death.... A mi parecer un gran disco... donde vemos todos los tics de Roger que tanto les gustan a sus fans... sumando grandes intérpretes, como por ejemplo la guitarra de Jeff Beck en algunos temas....El desarrollo de temáticas de la vida moderna y anti belicistas.... y su voz "atormentada" y expresiva...... Es un disco al que hay que prestarle atención y dejarlo correr varias veces.... y si te pasa como a mí.... pasará a ser parte de tus favoritos....Buffoon
A casi diez años de la disolución formal de Pink Floyd, aunque en realidad la banda había colapsado en la gira de The Wall (1980-81), Roger Waters editó su obra maestra fuera del grupo que formara con su amigo Syd Barret en 1965. Según él mismo dijo, Amused To Death es parte de una trilogía junto a The Dark Side Of The Moon (1973) y The Wall (1979).En el corazón de la noche
Este disco se hizo entre 1988 y 1992, y las sesiones de grabación tuvieron lugar en diez estudios de Inglaterra (Abbey Road incluido) y Estados Unidos. Fue un arduo proceso para terminar esta obra cuyo concepto está basado en la novela de Neil Postman Amusing Ourselves To Death (Entreteniéndonos hasta morir), editada en 1985 y en la cual el autor hace un análisis de la televisión como posible responsable por la eventual muerte de la cultura.
Postman explica brevemente lo analizado en su libro con dos clásicos como ejemplos; 1984 de George Orwell y Un Mundo Feliz de Aldous Huxley: “1984 advierte que seremos vencidos por la opresión impuesta exteriormente. Pero en Un mundo feliz no se requiere un Gran Hermano para privar a la gente de su autonomía, de su madurez y de su historia. Según Huxley, la gente llegará a amar su opresión, y a adorar las tecnologías que anulen su capacidad de pensar.
En este último concepto se basó principalmente Waters para componer este viaje de 73 minutos repartidos en 14 temas en los que la alienación, la guerra, la religión y el consumismo se entrelazan con historias personales casi siempre dolorosas.
El disco comienza y termina con las palabras de un anciano veterano de la Primera Guerra Mundial (Alf Razzell) quien cuenta su desgarradora experiencia en el frente, cuando tuvo que abandonar a su compañero herido en la “Tierra de Nadie” -como se le denominaba a la zona entre líneas enemigas- para poder escapar y sobrevivir.
A su vez, durante el interminable proceso de grabación del disco ocurrieron hechos como la caída del Muro de Berlín y de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la masacre de la Plaza Tiananmen en China, la operación Tormenta del Desierto en Irak y el avance galopante y a esa altura ya sin retorno de la globalización. Estos hitos se suman al concepto original del disco y lo convierten en una pieza interesantísima, que merece un análisis de sus letras y obliga a releer a Orwell, Huxley y por qué no a Bradbury.
“Doctor doctor, ¿qué me pasa? Esta vida de supermercado se está haciendo larga“. Así comienza el tema que le da el título al álbum.
Sin embargo, la música supera a todo este enorme bagaje que Waters volcó en las letras del disco y es lo que convierte a este trabajo en una Obra Maestra. Algunos temas generan un clima shockeante, estremecedor. Piezas como Perfect Sense (partes I y II), What God Wants (parte III) y los dos tracks que cierran el álbum, I’ts A Miracle y Amused To Death, son composiciones con cierto aire altruista y de una belleza e intensidad superlativas.
La inteligencia de Waters pos Pink Floyd para (casi) lograr la misión imposible de reemplazar a David Gilmour es una de sus virtudes: en su debut solista (The Pros and Cons of Hith Hicking, 1984) Eric Clapton estuvo a cargo de la guitarra, mientras que en Amused es Jeff Beck quien a fuerza de solos deslumbrantes realza la profundidad musical del disco.
Por diferentes motivos, no hubo gira luego de la publicación de Amused To Death. Eran épocas en las que el Pink Floyd de Gilmour (junto a Mason y Wright) llenaba estadios y sonaba en las FM, mientras que Waters no lograba masividad. Recién en 2000, con la edición de In The Flesh – Live (CD y DVD en vivo con algunos de los miembros de la banda que grabaron Amused y que todavía hoy lo acompañan) Roger giró por todo el mundo. En el set list de este show sobresalieron temas de Amused, que si bien para muchos puede resultar desconocido, para otros tantos fanáticos de Pink Floyd y de Waters, es considerado lo mejor que hizo desde The Wall a la fecha.
Respecto a su trabajo sin Gilmour, Waters aclara: “La idea de que soy incapaz de crear algo con otra persona que pueda compararse con The Wall, The Dark Side Of The Moon, Wish You Were Here… no sé. No estoy de acuerdo, y la prueba de ello es Amused To Death, que es extraordinariamente bello por pasajes. ” (Rolling Stone Nº 1114, septiembre 2010).
Amused to death es un álbum conceptual, tercero de estudio del ex-bajista de Pink Floyd, Roger Waters, lanzado en 1992. El título del álbum fue unido al material con el que Waters comenzó a trabajar durante la gira Radio K.A.O.S., varios años antes de que el álbum fuese sacado al mercado, pues Waters se negó a publicarlo mientras sus ex-compañeros de grupo formaban aún parte de Columbia Records, y se desconoce cuánto material fue cambiado en el ínterin.JL
Las tensiones entre Pink Floyd y Roger Waters comenzaron tras la publicación del álbum inmensamente popular The wall. Hasta este punto, los miembros de la banda Pink Floyd habían mantenido un buen clima entre ellos. Roger era cada vez más codicioso y deseaba asumir más cuota de poder dentro del grupo, aspecto que creó tiranteces con sus otros compañeros. La pelea se intensificó cuando Pink Floyd lanzó The final cut en 1983. Sólo Roger estaba satisfecho con el disco, mientras que los otros miembros de la banda, en este período, David Gilmour y Nick Mason, pensaron que no era muy bueno. En aquellos momentos, David y Roger estaban discutiendo tanto, que raramente fueron vistos en el estudio juntos. Como resultado, Roger dejó la banda para seguir una carrera como solista. Primero lanzó The pros and cons of hitch hiking en 1984, una ópera rock ingeniosa pero incomprendida sobre un hombre que camina a través de la crisis de la mitad de su vida. En 1987, Waters lanzó su álbum techno experimental, Radio KAOS. Con The pros and cons of hitch hiking y Radio KAOS, Roger perdió algunas ideas y estructura, y no terminó de hacer álbumes sólidos. Pero con su tercer álbum, Amused to death, compensa la falta de creatividad y estructura de los dos primeros, y muestra un lado creativo y un sonido que no había podido elaborar Roger Waters antes.
Por ejemplo, la temática típica de Waters sobre la guerra surge en las dos partes de Late night home, esta vez, desde la perspectiva de un soldado. Waters presenta el punto de que el soldado no piensa en la destrucción que crea. Mientras que la guerra es un tema que Waters ha familiarizado con nosotros, Waters entra en un nuevo tema, los medios de comunicación y cómo afectan a nuestra vida, tema que está fuertemente señalado en el álbum, con las dos partes de Perfect sense. Muestra la triste verdad sobre el mundo de hoy en que los medios de comunicación persuaden que hagamos cosas que van contra la naturaleza humana. "Can’t you see, it all makes perfect sense? Expressed in dollars and cents, pounds schillings and pents?"... quiere decir que si la gente valora el dinero, las cosas tienen sentido, pero si valoran las cosas en amor y lealtad, las cosas no tienen sentido. The bravery of being out of range trata el mismo tipo de tema que Perfect sense, los medios de comunicación. Otro tema que toca Roger es la religión, con What God wants, Parts I, II y III.
Waters declaró en una entrevista con Rockline en febrero de 1993 que quería usar samples de HAL 9000 de 2001: una odisea en el espacio en el disco. Stanley Kubrick, el director, lo rechazó en base a que abriría la puerta a que muchas otras personas usasen samples de sonido, mientras otras versiones aseguran que Kubrick se negó porque Pink Floyd no le permitió usar la música de Atom heart mother en su película A clockwork orange. Waters, desde entonces, ha utilizado audios de HAL describiendo su mente siendo llevado a interpretar la canción en vivo (como un intro, específicamente durante sus conciertos de la gira In the Flesh, después de la muerte de Kubrick).
Amused to death explora la desilusión de Waters con la sociedad occidental moderna, centrándose específicamente en la influencia de la televisión y los medios de comunicación. El álbum fue inspirado por el libro Amusing ourselves to death, una crítica de la televisión, la cultura y la política, relatado por Neil Postman. En el libro de Neil Postman, The end of education, el autor comenta sobre el álbum: "Roger Waters, cuando era el vocalista de Pink Floyd, fue suficientemente inspirado en un libro mío para producir un CD llamado Amused to death. Este hecho elevó tanto mi prestigio entre los estudiantes, que no estoy en posición de repudiar a Waters ni a su tipo de música".
Aunque comenzó a trabajar en el concepto inicial en la década de 1980, inspirado por el libro de Neil Postman, el proyecto fue archivado cuando Waters comenzó a trabajar en la escenificación del espectáculo The wall en Berlín que tuvo lugar en 1990. En el ínterin, se produjeron varios eventos que fueron recogidos en las canciones de la versión final de Amused to death: el bombardeo de Trípoli en 1986, la masacre de Tiananmen en 1989, y la operación Tormenta del Desierto en 1991. El álbum final, después de considerable trabajo, desguazó las primeras versiones y añadió capas sobre capas de efectos de sonido y citas de discursos, y fue publicado en septiembre de 1992. Como es típico de gran parte del trabajo de Waters, un guitarrista experimentado, en este caso, Jeff Beck, aparece en un lugar destacado a lo largo del álbum, junto a un elenco de otros legendarios músicos de apoyo, incluyendo a los teclistas Patrick Leonard y Juan Rabbit Bundrick, el percusionista Luis Conte, los bateristas Graham Broad y Jeff Porcaro, y la cantante Rita Coolidge.
Como cada álbum de estudio que Roger Waters ha registrado desde The dark side of the Moon, Amused to death es un álbum conceptual. En este caso se organiza libremente alrededor de la idea de un mono cambiando al azar canales en la televisión (imagen que aparece en la portada del álbum), mientras explora numerosos temas políticos y sociales, incluyendo críticas a la primera Guerra del Golfo en The bravery of being out of range y Perfect sense. El álbum explora la historia de los medios de comunicación y el concepto (aunque borroso) gira sobre seres extranjeros que llegan después de la extinción de los seres humanos, y comienzan a buscar todos nuestros esqueletos sentados alrededor de televisores e intentando averiguar por qué nuestro fin se produjo antes de tiempo. Llegan a la conclusión de que "nos divertimos hasta la muerte".
Amused to death es un álbum sólido tanto conceptual como musicalmente, y presenta a Waters como un artista que, como en su trabajo con Pink Floyd, transmite sus pensamientos e ideales con precisión para impactar más eficazmente en la mente del público. Con este álbum, Waters trata extensamente sobre los peligros del capitalismo, la insensibilidad de la raza humana, la ridiculez de la guerra y la embestida del entretenimiento sin sentido que invade a la humanidad sobre una base rutinaria. Hacer caber todos estos aspectos en 14 canciones es una tarea ardua, pero cumplir esta tarea junto con una música contundente y atractiva es extremadamente difícil, y Waters lo consigue haciendo todo esto durante toda la duración del álbum. Sin embargo, la lógica de las vastas arengas en Amused to death es complicada, como cuando Waters enlaza a Chiang Kai-shek y los nacionalistas chinos a la masacre en la plaza de Tiananmen 40 años más tarde por los comunistas que los depusieron en 1949. También aplica el relativismo moral a los "alemanes matando a los judíos" y los "judíos matando a los árabes".
La musicalidad en Amused to death es excepcional. Cuenta con un elenco de músicos, incluyendo a Jeff Beck en la guitarra, Don Henley en la voz, P.P. Arnold en la voz y John Bundrick en teclados, entre otros. El bajista de Red Hot Chili Peppers, Flea, grabó parte del álbum. La parte de guitarra juega un papel importante en la instrumentación de Amused to death. Jeff Beck abre el álbum con una línea sólida de guitarra, que suena e imita una línea de guitarra de Pink Floyd. Aunque tarda un poco en entrar, hay una línea de guitarra muy buena en la canción Too much rope. Beck también hace un buen trabajo en Three wishes y It's a miracle, contribuyendo en ambas con un solo de guitarra. Los vocales añaden mucho a Amused to death, también. P.P. Arnold hace un buen solo en Perfect sense, Part 1, y Don Henley respalda a Roger en Watching TV. Pero también hace muy interesante Amused to death las grabaciones de voces de fondo que predominan en el álbum. Casi cada canción contiene grabaciones de voces, y cada comentario juega una parte importante de la historia de cada canción. Por ejemplo, la narración de la historia en The ballad of Bill Hubbard proviene de la persona que está hablando en el fondo. La musicalidad e instrumentación en Amused to death funciona a la perfección, siendo la gran influencia sobre la mayor parte del álbum.
Otra aspecto a destacar de Amused to death son las composiciones de Roger Waters. No hay ni una mala línea en las letras de Amused to death, y hay canciones que tienen letras de gran alcance, como What God wants, Part I. Sin embargo, otras canciones no tienen letras alentadoras, como It's a miracle, que tiene un tono frío, con letras frías. Todo aquel que le gusten las letras de Waters estará muy complacido con la letras de este álbum.
Aunque la idea conceptual que hay tras el álbum es extraña, cada canción es inteligente y la musicalidad es excelente. La mayoría de las canciones tienen muy buenas letras, así como buena instrumentación para respaldar las letras. Su habilidad para escribir canciones está bien viva, y al mismo tiempo contienen su habitual humor solemne, y hasta sarcasmos, pudiendo agregar diversión en diversas canciones. La calidad de la producción de Waters, Nick Griffiths y Patrick Leonard es simplemente magnífica. Amused to death compensa el criticado Pros and cons así como Radio KAOS y, al mismo tiempo, coloca en su bagaje otro álbum conceptual sólido.
La primera canción, The ballad of Bill Hubbard, muestra un sample del veterano de la I Guerra Mundial, Alfred 'Alf' Razzell, miembro de los Fusileros Reales (como el padre de Waters, Eric Fletcher Waters, lo había sido en la siguiente guerra), que describe cómo encontró a su compañero soldado William Bill Hubbard, a quien está dedicado el álbum, gravemente herido en el campo de batalla. Después de varios intentos fallidos para llevarlo a un lugar seguro, Razzell se ve obligado a abandonarlo en tierra de nadie. Este sample continúa al final de la canción Amused to death, cerrando el álbum, proporcionando una conclusión más optimista a la trágica historia.
La segunda canción, What God wants, Part I, primer single del disco, sigue y contrasta las palabras de Razzell abriendo con la sintonía de televisión, en vez de un extracto que suena como si tomase de una voz popular de un niño que dice, "no me importa la guerra. Esa es una de las cosas que me gusta mirar, si es una guerra. Porque entonces sé si, um..., los nuestros están ganando o perdiendo..." Entonces es interrumpido por el cambio de canal y una ráfaga de monólogos. Es una letanía para los que justifican sus acciones por razones de religión, en una mordaz crítica a la religión organizada y la malversación de Dios como excusa para la avaricia de la Humanidad, la destrucción y la crueldad hacia su prójimo. "Dios quiere la paz, Dios quiere la guerra, Dios quiere hambruna, Dios quiere almacenes de cadena", y es una brillante sátira que algunos llamarían blasfemia, pero que no es más que un punzante comentario contra aquellos cegados por su propia fe religiosa.
La tercera canción, Perfect sense, Part I, continúa el álbum en un tono más suave, iniciándose con una perorata ininteligible y alta, y sigue un mensaje voz al revés de Waters: "Julia, sin embargo, en la luz y visiones de los asuntos de Stanley, hemos cambiado de opinión. Hemos decidido incluir un mensaje al revés. Stanley, para ti y para todos los otros quemadores del libro". El mensaje llega al clímax con Waters gritando con su agresiva voz escocesa que solía representar al personaje del profesor en The wall. La canción muestra cómo el mono (o la Humanidad) siente perplejidad por los mensajes contradictorios que están saliendo de la religión, el liderazgo político, la cultura y los medios de comunicación.
En Perfect sense, Part II, Waters vuelve a asegurarnos que todo tiene perfecto sentido cuando "se expresa en dólares y centavos, libras, chelines y peniques", conduciendo a una sección satírica hilarante donde el comentarista deportivo Marv Albert anuncia un ataque militar en una plataforma petrolera como si fuese un partido de baloncesto, y un enorme coro canta su himno mundial. Musicalmente ni Perfect sense, Part I y II son canciones que destacan, pero sirven perfectamente el mensaje del álbum y termina en un coro entusiasta con una voladura de dinero simulando ser la raíz de gran parte de los males de la sociedad.
The bravery of being out of range, una de las canciones más directas del álbum, es un número de contundente rock. Aquí, Waters apunta con un dedo acusador a todos aquellos que ordenan bombardeos y destrucción desde la seguridad de sus cargos militares y políticos lejos del campo de batalla. La canción también una vez más se burla de la cobertura mediática de la guerra, de cómo televisión convierte la destrucción y la muerte en entretenimiento para los civiles a su vuelta a casa.
El álbum toma un giro suave de nuevo con Late home tonight, Part I, donde se encuentra una escena tranquila con guitarra acústica y cuerdas sobre sonidos de aves y animales de granja. En éste y el siguiente número, Late home tonight, Part II, el bombardeo de Trípoli se examina desde tres puntos de vista: una esposa de agricultor en Oxfordshire, el joven piloto norteamericano en su camino a causar muertes, y otra esposa en Trípoli tratando el llanto de un bebé y con un marido ausente, sin saber el destino de tan espantoso que está a punto de sufrir.
Estas dos canciones juntas realmente ejemplifican cómo Amused to death se muestra más como un teatro aural que como un álbum de rock tradicional. Los efectos de sonido se enlazan juntos desde la bajada en picado de un jet a una manifestación política en la calle, el llanto de un bebé silenciado repentinamente cuando un misil estalla y lleva a cabo su objetivo. El piloto estadounidense regresa a su base militar triunfante, mientras que la esposa del agricultor saluda a su esposo con una reserva clásica inglesa, sin decir nada más que "siéntate querido, ¿está el ordeño correcto? Nuestros amigos norteamericanos llegan tarde a casa esta noche".
Too much rope es un número más tradicional, una canción lenta y un poco blues en la que Roger reflexiona sobre problemas de la sociedad y observa "da a cualquier especie demasiada cuerda, y te terminarán insultando". Hay un toque de humor oscuro en esta canción, que Roger canta bien, con un efecto en su voz a lo Bob Dylan. El final de la canción consiste en una sección de guitarra que se va desvaneciendo, y cerca del final se puede escuchar las cuatro notas caracterírticas de Shine on you crazy diamond, Part II.
Después de esta canción somos guiados a What God wants, Part II, en la que Charles Fleischer (más conocido como la voz de Roger Rabbit) interpreta el ávido sermón del evangelista como un telepredicador insta a sus seguidores por su fe (y su dinero). Part II tiene un sonido más oscuro, más ominoso que Part I, aunque musicalmente es muy similar. La canción se desvanece y poco a poco va entrando What God wants, Part III, que sigue la misma melodía principal y los acordes de las secciones anteriores, pero con un tono más sombrío y urgente. La esperanza de la Humanidad parece desvanecerse, y Jeff Beck entrega su trabajo más poderoso y brutal en el álbum en un solo de guitarra que sólo puede ser descrito como apocalíptico.
La atmósfera cambia con Watching TV, una oda a las víctimas de la masacre de Tiananmen, en la que explora la influencia de los medios de comunicación en las manifestaciones por la democracia en China. Es una pegadiza canción extrañamente tocando un tema tan sombrío, con Don Henley asistiendo a Waters con las voces en un dúo que funciona muy bien. Es también la única canción que ofrece una visión más positiva de la televisión, de cómo potencialmente puede ser utilizada bien para mostrar al mundo en imágenes de gran tamaño tan poderosas y tan enfurecidas, que nosotros como pueblo sentimos la necesidad de reaccionar y responder a la injusticia dondequiera que ocurra.
Three wishes temáticamente se ajusta al menos con el resto de Amused to death, pero sin embargo, es tal vez la mejor canción independiente en el álbum. Con un toque de jazz y blues, Roger canta sobre un genio "como un vagabundo oriental" que sale de una botella para concederle tres deseos. Tomando sus decisiones demasiado rápidamente, utiliza su último deseo antes de darse cuenta de que lo que en realidad quiere sobre todo es ser querido cuando vuelve a casa. Clips inquietantes suenan en el fondo de la canción, una entrevista con una mujer que intentó un suicidio familiar con sus hijos. Ella terminó siendo la única superviviente porque la botella de gas que compró no era lo suficientemente grande como para matarlos a todos (no había sido capaz de conseguir una mayor).
Como si la imagen de nuestro mundo no pudiese ser más sombría, continúa con It's a miracle. Esta canción lenta, casi como un funeral, suena como un elogio para un mundo moribundo. La triste ironía es que hay no hay milagros en los eventos que Waters describe aquí con su voz susurrante y medio recitada, no hay más que la avaricia y el consumismo salvajes. El único milagro se produce al final de la canción cuando Waters critica a uno de sus enemigos musicales desde hace mucho tiempo, Andrew Lloyd-Weber, al que Waters acusaba de haber plagiado la música de Echoes de Pink Floyd para las secciones del musical El fantasma de la Ópera.
El álbum termina con Amused to death, un tributo a la Tierra, a la que llegan los alienígenas a estudiar nuestro planeta muerto en algún momento en el futuro. Cuando encuentran los restos de la Humanidad agrupados en torno a los televisores, estudian todas las posibilidades antes de llegar a la única conclusión lógica: esta especie se divirtió hasta la muerte. En ella aparece un sample de la película de bajo presupuesto de 1977 Shock waves, en la que los personajes de la película luchan por una linterna, y comienza con la letra, "Doctor, Doctor". Take up thy stethoscope and walk en The piper at the gates of dawn, la primera canción escrita por Waters, se abre con la misma línea.
Y sin embargo, hay una pequeña nota de esperanza al final también. Otro clip de la entrevista de Alf Razzell aparece en las notas finales, describiendo finalmente cómo ha llegado la paz con el destino de ese soldado muerto en la guerra mundial que no pudo salvar. No es exactamente un final feliz, pero es un final de aceptación y de hermandad, de recordar a todos los que han muerto en la guerra y los conflictos no importando cuán "pequeña" fuera la parte que pudiesen haber desempeñado.
El álbum fue mezclado en QSound, un proceso que realza la sensación de espacio para las grabaciones estéreo. En este álbum se utiliza para las capas múltiples de efectos de sonido y clips de televisión. Como el álbum muestra sonidos de grillos y perros ladrando, la sensación es que lo están haciendo justo en tu propia ventana, así como otros efectos de sonido, como ambiente de campo de tiro, campanas de trineo, coches, aviones, caballos distantes, todos utilizando los servicios del 3-D. Una edición limitada MasterSound también fue publicada.
Amused to death alcanzó el número 8 en las listas británicas, primer Top 10 de Waters en su tierra natal, y el puesto número 21 en Billboard 200, ayudados por What God wants, Part I, que alcanzó el número 4 en la lista Mainstream rock tracks de Billboard en 1992. También fue certificado Disco de plata por la British Phonographic Industry, por ventas de más de 60 mil unidades en Reino Unido.
Amused to death es una obra oscura, no fácil de escuchar, ni probablemente apta para todos los gustos. Sin embargo, para aquellos interesados en la música con mensaje, esta obra de Roger Waters es fácilmente una de las mejores, que debería considerarse igualmente al lado de sus mejores grabaciones con Pink Floyd. Su moraleja y dura crítica, la intención de hacernos despertar y dejar de consumir ciegamente, ya sea el consumo de bienes materiales, de noticias y propaganda de las que nos alimentamos, de las divisiones religiosas impulsadas por la avaricia en vez de por la fe verdadera. Escuchando Amused to death, veinte años después de su lanzamiento original, el mensaje parece aún más urgente cuendo uno se pregunta si hemos aprendido algo en absoluto, si hemos hecho algún progreso en una dirección mejor en las últimas dos décadas. Si no, esperemos que todavía haya tiempo para cambiar el rumbo antes de habernos divertido hasta la muerte...
Ya todos saben que hace casi una semana vino Roger Waters a Chile como parte de su gira The Wall y dio pedazo de espectáculo. No, no cito un cliché, el tipo DIO-EL-SHOW. Puede que Waters no sea Pink Floyd, que nunca haya sido el mejor bajista del rock ni un gran cantante, pero tiene un gran talento como letrista y ni siquiera cuando se separó del grupo en 1984 perdió su toque de humor negro, crítica social e introspección. Ahora bien, sé que esta gira no es más que la muestra de una estrella de rock recogiendo los frutos imperecederos de sus viejas glorias, pero por lo menos se nota que Waters aprovecha los millones que ha ganado a lo largo de su carrera como miembro de Pink Floyd y como solista, porque la magnificencia del escenario solo puede compararse con la de su anterior gira con la banda en el 81 (la misma que los llevó a perder millones y de la que solo el difunto Richard Wright pudo sacar provecho al estar como músico de sesión). Todo, desde la pantalla que ocupaba practicamente la mitad del Estadio Nacional, con proyecciones 3D y un muro que poco a poco se levantaba, hasta los efectos semi-Pink Floyd como el avión y la pantalla del medio, sirven como una lección para enseñar que el rock no solo debería estar en los solos de guitarras y los estadios llenos, sino también en una presentación bien lograda y en el concepto.
Hablando del concepto, algo que se hizo obvio fue que el concepto detrás de The Wall pasó de ser una historia sobre aislamiento personal, vicios y autoanálisis a una crítica al consumismo, las guerras, los dogmas y la insensibilidad de la sociedad contemporánea en todos estos ámbitos. Mientras pasaba todo ese desfile simbólico por los ladrillos del muro no pude dejar de pensar en el penúltimo trabajo de Waters como solista: Amused to Death.
En 1992 las cosas no iban muy bien en materia internacional: Había pasado un año de la primera Guerra del Golfo y nada en Medio Oriente se había solucionado; las cosas en Bosnia y Herzegovina empezaban a caldearse, comenzando los primeros brotes de la guerra que llenaría las pantallas en los próximos años; los problemas raciales de Estados Unidos se hicieron más evidentes con los disturbios de Los Angeles; mientras que en Chile se avanzaba poco o nada en cuanto a poner tras las rejas a quienes estuvieron al mando por más de 20 años asesinando a quien se atreviera a "mover una sola hoja". En ese escenario tan gris y deprimente, Roger tomó unas canciones que había escrito en la época del Radio KAOS, las actualizó, sumo otras y voilá, un disco conceptual nuevo. El tema era la situación actual vista desde otro prisma, desde el de una sociedad que consideraba la guerra como un deporte más, con apuestas y transmisiones en vivo, mezclado con hechos anteriores, como las protestas en la plaza de Tiananmen, la Primera guerra mundial, tele-evangelistas hambrientos de billetes y esa pregunta que más de uno se habrá hecho: ¿Donde esta Dios en todo esto? ¿Que mierda hace mientras nos volamos nos sesos? ¿De que lado está? Según los judios, del suyo; según los alemanes, con ellos; según los franceses, combatía a su lado; según los talibanes, está con ellos; según Nietzche, de ningún lado porque ya murió; para muchos, se reencarnó en dólares, euros, pesos, yuans y yenes.
Retomando lo de la idea tras el disco, el concepto consiste en un gorila viendo tele en su jaula, haciendo zapping entre noticias y programas de concurso. Al principio (The Ballad of Bill Hubbard) y al final de la última canción (Amused To Death) se oye una entrevista a Alfred Razzell, veterano británico de la Primera guerra mundial y sobreviviente de la Batalla del Somme, una de las más sangrientas y lentas que se libraron en el frente francés. Recordemos que, a diferencia de la segunda y las guerras posteriores a esta, el frente europeo consistió en líneas de trincheras que avanzaban y retrocedían dependiendo de quien fuera el bigotón bebedor de té al mando, así que toda victoria era inútil a menos que se pudiera conservar la línea sin que una horda de alemanes, ingleses o gringos mande a la mierda todo el sacrificio inútil de vidas. Algo que volvió legendarias y temidas a las trincheras era el terreno baldío que separaba una línea aliada de otra de la entente, conocida como la "tierra de nadie", franja de tierra y barro salpicada por minas, cráteres de mortero y alambres de púas . Fue en este lugar donde "Alf" Razzell, retirando los documentos de los caídos en acción, se encontró con su viejo compañero de armas William Hubbard herido de gravedad, con un agujero enorme en su costado por el que se podían ver sus visceras. Al ver a su compañero en estas condiciones y con vida, Razzell lo tomó y lo llevó a cuestas a través de tierra de nadie, sorteando agujeros de impacto, cadáveres y el caos de la batalla; mas Bill sabía que no sobreviviría así que le urgió a dejarlo ahí, en tierra de nadie, y que se salvase él solo. El dolor de Bill no le permitiría seguir avanzando junto a Alf y él lo sabía, por lo que lo siguió su camino y llevó en su memoria el peso la culpa de abandonar a un compañero. Años mas tarde, Alfred volvió a Francia para visitar el Memorial que honra a quienes cayeron en la Batalla de Arres y su conciencia volvió a respirar tranquila al ver que William Hubbard nunca fue olvidado, pues su nombre estaba ahí junto a los hombres que no vieron el final de "la guerra que pondría fin a todas las guerras" (estúpidas promesas de políticos). Ese epílogo es el que se escucha al final de Amused to Death.
Hablando del final, esta última canción habla sobre el fin mismo de la humanidad (¿guiño a The Final Cut? nah, solo un afán por describir un apocalipsis autoprovocado) pero en el que nos vamos riendo, "disfrutando" frente a la pantalla mientras a nuestro alrededor la sociedad y el mundo mismo se desmoronan. Ya muertos todos nos visitan investigadores extraterrestres, buscando saber que pasó con lo que alguna vez fue un planeta lleno de actividad. Entonces el capitán responde "esta especie se divirtió hasta la muerte". En resumen, los conflictos bélicos y otros problemas del mundo nos parecen tan lejanos vistos a través del viejo cajón de rayos catódicos que nos olvidamos que nadie es ajeno a ellos, y que nunca están muy lejos.
Alsophocus
Bueno, no creo que hayan llegado a leer hasta aquí, y si lo hicieron no creo que tengan ganas de seguir leyendo, si ese fuese el extraño caso, pueden buscar en la res y seguro va a aparecer algo (que la pantalla sirva para algo interesante!) pero por mi parte, ya terminamos esta entrada. Espero que disfruten el disco!!!!
por cierto,
Lista de Temas:
1. The Ballad Of Bill Hubbard
2. What God Wants (Part 1)
3. Perfect Sense (Part 1)
4. Perfect Sense (Part 2)
5. The Bravery Of Being Out Of Range
6. Late Home Tonight (Part 1)
7. Late Home Tonight (Part 2)
8. Too Much Rope
9. What God Wants (Part 2)
10. What God Wants (Part 3)
11. Watching TV
12. Three Wishes
13. It's A Miracle
14. Amused To Death
Alineación:
- Roger Waters / vocals, bass, 12-string & acoustic) guitars, synth, composer & co-producer
With:
Jeff Beck - Guitar
Rita Coolidge - Vocals
Don Henley - Vocals
Michael Kamen - Arranger, Conductor
John Patitucci - Bass, Bass (Electric), Guitar (Electric), Bass (Upright)
Andy Fairweather-Low - Guitar (Acoustic), Guitar, Guitar (Electric), Guitar (Rhythm), Vocals, Vocals (bckgr), Guitar (12 String)
Geoff Whitehorn - Guitar
National Philharmonic Orchestra
Jerry Jordan - Engineer
Marv Albert - Voices
P.P. Arnold - Vocals
Haydn Bendall - Engineer
Kenneth Bowen - Conductor
Andy Bradfield - Assistant Engineer
Graham Broad - Percussion, Drums
John Brundrick - Organ (Hammond)
John "Rabbit" Bundrick - Organ
Brian Burrows - Assistant Engineer
Doreen Chanter - Vocals, Vocals (bckgr)
B.J. Cole - Guitar (Steel)
Luis Conte - Percussion
N'Dea Davenport - Vocals, Vocals (bckgr)
Rick DiFonzo - Guitar
John Dupree - Arranger, Conductor, String Arrangements
Denny Fongheiser - Drums
Linsey Fiddmont - Vocals
Lynn Fiddmont - Vocals (bckgr)
Charles Fleischer - Voices
Bruce Gaitsch - Guitar (Acoustic), Guitar
Nick Griffiths - Producer, Engineer
James Guthrie - Mixing
James Haas - Vocals (bckgr)
Jim Haas - Vocals
Natalie Jackson - Vocals, Vocals (bckgr)
James Johnson - Bass
Jon Joyce - Vocals, Vocals (bckgr)
Katie Kisoon - Vocals (bckgr)
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